Capítulo 29: "Conteniendo un amor y los celos"
Un gigantesco hombre se encontraba sentado en uno de los cómodos sofás de la sala de su lujosa casa esperando a su bella hija, cuando de repente esta llego al lugar.
Pensé que ya te habías ido, padre, dijo Milk en tono sorprendido.
Necesito decirte algo, por ello te espere, respondió el gigantesco hombre.
¿Qué padre?, agrego la pelinegra.
Que no olvides lo que acordamos, tu asistente, tiene que comportarse como ello, hasta que le toque su día para cortejarte, pronunció con molestia el señor Ox, haciendo una pausa para añadir: Y tú tienes que hacer que ello se cumpla.
Ya lo sé padre, dijo Milk.
Me alegra saber que tienes claro ello hija, entonces ya no hay más que hablar, nos vemos por la tarde, ¿o almorzaras con alguno de tus pretendientes?, respondió el señor Ox.
No lo sé padre, ninguno de ellos se ha comunicado conmigo para que almorcemos hoy, contesto Milk, al tiempo que una mujer uniformada interrumpía la plática de padre e hija.
¡Disculpen la interrupción! Señorita Milk, el joven Takahashi vino a verla, decía la mujer uniformada.
¿Takahashi?, pronunció un tanto confundida la pelinegra.
Jiren hija, Jiren Takahashi, dijo el señor Ox, haciendo una pausa para añadir: Ya me voy, te dejo en buena compañía, y usted haga pasar inmediatamente a Jiren.
Sí, señor, respondió la mujer.
El señor Ox salió de la mansión, al hacerlo se encontró con Jiren, quien lo saludo de manera cortes, y tras una breve platica entro a la mansión.
En tanto:
En una oficina, un apuesto jovencito de cabello alborotado acomodaba el escritorio de su joven jefa, mientras pensaba: Si bien tengo claro que solo dispongo de un solo día para cortejarte con libertad, eso no significa que no desaprovechare la oportunidad que tengo de compartir contigo un espacio a diario...
El pensamiento del apuesto jovencito, se vio interrumpido por el sonido de la puerta de la oficina.
Adelante, dijo Gokú.
Joven Son, el joven Android quiere hablar contigo, pronuncio la secretaria.
¿El joven Android?, respondió Gokú.
Uno de los pretendientes de la señorita Ox, contesto la secretaria, haciendo que el joven de cabello alborotado sienta incomodidad.
Dile que pase, dijo Gokú, mientras pensaba: ¿Ese joven sabrá que yo también soy uno de los pretendientes de Milk?
Mansión Ox:
¡Gracias por las flores! como te dije, no esperaba una visita tan temprano, decía Milk.
Quería sorprenderte, respondió Jiren.
Pues lograste tu propósito, contesto la pelinegra con calma.
¿Te llevo a la empresa?, de paso que conozco el lugar donde trabajas, acotaba Jiren.
Bien, dijo Milk, mientras pensaba con cierta nostalgia: Parece que Jiren en verdad quiere conquistarme, ¿podrá lograrlo?, si ello llega a darse papá sería el más feliz, sin duda, ya que él si es de nuestra clase.
Empresa de Milk:
Parece que desconoce que yo soy uno de los pretendientes de Milk, sino no me estaría pidiendo ello, pensaba Gokú, mientras escuchaba lo que el joven de cabello negro lacio hasta los hombros le decía.
Y ello sería todo, ¿si puedo contar con tu apoyo?, ¿verdad?, pronunciaba Diecisiete, mientras pensaba: El joven de clase baja que está considerado como pretendiente de Milk, por las circunstancias que el señor Ox nos comentó, ¿será tan apuesto como su asistente?, de ser así, a pesar de no ser de nuestra clase podría convertirse en un problema para los que estamos luchando por conquistar el corazón de ella.
Claro, dijo Gokú, tratando de controlar su molestia.
¡Gracias! yo sabré compensarte el apoyo,..., respondía Diecisiete.
No, no es necesario, además no haré nada, lo solo le transmitiré su mensaje, ¿no?, agrego el joven de cabello alborotado, con la mayor calma posible.
Bueno, te encargarás del trabajo por la tarde, para así yo poder disfrutar de toda una tarde con Milk, decía Diecisiete.
En tanto: "Auto"
¿Y dónde te conoció ese admirador?, tu padre no lo menciono, como tampoco su nombre y apellido, aunque es comprensible, debe sentirse apenado de que alguien que no es de nuestra clase se haya atrevido a posar sus ojos en ti, decía Jiren mientras manejaba.
