Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33: "El verdadero significado del amor"

Un gigantesco hombre miraba con el apoyo de unos binoculares hacia el exterior de su mansión, donde estaba parada su bella hija, vestida con ropa casual.

Como lo espere, se ha arreglado como un día común en casa, aunque a pesar de vestir de manera tan informal se ve bella mi niña, pensaba el gigantesco hombre mientras observaba a la pelinegra, pero de un momento a otro su rostro cambio de expresión, al ver detenerse frente a la acera a un modesto auto. Tras algunos segundos vio bajar del mismo a un apuesto jovencito de cabello alborotado, y vestimenta sencilla, quién llevaba algo en una de sus manos que no logro distinguir bien. El gigantesco hombre seguía con la mirada al joven de cabello alborotado quién al llegar frente a su hija le entrego lo que llevaba consigo, mientras le decía algo que él al estar tan lejos no pudo saber y aumento su molestia más al ver a su hija sonreír.

Flores, si, son flores, dijo, con cierta molestia el gigantesco hombre, mientras seguía observando a través de sus binoculares al par de jóvenes.

El señor Ox, vio al joven de cabello alborotado abrirle la puerta de su auto a la pelinegra, luego de algunos segundos, ella lo abordo, y este camino hacia el lado que le correspondía para también subir al auto.

Disfruta de tu día junto a mi bella hija, jovencito, porque no lo volverás a repetir, yo sé qué Milk solo está siendo cortés, pero ella es inteligente y sabe perfectamente lo que le conviene a ella y a todos, incluyéndote a ti, dijo el gigantesco hombre, mientras veía al auto partir.

Auto:

¿Dónde las consigues?, decía Milk, mientras olía las flores.

¿Qué?, respondió Gokú, mientras conducía.

Las flores, ¿Dónde las consigues?, pues ellas no las venden en las florerías que conozco, y esta es la segunda vez que tú me las das, ¿las obtuviste de la misma florería de la vez pasada?, acoto la pelinegra.

No, claro que no, allí no venden flores silvestres, te lo dije aquella vez, y también te comenté porque ese día las tenían en venta ¿lo recuerdas?, contesto el joven de cabello alborotado.

Sí, ya lo recordé, dijo Milk.

Estas flores tuve que ir a buscarlas al campo, pronunció Gokú.

¡Fuiste al campo solo por estas flores! respondió Milk sorprendida.

Sí, porque sé cuánto te gustan, entonces decidí ir a buscarlas para ti, dijo el joven de cabello alborotado con calidez, mientras conducía, haciendo que la pelinegra lo mirara con ternura.

El apuesto joven de cabello alborotado, mientras conducía le iba hablando a la pelinegra de lo feliz que estaba de compartir un día junto a ella, un día que había esperado desde que supo de la decisión de ella de incluirlo entre los candidatos a pretendientes, un día que él deseaba ella disfrute tanto como él, porque así eran los días que él le quería ofrecer a ella, días sencillos, pero llenos de momentos felices.

Tras varios minutos de estar conduciendo, el apuesto joven de cabello alborotado detuvo su auto, frente al modesto edificio donde vivía y que la pelinegra ya conocía.

Espero y te guste lo que prepare, dijo Gokú, antes de bajar del auto, para dirigirse a abrir la puerta del lado donde estaba la pelinegra.

Una vez que abrió la puerta extendió su mano, para ayudarla a bajar, la pelinegra acepto la ayuda y tomo su mano, haciendo que ambos sientan los latidos de su corazón acelerarse.

Te encargare mis flores hasta que vuelva a casa, dijo Milk, una vez que se soltó del agarre del apuesto muchacho.

Claro, dentro las ponemos en un florero, respondió Gokú, mientras sentía aún su corazón latirle, al tiempo que pensaba: Esta nuevamente en mi casa, si lo está.

Bueno, pasemos, ¿no?, escucho.

