6.- ¡Ahí estan!
Tomado la hoja en mis manos, la desdoble sintiendo la mirada de Lesly sobre mi.
<<<Aprovecharemos que no vino Mirian para poder hablar a solas.
Las esperamos en las jardineras que están al lado de la biblioteca>>>
-Esto tiene que ser una broma —Dije levantando la mirada.
-¿Qué es lo que dice? —Pregunto Lesly.
Después de pasarle la hoja, busque con la mirada al par, se encontraban en sus sitios pero tal pareciera que estaban esperando a que aparecieran en mi campo de visión, cuando notaron que los veía se levantaron y salieron del salón sin decir nada pero el mensaje era claro: "De una vez".
<<<Serán idiotas!!>>>
-¿Se refieren a ahorita o durante el receso? —Dijo Lesly cuando término de leer el mensaje.
-Acaban de salir, lo que significa que es ahorita —Conteste regresando la mirada a ella.
-Pues vamos —Dijo mientras se ponía de pie.
-¿En serio piensas ir? —Pregunte tomando su muñeca para detenerla.
-¿No quisieras averiguar que es lo que dirán? —Pregunto en respuesta mientras señalaba con su pulgar a la puerta como si estuviera pidiendo transporte.
-Por lo menos hay que dejarlos esperando unos minutos —Dije mientras la soltaba — No somos sus perritos entrenados como para seguirlos a donde sea sin rechistar.
Lesly es de las personas que prefiere evitar discutir y por ello al ver que no pensaba ir con los chicos en esos momentos prefirió volver a sentarse en su sitio.
Saque un tema de conversación al azar y así pasamos unos minutos pero a pesar de que ella lo tratara de disimilar, pude notar claramente que revisaba constantemente la hora en su celular... No le agradaba la idea de dejar esperando a otra persona.
-¿Cuanto tiempo a pasado? —Pregunte.
-10 minutos —Dijo sin necesidad de revisar la hora.
-Que esperen otros 5.
Al terminar de decir eso, note un pequeño gesto de desesperación en su rostro y después de ello me rogó directamente con la mirada.
-Esta bien —Bufé— Vamos de una vez.
Su sonrisa fue inmediata.
¿Qué les puedo decir? Lesly es mi mejor amiga, es casi una hermana para mí y si la hace feliz ese simple acto... Para mi sera un placer cumplir su pequeño capricho.
Ambas nos levantamos de los asientos y después de darle un ligero repaso al salón, notando que cada una de las personas ahí estaba distraída por lo que no sería un problema dejar nuestras mochilas sin vigilancia, salimos a fuera y bajamos.
El edificio donde estaba nuestro salón estaba enfrente de la dirección, más específicamente... Al pie de las escaleras principales,cruzando el pequeño patio, se encontraba la puerta abierta de la oficina de la directora por lo que mejor decidimos bajarnos por las escaleras del fondo del pasillo ya que si bajamos por las escaleras principales corríamos el riesgo de que la directora nos viera.
-¿Donde estará ese par? —Pregunte, cuando baje el ultimo escalón, fijando la vista a la pequeña jardinera en donde nos habían citado.
Al parecer, ese par me escuchó... Por que unos minutos de preguntar por su paradero ellos se asomaron por la pared de la dirección que estaba del lado derecho. Nos hicieron señas para que nos acercáramos y después de mirarnos entre nosotras, nos pusimos en marcha.
- Pueden sentarse, si quieren —Menciono Armando señalando un par de troncos lo suficientemente largos para que se sentarán dos personas ubicados más al fondo casi llegando a la parte trasera del edificio, uno enfrente del otro en uno de los lugares escondidos de la escuela.
-Gracias —Contesto Lesly, agarrando mi muñeca y guiándome para sentarme en el mismo tronco que ella.
-Supongo que te disgustaba la idea de que Armando se sentara a tu lado —Susurré cerca de su oído, de modo que solo ella me escuchara.
-Me sentiría incomoda —Contesto en susurros— Espero no te moleste.
-Me ahorraste la excusa para no sentarme con Mateo, claro que no me molesta —Respondí.
Sin decir nada, los chicos se sentaron en el tronco frente al nuestro y los cuatro nos quedamos en silenció, silenció que se sentía un tanto incomodo a mi parecer.
-Tardaron mucho —Dijo Mateo en un tono molesto, rompiendo el silencio que nos rodeaba.
Note como Armando le dio un leve codazo a Mateo en su costado, una forma de regañarlo por lo que dijo... Supongo.
-No veo por que debería hacer cada cosa que quieres cuando quieres —Dije un poco molesta— No soy un perro faldero o algo parecido.
Después de un corto silencio, Armando empezó a preguntarle cosas básica a Lesly y tanto Mateo como yo nos limitábamos a copiarlos, casi literalmente
-¿Y que música te gusta? —Pregunto Armando
-Pues no me gusta un estilo de música en especial, escucho de todo tipo —Respondio Lesly
-¿Y a ti? —Fue la pregunta de Mateo.
-Igual —Respondí cortamente.
Cada cosa que Armando preguntaba y Lesly contestaba, Mateo y yo la copiábamos... En cierto punto yo tengo los mismos gustos que Lesly. Nuestros gustos eran variados, no teníamos algún favorito ya que todo nos gustaba.
A Lesly y a mi nos gustaba todo tipo de música, toda clase de dulces, todos los colores, la comida, etc. Por lo que cada que decía el "Igual", no mentía.
-Esperen aquí tenemos que ir a otro lado un rato —Menciono Mateo un rato después.
Ambos chicos se levantaron y se dirigieron a el patio por el que habíamos llegado, siguiendo su camino a no se donde. Cuando estaba segura que se habían alejado lo suficiente, bufé y me puse en pie.
-¿A donde vas? —Pregunto Lesly poniéndose en marcha para alcanzarme.
-Al salón —Fue lo único que respondí.
-Dijeron que los esperáramos —Contesto.
-Ellos no son nadie para andar diciendo que puedo y que no puedo hacer —Conteste, mientras empezaba a subir las escaleras— Además, ya me canse de estar sentada en ese troncó.
-A veces se me olvida que eres un tanto rebelde —Dijo entre pequeñas risas mientras me seguía por las escaleras.
Ese comentario me hizo hacer una sonrisa torcida, normalmente hacia caso a lo que me decían para no meterme en problemas pero cuando alguna persona que no era relevante, como algún maestro o así, me quería dar ordenes yo me negaba rotundamente a seguirlas y en especial si de niños se trataba.
Al llegar al salón nos sentamos en donde habíamos estado antes, comenzamos a charlar y Lesly parecía tranquila por lo que a lo mejor mi pequeño e insignificante acto de rebeldía la distrajo lo suficiente como para evitar preocuparse por el hecho de habernos ido de la jardinera.
Pasaron unos cinco minutos desde que llegamos para ver a los chicos cruzando la puerta de entrada al salón.
-¿Por que están aquí arriba? —Pregunto Mateo un poco molestó— Creí haber dicho que esperarán.
-Y yo creí haber dicho que no soy un perro faldero que sigue ordenes sin rechistar —Mencione sin voltear a verlo.
Escuche como soltó un bífido y pude notar de reojo que paso una mano por su cabello.
-Bueno, entonces quiero que se queden aquí —Dijo él y pude notar claramente una sonrisa en su rostro.
Sabia perfectamente lo que estaba tratando de hacer, ¡Ja! Psicología inversa, decía lo contrario a lo que realmente quería para que de alguna forma lo obedeciera... Lamento decir que no funciona en mi.
Lesly agacho su cabeza, pero note claramente como trataba de no reír ante el intento fallido por hacer que haga caso.
-Esta bien —Conteste en tono neutro— Nos quedaremos aquí arriba.
-¡Ja! —Eso vino de Armando, le causo gracia la pequeña derrota de Mateo.
-Bajan por su cuenta o las llevamos a rastras —Dijo Mateo entre dientes.