En un evento al que asistí, allí me conoció, mintió la pelinegra.
Y quedo hechizado de tu belleza, como todos los que te conocemos, hasta allí lo comprendo, pero que él piense que puede tener opción contigo, eso sí es sorprendente, ¿no?, acoto Jiren sonriendo.
Milk, no respondió nada, solo bajo la mirada, mientras se tornaba pensativa: Gokú, espero haber tomado la mejor decisión al involucrarte en esta lucha por mi amor...
Dime Milk, ¿Cómo es ese chico?, la verdad me da curiosidad, porque si no tiene dinero y se tiene tanta confianza, algo debe de tener a su favor, ¿no?, escucho la pelinegra.
¿Qué?, dijo Milk.
¿Cómo es tu admirador de situación económica baja?, agrego Jiren.
Es una buena persona, y muy inteligente, pronunció Milk.
Claro que es inteligente para haber puesto sus ojos en ti, pero no me refería a sus virtudes sino a su físico, tu padre nos dijo que no era mal parecido, pero no quiso gastar el tiempo hablándonos más de él solo nos comentó algunas cositas como que era pobre, decía sonriendo Jiren, haciendo una pausa para añadir: Tu padre dice que los rivales en sí somos Diecisiete, Hit y yo...
Esa es la opinión de papá, más no la mía, Gokú también tiene opción de ganarse mi corazón, y tal vez más que cualquiera de ellos, además tenemos un pasado, que solo, él, Vegueta y yo conocemos, aunque ello no influirá en mi decisión, pero si podría influir en la de mis pretendientes, pensaba la pelinegra, mientras oía a Jiren.
Empresa de Milk:
Bueno me retiro, ¡gracias por tu ayuda! y hazle presente a Milk, mi visita, de igual manera yo la llamare para hacerle la invitación, decía Diecisiete.
Bien, respondió Gokú.
El joven de cabello lacio hasta los hombros salió de la oficina, al hacerlo, vio pasar a una empleada llevando un canasto de flores.
¿Quién de mis rivales se las enviara?, pensó Diecisiete.
Minutos después:
Déjalas en esa mesa, decía Gokú, mientras sentía incomodidad, al tiempo que pensaba: Invitaciones, regalos, llamadas, todo ello tendré que soportar hasta que dure la fase de cortejo de mis rivales.
El joven de cabello alborotado camino hacia la ventana de la oficina, y desde allí miro al exterior.
Mientras tanto:
Diecisiete abordaba su auto al tiempo que otro moderno auto se estacionaba frente al lujoso edificio.
¡Gracias por traerme! decía una pelinegra sin notar que el auto donde estaba su otro pretendiente partía.
No tienes que agradecerme nada, y disculpa si te cause alguna incomodidad con mi pregunta, pero la verdad, sentí mucha curiosidad, respondió Jiren.
La pelinegra no respondió nada, solo decidió bajar, al mismo tiempo que lo hacía su acompañante.
Espera Milk, pronunció Jiren, mientras caminaba hacia la pelinegra.
¿Dime?, dijo Milk.
Mañana por la noche, ¿podemos cenar juntos?, agrego el joven.
Bien, respondió Milk, sin notar que, desde una ventana, un apuesto jovencito la observaba.
Tiempo después:
¡Hola! decía dulcemente Gokú, mientras se ponía de pie.
¡Buenos días! ¿alguna novedad?, pronunció Milk con calma, mientras se dirigía a su escritorio, sin notar unas flores que estaban sobre una mesa.
Sí, te trajeron esas flores, y este presente, él joven que las trajo me dijo que te llamaría en unas horas, respondió Gokú, mientras le entregaba a la pelinegra una cajita.
¡Gracias! dijo Milk, mientras miraba la tarjeta que venía sobre la cajita, y luego caminaba hacia el canasto de flores, para tomar la tarjeta que estaba sobre la misma.
Luego la joven tomo asiento en su escritorio, al hacerlo vio que sobre el mismo había una pequeña botellita.
Es tu bebida favorita, ¿verdad?, dijo Gokú.
Sí, ¿Quién la trajo?, respondió Milk.
Yo, pensé que podrías necesitar beber algo durante la mañana..., agregaba el apuesto jovencito, mientras la pelinegra lo miraba.
2 horas después:
Milk platicaba por celular mientras el joven de cabello alborotado escuchaba con incomodidad la plática.
Está bien tú ganas, acepto, decía Milk.
¡Gracias hermosa! entonces paso por ti en un par de horas, escucho.
Bien, te estaré esperando Diecisiete, dijo Milk, antes de colgar.
¿Almorzaras fuera?, pronunció Gokú, aunque él ya sabía que lo haría, pues el joven de cabello negro lacio hasta los hombros ya se lo había comentado cuando estuvo en la oficina.
Sí, respondió Milk, al tiempo que una nueva llamada entraba a su celular. La pelinegra miro la misma y dudo en responderla, pero tras la insistencia, decidió hacerlo. Dime, pronunció con seriedad la joven.
Milk, pensé que ya todo estaba aclarado, escucho.
Hit, yo no..., decía la pelinegra, mientras el joven de cabello alborotado la observaba.
¿Hit?, ese es el nombre de otro de mis rivales, pensó Gokú.
Milk, no seas injusta conmigo, yo también estoy luchando por tu amor, al menos déjame intentar conseguirlo, ¿no?, escucho la pelinegra.
Bien, permitiré que luches por conquistarme, eso sí, quiero que juegues limpio,..., decía Milk.
Pero hermosa, yo no soy ningún tramposo, ya te expliqué porque hice ello a..., escuchaba la pelinegra.
Dejemos ese tema en el pasado, dijo Milk.
Me parece bien hermosa, entonces ¿puedo cenar hoy por la noche contigo?, escucho.
¿Hoy?, agrego la pelinegra, mientras el joven de cabello alborotado no hacía más que mirarla y escuchar con atención la plática que sostenía.
Sí, hoy por la noche, ¿o alguno de mis rivales ya se me adelanto?, escucho.
No, no tengo planes para hoy en la noche, respondió la pelinegra.
Perfecto, ¿entonces paso por ti a tu casa para que vayamos a cenar?, escucho Milk.
Bien, así quedamos, dijo Milk.
Luego de ello la pelinegra dio por concluida la llamada, mientras su apuesto asistente no dejaba de mirarla.
Tendrás un día muy ocupado, pronunció Gokú.
Sí, eso parece, dijo Milk.
2 horas después:
Una pelinegra abría la puerta de su oficina para salir de la misma, al hacerlo se encontró fuera de ella a un apuesto joven de cabello negro lacio hasta los hombros.
¡Diecisiete! ya estaba por bajar, decía Milk, haciendo que su apuesto asistente, deje de hacer la tarea que estaba realizando, para posar su mirada en ella y en la persona que menciono.
Lo sé, pero quise venir por ti hermosa, respondió el joven dándole un beso en la mejilla, haciendo que el jovencito de cabello alborotado baje la mirada.
Ya regreso, dijo Milk, antes de cerrar la puerta, mientras su acompañante sonreía.
No digas ello hermosa, porque a lo mejor hoy no vuelves al trabajo, pronunció Diecisiete sonriendo.
¿Qué?, pronunció Milk.
Es que el lugar donde almorzaremos es un poquito distante de la ciudad,..., respondía Diecisiete.
Oficina:
¿A dónde pensará llevarla?, pensaba Gokú, mientras miraba con nostalgia el asiento vacío de su jefa.
Las horas parecían eternas para el apuesto jovencito de cabello alborotado, que no podía concentrarse en su trabajo, por estar pensando en lo que estaría haciendo su jefa.
De repente el sonido de su celular lo saco de sus pensamientos. Gokú, tomo el mismo inmediatamente, y al ver el nombre de la persona que él había registrado como "Niña bella", sintió su corazón acelerarse.
Me llamo a mi personal, pensó Gokú, mientras activaba el botoncito que le permitiría responder la llamada.
Gokú, espero no interrumpir tu labor, escucho el apuesto joven.
Tu no interrumpes nada, niña bella, dijo el joven de cabello alborotado con ternura.
Restaurante:
Un joven de cabello negro lacio observaba extrañado a una pelinegra que hablaba por celular, pues las mejillas de ella de un momento a otro se tiñeron de carmín.
Escúchame Gokú, hoy no volveré a la oficina, el lugar donde estoy con Diecisiete es muy distante de la ciudad, y tengo una cita por la noche,..., decía Milk.
Empresa de Milk:
Bien, no te preocupes por nada, yo me hago cargo de todo, disfruta tus citas, pronunciaba Gokú, mientras sentía todo quemarle por dentro. Luego de ello dio por concluida la llamada, mientras pensaba: De seguro la llevo a algún restaurante costoso, y lo mismo harán sus otros pretendientes, pero yo no haré ello, y no, porque no pueda pagar una cita en algún lugar costoso, yo podría hacer algunos ajustes en mis cuentas y llevarla en nuestra cita al mejor restaurante de Japón, pero yo no quiero aparentar una vida que no será siempre así para los dos, yo quiero que ella en el único día que me ha otorgado para conquistarla vea cómo será nuestra vida a futuro si me llega a elegir.
