Capítulo 13: "Actitud que duele - Mi amor secreto"
Un joven de cabello alborotado acomodaba un jarrón con flores sobre un escritorio al tiempo que un recuerdo vino a su mente.
-.Recuerdo.-
Un apuesto jovencito de cabello alborotado manejaba su modesto auto, mientras por momentos posaba su mirada en una bella pelinegra que tenía la mirada fija en la ventana, de repente esta rompió su silencio, a pesar que mantenía su mirada fija hacia la ventana del auto.
Detente, escucho el apuesto joven.
¿Qué?, respondió el mismo.
Detén tu auto, voy a bajar, acoto la pelinegra con cierta firmeza en su voz.
Pero no es necesario, te llevo a tu casa, contesto con calidez el apuesto jovencito.
¡Gracias! pero no, ya has hecho mucho por mi esta noche, es momento de que vuelvas junto a Marón, tu viniste con ella y no es correcto que la hayas dejado sola, respondió la pelinegra, haciendo una pausa para agregar con mayor firmeza: Ni una palabra de lo que hoy presenciaste con nadie, ¿entendiste?
Sí, dijo el joven.
-.Fin del Recuerdo: Tiempo actual.-
Mi bella niña, tu mirada esa noche tras el encuentro con ese joven se tornó muy triste y a la vez esquiva, pero ¿por qué?, ¿Quién es él?, ¿por qué te afecto tanto su presencia?, ¿será tu ex?; creo que sí, si no ella no hubiera reaccionado así y él no sé compartiría de la manera como lo hizo, de hecho fue su ex, ella es muy bella debió haber tenido muchos pretendientes y hasta novios; y él debe ser uno de ellos, pero ¿él es la persona con la que te ibas a casar?, si, él debe ser, por ello te afecto tanto verlo, pero ahora estoy aún más confundido, si te afecto tanto significa que lo amas, entonces ¿por qué le dijiste no en el altar?, ¿Qué te hizo ese miserable para que me entregaras tu pureza?, pensaba el jovencito de cabello alborotado, al tiempo que la puerta de la oficina se abría y por la misma entraba la persona que era parte de sus pensamientos.
¡Buen día! dijo con indiferencia la pelinegra, mientras caminaba hacia su escritorio.
¡Buenos días! respondió Gokú, con una encantadora sonrisa en su rostro haciéndose a un costado para que la joven tome asiento en su cómodo sillón giratorio, al tiempo que agregaba: Espero y te gusten las flores que coloque en el jarrón.
¿Qué?, pronunció Milk con firmeza, conectando a pesar de la incomodidad que sentía miradas con el apuesto jovencito de cabello alborotado.
Son Tulipanes, dijo Gokú.
Lo sé, respondió con indiferencia la pelinegra, mientras encendía su computador, al tiempo que agregaba sin mirarlo a los ojos: No vuelvas a colocar flores en mi escritorio ni en el tuyo, es muy riesgoso que tengamos en la mesa jarrones con agua, si tanto te gustan las flores colócalas en tu casa. ¡Ah! algo más, pensé que sabías respetar, pero me doy cuenta que me equivoque.
¡Disculpe señorita Ox! las pondré en esa mesa, dijo Gokú, tomando el jarrón con flores, para posteriormente llevarlo a una mesa que estaba desocupada.
¿Cuáles son los pendientes de hoy?, pronunció Milk.
Ahora le alcanzo la carpeta que arme de ellos, respondió el joven de cabello alborotado, al tiempo que pensaba: Me duele mucho tu actitud, a pesar de ello no puedo dejar de sentir este sentimiento, ¡Te amo! y este amor que siento por ti, es mucho mayor que mi propio orgullo, pues si bien estoy conciente de que yo no despierto el mismo sentimiento en ti, que esta cercanía a ti solo me lastimara, también sé que prefiero tu indiferencia, pero estar a tu lado que no verte más.
Tras algunos minutos, tal cual lo dicho por el apuesto jovencito de cabello alborotado, se acercó nuevamente al escritorio de su jefa con unas carpetas.
Déjalas allí, dijo con firmeza Milk.
Bien, respondió Gokú, antes de retirarse a su escritorio, y desde el mismo observar con disimulo a su joven jefa.
Los minutos pasaban y el incómodo silencio se incrementaba más y más en la oficina, el joven de cabello alborotado tenía ganas de romper el mismo, pero al mismo tiempo estaba conciente que si lo hacía, solo podía causar molestia en su joven jefa, quien ya le había demostrado que parecía no querer hablar con él de nada más que no sea trabajo, entonces al apuesto jovencito se le cruzo una idea en la cabeza, una idea que podría al menos dar inicio a un nuevo cruce de palabras entre los dos.
Se me había olvidado preguntarle algo, pronunció Gokú, haciendo que la pelinegra pose su mirada en él.
¿Qué?, dijo Milk confundida.
