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Capítulo 15: "Una oportunidad para hablar de los dos"

Una pelinegra llegaba a la sala de su casa al tiempo que un joven cabello de flama que estaba sentado en un sofá se ponía de pie.

¡Milk! ¡me tenías preocupado! pronunciaba Vegueta, mientras se acercaba a saludar a la pelinegra.

¿Por qué?, respondió confundida Milk.

Es qué tu celular estaba apagado cada vez que te llamaba, dijo el joven cabello de flama.

Lo apague y se me olvido volverlo a encender, es todo, contesto Milk.

Bueno, lo importante es que estás bien, agrego Vegueta.

Ya que estás aquí, ¿me llevas a la empresa?, dijo la jovencita.

Claro, respondió el joven cabello de flama.

En tanto

Un joven de cabello alborotado abría la puerta de una oficina, al hacerlo se encontró con una de las secretarias de la empresa junto a un uniformado que sostenía un gigantesco canasto de rosas en sus manos.

Le trajeron este arreglo a la señorita Ox, ¿Dónde las ponemos?, pronunciaba una coqueta secretaria, mientras el joven de cabello alborotado miraba el canasto de rosas.

En esa mesa, respondió Gokú con calma.

Bien, dijo la secretaria, mientras le indicaba a un uniformado donde dejar el canasto.

Luego de algunos minutos la secretaria y el uniformado salieron del lugar, dejando solo al joven de cabello alborotado.

¿Quién se las habrá enviado?, pensaba Gokú, mientras se acercaba a mirar el canasto.

El joven de cabello alborotado estaba a punto de tomar el sobre que estaba en el canasto, pero no llego hacerlo, pues el sonido del teléfono lo evito.

¡Alo! pronunció Gokú, tras tomar la llamada.

Gokú, ¿mi hija aún no llega?, escucho.

Señor Ox, ¡buenos días! y respondiendo a su pregunta la señorita Ox, aún no llega, dijo el joven de cabello alborotado.

Bien, dile que en cuanto llegué se comunique conmigo ¡por favor! esta niña trae el celular apagado, escucho.

Se lo diré señor Ox, pronunció Gokú.

Algo más, escucho.

Sí dígame, respondió Gokú.

Necesito tu apoyo para este fin de semana, para ser preciso sábado y domingo, escucho.

El fin de semana, dijo Gokú.

Sí, Milk asistirá a un evento en representación de la empresa pues yo no puedo acudir a este, y me gustaría que vayas con ella,..., escuchaba el apuesto joven.

Auto:

Mi padre no me ha hablado nada de ese evento, decía Milk.

De seguro se le paso por alto, ya que anda un tanto tensionado con su nuevo proyecto,..., respondía Vegueta.

¿Tú también irás?, añadió la pelinegra.

No linda, ese día es el cumpleaños de mi futura suegra, dijo Vegueta.

Claro comprendo, pero si no va papá conmigo,...., respondía Milk.

De seguro le pedirá a tu asistente que te acompañe, después de todo por ahora él conoce mejor que tú la empresa, ya que tiene más tiempo que tú en la misma, decía Vegueta.

¡Yo irme con ese! pronunció alarmada la pelinegra.

Milk, será un viaje de trabajo, dijo Vegueta, mientras estacionaba su auto.

Pues no lo necesito, si mi padre me habla de ese viaje le diré que iré sola, respondió Milk.

Milk, ¿acaso ese joven se ha portado irrespetuoso contigo?, agrego el joven cabello de flama, posando su mirada en la pelinegra.

No, no es eso, es solo que...., decía la pelinegra.

Ya te he dicho que debes empezar a tratar a otros hombres que no seamos tu padre o yo, y creo que un viaje junto a tu asistente puede ser un buen inicio para superar tus miedos, además será solo un viaje de trabajo Milk, pronunció Vegueta.

La pelinegra no respondió más, solo bajo del auto, mientras el joven cabello de flama la observaba.

¡Gracias por traerme! dijo Milk.

Contéstame las llamadas linda, respondió Vegueta.

La pelinegra solo sonrió ante las palabras del joven cabello de flama, luego continuó su camino.

Minutos después:

Una pelinegra entraba a una oficina, al tiempo que un apuesto jovencito de cabello alborotado se ponía de pie.

¡Buen día! ¡qué gusto que estés nuevamente aquí! pronunció Gokú, pero la pelinegra no respondió nada, solo se quedó mirando fijamente el canasto de rosas que estaba en su escritorio. El joven de cabello alborotado al percatarse de ello agrego: Se lo trajeron hace una hora.

Arrójalo al tacho de basura que esta fuera, dijo Milk con firmeza, mientras su mirada se tornaba fría.

¿Qué?, respondió Gokú, creyendo haber oído mal.

Saca ese canasto de mi escritorio y arrójalo a la basura, es una orden, agrego con firmeza la joven.

Sí, dijo Gokú caminando hacia el escritorio para tomar el canasto y cumplir así con el pedido de su jefa.

Una vez que el joven de cabello alborotado salió de la oficina, la pelinegra se sentó en su escritorio, mientras pensaba: ¿A qué estás jugando Broly?, tú no me amas, nunca me amaste, ¿a qué estás jugando entonces?

Fuera de la oficina:

¿Las votarás?, decía una de las secretarías.

Sí, respondió Gokú.

No lo hagas, pobres que culpa tienen de que a la jefa no le hayan agradado, acoto la mujer.

¿Las quieres?, dijo el joven de cabello alborotado.

Sí, dame el canasto, y no te preocupes la jefa no se enterará que no las arrojaste, respondió la secretaria.

Antes de entregarle el canasto a la secretaria, Gokú retiro la tarjeta y la guardo en el bolsillo de su pantalón, luego volvió a la oficina.

Oficina:

Ya estoy de regreso, pronunciaba Gokú, pero no recibió respuesta. Su padre llamo, acoto el apuesto joven.

Mi papá, dijo Milk, rompiendo su silencio.

Sí, me dijo que en cuanto llegara se comunicará con él, que él intento contactarla pero que su celular suena apagado, agrego el joven de cabello alborotado.

Bien, gracias, ahora le marco, dijo Milk.

Minutos después:

Comprendo padre, pero podría ir sola, decía la pelinegra.

Hija, tú no estás al tanto de todo los negocios que hemos hecho en estos meses, en cambio Gokú sí, por ello considero...., escuchaba.

Bien papá, bien, si el que él vaya conmigo te da mayor confianza, está bien, dijo Milk.

Hija no lo días así, escucho.

Papá, ¡disculpa! es solo que me duele que no confíes en mi capacidad, acoto la pelinegra.

Si confió en ella hija, pero creo que contar con el apoyo de otra persona que conozca también la empresa te será de mucha ayuda los días que estés allá, y como Vegueta..., escuchaba.

Él tiene un compromiso para esa fecha, dijo Milk.

Así es hija, escucho.

Bien papá, no te preocupes, no te cuestionare más tus decisiones, agrego la pelinegra, luego de ello dio por concluida la llamada.

¿Ya se lo comento el señor Ox?, decía Gokú con calidez.

Por lo visto ya estás al tanto del viaje, respondió Milk con indiferencia.

Sí, y ya estoy alistando el proyecto que presentará, dijo Gokú.

La pelinegra no respondió nada más, solo poso su mirada en su computador.

Horas más tarde: "Gimnasio"

Te vas de viaje el fin de semana, decía Ten.

Sí, pero no es de placer, sino por trabajo, respondía Gokú.

Claro, claro amigo, pero después de todo es un viaje, ¿y a dónde irás?, acoto Ten.

A una isla, dijo Gokú.

Pues no te preocupes por nada amigo, nosotros nos encargamos de cuidar el gimnasio, pronuncio Piccolo.

