01. A Million Dreams
Yuki.
Desde que tengo tres años, mi tía me llevó a vivir en un orfanato, ya que mis padres fallecieron en un accidente de auto cuando regresaban a casa y decidió que era mejor vivir aquí porque era el único lugar donde podía trabajar al igual que ver por mi, de verdad estoy agradecida con ella y espero que sus actos sean pagados. Bueno, tengo muchos amigos y ayudo a las personas que nos cuidan, a pesar de todo soy feliz de vivir aquí durante dos años y espero poder hacer feliz a las personas que lo necesiten.
Hoy era un día normal como siempre, jugaba con mis amigos en lo que llegaba mi tía del supermercado hasta que llego una de las señoritas que nos cuida junto con alguien que no alcanzaba a ver porque los demás tapaban mi vista, eso me molestaba de algún modo y trataba de ver dando pequeños saltos.
— Niños, — habló Arisugawa-san con una sonrisa — hoy Ittoki se une a nuestra pequeña familia. Vamos, presentate, no seas tímido.
— U-un placer...
— Espero que todos se lleven bien con Ittoki.
— ¡Siiiiii!
— Bueno, vayan a jugar. — todos le hicieron caso y se fueron tan rápido como pudieron, menos yo que quería ver al nuevo, lo primero que me llamó la atención de él era su cabello, era rojo al igual que sus ojos, de tez morena y muy tímido; me acerque a él y le regale una sonrisa.
— ¡Un gusto, soy Yuki! — hable y el se alejo un poco — ¿qué pasa?, ¿hice algo mal? — pregunté confusa y el negó demasiadas veces — ¿Entonces, no te agrado? — pregunté triste.
— N-no es eso... — habló por primera vez.
— ¡Entonces, vamos a jugar! — grite feliz mientras lo tomaba de la mano.
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Años después...
Con el paso del tiempo, Ittoki-kun y yo nos volvimos mejores amigos, siempre jugábamos al príncipe que iba a rescatar a su princesa (yo era el príncipe, jaja), cuando llovía fuerte y caían relámpagos siempre me iba a dormir con el, me cantaba canciones para dormir y yo le solía leer cuando queríamos descansar.
Era otro día normal, o bueno al menos lo era para mi. Estaba durmiendo tranquilamente hasta que escuche que alguien pateaba la puerta, las niñas con las que compartía empezaron a gritar que un chico había entrado a la habitación pero yo las ignore y puse la almohada en mi cabeza tratando de dormir nuevamente.
— ¡Yu-chan! — gritó esa voz que reconocí a la perfección ocasionando una sonrisa en mi — ¡Es hora de levantarse, hoy es especial! — gritaba con energía mientras me movía de un lado a otro — ¡Despierta, despierta, despierta!
— Déjame dormir... — murmure fingiendo fastidio pero el ya estaba encima de mi — ¡Ittoki!
— No puedo, prometí que hoy iba a estar con mi mejor amiga en su cumpleaños y no la defraudare. — respondió dramáticamente y yo reí mientras intentaba empujarlo.
— Esta bien pero hazte a un lado que me lastimas. — el me hizo caso y me levante de la cama para ir a los baños y cambiarme por el vestido que me regalo mi tía, después cepille un poco mi cabello y regresé con Ittoki quien veía el techo aburrido — ¡Estoy lista Ittoki-kun!
— ¿Por qué tar... Das... T-te? — preguntó mientras sus mejillas se ponían de un color carmesí.
— Me estaba arreglando, ¿Te gusta? — pregunté alegre y el solo asintió tímido.
— T-te ves b-bien... — murmuró un poco avergonzado y yo reí, era un momento bonito hasta que alguien interrumpió.
— ¡Es oficial! — gritó una de las niñas con las que compartía habitación — ¡Oto-chan y Yuki son novios! — sabía que era falso pero aquella declaración me ocasionó un sonrojo haciendo que baje la mirada avergonzada y las demás la apoyaron con un "uhhhh" como respuesta.
— ¡Tienen envidia de que Yuki-chan es mi única y mejor amiga! — gritó Ittoki avergonzado mientras me dirigía a la puerta con pequeños empujones — Vamos Yu-chan, hoy es tu cumpleaños y no lo podemos retrasar.
— ¿Y a dónde vamos? — pregunté con curiosidad y el volteó regalando una de sus más bellas sonrisas, sin duda me encantaba ver su sonrisa, era un deleite para mí ver que era el ser más perfecto y no me cansaba verlo.
— Hay una feria aquí cerca, ¿Vamos?
— E-esta bien. — respondí tímida y el tomó mi mano — Pero, mi tía sabe que vamos a salir, ¿no? — le pregunté curiosa y él empezó a reír nervioso.
— C-claro que s-si. — respondió mientras rascaba su nuca con la otra mano pero dejó de hacerlo y decirme — ¡P-pero eso no es importante! ¡Hoy es tu cumpleaños y quiero darte el mejor regalo de tu vida!
¿Por qué sentía mis mejillas tan calientes?, ¿Por qué siento un cosquilleo en mi estómago?, ¿Qué rayos tiene su sonrisa de especial que me encanta?.... Muchas preguntas sin una respuesta clara en mi mente, por favor, deja de latir mucho corazón, siento que va a estallar de tantos sentimientos encontrados y no podré disfrutar mi cumpleaños con Ittoki-kun, que de hecho me habla.
— Tierra llamando a Yuki, repito, tierra llamando a Yuki. — repetía la misma oración una y otra vez mientras pasaba una mano frente a mi, fue cuando reaccione y el soltaba un suspiro de alivio — Por un momento me preocupaste, ¿Estas bien?
— E-eh, si.
— ¿Segura? —preguntó no muy convencido — Si quieres, podemos regresar-
— ¡Por supuesto que no! — interrumpí avergonzada — Prometimos que íbamos a pasarla bien en mi cumpleaños y no quiero arruinarlo.
— ¡Entonces, corre! ¡No hay que perder el tiempo!
— ¡S-si!
Ambos nos sonreímos y empezamos a correr como si no hubiera nadie más en nuestro alrededor, por un momento sentí que eramos solo el y yo, mi corazón latía tan rápido con solo ver a Ittoki...
Rayos, creo que me he enamorado de mi mejor amigo.
Trate de ignorar aquel pensamiento y seguí corriendo con Ittoki tomada de su mano, al llegar, ambos nos sentamos en unos bancos para descansar y me di cuenta de algo sumamente importante.
— Etto, Aka-kun... — murmure y el respondió un "hmmm" mientras descansaba — ¿C-cómo vamos a pagar? —el empezó a buscar en su sudadera.
— ¡Ta-ran!!! — exclamó y me enseñó una bolsa de dinero — Los días que no jugué contigo, fue porque estuve haciendo unos pequeños trabajos para ahorrar lo necesario y darte el mejor cumpleaños.
— I-Ittoki... — murmure mientras lo miraba, el solo se rió y tomó mi mano haciendo que mi sonrojo aumente.
— Mejor vamos a divertirnos, tenemos hasta las 6 de la tarde para regresar.
Antes de que pudiera responder el ya me estaba jalando de la mano, pagó las entradas y admiramos los juegos, el me dejó escoger y decidí que era buena idea el carrusel, después el escogió el paseo de las tazas de té y terminó mareado de muchas vueltas; íbamos a subir a la montaña rusa pero no nos dejaron por nuestra estatura así que mejor fuimos a comer algo, Ittoki compró unas hamburguesas y ambos nos fuimos a sentar.
— ¿Te esta gustando tu día? — preguntó Ittoki y yo asentí muchas veces alegre, me pasé el bocado que tenía y tomé un gran trago de mi refresco.
— Es el mejor día de mi vida, ¿sabes? - hable y el se sonrojó — Corrijo, es el segundo.
— ¿Cuál es el primero? — yo tomé su mano y sonreí cuando sentí la calidez que emanaba su mano.
— Cuando te conocí. — respondí con una sonrisa — Tengo al mejor amigo que pude haber deseado y no te cambiaría por nada.
El solo sonrió y ambos seguimos comiendo, cuando terminamos, fuimos a más juegos (en uno de ellos el ganó un peluche de gatito y me lo dio), también jugamos a las escondidas y después fuimos a la cabina de fotos.
— ¿Estas lista? — preguntó mi mejor amigo y yo asentí confusa — Ok, entonces, ¡sonríe!
Yo reí, en otra foto ambos hicimos caras graciosas y en otra nos pusimos de espaldas haciendo pose de policías, en la penúltima el me tomó desprevenida y me abrazó, en la última decidí vengarme y le di un beso en la mejilla;siento que su reacción fue la más bonita que mis ojos pudieron admirar, sus mejillas hacían juego con su cabello.
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— ¡Fue muy divertido! — exclame con alegría — Gracias Ittoki-kun, soy tan feliz.
— No hay de que.
Ambos estábamos sentados mirando el atardecer mientras comíamos un helado, era un momento tan tranquilo que me acosté en el pasto.
— Yuki-chan...
— ¿Si?
— ¿Cuál es tu sueño? — yo lo miré confundida.
— ¿A qué te refieres? — pregunté y el soltó un suspiro.
— ¿Qué quieres ser de grande?
Esa era una buena pregunta. — Ammmm, no lo había pensado pero ¿por qué la pregunta? — respondí.
— Antes de que mi tía falleciera, ella me contaba que mi papá es un famoso Idol y y-yo quiero encontrarlo. — confesó mientras yo lo miraba para que continuara — Quiero ser un idol como el y que la gente escuche mi voz, tu... ¿Quieres acompañarme en ese sueño?
— ¿C-cómo? — murmure sorprendida y el tomó mis manos haciendo que me sonroje.
— ¿Quieres ser Idol junto a mi? — no sabía que responder, estaba sorprendida.
— P-pero... ¿Y S-si no lo hago bien?
— Se que lo harás bien Yu-chan, tu voz es muy bonita.
— Esta bien, seremos idols en un futuro. — ambos unimos nuestros meñiques y sonreímos — Es hora de volver, no queremos que se enoje mi tía por llegar tarde.
Ambos nos levantamos y empezamos a caminar al orfanato, al llegar mi tía estaba en la entrada a lado de unos señores, ambos no dejaban de mirarme y era muy incómodo para mí, tanto que tomé la mano de Ittoki.
— Yuki, — habló mi tía nerviosa — quiero presentarte a la familia Adagaki.
— U-un gusto... — murmure sin soltar la mano de Ittoki-kun, la señora Adagaki se acercó y se agachó a mi altura — ¿Eh?
— Tu tía nos ha platicado mucho de ti, ¿Podemos platicar contigo?
— Ammm... — mire a mí tía y ella asintió — E-esta bien señora Adagaki.
— Otoya. — llamó mi tía y él la miró — Ven conmigo, los señores Adagaki necesitan hablar con Yuki a solas.
Antes de que Ittoki contestara, mi tía se lo había llevado dejándome con los señores Adagaki, yo no sabía que era lo que querían y eso me ponía más incomoda de lo normal.
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No tenía ánimos de levantarme, sólo quería que el tiempo pase lento y estar con Ittoki-kun.
¿Por qué mi tía no me dijo que me iban a adoptar? ¿Ya no quiere estar conmigo?
— ¿Qué tienes Yu-chan? — preguntó Ittoki-kun pero no respondí — ¿Por qué estas tris- ¡Woh! — lo abracé y empecé a llorar — ¿Q-qué sucede?
— I-Ittoki-kun, y-yo fui adoptada...
— ¿Q-qué?
— La familia Adagaki m-me adoptó, solo tienen que arreglar unos papeles y m-me iré con ellos pero ¡Yo no quiero! — decía entre sollozos y el solo acariciaba mi cabello — No quiero dejarte solo, eres mi mejor amigo y t-tengo miedo de perderte...
—... Pero, ¿entonces por qué decidiste irte con ellos? — preguntó en un susurro y yo lo mire con lágrimas escurriendo por mis mejillas.
— Mi tía lo decidió... Y-yo no sé que será de nuestro sueño... — agache la mirada pero el tomó mi mentón haciendo que lo mirará.
— Yo sí... — sus ojos estaban llenos de lágrimas y los cerró ocasionando que escurrieran por sus mejillas — Cierro mis ojos y puedo ver el mundo que está esperando por nosotros, al que llamo mi mundo... — limpié sus mejillas con mi pulgar ocasionando que sonría — Por la oscuridad, por la puerta, por donde nadie jamás ha estado pero se siente como en casa. — tomó mi mano y ambos nos levantamos — Pueden decir, pueden decir que es una locura. — ambos empezamos a caminar mientras el cantaba — Pueden decir, pueden decir que he perdido la cabeza. No me importa, así que llámame loco. — me dio una vuelta como si estuviéramos bailando y después me acerco a él — Podemos vivir en un mundo que podamos crear...
— Porque cada vez que me recuesto en mi cama, — cante mientras tocaba su cabello con cada vuelta que dábamos — Los colores más brillantes llenan mi cabeza de un millón de sueños que me mantienen despierta.
— Pienso en lo que podría ser el mundo, una visión del que yo veo. — canto sin dejar de mirarme — ¡Un millón de sueños es lo que va a tomar!
— Un millón de sueños para el mundo que vamos a crear. — cantamos al unísono mientras tomaba mis manos y sonreía.
Los meses que me quedaban pasaron rápido, Ittoki y yo aprovechamos cada momento juntos para jugar o hablar, mi tía no me quiso decir el motivo de porque me dio en adopción y supuse que no serviría de nada reclamar o rogar por quedarme. El día menos esperado llegó, mi tía me ayudó a arreglar mi maleta pero no encontraba a Ittoki por ningún lado y eso me ponía en verdad muy triste, tenía miedo de no volverlo a ver. En fin, en suspiro se escapó de mis labios y una de las cuidadoras entró.
— Yuki-chan, la familia Adagaki ha llegado por ti. — informó y yo asentí triste.
— Salimos en un momento. —respondió mi tía y la cuidadora se salió — No estés triste Yuki, es una gran oportunidad para ti y no la puedes desperdiciar.
— Si tía...
Ambas salimos al patio y enfrente estaba el carro de los señores Adagaki, buscaba a Ittoki-kun pero no había señal de él.
— ¿Estás lista para irnos? — yo asentí y ellos me ayudaron a recoger mis maletas, el Señor Adagaki me ayudó a abrir la puerta y subir al auto. Cuando encendió el motor, escuchaba a los niños despedirse de mi y una voz que reconocí a la perfección gritando mi apodo.
— ¡Yu-chan, Yu-chan! — era el, traté de quitarme rápido el cinturón pero era difícil a parte de que el señor Adagaki empezó a manejar — ¡Esperen, tengo que despedirme de Yuki! — lo mire por la ventana y estaba corriendo con todas sus fuerzas, pero los señores Adagaki ya habían arrancado.
— ¡Detengase por favor! — grité y el señor frenó de golpe.
— ¿Qué sucede Yuki?
Yo ignoré a la señora Adagaki y baje del auto como pude, vi a Ittoki dejar de correr y decidí ir con el. — ¡Ittoki-kun! — grite feliz de verlo, el levantó la vista y sonrió.
— ¡Y-Yu-chan, creí que no se detendría! — exclamó mientras recuperaba el aire, llegué hasta el para abrazarlo con todas mis fuerzas.
— Y-yo creí que no te ibas despedir de mi como prometiste... — murmure mientras lo abrazaba más y el empezó a acariciar mi cabello.
— No podía dejarte ir sin esto, — del bolsillo de su pantalón sacó un sobre — ábrelo.
Por un momento lo mire confundida y el solo me daba una sonrisa llena de tristeza, eso ocasionó una punzada en mi pecho pero decidí ignorarlo para poder abrir el sobre, saqué el papel que tenía y mis ojos se llenaron de lágrimas al ver la foto que nos tomamos en mi cumpleaños, sin duda iba a extrañar a mi mejor amigo; volví a mirarlo mientras estruje el papel en mi pecho, ambos sonreímos y no me resistí en volver a abrazarlo.
— Te quiero, Ittoki-kun. — susurre en su oído y sentí como su cuerpo se ponía tenso.
— Y-yo también, Yu-chan. No olvides que tenemos que cumplir el mismo sueño. — yo solo asentí en su hombro y lo seguí abrazando por un buen rato, ya que mis nuevos padres me empezaron a gritar.
— Me tengo que ir, Ittoki. — me separé de él y solté un suspiro deprimente — Nos volveremos a ver, ¿si?
— E-esta bien...
— Todavía tenemos un millón de sueños que cumplir, no lo olvides.
Exclame antes de darle un beso en la mejilla y correr hacia el auto. — ¡Ya estoy lista! — mi nueva madre abrió la puerta y sonreí mientras miraba a mi primer amor, me despedí con la mano y el igual para después subirme al auto.
— Abrochate el cinturón Yuki, será un viaje largo. — habló mi padre mirando por el retrovisor.
— Si señor Adagaki.
— Si quieres puedes llamarnos mamá y papá. — sugirió mi mamá y yo los mire para después sonreír y asentir.
— ¡Si mamá!
Ambos me sonrieron y mi papá empezó a manejar, yo no dejaba de mirar la ventana y pensar en Ittoki-kun, solo quiero que cumpla su sueño de ser idol y siempre sonreír. En todo el camino ellos me hacían una que otra pregunta sobre mi vida en el orfanato y yo contestaba con educación, en un anécdota que conté no dejaban de reír y no tenía idea de porqué hasta que mi papá se puso serio y habló.
— Llegando a casa te presentaremos a tu hermana, — yo lo mire sorprendida — le agradará la sorpresa de que tiene una nueva hermana.
— ¿No lo sabe?
— Era una sorpresa para Aki, no para de decir que quiere una hermana pero yo ya no puedo tener bebés. — contestó amable mamá y papá asintió.
Ya no pregunté más e imaginé cómo sería mi nueva hermana, de seguro es linda y amable como mamá... Ahhh, que pensamiento tan tonto.
Cuando llegamos, mamá y papá me hicieron esperar en la entrada, yo mire todo con atención y asombro; era una mansión muy grande, tenía candelabros con pequeños cristales colgando, en las fotos familiares habían muchas señoras bonitas y tenían adornos muy hermosos, sin embargo dejé de mirar cuando me hablaron, volteé a verlos y pude ver a una niña más pequeña que yo, me miraba confundida y con el ceño fruncido. Papá y mamá me presentaron como su nueva hermana, yo salude amablemente pero Aki no lo vio así y empezó a reclamar que no quería a una adoptada en la familia, eso fue un golpe muy duro para mi ambos la regañaron y ella se fue molesta a su cuarto.
Papá me presentó a las amas de llaves y dos horas después cenamos, luego mamá me llevó a mi nuevo cuarto y me enseñó mi baño y mi armario con muchos vestidos muy bonitos, cuando se fue, me bañé y me puse mi pijama, tomé el sobre para mirar la foto que me dio Ittoki-kun..
— Un millón de sueños es lo que va a tomar para el mundo que vamos a crear, Ittoki-kun... — cante en voz baja antes de acostarme a dormir.
Solo espero que nos veamos lo más pronto posible...
Y con esto doy por iniciada la historia, espero publicar más seguido y editarla cuando acabe.
¡Nos vemos!
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