¡Eh! si, si, agrego el joven de cabello alborotado sonriendo, sacando las llaves del bolsillo de su chaqueta, para abrir la puerta de entrada del edificio.

En tanto:

Un joven que vestía una bata muy fina, caminaba de un lado a otro en su amplio dormitorio, mientras pensaba: Siento curiosidad por saber ¿a dónde la llevará el haraposo ese?, ¿el pobretón tendrá la desfachatez de ir a recogerla a su casa?, de ser así, ¿a qué hora habrá quedado con ella para ir a recogerla?, tal vez estoy aún a tiempo para ver ese espectáculo, pues estoy seguro que Milk no subirá en su mugroso autito, de hecho, ella irá en su limosina.

El joven poso su mirada en un reloj que estaba sobre una pequeña mesa, luego camino hacia su armario, tomo unas prendas, las coloco sobre la cama, tomo una toalla y se dirigió a darse una ducha.

Desayunare e iré a la casa de Milk, de seguro ella aún está allá, pensó el joven.

Pero él no era el único que sentía curiosidad por esa última cita de la pelinegra, un apuesto jovencito de cabello negro lacio sentía la misma intriga, y al igual que el otro joven había tomado la decisión de ir a la casa de la pelinegra para poder conocer a su tercer rival.

¿A dónde vas tan temprano hermanito?, decía una rubia de cabello corto, tras ver a su hermano dirigirse hacia la puerta de salida de la casa.

A casa de Milk, contesto el joven, deteniendo su andar.

¿Para qué?, no sé supone que tus citas con ella ya terminaron, dijo la rubia, mientras se acercaba a su gemelo.

Sí, ya terminaron mis citas con ella, pero a Milk aún le queda una cita, y ella la tendrá hoy, con un rival que lo único que sé de él es que no es de nuestra clase, y la verdad siento curiosidad por ver como es,..., respondía su gemelo.

Pues es un muy bello, aunque humilde, pero bello, y eso salta a la luz, pronunció la rubia sin darse cuenta.

¿Lo conoces?, dijo Diecisiete intrigado.

Bueno, tanto como conocerlo, no, pero si lo he visto en alguna oportunidad, agrego la rubia con calma.

¿Dónde?, acoto el joven.

¿Es un interrogatorio?, dijo la rubia.

Hermana, sé que algo entre Milk y un chico que no es de nuestra clase es imposible, pero si es tan apuesto como dices, podría ser un problema para la persona que Milk escoja, ¿no lo crees?, respondió Diecisiete.

¿Cómo así?, pronunció la rubia.

Si es apuesto, aunque pobre, bien puede valerse de su físico para poder seducirla y lograr que ella no lo rechace del todo, ¿no lo crees?, dijo el joven.

No creo que Gokú quiera ser el amor prohibido de Milk, y ella mucho menos le propondría algo así, respondió la rubia.

¿Gokú?, dijo Diecisiete.

Sí, así se llama ese apuesto joven, contesto la rubia de cabello corto, al tiempo que su gemelo se tornaba pensativo.

No puede ser, pronunció Diecisiete, mientras a su mente venía el rostro del asistente de la pelinegra.

¿Qué?, dijo la rubia.

Si seré tonto, mi otro rival es su asistente, añadió su gemelo.

Pues sí, contesto la rubia, haciendo una pausa para agregar: No te tensiones hermano, ese chico, aunque es bello, no es nuestra clase social, Milk lo tiene claro, solo que ya conoces a ella, quiso cumplir con la cita, además, aunque no lo he tratado mucho por Marón que si lo ha tratado más sé que es todo un caballero y sobre todo respetuoso, por lo mismo él sabrá respetar la decisión de Milk.

Sí, tienes razón, respondió más tranquilo su gemelo.

Casa Son:

Una pelinegra compartía el desayuno junto a un apuesto joven de cabello alborotado mientras platicaban.

No imagine que supieras cocinar, decía Milk.

Hago lo que puedo, cuando uno vive solo, la misma soledad te hace aprender muchas cosas, respondió Gokú.

