Capítulo 20: "Mentira que despierta sentimientos"
Un joven de cabello largo hasta los hombros un tanto desordenado miraba con reproche a una pelinegra tras las palabras pronunciadas por ella.
¿Le hablaste a ese zarrapastroso sobre mí?, decía Broly con molestia.
Primero que nada, no te permito que te expreses así de mi novio, pues él no es lo que dices, y segundo, si, si le hablado de ti, porque los dos no nos tenemos secretos,..., respondía la pelinegra siendo interrumpida por su ex.
Ya Milk, para broma estuvo bueno, pero no es necesario que sigas creando más mentiras, tú y ese, a ver como lo digo para que no te molestes, decía Broly, tornándose un tanto pensativo para tras algunos segundos agregar: Oportunista, si creo que ello le calza perfecto, ya que de nuestra clase no es, sin embargo, ha sabido usar muy bien su físico para introducirse en nuestro medio y en un día de seguro suerte conocerte, y ya luego pues prestarse a tu juego, ¿a cambio de qué?, de algún puesto de trabajo, puede ser o a la mejor el muy tonto cree que su físico le bastara para que gracias a ti pueda conquistar alguna riquilla que lo saque de su miseria, porque a ti, sería ridículo pensar que pretenda conquistar, ya que estás muy lejana a él. La hija del magnate más poderoso de Japón solo podrá casarse con alguno de los hijos de los 10 magnates más poderosos de nuestro país y yo soy uno de esos hijos.
¿Quién dice ello?, tú, pronunció enfadada la pelinegra.
No, no lo digo yo hermosa, lo dice tu padre cada vez que se reúne con sus amigos y socios, o ya se te olvido que mi padre era uno de sus socios, dijo Broly.
Como piensas que olvidaría ello, respondió con molestia la pelinegra, haciendo una pausa para acotar: Y si tal vez sea el pensamiento de mi padre, pero no es el mío.
Hay Milk, sin duda te estás luciendo en decir mentiras, decía Broly, mientras daba palmadas con sus manos, al tiempo que agregaba: Tú solo podrías usar a ese chiquillo como lo haría cualquier chica de nuestra sociedad como un pasatiempo, pero al final terminarás casándote con alguien de tu misma clase, y esa persona volveré a ser yo, porque me sigues amando.
Yo ya no te amo, pronunció Milk con firmeza, mientras un apuesto jovencito de cabello alborotado salía de la empresa, y al ver a la pelinegra junto a su ex acelero su andar para llegar junto a ella.
Claro que sí, y ahora mismo te lo voy a demostrar, dijo Broly intentando tomarla a la fuerza de su brazo, pero no llego a concretar su cometido, pues un puño en su rostro se lo impidió.
No te permito que le pongas un solo dedo encima, ¿entendiste?, pronunció Gokú con firmeza, mientras la pelinegra lo miraba sorprendida.
Estúpido andrajoso, tienes las manos muy duras, dijo Broly, con rabia, mientras se frotaba su mejilla.
No quiero volver a verte cerca de ella, o la próxima vez..., respondía Gokú.
Tú a mi pobretón no me das ordenes, contesto Broly, haciendo una pausa para acotar, mirando a la pelinegra: Este salvaje no es nada tuyo Milk, lo acabo de comprobar, tú jamás estarías con alguien sin clase, y menos con un salvaje como este, lo más probable es que es uno de los guardaespaldas que te contrato tu padre.
No voy a seguir hablando contigo, dijo Milk, mientras empezaba a caminar, siendo seguida por un entristecido Gokú y un furioso Broly.
¿Por qué?, ¿Por qué sabes que lo digo es cierto?, ¿verdad?, acoto Broly.
¿Me dejarás de molestas si te demuestro que lo que te digo es verdad?, dijo Milk, tras detener sus pasos y posar su mirada sobre su ex.
Podría considerar esa opción, respondió Broly.
Bien, entonces te voy a demostrar que lo que te digo es cierto, para que tengas bien claro que tú ya no cabes en mi vida, dijo Milk con firmeza, mirando a Broly, para luego posar su mirada en el joven de cabello alborotado.
¿Qué pasa?, pronunció Gokú.
Nada cariño, solo ven acércate un poco más a mí, hay que demostrarle a este terco, que yo ya no quiero nada con él, dijo Milk mientras acariciaba con una de sus manos el rostro del joven de cabello alborotado poniéndolo nervioso, al tiempo que Broly miraba furioso la escena.
No creo que se atreva a hacer lo que estoy imaginando, pensaba Broly, mientras observaba a la pelinegra elevarse en puntillas, mientras colocaba sus brazos alrededor del cuello del joven de cabello alborotado, que solo se limitaba a verla embelesado.
Bésame, dijo Milk muy despacio, solo para que su asistente la escuchara.
¿Qué?, pronunció despacio Gokú, colocando su frente sobre la de la pelinegra, haciendo que ella sienta una extraña sensación en su interior.
Haz lo que te digo, antes de que me arrepienta, es la única manera que encuentro para alejarlo de mí, agrego despacio Milk, mientras Broly miraba la escena empuñando sus manos.
Gokú, no pregunto más solo rozo sus labios con dulzura, para luego profundizar el beso, un beso que para su sorpresa fue correspondido por Milk, al tiempo que Broly se acercó a ellos para separarlos, mientras que desde un auto alguien observaba la escena con molestia.
Basta Milk, basta, si querías lastimarme, bien lo has conseguido, pera ya no sigas adelante con una relación que no te llevará a nada, dijo Broly con molestia.
No te preocupes, no volveré a repetir una misma historia dos veces, respondió Milk con firmeza, mientras el joven de cabello alborotado aún no despertaba de su ensueño tras haberse visto correspondido momentáneamente por su amada.
Milk, no seas terca, tu padre..., decía Broly.
No metas a mi padre en esta discusión, ya te demostré que lo nuestro va en serio, ¿no?, espero y ya no me sigas molestando, pronunció la pelinegra, mientras tomaba la mano de su asistente haciéndolo reaccionar.
Princesita bella, ¿Qué se te ofrece?, pronunció con dulzura Gokú, mientras la miraba embelesado.
Vamos a tu auto, ¿Dónde lo dejaste cariño?, respondía Milk, fingiendo dulzura, mientras Broly miraba la escena con rabia.
Esta junto a ese árbol, dijo Gokú.
Bien, vamos entonces hacia donde se encuentra, añadió Milk, mientras empezaba a caminar de la mano con un sorprendido jovencito de cabello alborotado, al tiempo que un auto emprendía camino.
Un pobretón no me ganará a Milk, no, claro que no, dijo Broly con rabia, mientras caminaba hacia su auto.
En tanto:
Gokú y Milk abordaron el auto, mientras el apuesto jovencito de cabello alborotado conducía, la pelinegra observaba a través del espejo a Broly abordar también su auto.
Voy a llamar al chofer de mi casa, decía Milk.
Yo te llevo, no es necesario que lo llames, pronunció Gokú.
Bien, tal vez sea mejor que me lleves a casa, respondió Milk, haciendo una pausa para agregar: ¡Gracias por seguirme el juego!
¿Qué?, dijo Gokú.
Necesitaba poner una verdadera barrera con él, lamento haberte usado así, pero no se me ocurrió nada más, acotó la pelinegra.
Yo estoy para apoyarte, dijo Gokú.
Me tomare un par de días de descanso, hazte cargo de todo en la empresa por mí, añadió la pelinegra, dando así por concluida la plática con su asistente.
Gokú llevo a la pelinegra a su casa, ella bajo antes de que él le abriera la puerta y se alejó rápidamente de este, mientras pensaba al tiempo que su rostro entristecía: ¿Cómo pude hacer algo así?, bueno necesitaba que Broly deje de molestarme, pero de alguna manera use a Gokú, lo usé como aquella vez, nuevamente lo use.
Auto:
Gokú se acariciaba sus labios con sus dedos, mientras pensaba: Fue maravilloso volver a sentirte tan cerca como aquel día, si, fue maravilloso.
Horas después:
¡De viaje!, decía un gigantesco hombre.
Sí, por un par de días, iré con Vados y Dieciocho, a Villa Pingüino, respondió Milk.
Bueno, está bien, aunque los viajecitos de relajo no pueden ser entre semana Milk, pronuncio el señor Ox.
Solo por esta vez padre, lo prometo, dijo Milk.
¿Estás evadiendo algo o a alguien hija?, respondió el señor Ox.
No papá, no, es solo que queremos ir, nada más, pronunció Milk.
Gimnasio:
Y esa carita amigo, decía un joven sentándose frente al joven de cabello alborotado.
Es que no comprendo, ¿por qué tiene que ser tan difícil el amor?, respondió Gokú.
Si, lo mismo me pregunto yo, dijo Ten.
Nuevamente problemas con Lunch, pronunció Piccolo.
No diría problemas sino más bien malos entendidos, contesto Ten.
Pues ellos lo arreglaran, como siempre, pero yo, pero yo, ya no sé qué más hacer para que mi niña note lo mucho que la amo, decía Gokú, mientras sus amigos lo miraron con nostalgia.
Solo tienes dos opciones amigo, pronunciaba un calvo que había llegado a la oficina y había escuchado la plática de los jóvenes.
¿Cuáles?, respondió Gokú.
Gritar abiertamente tus sentimientos por ella en la empresa,..., decía Krilín.
No, como crees, yo quiero expresarle mis sentimientos solo cuando estemos los dos, lo malo es que ella no me da opción de decirle nada, pronunció Gokú.
Entonces, tienes la segunda opción, dijo el calvo, haciendo una pausa para agregar: Dale celos.
¿Celos?, respondió Gokú.
Sí, ellos funcionan, aunque la señorita Ox, no es cualquier chica,..., decía Krilín.
Por supuesto que no, es la hija del hombre más poderoso de nuestro país, acotaba Piccolo.
Amigo, mejor olvídate de ella, solo vas a sufrir, agregaba Ten.
Se lo dije muchas veces, pero ya conocen a Gokú, pronunció Krilín.
Casa Ox: "Habitación de Milk"
Una pelinegra se sentaba sobre su cama con las manos en la altura de su corazón tras el sueño que había tenido.
¿Qué me pasa?, ¿por qué soñé con él?, pensaba la pelinegra, mientras a su mente venía la imagen del joven de cabello alborotado besándola.
La joven sacudió su cabeza de un lado a otro, al tiempo que pronunciaba: Creo que no fue tan buena idea besarlo.
En tanto:
Ya deja de molestar Hit, no seré tu esclavo, decía Broly con molestia.
Pues el tiempo corre, y por allí escuche un rumor que no quisiera creer, escucho.
¿Qué rumor?, dijo molesto Broly.
Qué Milk en verdad te sustituyo, pero no por alguien de nuestra clase, no que va, por un arribista, ¿me pregunto sabrá ello el señor Ox?, escucho.
Milk no me ha sustituido por nadie, y la prueba de ello es que el señor Ox no conoce esa relación, Milk solo anda jugando con un haraposo, cree que me va a engañar con su romance de mentira, pero no, a Broly ella no lo engaña,..., decía el nombrado.
Pues ojalá y sea mentira ese romance, porque si no, escuchaba.
No seré tu esclavo, antes te doy mi auto nuevo, respondió Broly.
Pues esa solución me gusta, escucho seguido de una risilla.
Al día siguiente:
Tres chicas abordaban un auto, mientras platicaban entre ellas.
¡Gracias por aceptar acompañarme chicas! decía Milk.
No hay nada que agradecer, pero si me sorprende que viajes entre semana, respondió Dieciocho.
De seguro lo haces por la inauguración de la pista de patinaje, dijo Vados.
Sí, por ello lo hago, respondió la pelinegra.
Empresa Ox:
Gokú miraba con nostalgia el asiento vacío de la pelinegra, mientras recordaba el beso que se habían dado el día anterior.
¡Milk! ¡te amo mi niña!, ojalá y me permitas ser yo quién le devuelva la ilusión de volver amar a tu corazón, pensaba Gokú.
Horas después: "Ciudad Pingüino"
Una pelinegra caminaba junto a sus amigas por unas calles, cuando de repente vio a un par de jóvenes besándose, haciendo que, a su mente, viniera el rostro de su asistente.
Milk, ¿te pasa algo?, dijo preocupada Vados, al ver a la pelinegra darle de golpecitos a su cabeza con sus manos.
¡Eh! no, no, respondió Milk.
Por la noche:
Una pelinegra giraba de un lado a otro en su cama, al tiempo que a su mente venían unas palabras
Creo que es mi día de suerte, yo, yo también estoy solo aquí, ¿no crees que podríamos hacernos compañía?
Esas fueron las palabras que me dijiste el día en que nos conocimos, ese día sin querer te convertiste en la persona que necesitaba para mi venganza, y hoy nuevamente vuelves a convertirte en la persona que necesito para librarme de Broly, sé que es cruel lo que estoy haciendo contigo, sé que lo es, pero también sé que puedo confiar en tu discreción, lo único que me preocupa es que puedas confundir las cosas y que yo..., no, no, ello es imposible, yo sé quién soy, y que es lo mejor para mí, y también para él, pensaba Milk, mientras a su mente venía el rostro de su asistente, haciendo que su corazón latiera con mayor velocidad.
Dos días después:
Una bella pelinegra entraba a una oficina al tiempo que un apuesto joven de cabello alborotado que estaba sentado se puso de pie.
¡Hola¡ buenos días, dijo Gokú con una encantadora sonrisa.
¡Buenos días¡ respondió un tanto nerviosa la pelinegra.
¡Qué bueno que ya estés de regreso!, ¿Desayunaste ya?, agregó Gokú.
Si, respondió Milk mientras se dirigía a su escritorio.
Vaya, pensé que no lo habías hecho, dijo Gokú con cierta nostalgia en su voz mientras pensaba: No me daré por vencido, no me daré por vencido, hoy tiene que ser el día de acercarme de verdad a ella.
Hoy tenemos muchos pendientes, por lo tanto, tendremos que quedarnos aquí, dijo Milk.
Bien, pediré que nos traigan comida a la oficina entonces, acoto Gokú, mientras la pelinegra asentía, al tiempo que posaba su mirada en el cofrecito que había colocado su asistente en su escritorio desde que volvieron de Kame House y ella aún no había abierto.
El joven de cabello alborotado se puso de pie para salir de la oficina, una vez que lo hizo Milk abrió el cofre, al hacerlo la pequeña muñeca de cristal que estaba dentro empezó a bailar una suave melodía, al tiempo que en el piso sobre el que bailaba la bailarina aparecían unas letras de color rojo que decían:
Solo déjame amarte.
La pelinegra al leer el mensaje sintió sus mejillas arder, al tiempo que pensaba: Debe ser solo una casualidad, él ni debió darse cuenta de este mensaje cuando compro la cajita musical, si, ello debe ser.
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