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Capítulo 31: "Un solo día para demostrarte cuanto de amo - Parte I"

Un gigantesco hombre miraba fijamente a un apuesto jovencito de cabello alborotado que tras algunas palabras había colocado un documento sobre su escritorio.

Es una copia del original que acabo de ingresar en la empresa de la señorita Ox, decía Gokú, mientras el gigantesco hombre tomaba el documento y lo leía.

Solo te quedas hasta fin de mes, respondía el señor Ox.

Sí, pronunció Gokú.

Bien, no puedo detenerte, has cumplido con todo lo que se te asigno, lo sé por mi hija, agrego el señor Ox con firmeza.

Quiero tener el tiempo necesario para poder llevar un noviazgo apropiado con su hija, si ella me elige, además necesito darle más tiempo a mi gimnasio, contesto el joven de cabello alborotado, haciendo que el hombre maduro lo mire con firmeza.

Así te esfuerces mucho por sacar adelante tu gimnasio es absurdo pensar que puedas llegar a tener nuestra fortuna, porque la nuestra ha pasado de generación en generación, y conforme ha ido pasando esta se ha ido incrementando, respondió el señor Ox con firmeza, haciendo una pausa para añadir: Y sé seguirá incrementando, Milk tiene la responsabilidad de seguir haciendo crecer más esta fortuna que heredaran sus hijos, mis nietos, y la única manera como ella puede lograr ello es eligiendo bien, y ella lo sabe.

Elegir bien en base al amor, no al dinero será la mejor decisión que ella pueda tomar señor Ox, ya que el amor es lo que te da la felicidad, y la felicidad no tiene precio, se puede ser el hombre más millonario del mundo más no el más feliz, dijo Gokú con la misma firmeza que el gigantesco hombre.

No imagine que fueras tan irrespetuoso, pero que se puede esperar de un jovencito con tan poca clase, lo único bueno de que mi hija te haya considerado entre los candidatos a novio, es que tu tendrás que aceptar su decisión, pues ya le diste tu palabra, respondió el señor Ox.

Así es, le di mi palabra y por lo mismo aceptare la decisión final de ella, más mis sentimientos hacia ella no cambiaran, porque yo amo de verdad a su hija, tal vez no tenga clase, ni dinero como sus pretendientes, pero la amo, esa es mi verdad, y voy hacer todo lo posible porque en ese único día que me ha otorgado para cortejarla demostrarle cuanto la amo, dijo Gokú, haciendo una pausa para agregar: Creo que no tengo nada más que decirle, y que usted tampoco tiene nada más que decirme ¿verdad?, por lo mismo, ya me voy, pero antes de hacerlo quiero darle las ¡gracias! por la oportunidad de trabajo.

Luego de ello el joven de cabello alborotado salió de la oficina del gigantesco hombre, quién solo se limitó a observarlo, mientras pensaba: Lo lamento Gokú, pero no puedo aceptarte, tú no eres para mí niña, ella carga sobre sus hombros una gran responsabilidad, por lo mismo debe casarse con alguien como nosotros, tal vez no por amor, pero si por gusto y conveniencia, el amor se irá dando con la convivencia, lo importante es evitar una tragedia económica nacional.

En tanto: "En otra empresa"

Una pelinegra recibía un documento, mientras una secretaria le informaba del mismo.

Lo presento a primera hora, y luego como le dije se marchó, pronunciaba la mujer.

Me pidió permiso por unas horas, dijo Milk, mientras pensaba: Pensé que solo lo dijo por decir, pero no es así, en verdad renunció.

Entonces, el bombón si cumplirá el mes, agrego la secretaria.

Sí, ¿por qué?, contesto la pelinegra, sintiendo molestia ante lo que dijo la secretaria.

Porque no se puede ir sin que las chicas de la empresa y por supuesto yo, lo tratemos un poquito más, ya sabe, obtener su número privado para mantenernos en contacto, y una fiestita de despedida es una gran oportunidad para ello, por lo mismo él no se irá de aquí sin su fiestita, respondió la mujer, haciendo una pausa para agregar: Por supuesto usted está invitada.

1 hora después:

Un apuesto joven de cabello alborotado entraba a una empresa, al hacerlo se encontró con unos jóvenes que llevaban un hermoso arreglo floral.

De seguro son para mi niña bella, lo bueno es que hasta hoy tendré que soportar recibir o ver llegar presentes a la oficina, si hasta hoy, ya que hoy es el último día que mis tres rivales tuvieron para poder conquistar el corazón de mi niña, ¿alguno de ellos lo habrá logrado?, espero que no, aunque aún les falta la cita de hoy, ¿Qué le habrán preparado para hoy?,..., mejor no pienso en ello, a mí lo único que debe importarme es que se acerca el día que me asigno para demostrarte lo que sería una vida a mi lado, pensó Gokú.