Claro, pronunció Milk, mientras llevaba una rebanada de pan a su boca.

Te hubiera podido llevar a una cafetería, pero quise que empecemos el día en mi departamento, en este departamento que podría ser también tuyo, si tu así lo decides, agrego el apuesto joven, haciendo que la pelinegra baje la mirada. Yo quiero aprovechar este día para que tu veas como podría ser nuestra vida en un futuro, pues de nada me servirá mostrarte en un día una vida que no podré brindarte todos los días, pues sería mentirte, y yo no quiero ello, yo quiero mostrarte mi día a día, ese día a día en el que yo soy feliz así sea solo tomando un té con galletas contemplando el amanecer o el anochecer, ese día a día el que hay fechas especiales que yo celebro degustando de una deliciosa comida a veces preparada por mí mismo, como hoy, agrego Gokú.

Pues todo te quedo muy agradable, respondió la pelinegra.

Me alegra oír ello, dijo Gokú, haciendo una pausa para añadir: Milk, yo quiero que estés segura de la decisión que tomarás, por ello no quiero mostrarte algo falso, sino algo real, una vida junto a mí, no estará llena de lujos, yo estoy conciente de ello, de qué para alcanzar tu nivel de dinero me llevara muchísimos años, y aun así cuando crea haberlo alcanzado el dinero de tu familia seguirá creciendo más, por lo mismo, no te puedo ofrecer una vida a la que estás acostumbrada, pero sí te puedo ofrecer amor, y todo lo que ello incluye: Cuidado, respeto, protección, lealtad, responsabilidad...

La pelinegra escuchaba con calma todos los argumentos que el joven de cabello alborotado le daba.

Minutos después:

Agradezco tu sinceridad, y por lo mismo también seré sincera contigo, dijo Milk, haciendo una pausa para agregar: No sé si este preparada para un cambio de vida tan drástico, a excepción de mi madre que perdí muy pequeña, lo he tenido todo en la vida, una nana, chefs que me preparan hasta el platillo más extravagante que puedas imaginar, profesores particulares, un armario de ropa que es del tamaño de este departamento .....

Mientras la pelinegra hablaba el joven de cabello alborotado la miraba con calma, como tratando de asimilar todo lo que ella le decía.

En tanto: "Mansión Ox"

Tan temprano, decía con molestia Hit.

Sí joven, la niña Milk salió a eso de las 7 de la mañana, respondía una uniformada.

De casualidad, ¿sabe a qué hora regresará?, acoto Hit.

Me pareció escuchar que a las 10 de la noche, pronunció la mujer.

Bien, gracias por la información, respondió Hit, mientras pensaba: 15 horas, le otorgó 15 horas seguidas a ese andrajoso.

Casa Son:

Cocinarte para mí no será un problema, sino más bien un placer, si decides elegirme, aunque cuando mis ingresos crezcan un poquito más podría contratar a alguien que nos apoye en casa ya que tengo pensado comprar una casita pues este departamento es muy pequeño, además tu seguirás trabajando y yo también, los fines de semana como hoy serían nuestro día de relax, para pasarlo en casa o para ir algún lugar que elijamos, hoy como ya te dije quise que empezáramos en mi departamento, en cuanto acabemos de desayunar, iremos al supermercado, necesito comprar para la semana y yo quiero que tú me apoyes en ello,..., decía Gokú.

Pero yo no sé comprar alimentos, respondió Milk sonriendo.

Nadie nace sabiendo las cosas Milk, yo tampoco sabía hacerlo, pero desde que quedé solo, tuve que aprender muchas cosas, entre ellas elegir los alimentos para prepararme que comer, contesto el joven de cabello alborotado.

Eso significa que el almuerzo será también aquí, dijo Milk.

Sí, ya luego iremos a otro lugar, respondió Gokú con dulzura, haciendo una pausa para añadir: Te divertirás en el supermercado, ya lo verás.