Restaurante:
Existe mucha confianza entre tu asistente y tú, ¿verdad?, dijo Diecisiete.
¿Por qué lo dices?, respondió Milk.
Lo llamas por su nombre, no por su apellido, como si fueran amigos y tú eres su jefa, lo normal sería que lo llames por su apellido a menos que le tengas tanta confianza, agrego el joven.
Yo acostumbro a tratar a mis empleados por sus nombres, ello les da confianza, y trabajan más a gusto, dijo Milk.
Claro, respondió Diecisiete, mientras pensaba: No me convencen del todo sus argumentos, pero, en fin, lo que menos quiero es problemas con la hermosa Milk.
Horas después:
Un lujoso auto se detenía frente a una gigantesca mansión.
¡Gracias por esta bella tarde a tu lado! decía Diecisiete, mientras acercaba su rostro para besar la mejilla de la pelinegra, sin notar que desde un auto un joven los observaba.
Tras despedirse de Milk, está bajo del auto, segundos después Diecisiete partió, y la pelinegra empezó a caminar hacia su casa.
Milk, Milk, escucho.
La pelinegra con molestia detuvo sus pasos, y giro ante el llamado.
No pensé que te atreverías a venir a mi casa, pronunció la pelinegra molesta, tras ver a su ex frente a ella.
Milk, solo quiero tu perdón y recuperar nuestra amistad, no te pido más, decía Broly.
No te creo, respondió Milk con firmeza.
Sé que no es fácil creer en mis palabras, pero te estoy diciendo la verdad, sé que no podré volver a conquistarte, ya entendí ello, pero al menos quiero volver hacer tu amigo, disfrutábamos mucho de nuestra amistad, ¿no me digas que ya no recuerdas ello?, porque yo nunca olvide todos esos momentos junto a ti, tanto así que los plasme en fotos, en fotos..., agregaba Broly.
En fotos que enviaste para lastimarme, ¿no?, pero no has logrado tu objetivo, yo ya superé lo nuestro, dijo Milk.
Me alegra oír ello, y la intención de las fotos..., respondía Broly.
No quiero seguir hablando contigo Broly, ya no te guardo rencor, si ello te hace sentirte mejor, ya no te guardo rencor, ahora vete de mi casa, ¡por favor! añadió Milk.
Bien, me iré, pero seguiré luchando por recuperar mi amistad, y como prueba de la misma te voy a pedir que no confíes en Hit, el miente, él..., decía Broly.
Basta Broly, ¿así pretendes que recuperemos nuestra amistad?, hablando mal de otros, inventando cosas en su contra, respondió Milk.
Es que no es invento, él..., añadía el joven.
No quiero oírte más, confórmate con saber que ya no estoy resentida contigo, porque mi amistad no la tendrás más, dijo Milk, antes de echar a correr hacia su casa.
Milk, te has vuelto una chica muy terca, ni me diste oportunidad para hablarte del nuevo chantaje que me hizo Hit, aunque el muy astuto, decidió no cobrar su apuesta, claro para que así todo quede en nada, pensó Broly, mientras veía partir a la pelinegra.
En tanto:
En un lujoso departamento un joven de vestimenta elegante bebía una copa de vino, mientras pensaba: Hoy te demostrare que yo soy la mejor opción para ti bella Milk.
Empresa de Milk:
Un cabizbajo joven de cabello alborotado caminaba por un pasillo hacia la salida de la empresa, cuando de repente escucho su nombre.
Gokú, amigo, espera.
¡Krilín! ¿Qué haces por aquí?, pronunció Gokú.
Vine trayendo unos documentos, pero cuéntame, ¿Cómo vas?, decía el calvo.
Tratando de contener mi molestia, respondió Gokú.
¿Qué?, pronunció Krilín confundido.
Hoy empezó la lucha por la conquista del corazón de mi niña bella, y como ya lo intuía, empezaron a enviarle todo tipo de detalles a la empresa, invitaciones, visitas de sus pretendientes, y todo lo tengo que presenciar yo, pues soy su asistente..., decía Gokú en tono celoso, mientras su amigo lo escuchaba al tiempo que lo miraba con cierta nostalgia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro