El mensaje.
Lo primero que pienso es lanzarme a la ventana para ver si Flash viene y me salva, pero no creo que eso pase la verdad, así que vuelvo a la realidad donde dos personas están casi cerca y si se encuentran seguro se matan entre si.
— Vall abre la puerta por favor — pide Will.
— Este...estoy desnuda no puedo.
Cierro los ojos por la estupidez que acabo de decir.
— Yo te veo con ropa — dice el otro tipo como si nada.
— Cállate — pido.
— Pero no he dicho nada malo — dice Will detrás de la puerta.
Vale estoy en un problema grande, tan grande como el tamaño de la verdolaga de varios personajes que me gustan.
— Will, en verdad estoy desnuda...hablamos luego ¿Si? — pido.
— Déjame pasar... tengo que decirte algo.
Abro la puerta de tal manera que solo mi la mitad de mi cuerpo se vea mientras el desconocido sexy está detrás mío.
— Pensé que habías dicho que estabas desnuda — dice.
—¿Que quieres William? — pregunto para que pronto se marche.
— Déjame pasar.
— No puedo, si tío Danger sabe que...
—¡Me vale una mierda tío Danger!
Abro los ojos sorprendida, y es cuando notó que está un poco tomado, ¿Cómo no me di cuenta? Eso lo empeora aún más, sin previo aviso empuja la puerta y entra de golpe, yo cierro la puerta detrás mío, si algo pasa, aquí se queda.
Todo pasa como cámara lenta, Will nota al desconocido y rápidamente saca un arma detrás de su espalda ¿De dónde saco esa arma? Me alarmó en seguida pensando en que carajos voy a hacer.
— Bueno supongo que ya saben quién soy — dice el desconocido — ¡Sorpresa!
Lo miro incrédula, expresión que es sustituida por asombro cuando el desconocido saca un arma con la misma rapidez con la que la saco Will y ambos se apuntan como si fuese un juego.
— ¿Por eso no querías abrir la puerta? — me grita Will.
— Baja la voz joder — le exijo.
Pienso en alguna manera para poder controlar esto, si se sale de control será algo muy malo.
— Bajen las armas — pido.
— No — dicen ambos retandome.
— Escuchen bien, están en mi cuarto a las cuatro de la madrugada, o bajan las armas o llamo a alguien y a ti — señaló a Will — Te sacan de la casa y a ti te matan.
Terminó de señalar a el desconocido.
— ¿Crees que soy fácil de matar? — réplica el desconocido con ironía.
— ¿Será? — pregunta Will con sarcasmo — Porque te aseguro que se me puede escapar una bala y implantarse en tu cabeza.
—¡Pues si no se callan y bajan las armas aquí la que les va a volar la cabeza voy a ser yo y será a ambos! — grito enojada
Ambos me miran un momento antes de volver a mirarse entre ellos como si quisieran demostrar quién es el mejor, pasan unos segundos antes de que ambos bajen las armas al mismo tiempo.
—¿Y bien? — me exige Will — ¿Que haces con el enemigo?
— Tengo un nombre — dice el desconocido.
— Nombre que no me interesa — réplica Will.
— ¿En verdad? ¿No quieres saber el nombre de quién te va a matar?
— ¿Tú matarme? — Will suelta una carcajada — ¿Tantos trajes apretados te ahogaron el cerebro?
Cansada por su comportamiento voy a la puerta, se que seguramente será un problema pero ya dije que se callen y no hacen, abrí la puerta y no alcanzo a dar el primer paso fuera cuando cuatro manos me toman de golpe.
—¿A dónde vas? — preguntan al mismo tiempo.
Me sientan en mi cama poniéndose uno a cada lado de mi para evitar que me pare, casi me río de lo irónico que se ve esto, segundos antes se estaban apuntando a la cabeza y ahora ambos parecen amigos ayudándose.
—¿Se van a callar y escuchar? — pregunto.
— No — dice el desconocido.
— Si — responde Will al mismo tiempo.
Suelto aire cansada, parece que los problemas siempre resultan ser en la madrugada, obligó a mi mente a permanecer despierta.
—¿Te estás durmiendo en nuestras caras? — pregunta el desconocido.
Mis ojos se están cerrando y a pesar de que me obligó a seguir mirando ya que el problema es grave estos no ceden.
— No — respondo medio dormida.
Siento la cama más cómoda que nunca y me recuesto sin importarme quien está, seguramente me arrepentiré de esto mañana pero tengo mucho sueño y eso no importa ya, siento como el sueño me gobierna y en pocos minutos caigo en las garras del sueño.
***
—Te ves horrible acabado de despertar.
La voz burlona me toma por sorpresa y guío mi mirada para ver de quién es, no me sorprende mucho ver al chico desconocido sentado en uno de mis sillones a mi lado izquierdo de mi cama.
—¿Me quedé dormida y me valió lo de anoche verdad? — pregunto casi odiandome.
— No sabía que el sueño fuese muy importante para ti — se burla.
Unos ronquidos fuertes hacen que se me olvide lo que estaba por contestarle y veo que en un sillón a mi lado derecho de la cama está William con la cabeza baja dormido.
— Se negó a irse y dejarnos a solas, hizo un berrinche el muy gilipollas — dicen a mi espalda.
— Créeme que quien debería irse eres tú — digo.
Veo como cruza los brazos y estira las piernas haciendo que su traje negro luzca perfecto en el.
— Créeme que me sorprendí cuando supe quien eras — sonríe.
—¿Crees que soy idiota? Me has estado siguiéndo, no dudaría que eso de ayudarme a escapar en la fiesta fue puro teatro.
— No estoy para darte explicaciones — susurra egocéntrico — Pero en la fiesta no sabía quien eras.
—¿Crees que me lo voy a creer?
— Si lo crees o no, créeme no me interesa.
Hace unas horas a quien quería meterle el pincel por el cerebro era a Samy y ahora quiero meterselo a este tipo.
«¿Que quieres meterle que? Atrevida» ¡Que puerca cállate!
— ¿Por qué me has estado siguiéndo?
— Se lo que mi familia le hizo a tu madre — suelta.
Me quedo callada, ese es un tema delicado, al ver mi silencio el prosigue.
— También se lo que tú familia hace, todo ese teatro de salvar personas, una especie de justicieros.
— A tu apellido lo repudio.
— Lo se, lo noto en tus ojos, no puedo culparte — dice como si nada.
Alcanzo un cepillo para cabello y me levanto para enfrentarlo.
— Dime porque estás aquí y porque me sigues — exigo.
—¿Y que me harás con ese cepillo de cabello? ¿Peinarme?
Su sonrisa se borra cuando el cepillo en un movimiento toma la forma de una pequeña navaja y está se posa en su cuello.
— Responde — amenazo.
Cuando siento que lo tengo entre mis manos algo frío toca mis muslos y veo como sonríe como si fuera el jodido ganador.
— A mi no me ordenas — dice — Tus muslos son muy lindos como para que un corte lo arruine.
Lo reto con la mirada obligándolo a responder, pero se niega completamente con la burla en sus ojos, eso me enfada aún más, me preguntó si mi madre ya le hubiese cortado la cabeza.
— Bien, si la niña mimada quiere una explicación se daré — dice y yo intento apartarme pero no me lo permite — No dije que te alejaras.
Alzo una ceja y aprieto la navaja en su cuello haciéndole saber que no tengo la paciencia para sus juegos pues en cualquier momento alguien podría entrar.
— Es cierto que llevo un apellido que repudias, si te busque y seguí fue porque quiero hablar contigo sobre eso, pero no aquí.
— ¿Que quieres decir?
— Te haré saber dónde nos vemos, por ahora encárgate del ceniciento.
Me suelta y va hacia la ventana con su andar elegante, cuando está del otro lado para cruzar se gira con una sonrisa que estoy más que segura que no es de burla.
— Recuerda Vall, soy Zack Mut no Harrison Mut, lo que mi familia hizo en el pasado no tiene que intervenir en mi futuro.
***
Obligó a Will a no decir nada sobre Zack, mejor conocido como el desconocido mafioso sexy, el acepta de mala gana diciendo que tenemos que conseguir información sobre el, entiendo que esto puede ser peligroso pero sin duda las últimas palabras que dejó Zack antes de irse me dejaron pensando un poco.
Mi familia repudia el apellido "Mut" y yo también, se que es un apellido lleno de desgracia y dolor, se que también por culpa de ese apellido mi madre tuvo que tomar las decisiones que ahora recaen en lo roto de mi corazón.
Desde muy chica me obligue a crecer, mis padres me habían dejado y con ellos mi niñez, a pesar de que todos se esforzaron en cuidarme y mimarle ninguno podría llenar el vacío que dejaban mis padres.
Mientras Samy jugaba con sus muñecas y se divertía con sus amigas yo le pedía insistente a tío Danger que me enseñará a luchar y defenderme.
Mientras Asthon jugaba videojuegos yo le pedía a tío Max que me enseñará como localizar lugares, personas y hackear lo imposible.
Mientras Will conseguía novia y salía a fiestas yo le pedía a tía Elena que me enseñará el arte de seducir y gobernar a un hombre con encantos y movimientos seductores.
Todo lo que se los demás también lo saben, solo que yo lo aprendí mucho antes mientras ellos aún disfrutaban de su vida, lo que aprendí no fue porque fuese obligada, fue más bien para distraerme y olvidarme de la realidad.
Odio las noches.
Entiendo que son bonitas, la manera en que la luna se posa en el cielo brillante y como las estrellas la adornan, pero es opaca para mí, pues es el único momento en donde me permito dejar esa valentía y estabilidad que con tanto fervor la construyó en el día.
Cuando era más chica y Will aún no se marchaba, el entraba a mi habitación y se abrazaba hasta quedarme dormida, a veces me distria diciendo cosas que me hacían reír, siempre estaba distrayendome de ese amargo recuerdo, el fue quien me regaló mi primer pincel.
Cuando pinté por primera vez estaba miedosa, pues el lienzo donde haría mi arte no era mío, era de papá Dax, un regalo de mi madre por lo que me cuenta tío Julian, así que estaba miedosa de no tener suficiente habilidad como mi padre, de alguna manera tome valor y me atrevi a pintar un paisaje donde la luna era la principal protagonista.
Se que la historia de ellos terminó, se que la mía está siendo creada, se que los amo mucho y se también que su luz aún brilla.
Porque si la luna brilla es porque sabe que mis padres aún se aman, "Forever".
—¡Vallolet!
Salgo de mis pensamientos para encontrarme con la cara de Samy frente a mi, estamos en el comedor y todos ya están en el, incluido Will para mí sorpresa.
— ¿Estás de acuerdo? — pregunta tío Danger.
Guardo la compostura al darme cuenta de no se de hablaban.
— ¿Supongo? — pregunto.
— No sabes de qué hablamos ¿Verdad? — suelta Asthon.
Detrás mío puedo sentir como Will acerca su silla y me murmura a la oreja:
— Estan hablando de ir a visitar la tumba de los abuelos.
Abro la boca antes de decirle una sonrisa de agradecimiento a Will, Hunter y Madeline Cavalier, abuelos que no logré conocer pero que se que fue un grandes personas, la primera vez que visite su tumba debí tener cuatro años quizás, mamá dijo que me había llevado para presentarme con ellos.
No lo recuerdo, tampoco recuerdo Alemania pero sin duda me encantaría ir.
— Si, vamos — digo deprisa.
Todos asienten antes de pedirle a Asthon que reserve boletos para avión y un hotel que quede cerca de nuestro destino.
Will es el primero que se marcha sin despedirse, puedo ver la tristeza en los ojos de Elena y Samy, solo espero no tener la misma mirada, mi móvil vibra avisándome que tengo nuevas notificaciones.
No soy mucho de redes pero las reviso de vez en cuando para no perder la costumbre, tengo varias solicitudes de amistad gracias a Samy y sus ganas de buscarme un novio, tengo varios mensajes de chicos pero uno en especial me llama la atención.
"Luna" ese es su nombre de usurario, se llama igual que yo, me meto a su perfil para averiguar más sobre ella pero solo encuentro fotos de paisajes nada que me indique quien es.
Luna: ¡Hola! Vi que te gusta pintar y a mi también, ojalá podamos hablar sobre ello no tengo muchos amigos de mis mismos gustos.
El mensaje fue mandado hace una semana, vale debo de revisar más seguido.
Vall: Hola, lamento no responder.
El mensaje se envía y me sorprendo al ver cómo la chica lo ve y de inmediato responde.
Luna: No te preocupes lo bueno es que me respondiste jaja.
Vall: Mmm, quise saber quien eras
pero no encontré alguna foto tuya.
Luna: Agg si, a mi mamá no
le gusta mucho que muestre mi rostro
(Paranoica)
Vall: Debo tomar por hecho que
te gustan los paisajes y la luna
en especial:)
Luna: A mis padres les gusta,
creo que tiene que ver con su historia
por eso mi nombre, así que al no tener que poner, pongo paisajes y eso.
Vall: ¿Cómo me encontraste?
no tenemos amigos en común.
Luna: Oh si, debes pensar que soy un viejo acosador jajaja, bueno sigo a páginas de arte y te vi muy activa en los grupos de los mismos, dibujas muy lindo por cierto.
Debes en cuando subo fotos de mis dibujos o pinturas que realmente me gustaron y siento que el mundo los debe de conocer, entonces las personas de los grupos me felicitan por ello y los más experimentados se encargan de darme consejos.
La mayoría en los grupos me conoce y si alguien entra estos grupos puede darse cuenta que suelo estar activa, al principio me enviaban solicitud pero no las aceptaba por lo cual solo se limitaron a hablar conmigo cada que subo algo.
Vall: Ya veo, bueno supongo que
debo aceptarte la solicitud.
Luna: ¿Puedo preguntar porque no tienes muchos amigos en Facebook y ninguna foto?
Vall: No me gustan las fotos y
Facebook no es de mi agrado para
hacer amigos.
Luna: Misteriosa, ¿Segura no eres como una asesina con trastorno de personalidad o algo así? Jajaja
Vall: Lo siento, no soy la reina roja.
Luna: ¡Omg conoces el libro!
mi madre habla todo el tiempo de el,
es una lectora, demasiado jaja.
Alzo una ceja extrañada cuando varias teorías de empiezan a formar en mi mente aún así decido ignorar porque no creo que sea nada de lo que pienso.
Decido despedirme antes de poder preguntar de más y me enfoco en guardar mi ropa en la pequeña maleta para el viaje a Alemania pero le veo interrumpida cuando tocan el timbre de la casa, escucho como las máquinas de seguridad analizan a la persona para ver si tiene algún tipo de arma y dan luz verde al comprobar que no.
Tomo la perilla de la puerta y me encuentro con una señora muy mayor, tiene una sonrisa en su rostro y sus ojos se tornan sorpresivos cuando me ven, me mira de arriba a abajo haciéndome sentir incómoda y cuando su voz suena puedo sentir la misma sorpresa incrédula.
—¿Heather?
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