Tras lo acordado, una vez que terminaron de desayunar, el joven de cabello alborotado lavo el servicio, mientras la pelinegra lo observaba, luego de ello ambos salieron del departamento y abordaron el auto del joven de cabello alborotado, luego de algunos minutos de viaje Gokú detuvo su auto frente a un supermercado.

2 horas después:

Creo que ya tenemos todo, decía Gokú, mientras miraba un cochecito lleno de productos, mientras la pelinegra miraba unos anaqueles. ¿Quieres que llevemos algo más?, acoto el joven al ver a la pelinegra mirar un anaquel.

¡Eh! no, creo que lo que has considerado es lo necesario, ¿no?, bueno, tú eres el experto, pronunció.

Ni tanto, dijo Gokú sonriendo, haciendo que la pelinegra se sienta extraña.

El par de jóvenes se dirigieron a cancelar el pedido y luego de ello volvieron al departamento de Gokú.

Tú serás mi ayudante, ¿te parece?, pronunció Gokú, mientras se acercaba a la pelinegra a ponerle un mandil, sin darse cuenta que, con ese simple acto, él le hacía sentir a la joven sensaciones que no experimentaba con ninguno de los otros jóvenes que luchaban por su amor.

Bien, respondió la pelinegra mientras sentía las manos del apuesto joven en su cintura, pues este le estaba atando los pasadores del mandil.

Una vez que el joven de cabello alborotado le ato el mandil, tomo un gorrito de tela y se colocó frente a la pelinegra para ponérselo, al hacerlo, sus manos rozaron la piel de la joven, haciendo que ambos sientan su corazón estallarles, a pesar de ello, ambos trataban de mantener la calma y así no mostrar lo que estaban experimentando.

¡Gracias! dijo Milk.

De nada princesa, respondió Gokú.

Luego de ello ambos jóvenes caminaron hacia la pequeña cocina, en donde empezaron a trabajar en equipo, incrementando así la conexión que ya existía entre los dos.

3 horas después:

Un par de pelinegros miraban sorprendidos los platillos que estaban sobre una mesa, platillos que ambos habían preparado juntos.

Todo se ve bastante bien, dijo Gokú sonriendo.

Sí es cierto, huele exquisito, respondió la pelinegra.

Pues veamos si sabe tal y como huele, acoto el joven de cabello alborotado sonriendo, mientras apartaba una silla, para que la pelinegra tomase asiento.

¡Gracias! dijo Milk, tras tomar asiento.

Eres una buena ayudante en la cocina, pronunció Gokú, tras tomar asiento.

No hice mucho, solo alcanzarte lo que me pedias, respondió Milk.

No, claro que no, ya se te olvido que tú solita hiciste el pastel, dijo el joven de cabello alborotado.

Es que con una receta se me hizo más fácil, contesto la pelinegra sonriendo.

Sí es cierto, si sigues la receta, todo es más sencillo, pronunció el joven llevando una cuchara a su boca. Delicioso, exclamo.

Mansión Ox:

¿Qué estará haciendo mi niña con Gokú?, pensaba un gigantesco hombre mientras llevaba una copa a su boca.

Tiempo después: "Casa Son"

Una pelinegra ayudaba a un joven de cabello alborotado a secar la vajilla, mientras platicaban.

Es lo mínimo que puedo hacer, tú has lavado todos los utensilios, decía Milk.

Milk, ¿Qué te gustaría hacer por la tarde?, pronunció Gokú.

Elegí tú la actividad, dijo la joven.

Es que quiero que..., respondía el joven de cabello alborotado.

¿Qué haces tú generalmente un domingo por la tarde?, contesto la pelinegra.

Generalmente veo mi programa de luchas, respondió Gokú con sinceridad.

Pues veámoslo entonces, dijo Milk.

¿Qué?, contesto confundido el joven de cabello alborotado.

Veamos tu programa y luego salgamos a caminar, agrego la pelinegra.

Bien, me parece una gran idea, contesto Gokú.