¡Gracias! sabía que podía confiar en ustedes, respondió Gokú.

De nada amigo, respondieron los jóvenes sonriendo.

Minutos después:

Ya estando solo en su pequeña oficina del gimnasio el joven de cabello alborotado sacaba el sobrecito que había guardado en uno de los bolsillos de su pantalón, y lo abrió.


Hermosa, olvidemos el pasado y démosle una nueva oportunidad a este amor, que sé que tú también sientes.

Broly.


Broly, con que ese es el nombre del infeliz que te lastimo, pensaba Gokú, mientras miraba la nota.

Días después:

Ya quedo, decía Gokú, con una bella sonrisa en su rostro.

¡Qué bueno! respondió Milk.

¿No quiere verlo?, pronunció Gokú.

No, confío en tu trabajo, dijo Milk.

Mañana en ¿Dónde nos encontraremos?, agrego el apuesto joven.

En el aeropuerto, por supuesto, respondió Milk.

Yo podría pasar por usted, dijo Gokú.

¿Qué?, respondió Milk.

Para ayudarla con su equipaje, agrego el joven de cabello alborotado.

No es necesario, solo serán dos días, solo llevare lo necesario, dijo Milk.

Claro, respondió Gokú, mientras pensaba: Dos días, dos días solos los dos, sin duda tengo que aprovechar esta oportunidad, tengo que aprovecharla.

¡Me pides un café!, pronunció Milk.

Por supuesto, respondió Gokú con calidez.

Al día siguiente: "Aeropuerto"

Un emocionado jovencito de cabello alborotado esperaba ansioso la llegada de la pelinegra, al poco tiempo la vio llegar, enfundada en un bello vestido color rojo.

¿Qué haces aquí?, ya deberías estar dentro, dijo Milk al estar frente al joven de cabello alborotado.

Es qué la estaba esperando, respondió Gokú.

No debiste hacerlo, contesto la pelinegra continuando su camino siendo seguida por el joven de cabello alborotado.

La clase vip por aquí, señorita, dijo un uniformado, en cuanto la pelinegra mostró su boleto. Usted no joven, usted tiene que formar su fila para abordar, agrego el hombre.

Pero, ¿por qué?, yo...., decía Gokú.

Te dije que no debiste esperarme, nuestros boletos no son para la misma fila, respondió Milk, antes de continuar su camino.

Joven, pronunció el uniformado.

Sí, sí, ahora tomo mi ubicación, dijo Gokú.

1 hora después:

Una vez que el avión aterrizo, el primero en sacarse el cinturón de seguridad y ponerse de pie fue Gokú.

Joven tiene que esperar su turno, decía una mujer de avanzada edad.

Es que...., respondía Gokú.

Se respetuoso guapo, pronuncio una joven que estaba tras Gokú.

Ni modo, solo espero que no me vaya a dejar, pensó el apuesto muchacho.

Minutos después:

Ya habiendo bajado del avión, el joven de cabello alborotado buscaba en medio de la multitud de personas a la pelinegra.

Creo que, si me dejo, pensaba con nostalgia Gokú, cuando de repente sintió una delicada mano sobre su hombro.

¿Qué haces?, ¡apresúrate! escucho.

El apuesto muchacho giro su rostro y vio alejarse de él a la pelinegra.

Espérame, espérame niña bella, dijo Gokú, mientras caminaba presuroso llevando su pequeña maleta en la mano.

Luego de algunos minutos llego junto a Milk, quién solo poso su mirada en él, y luego continuó su camino en silencio.

¿Ya has venido aquí antes?, dijo Gokú.

Sí, respondió Milk con frialdad.

Para mí es la primera vez que estoy aquí, acotó Gokú.

Ah, sí, dijo Milk con seriedad, mientras detenía sus pasos en un paradero.

Y me alegra que esta primera experiencia sea nuevamente contigo, agregó Gokú, dejando desconcertada a la pelinegra.

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