¿Se quedará de corrido como yo o sé irá a almorzar fuera?, disculpe la inquietud, pero si se queda, yo tendría que mandar pedirle su almuerzo, agregaba el apuesto jovencito.
Almorzare fuera, contesto la pelinegra, posando nuevamente su mirada en su computador.
¿A la reunión de las 5 asistirá usted o prefiere que vaya yo?, agrego Gokú.
Reunión de las 5, dijo un tanto confundida la pelinegra.
Sí, hoy a las 5 tiene reunión con unos proveedores..., añadía el apuesto joven.
Ve tú, pronunció Milk, cortando las palabras de su asistente.
Como diga, respondió Gokú, al tiempo que la pelinegra tomaba su celular y empezaba a marcar un número en el mismo.
Vegueta, ¿pasarías por mí a la hora del almuerzo?, pronunciaba la pelinegra.
Claro, escucho como respuesta, mientras el jovencito de cabello alborotado la miraba con cierta nostalgia.
¿Será qué si tienen algo?, pensó Gokú.
En tanto:
En la mesa de un bar un grupo de jóvenes se encontraban reunidos bebiendo unos tragos mientras platicaban.
Entonces la fresita te evadió, decía Cell.
Sí, respondió Broly con rabia.
Amigo olvida tu venganza, decía Freezer.
Claro que no, por su culpa he pasado las peores humillaciones de mi vida, además ella no me va despreciar por ningún muerto de hambre, pronunció Broly con molestia.
Muerto de hambre, dijo Majim Boo.
Milk, ¿ya anda con otro?, acotaba Freezer.
Y yo que la creí fresita, añadió Cell sonriendo.
No sé si ande con ese pobretón, pero que lo uso como pretexto para evadirme lo hizo, y ese solo hecho hace que hierba mi sangre de la rabia, dijo Broly.
Calma, calma amigo, ahora mismo averiguo si en verdad Milk ya te encontró reemplazo, pronunció Cell riendo.
¿Qué piensas hacer?, pronunció Broly, al ver a su amigo tomar su celular.
Le preguntare a Cirys, dijo Cell.
Buena idea, contestaron Freezer y Majim Boo, a la vez.
Pero como vas a averiguarle ello, ella podría malinterpretar tu pregunta, dijo Broly.
Sí, es cierto, añadieron Freezer y Majim boo.
No sé preocupen, yo sé cómo sacarle información sin levantar ninguna sospecha, solo déjenmelo a mí, respondió Cell, mientras marcaba el número de la joven.
Minutos después:
¿Qué dice?, pronunciaron un trio de jóvenes a la vez.
Qué Milk no llevo acompañante al pub, por lo tanto, ese chico que uso para evadirte debió hacer algún arribista que se le acerco en ese momento y pues ella lo uso para librarse de ti, dijo Cell con firmeza.
Tal como lo pensé, pronunció Broly.
Entonces, ¿ahora qué piensas hacer?, dijo Majim Boo.
Continuar con lo que tenía en mente, respondió con firmeza Broly.
Horas después: "Empresa Ox"
¿Ya te vas?, digo, ¿ya se va?, pronunciaba Gokú, mientras se ponía de pie.
Sí, en un par de horas regreso, respondió Milk, mientras apagaba su celular y tomaba su cartera.
Bien, dijo el joven de cabello alborotado, mientras la seguía con la mirada.
Tras algunos minutos la puerta se cerró, quedándose solo él dentro de la oficina.
Creo que tendré que guardarme este amor solo para mí, al menos por ahora, así mismo mi duda, pensaba Gokú, al tiempo que su celular empezó a timbrar.
Ring, ring, ring
¡Alo! pronunció Gokú, tras tomar la llamada.
Soy yo, escucho.
¡Krilín! amigo, dijo con voz entristecida el apuesto joven.
Llamaba para ver si saldrías a almorzar fuera, escuchó.
Pedí que me trajeran algo a la oficina, añadió Gokú.
¿Qué te pasa?, ¿algún problema?, escucho.
Sí, dijo Gokú.
¿Cuál amigo?, aunque ya intuyo que puede ser, oyó.
¿Puedes ir al gimnasio por la noche?, necesito hablar con alguien, acotó el joven de cabello alborotado.
Claro amigo, allí estaré, escucho.
En tanto:
Un joven de cabello de flama tras saludar a una pelinegra con un beso en la mejilla, abría la puerta de su auto para que esta subiera.
¿Qué tal mañana?, dijo Vegueta.
Tranquila, respondió Milk, mientras tomaba asiento en el auto.
Luego de ello el joven cabello de flama cerró la puerta y camino hacia el lugar que ocuparía, el del volante.
Me da gusto escuchar que tuviste una mañana tranquila, respondió Vegueta, mientras se colocaba el cinturón de seguridad.
¿Pasaremos por Bulma?, dijo Milk.
No, ella fue con su padre a otro pueblo, regresa por la noche, contesto el joven cabello de flama.
Vaya, dijo Milk, mientras su amigo encendía su auto.
3 horas después: "Empresa Ox"
Un joven de cabello alborotado miraba con nostalgia hacia una de las puertas que había en la oficina, mientras pensaba: Ya han pasado tres horas, y no regresas, ¿qué tanto haces con el joven Ouji?
El pensamiento del apuesto jovencito se vio interrumpido por el sonido de la puerta.
¡Ya llego! dijo Gokú, poniéndose de pie, mientras su jefa entraba a la oficina.
¿Algún recado?, pronunció Milk, mientras caminaba hacia su escritorio.
No, respondió Gokú.
Si gustas ya puedes retirarte, añadió Milk.
¿Qué?, dijo Gokú.
A las 5 tienes que ir con los proveedores, ¿verdad?, contesto la joven.
Sí, pero aún falta...., decía el joven de cabello alborotado.
1 hora, lo sé, pero es mejor que vayas con tiempo a que llegues con retraso, acoto la pelinegra.
Creo que mi presencia no le agrada, pensó Gokú, bajando la mirada.
Yo me encargo de los pendientes, no es necesario que vuelvas, mañana me das el informe de cómo te fue, decía Milk, mientras posaba su mirada en su computador.
Bien, dijo con nostalgia Gokú, luego de ello camino hacia su escritorio, tomo unas carpetas, miro con disimulo a su jefa por algunos segundos, al tiempo que sentía los latidos de su corazón acelerarse.
¿Aún no te vas?, pronunció Milk, al sentirse observada.
Ya me iba, dijo Gokú, mientras empezaba a caminar hacia la salida del lugar, una vez que llego al umbral de la puerta detuvo sus pasos y giro para ver a la pelinegra.
¿Qué pasa?, ¿se te olvida algo?, agrego la pelinegra con frialdad.
No, solo quería decirte que cuentas conmigo para lo que necesites, respondió Gokú con calidez, antes de continuar su camino, dejando desconcertada por sus palabras a la pelinegra.
Por la noche: "Gimnasio Dragón"
Un joven de cabello alborotado platicaba con un calvo dentro de su oficina.
Era de esperarse amigo, te lo dije, eres muy apuesto, pero no eres de su clase, además solo te vio en un día, y no debiste ser el único chico que conoció esa noche, decía un calvo, con nostalgia.
Claro que fui el único, respondió Gokú con seguridad.
Bueno, tal vez, solo compartió las horas que estuvo en ese pub contigo, pero ello no significa que ella se sintiera atraída por ti, decía el calvo con tristeza.
Comprendo tus palabras Krilín, pero de igual manera me duele su actitud, yo pensé que al menos me recordaría, además tengo que preguntarle algo, pero si se sigue mostrando así de fría conmigo nunca podré hacerlo, agregaba el apuesto jovencito.
¿Qué quieres preguntarle amigo?, dijo intrigado Gokú.
¿Por qué cancelo su boda?, respondió rápidamente Gokú.
Ya te lo dije una vez, no lo hizo por ti, hubo muchos rumores tras el cancelamiento de la boda de la señorita Ox,..., decía el calvo.
Lo hizo por el ahijado del señor Ox, pronunció en tono celoso Gokú, al tiempo que pensaba: Si lo hizo por él, mis esperanzas de poder conquistarla se harán cada vez más lejanas, ya que él es de su clase, además los dos parecen llevarse tan bien, aunque él en el pub estaba acompañado de esa chica llamada Bulma, quién alguna vez menciono que era su novia, aunque ello no tendría nada que ver con los sentimientos de Milk hacia él, además ella es bella, bien podría hacer que termine con su novia para que este con ella. Si es así, solo tendré que limitarme a amarte en secreto.
Claro que no Gokú, de ¿dónde sacas eso?, él tiene novia, la señorita Brief, pensé que lo sabías, respondió Krilín.
Bueno si lo sé, pero Milk, bien podría estar enamorada de él, ¿no?, dijo Gokú.
Ahora que lo dices, ellos dos siempre se han llevado muy bien, y no llevan la misma sangre,..., agregaba el calvo.
Calla Krilín, no sigas, decía Gokú.
Amigo, mejor empieza a salir con otras chicas, pronunciaba el joven calvo.
Casa Ox:
Una pelinegra abría la puerta de su habitación, luego de que la misma hubiera estado sonando por algunos segundos.
¡Disculpe señorita le trajeron esto! decía un uniformado mostrándole un gigantesco canasto de rosas a la pelinegra.
Ponlas sobre mi escritorio, pronunció Milk, al tiempo que el uniformado obedecía la orden.
Tras algunos minutos el empleado salió de la habitación y la joven camino hacia el lugar donde estaba el canasto, tomo el pequeño sobre que estaba en el mismo, lo abrió, pero al hacerlo su rostro cambio de expresión.
¿Qué se ha creído?, ¿acaso se quiere seguir burlando de mí?, pronunció con rabia la pelinegra, mientras rompía la tarjeta.
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