Volteé a ver al par con una de mis mejores armas, la mirada amenazante. A menudo la uso para amenazar a aquellos que se acercan a mis amigas para usarlas en mi contra y ellos son lo suficientemente idiotas para voltear en mi dirección con una sonrisa en sus rostros antes de hacer su movimiento, por lo que al ver mi mirada amenazante ellos se olvidan completamente de sus planes y me ahorran el tener que pararme a detenerlos.
-Habla por ti —Menciono Armando tragando saliva— Yo no planeo armar una escena y menos morir en el intento.
Otro éxito agregado para la mirada.
-Lo que sea —Contesto Mateo.
Regrese mi mirada a Lesly y usando la telepatía entre amigas nos comunicados.
[¿Vamos?] Pregunte, alzando una seja.
[No lo se] Contestó encogiéndose de hombros para luego inclinar su cabeza a la derecha [¿Tu quieres ir?].
[No se] Respondí encogiéndome de hombros y luego señalándola con la barbilla [Tu dime].
Mientras ella lo pensaba escuche que los chicos murmuraban en un tono lo suficientemente alto para escucharlos si ponía atención.
-¿Que hacen? —Pregunto Mateo.
-No estoy seguro —Respondio Armando— Parece que de están comunicando.
-¿Crees se estén hablando por la mente? —Dijo Mateo con un tono de sorpresa.
-Eso es imposible —Mencionó Armando— Seria una...
-¿Y que si lo hacemos? —Pregunte interrumpiendo su charla.
Ellos simplemente se callaron y yo seguía esperando la respuesta de Lesly.
[¿De que hablan?] Pregunto alzando una seja y volteando a ver de reojo a los chicos.
[Nada importante] Respondí mientras negaba con la cabeza.
[Esta...¿bien?] Dijo con una mirada de duda.
[Entonces, ¿vamos o no vamos?] Pregunte señalando a la puerta y luego a la mesita de la banca donde estaba ella.
[Vamos] Contestó asintiendo con la cabeza.
Después de decirle a el par que iríamos nos salimos primero nosotras por pedido de ellos al pensar que nos retractaríamos o que tardaríamos en salir otra vez.
Al ya estar en la jardinera teníamos una especie de charla entre los cuatro, ellos se iban de a ratos por lo que nosotras aprovechábamos para ir a escondernos. Íbamos al baño, debajo de las escaleras, al otro patio y ellos de alguna forma nos encontraban.
Antes de que sonara la campaña que indicaba el inicio del descanso, ellos se habían vuelto a ir a su lugar secreto pero esta vez nosotras nos quedamos al ya estar un tanto cansadas del juego de las escondidas, contrario a lo que pensaba ellos tardaron más en llegar.
Cuando sonó la campana, Lesly y yo nos dirigimos al salón pero mientras subíamos las escaleras escuchamos a alguien llamándonos.
-¡Ahí están!
Vimos en la dirección de aquel grito y encontramos a Mateo y Armando al pie de las escaleras, recargándose en sus rodillas y respirando pesadamente.
-¡¿Dónde rayos estaban?! —Pregunto Mateo entre gadeos.
-En la jardinera —Contestó Lesly mientras señalaba dicho lugar.
Ellos se miraron entre si y fue ahí cuando capté lo que ocurría, me solté a reír.
-¿Nos estuvieron buscando? —Pregunte entre risas— Creyeron que nos habíamos ido a esconder otra vez que ni si quiera vinieron a ver si estábamos.
Ya me estaba doliendo el estomago de tanto reír y ni si quiera me importaba las miradas que los alumnos tanto de nuestro salón como de otros me daban.
-No es nuestra culpa que siempre se escapen —Respondió Mateo.
-Te dije que nos fijáramos antes —Escuché decir a Armando— La única vez que no regresamos a comprobar resulto ser la única vez que ellas no se fueron.
Y con eso, Lesly y yo nos pusimos a reír a carcajadas.
Nota de la autora:
Aquí esta otro capítulo, no tengo mucho que decir en esta ocasión, así que me despido.
Att: Melisa_294
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