El joven de cabello alborotado camino hacia un ascensor, al igual que los hombres, que subieron en otro de los ascensores que estaba en el pasillo.

En tanto:

Un joven de vestimenta elegante se encontraba bebiendo de una copa, mientras observaba hacia la calle a través de su ventana, mientras pensaba: Hoy es el último día de citas con Milk, hoy le dejare en claro que yo soy su mejor opción.

El pensamiento del joven se vio interrumpido por el sonido de su celular.

Dime, pronunció el joven al tomar la llamada.

Joven Hit, todo ha quedado tal como lo pidió, escucho.

Perfecto, pasen por la empresa de mis padres, allí les darán su cheque, agrego Hit, mientras pensaba: No hay nadie que se resista a una velada romántica a orillas del mar, y ya que a mí me otorgaste el privilegio de una cena por la noche para cerrar nuestro ciclo de citas, sabré aprovechar esta oportunidad, aunque sea robándote nuestro primer beso, pues cuando seamos novios ya habrá tiempo para conocernos más íntimamente.

En una mansión:

¿Almorzaras con Milk hermano?, decía una rubia de cabello corto.

Sí, el último día de citas, ella decidió repartirlo de manera equitativa entre Hit, Jiren y yo, por ello saldrá con los tres, claro no al mismo tiempo, ella hizo un sorteo de actividades, y a mí me toco almuerzo, a Jiren paseíto por la tarde y a Hit cena, respondía Diecisiete.

Vaya, pero ¿Cómo sientes a Milk contigo en sus citas?, agrego la rubia.

¿Cómo la siento?, dijo Diecisiete.

Sí, ¿te sigue tratando como amigo en las citas?, ¿o has visto avance con ella?, pronunció Dieciocho.

La pasamos muy bien, aunque ella sea un tanto esquiva en las citas, respondió el joven sonriendo.

¿Esquiva?, dijo la rubia.

Sí, no permite que le dé un beso, y mira que he intentado robarle un beso en todas nuestras citas, pero ella dice que aún no, que solo le dará un beso al que elija para novio, pero la verdad hermana necesito besarla, pues así ella podría descubrir que yo soy el indicado para ella, contesto Diecisiete.

Pues conociendo a Milk, si la besas sin su consentimiento, pueden pasar dos cosas querido hermanito, una que ella te corresponda y otra que te quite su amistad, dijo Dieciocho con calma.

¡Quitarme su amistad! pronuncio alarmado el joven.

Sí, por ello, haya tu si te arriesgas hermanito, dijo la rubia con calma, dejando pensativo a su gemelo.

En otra mansión:

Y es allí donde pienso llevarla padre, ¿Qué te parece?, decía Jiren.

Una gran idea hijo, un lugar así enamora a cualquier mujer, además no es tan distante de la ciudad y la actividad que piensas realizar con ella es muy romántica, respondió el padre de la joven.

Si, justo por ello elegí el lugar, uno porque allí podríamos realizar esa actividad y el otro motivo la cercanía, solo dispongo de 3 horas para pasarla con ella, ya que por la noche será su última cita con mi otro rival, acotaba Jiren.

Hijo tienes que demostrarle a esa niña, que tú eres su mejor opción, respondió con firmeza el hombre.

Empresa de Milk: "Oficina"

¡Gracias ¡ decía la pelinegra tras recibir unos arreglos florales, al tiempo que a la oficina entraba el joven de cabello alborotado.

Ya estoy aquí, escucho la joven, al tiempo que unos uniformados se retiraban de la oficina.

¡Qué bueno! pronunció Milk.

Ya puedes irte a tu cita, dijo Gokú, tratando de contener sus celos.

Si, en unos minutos me voy a mi casa para alistarme, respondió Milk, mientras cogía una tarjeta que venía en uno de los arreglos florales.


Quise empezar nuestra bella tarde con un detalle como este.

Para la más bella de todas las chicas.

Tú, Milk Ox.

Con amor.

Jiren.


¿Quién te las envío?, pronunció Gokú en su curiosidad.

¿Qué?, dijo Milk.

Da lo mismo saber su nombre, solo conozco a uno de mis rivales, respondió Gokú.

Ah sí, ¿a quién?, contesto la pelinegra con la misma curiosidad.

Al que vino a la oficina, dijo Gokú en tono celoso.

A Diecisiete, respondió Milk.

Sí, a él, respondió Gokú.

Él no me envió las flores, fue Jiren, dijo Milk con calma.

¿Jiren?, pronunció Gokú.