Tal cual lo acordado Milk y Gokú miraron el programa de luchas y luego salieron a caminar por las calles aledañas al lugar donde vivía el joven de cabello alborotado.

¡Gracias! pronunció la pelinegra mientras caminaba junto al joven de cabello alborotado.

¿Por qué?, dijo Gokú.

Por esta cita, respondió Milk.

Yo soy quién debería agradecerte la misma, contesto el joven.

No, eso no es cierto, tú no tienes que agradecerme nada, no me equivoque al darte esta oportunidad, pues pude conocerte mejor además gracias a tu sinceridad me has ayudado a comprender muchas cosas, dijo Milk.

Ya estás dando por terminada la cita, pronunció Gokú con tristeza.

Aún son las 6 de la tarde, respondió la pelinegra con calma, haciendo que en el rostro del apuesto muchacho se plasmara una sonrisa.

Todavía no te he llevado al lugar que elegí para cerrar nuestra cita, agrego el joven.

¿Y cuál es ese lugar?, dijo Milk con curiosidad.

No es mi casa, respondió Gokú sonriendo.

¿A dónde me llevarás?, acoto la pelinegra.

Ya lo sabrás, solo puedo decirte que es un lugar muy significativo para mí, pero antes vamos por un café, agrego el joven.

Tras tomar un café en un modesto local, un par de pelinegros abordaron el auto de uno de ellos y emprendieron camino, durante el trayecto el joven de cabello alborotado pasaba por un lugar que tenía un gran significado para los dos, la pelinegra al verlo, no pudo evitar sonrojarse y el joven de cabello alborotado también, aunque debido a la oscuridad ninguno de los dos pudo ver el carmín que había aparecido en sus mejillas.

¿Aquí?, dijo la pelinegra nerviosa.

¿Qué?, respondió Gokú, mientras seguía conduciendo.

¡Eh! olvida lo que dije, creo que me confundí, agrego la pelinegra, haciendo una pausa para acotar: ¿Volviste al Pub Dragón  tras aquella vez que nos conocimos?

Sí, vine por algunos meses, pero no por diversión, yo solo quería volverte a ver y creí que aquí en el pub podría hacerlo, pero me equivoque, un nuevo encuentro entre los dos en el pub no se volvió a dar, respondió Gokú.

Yo solo vine una vez aquí, dijo Milk.

Sí, ahora lo sé, contesto el joven de cabello alborotado.

Luego de casi una hora de viaje el joven de cabello alborotado detuvo su auto en un descampado.

Este es mi lugar favorito para meditar, dijo Gokú antes de bajar de su auto, para abrirle la puerta del mismo a la pelinegra. El joven de cabello alborotado dejo encendida las luces del auto para que iluminara el lugar.

¿Dónde estamos?, pronunció nerviosa la pelinegra, observando el desolado lugar.

A las afueras de la ciudad, este terreno es propiedad de una de las familias más adineradas de Japón, los Brief, dijo Gokú, mientras caminaba.

Ah, sí, no lo sabía, contesto Milk, siguiéndolo.

Lo han adquirido hace poco, escuche que aquí podrán una sucursal de Cápsula para sus pruebas de laboratorio, agrego el joven de cabello alborotado, haciendo una pausa para acotar: Este era un antiguo parque, para poder vender el terreno tuvieron que demolerlo, solo dejaron una banca, y casualmente era la banca favorita de mi abuelo, cada vez que veníamos para que me enseñe artes marciales, ya que en ese entonces no teníamos el gimnasio, luego de varias horas de entrenamiento, él tomaba asiento justo aquí, en esta banca que está bajo este árbol de manzano, y aquí esperábamos con paciencia la noche para poder contemplar las estrellas.

La pelinegra miro con ternura al apuesto joven, mientras detenía sus pasos al igual que él junto a la banca, tras algunos segundos ambos tomaron asiento, y miraron el cielo.

Es cierto, desde aquí las estrellas se ven más hermosas, pronunció Milk.

Atesorare este día en mi corazón por siempre mi niña, acoto Gokú.

¿Qué?, dijo Milk.

Estoy conciente que, con esta cita, tal vez yo mismo me estoy descalificando contigo, pero como ya te dije, yo no quería mostrarte algo que no podría darte por ahora, además el verdadero significado del amor es eso, mostrarte tal cual eres, sin caretas, sin mentiras, y yo ¡Te amo Milk! ¡Te amo desde que te vi! y así tú no puedas amarme yo siempre te amare, y por lo mismo te deseare lo mejor con la persona con la que tú creas te pueda hacer feliz, añadió el joven de cabello alborotado, con la mayor calma que pudo, al tiempo que unas lágrimas rodaron por sus mejillas.

No puedo darte una respuesta ahora, necesito pensar muchas cosas, solo quiero que sepas, que la decisión que tome solo será mi decisión, nadie ni nada va a influir en la misma, dijo Milk.

El par de jóvenes continuaron hablando por algunos minutos más, luego guardaron silencio, y se dedicaron a contemplar el bello anochecer, ensimismados cada uno en sus propios pensamientos.

Horas después:

Un modesto auto se detenía frente a una gigantesca mansión, a unos metros del auto, desde otro auto un joven observaba a los pelinegros.

¡Gracias por esta oportunidad! dijo Gokú con calma, mientras posaba su mirada en la pelinegra.

No hay nada por que agradecer, ya te lo he dicho, respondió Milk.

Solo resta esperar tu decisión, agrego el joven de cabello alborotado.

Sí, te dejo al cuidado de todo en la empresa en mi ausencia, pronunció la pelinegra.

Te voy a extrañar, dijo Gokú.

En una semana a más tardar les daré una respuesta, contesto Milk.

¿Nos llamarás?, acoto Gokú.

Sí, yo me pondré en contacto con ustedes, respondió la pelinegra, mientras intentaba abrir la puerta del auto.

Espera, dijo Gokú con dulzura.

¿Qué sucede?, respondió la pelinegra.

Se te está olvidando, acoto el joven de cabello alborotado entregándole un ramo de flores y una bolsita de papel a la pelinegra.

¿Y está bolsa?, pronunció Milk.

Son algunos pequeños detallitos que compré para ti desde que supe que me habías considerado en esta lucha por tu amor, dijo Gokú.

La pelinegra vio el contenido de la bolsa de papel, en la misma había una cajita musical, cajitas de chocolates, bombones, un par de pequeños peluches.

¡Gracias! pronunció Milk.

¿Puedo darte un beso en la mejilla?, antes de que bajes, agrego nervioso el joven.

Sí, pronunció la Milk.

A los pocos segundos el apuesto jovencito se acercó a la pelinegra poniéndola nerviosa con su cercanía. Gokú a pesar de sus nervios, recorrió con la mirada el rostro de la joven aumentando el nerviosismo de esta.

¡Piensa bien las cosas! el dinero no siempre te la da la felicidad, el verdadero significado del amor es otro, mi princesa bella, dijo Gokú posando sus labios sobre la mejilla de la pelinegra, al tiempo que el corazón de ambos, aumento sus latidos.

En tanto:

Desde un auto un joven miraba furioso la escena.

¿La beso?, el maldito haraposo, la beso ¿Cómo puede atreverse a besarla?, dijo Hit con rabia, mientras abría la puerta de su auto, mientras la pelinegra bajaba del auto del joven de cabello alborotado.

Una vez que Hit bajo, solo vio partir al auto del joven de cabello alborotado, y a la pelinegra entrar a su mansión.

¿Será que me confundí?, si a lo mejor fue eso, Milk no pudo haber permitido que la bese, no puede haberlo permitido, pensaba un furioso Hit, mientras veía alejarse a la pelinegra.

Mansión Ox:

El verdadero significado del amor, pronunció Milk suspirando, mientras llevaba una de sus manos a su mejilla.



https://youtu.be/2UyoCawK56o

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro