Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Lo haré real.


Quizás no se los dije, pero Will es para mi lo que para mi madre eran los libros. Salvación.

A veces me pregunto si quien realiza una serie juvenil sabe lo que realmente es un adolescente, pero se que la respuesta sería negativa, porque si alguien hiciera una serie de como es un adolescente realmente, el espectador termina con un vacío dentro.

Y no porque alguien haya muerto, sino porque a veces el vacío más profundo está en alguien joven.

Porque todo el mundo dice que estás en la mejor edad, pero nadie te dice cómo luchar contra las inseguridades de tu cuerpo, contra las ganas de llorar en las noches, contra el dolor de darte cuenta de que las cosas que te gustaba hacer antes, ya no te causan emoción alguna y contra el miedo de fracasar en lo que haces.

A veces me extraño tanto que me pregunto: ¿En qué momento me rompí tanto?

Lamentablemente yo lidie con eso y con la pérdida de mis padres, todo se juntó en una caja dentro de mi cabeza, susurrando día y noche, reproduciendo en mi mente las últimas palabras y un "para siempre" que sería imposible.

—¡Heather!

Los brazos que me rodean resultan extraños, el calor que deberían transmitir no llega a mi, porque el frio vacio ya me arrastró a sus profundidades a la mención de ese nombre.

—¡Dios mío! Estás más joven que nunca.

La persona frente a mí me tomó de los brazos moviéndome con felicidad, pero yo no puedo compartir esa felicidad. Siento como me hundo en mi propia miseria como si fuera nuevamente la niña que no sabe controlar sus emociones.

Agobiante, así se sentía, una envolvente brisa gris que me obligaba a quedarme en las orillas de mi propia oscuridad, pero esa oscuridad no duró mucho cuando un leve movimiento en mi dedo meñique me sacó de mis pensamientos.

Bajo la mirada para después encontrarme con mi dedo meñique enganchado a otro, el tacto es suave y terso, pero más allá de eso, es seguro. Mi cuerpo reacciona a esa seguridad hasta que las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos y en medio de la borrosidad de estos observo al dueño de mi seguridad.

Sus ojos verdes observan con detenimiento nuestros pequeños dedos unidos, esta vez puedo sentir el calor en aquel leve toque, casi inocente.

—Está bien, llora linda pinceles, yo estoy aquí.

Siento como mis piernas se debilitan y antes de caer al suelo las manos de Will ya me rodean, muevo mi rostro hasta que este se oculta en las profundidades de su cuello en busca de calor o quizás de protección y entonces mis piernas abandonan el suelo, poco a poco mis sentidos empiezan a ponerse normales como para sentir que el se empieza a mover conmigo en brazos.

Escucho la puerta abrirse y después el sonido de la carretera a lo lejos, los carros avanzando y los niños volviendo de la escuela, no abro los ojos o me separo de Will, solo dejo que mis sentidos adivinen a donde es que mi cuerpo vacío va.

—Vall, acuéstate aquí.

Niego repetidas veces y me pegó más al cuerpo de Will, quisiera decir que siento la emoción de estar junto a la persona que me gusta, pero parece que hasta eso deje de sentir.

Finalmente mis manos se alejan del cuerpo de Will, siento el frío y el olor a cuero limpio seguido del ruido silencioso del motor de algún auto, no abro los ojos, simplemente me quedo ahí, y sin darme cuenta me quedo dormida.

***

—Que linda te ves sin la cara de culo que pones siempre.

El cosquilleo en mi nariz me obliga a abrir los ojos y el estornudo a levantarme de golpe, escucho una risita sarcástica mientras un pedazo de papel casi se mete a mis ojos.

—¿Siempre duermes mucho?

Abro los ojos cuando veo a Will sin camisa con los brazos abiertos sobre el respaldo del asiento, su pelo castaño cae húmedo en su frente, por su sonrisa coqueta e irónica puedo darme cuenta de su felicidad.

—¿Qué haces sin camisa?

—Tch ¿Ahora eres ciega? —coloca su mano en mi cabeza obligándome a mirar al frente— ¿Ahora lo ves?

—William, ¿Cómo por qué querría ver el labial pegado en el respaldo del asiento de enfrente?

—Eso no idiota —empuja mi cabeza haciendo que mi mirada vaya mas alla del asiento — Te presento ¡La piscina gigante!

—Es el mar.

—Que amargada —un pequeño mechón de su pelo roza sus largas pestañas haciendo que este se lo quite como un niño pequeño.

Aparta su mano de mala manera y su ceño se frunce como si lo que le dije hubiese sido mas tonto que decir que cierto personaje no quedo como stiker aplastado.

Oh es verdad ¿Se los dije? No me acuerdo, pero bueno qué pueden esperar de alguien que no se acuerda ni de lo que comió ayer jeje. Will es como...bueno a él le gusta leer, es un lector, ya se, ni yo me la creí ¿Cuando vieron al tipo que se acuesta con todas leyendo?

—Vamos pinceles.

Su dedo meñique vuelve a unirse con el mio, no es un tacto íntimo como lo son las manos unidas, pero es lindo. Salgo del auto siguiendo su paso y cuando llegamos a la orilla del mar tengo que pararme para observar lo lindo de él.


William.

No me gusta el mar, pero me gusta ella y verla observando con la belleza de sus ojos, hace que me guste el mar

Ella crea pinturas haciéndolas arte para que otros las admiren, pero yo no admiro a la obra, mis ojos van a su creadora, van a mi pinceles.

Eso era ella, un pequeño pincel lejos de un enorme lienzo mientras que su madre era una linda palabra lejos de un feliz libro.

Cuando era niño me preguntaba el porqué la madre de Vall lloraba en las noches y porque mi madre tenía que ir a abrazarla mientras le susurraba incontables veces que todo estaba bien, no entendía cómo alguien tan sonriente en las mañanas lloraba tan triste en las noches.

Pero llego un punto en que no la vi mas, me asuste porque pense que se habia llevado a Vall, pero no lo hizo, la pequeña Vall estaba sentada mirando al vacio mientras el pequeño vestido blanco se teñía de negro por la pintura derramada.

No me dejo levantar la pintura, simplemente dejo que se expandiera hasta dejarle una gran mancha negra en el hermoso vestido blanco.

Ese día Heather no se llevó a Val, pero esa pequeña niña le dejó como recuerdo a su madre, aquellas sonrisas.

—¿Por qué no sonríes? Pronto será tu cumpleaños.

—Se las di a mami, para que ella sonriera más.

No odio a Heather, porque lo que pasó no es su culpa pero si soy egoísta, desearía verla de nuevo para decirle que me devuelva las sonrisas de Vall. Desearía verla para decirle que yo puedo darle las mías a cambio de las de Vall, no me importaría.

Pero los deseos nunca se hacen realidad...al menos que tú los obligues a ello.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro