¡Esto no me puede estar pasando! Es lo primero que pienso, leo unas 3 veces más el mensaje pero no tengo idea de quien pueda ser ¿Por que me pasan estas cosas a mi? No tengo explicación alguna, tengo esa sensación de que estoy siendo observada, me giro lentamente sobre mi cama y observo la presencia de un hombre alto, estaba de espaldas, de una estatura mas o menos 1,80m.

Me quede helada, no podía hacer ni el mas ligero movimiento. Al sentir que lo observaba, se baja rápidamente por el balcón de mi habitación. Vuelvo a escuchar el bendito teléfono, lo agarro y era lo que me imaginaba, un mensaje.

"Cuidado con decirle a alguien sobre mi, y mucho menos a la policía. Si no quieres que le pase algo malo a tu padre, lo mejor es que te quedes callada.

Atte: El infiltrado"

Lucía no hallaba que hacer, estaba desesperada, se sentía impotente. Un desconocido la había amenazado con su padre y esto realmente la aterraba.

Escucha que tocan la puerta de la habitación, ella se dirige a la puerta y abre. Era Abigail que le traía en una bandeja el almuerzo, este consistía en arroz; pechuga a la plancha, ensalada, y una taza de sopa. Lucía le dio las gracias a Abigaíl y esta se retira.

Lucía se sienta de nuevo en la cama con la bandeja sobre su regazo, se come todo a excepción de la sopa, ya que con la preocupación no tenía mucha hambre.

Al terminar de comer, coloca la bandeja en la mesita de noche al lado de su cama, se levanta y se dirige al balcón.

Observaba las casas que se encontraban en Buena Vista, así se llamaba el conjunto residencial donde vive. Le gustaba mirar el paisaje, le transmitía paz, eso la hizo tranquilizar por un rato y olvidarse de sus problemas

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A la mañana siguiente se encontraba Lucía hablando con Aurora en el salón de clases. Ambas ven que llega un hombre alto, de cabello claro y ojos azules muy hermosos. Parecía de unos 34 años, no era muy joven, se dirigió a los puestos de adelante y se sentó

-Lucía, ves lo guapo que es ese hombre- decía Aurora con clara emoción

-Emm, si- dice seca, sintió algo muy extraño al verlo como pánico, terror

A lo lejos veo a ese hombre, al parecer es nuevo porque no lo había visto por aquí, se encontraba escribiendo. No es mi tipo, me da una sensación de desconfianza.

El profesor da por terminada la clase, todos agarramos nuestros bolsos y salimos. Aurora me dijo que iría hacer una llamada, así que me encuentro sola caminando por los alrededores de la universidad, es algo que me gusta hacer ya que la universidad es muy amplia. Me encuentro sumisa en mis pensamientos, cuando siento que alguien me toca el hombro, me sobresalto inmediatamente, volteo y me encuentro cara a cara con el alumno nuevo

-Hola, disculpa si te asuste- dice mirándome fijamente con esos ojos azules penetrantes

-Tranquilo, no pasa nada

-Quería presentarme, soy nuevo y no conozco muy bien la universidad. Mi nombre es Gabriel Espinoza

-Mucho gusto, mi nombre es Lucía Sánchez- dice estrechándole la mano

-¿Podrías enseñarme la universidad?

-Emm claro- dice en tono frío

A lo lejos Alejandro veía la escena entre Lucía y Gabriel, estaba celoso. Veía como el alumno nuevo, fue directamente a donde estaba ella. No entendía por que, pero eso le causaba celos. No quería que el se acercará a ella

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Lucía le mostró a Gabriel los alrededores de la universidad, desde los salones hasta la cancha; en la cual realizaban diversos deportes.

-Y bueno, esta es toda la universidad. Me tengo que ir, adiós- dijo lo más seca

-Adiós- dijo con una sonrisa

Este "chico" si es que se le puede decir así, ya que no es muy joven; pasa de los 30 años. Es muy extraño, no se por que pero me da una sensación de desconfianza, no me da buena espina. Cuando lo tuve a mi lado sentía miedo, como si no fuera lo que parece ser

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Ya es de noche y me encuentro en mi casa caminando de un lado a otro, se me da por revisar el teléfono y tenía 2 mensajes. La verdad tengo mucho miedo de leerlos. Decido no abrirlos, voy al comedor y ceno con mi papá. Charlamos de cosas de su trabajo, termino de comer y llevo los platos a la cocina.

Me dirijo al sofá y vuelvo a tomar el teléfono, debato en mi mente si leer los mensajes o no

10 minutos después

Lucía se encontraba en su cuarto llorando, los mensajes que le llegaron la tenían aterrada. Sentía demasiado pánico, nunca en su vida había estado tan asustada. Lágrimas bajaban por sus mejillas y sus ojos ya estaban hinchados

Hola a todos mis lectores, este es un capítulo más de esta novela espero y les haya gustado. Besos y abrazos:)

*Que se pare el tiempo*

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Posdata: Ya saben que no me gusta lectores fantasmas ;)