Sí, contesto la pelinegra, haciendo una pausa para acotar: Ya tengo que irme, como ya sabes no vendré hasta el lunes.

Pero el domingo nos veremos, ¿verdad?, dijo Gokú con ilusión.

Pensé que nunca te tomarías el día, respondió la pelinegra sonriendo.

Es que como me dijiste que sería el último con el que tendrías una cita, y solo tenía dos días a mi disposición para tener la cita contigo, estaba pensando en si tomarla sábado o domingo, contesto el joven de cabello alborotado.

Claro, dijo Milk.

Si me darás el día completo, ¿verdad?, claro sin contar la noche, es decir más allá de las 10 de la noche..., decía nervioso Gokú.

Sí, por supuesto, es lo que te corresponde, pues solo te otorgue un día, respondió la pelinegra mirando con ternura al joven de cabello alborotado.

Bien, entonces el domingo paso por ti a tu casa, dijo Gokú.

No, no es necesario, mejor nos encontramos en el lugar a donde iremos, contesto la pelinegra.

Es qué..., respondía Gokú, quedándose callado repentinamente.

¿Qué sucede?, dijo Milk.

Tú me has otorgado el privilegio de demostrarte en un solo día que soy el hombre que tú debes elegir para el resto de tus días, por ello lo que yo he planificado para ese día no es lo que has venido haciendo con tus otros pretendientes, yo, yo quiero mostrarte como podría ser un día junto a mí sin formulismos, yo quiero mostrarte como podía ser una vida a mi lado, por lo mismo..., agregaba el apuesto joven.

Ya comprendí, no tienes que decirme más, respondió la pelinegra, haciendo una pausa para añadir: El domingo ¿a qué hora pasarás por mí?

Lo más temprano que se pueda, quiero que disfrutemos juntos de ese día la mayor cantidad de horas posibles, dijo Gokú.

Bien, entonces a las 7 de la mañana, creo que es una buena hora, respondió la pelinegra.

Me parece una hora perfecta, contesto el joven de cabello alborotado.

Bien, así quedamos, entonces voy a mi casa, tengo que alistarme para salir a almorzar con Diecisiete, ¡Ah! algo más tu última semana en la empresa posiblemente estés solo en ella, ya que yo solo vendré el lunes, acoto Milk.

¿Por qué?, dijo Gokú con nostalgia.

Porque necesito pensar bien la decisión que tomaré, pronunció Milk.

1 hora después:

Un joven de cabello negro lacio reía, tras haber sido nuevamente rechazado por la pelinegra.

Hay Milk, sí que eres mala, decía Diecisiete, mientras la pelinegra subía a su auto.

¿Por qué dices eso?, ¿por qué no permito que me beses?, ya te explique lo que un beso significa para mí, respondió la pelinegra.

Sí, sí, y lo entiendo, pero ¿no crees que un beso te ayudaría mejor a elegir al indicado?, pronunció Diecisiete, tras abordar su auto.

¿Te gustaría que bese a todos tus rivales para saber que beso me gusta más?, dijo Milk sorprendida, mientras pensaba: Un beso solo me confundiría más como aquella vez que bese a Gokú para alejar de mi a Broly, aunque de nada sirvió este siguió insistiendo.

Bueno, bueno, tampoco lo digas así, que suena un tanto inmoral, respondió Diecisiete sonriendo, mientras manejaba.

¿Y crees que no lo es?, dijo Milk.

Claro que no, solo estarías usando un recurso para saber quién te hace sentir más feliz, agrego el joven de cabello negro lacio.

Sentir feliz, pronunció la pelinegra confundida.

Claro, si el beso te gusta, es un hecho que lo corresponderás y hasta querrás volver a repetirlo, sin contar todo aquel mar de emociones que un beso podría despertar en ti, claro solo aparecerán esas emociones si ese beso de verdad te agrado, y si te agrado, pues lo más probable es que la persona que te beso también te agrade solo que no te habías dado cuenta..., acotaba Diecisiete, mientras la pelinegra lo escuchaba atentamente.

Tras algunos minutos de entretenida platica Diecisiete estaciono su auto frente a un hermoso restaurante, segundos después el par de jóvenes bajaron del auto y entraron al mismo.

Tiempo después:

¿Y cuándo nos dirás quién es el elegido?, decía Diecisiete, mientras llevaba una copa a su boca.

En una semana, creo que es el tiempo suficiente para tenerles una respuesta, respondió Milk.

Entonces el próximo viernes, decía Diecisiete.

Creo que a partir del próximo sábado me contactaría con ustedes para hacer saber mi decisión, contesto Milk.

Bueno, al menos no será mucha la espera, agrego el joven.

Diecisiete, pronunció Milk.

Dime, respondió el joven.

¿Qué ves en mí?, dijo la joven.

¿Qué?, contesto Diecisiete confundido.

¿Por qué te interesa tanto convertirte en mi novio?, respondió Milk.

Por qué me has gustado siempre Milk, ya te lo he dicho, además no solo quiero ser tu novio, sino además convertirme en tu esposo, dijo el joven.

¿Qué tan importante es para ti la pureza de una mujer?, pronunció la pelinegra.

¿Qué?, respondió confundido el joven, haciendo una pausa para agregar: ¿Qué tratas de decirme con pureza?

¿Qué pensarías si te digo que ya no soy pura?, agrego Milk, un tanto sonrojada por lo que dijo.

Que estás bromeando, por supuesto, tu eres la chica más dulce y llena de valores que he conocido, por ello me gustas tanto, dijo Diecisiete sonriendo.

Tal como lo pensé, Diecisiete es como la mayoría de chicos de nuestra clase, prefieren a una mujer pura para esposa que a una que ya no lo es, aunque no me lo haya dicho directamente con su respuesta me confirma ello, solo que él es muy gentil para decírmelo más claramente, pensó la pelinegra.

Bueno, aún no has probado el pastel, pronunció el joven de cabello negro lacio sonriendo.

¡Eh! si, si, dijo Milk.

2 horas después:

¡Gracias por traerme! decía Milk, tras bajar de un auto.

No hay nada que agradecer hermosa, solo recuerda que yo soy tu mejor opción, respondía Diecisiete sonriendo, al tiempo que un joven se acercaba a ellos.

¡Qué bueno que ya estés aquí Milk! decía Jiren.

¡Hola! disculpa el retraso, pronunció la pelinegra.

Solo fueron 15 minutos, agrego el joven, mientras besaba la mano de la pelinegra.

Bueno, me retiro, pásenla bien, dijo Diecisiete, antes de abordar su auto.

Bien, nosotros vamos a mi auto, que una tarde llena de emociones nos espera, pronunció Jiren.

Sí, dijo Milk.

En tanto:

Un apuesto joven de cabello alborotado platicaba por celular con uno de sus amigos.

Pero Gokú así solo la espantarás, decía un calvo.

No, claro que no, la idea de ese día a mi lado, no es crearle un día falso, sino un día de verdad a mi lado, respondió Gokú.

Pero ella es la hija de un magnate, todos tus rivales son tan adinerados como ella, ya imagino los lugares donde la están llevando,..., escucho.

Krilín, ¿Cuánto tiempo se podría sostener una mentira?, dijo Gokú.

Si, tienes razón, no podrías sostenerla, ni siquiera una semana con tus ingresos mensuales, ya que ella está acostumbrada a una vida llena de lujos..., escucho.

Así es, además ella sabe perfectamente que no soy millonario, por lo mismo, no tengo porque aparentar nada con ella, sino todo lo contrario, yo quiero mostrarle a ella como podría ser nuestros días, unos días en los cuales tal vez no existan los lujos, pero a pesar de ello se puede ser muy feliz...., decía Gokú.

2 horas después:

Una pelinegra miraba un hermoso paisaje desde lo alto de un globo aerostático.

¿Qué te parece Milk?, ¿te gusta el paisaje?, pronunció Jiren, mientras miraba a la pelinegra.

Sí, es espectacular, dijo la pelinegra.

En Turquía, hay una ciudad llamada..., pronunciaba Jiren, mientras la pelinegra lo escuchaba atentamente.

Minutos después:

Cuando formalicemos te llevare a ese lugar, decía Jiren.

Jiren, ¿Qué ves en mí?, pronunció Milk.

¿Qué?, contesto el joven.

¿Por qué te interesa tanto convertirte en mi novio?, agregó la pelinegra.

Por qué me gustaste desde que te vi a través de una foto, ya te lo he dicho, además yo no me conformo con ser tu novio, yo quiero ser tu esposo, dijo el Jiren.

¿Qué pensarías si te digo que ya no soy pura?, agrego Milk, tratando de no sonrojarse nuevamente al formular la pregunta.

Que yo tampoco lo soy, por lo tanto, no podría juzgarte, dijo Jiren con calma.

La pelinegra miro al joven y a la mente de ella vino unas palabras que alguna vez Vegueta le dijo: Quien te amé, no te juzgará ni preguntará nada.

Sin duda eres un buen muchacho, el prospecto perfecto de novio, prometido y esposo como dice mi padre, lo único malo es que a pesar de todo lo positivo que tienes mi corazón no late cuando estoy junto a ti, aunque tal vez con el tiempo ello pase, tengo que considerar que apenas son tres semanas de tratarlo, pensaba la pelinegra.

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