Capítulo 14
Los rayos dorados del amanecer iluminaban la ciudad costera mientras Shinobu revisaba una lista de tareas interminables. Con la determinación que siempre la había caracterizado, se propuso que la boda sería perfecta. La finca Mariposa, el lugar donde había crecido y enfrentado tantas batallas en su vida pasada, sería el escenario de su nueva vida junto a Kanao.
La antigua finca Mariposa, aunque oculta entre los bosques, había resistido el paso del tiempo. Kanae había mantenido su existencia en secreto hasta ahora. Shinobu quedó maravillada al verla casi intacta, rodeada por jardines llenos de flores que florecían como si el tiempo nunca hubiera pasado. "Este lugar es perfecto", pensó, mientras comenzaba a imaginar los adornos que transformarían el lugar en un escenario de ensueño.
Ella tomó las riendas de la decoración. Decidió que los cerezos del jardín serían decorados con cintas blancas y violetas, representando la unión entre ella y Kanao. Instaló arcos florales y encargó luces que iluminarían la pista de baile bajo el cielo estrellado.
A pesar de su energía inagotable, organizar una boda de esa magnitud requería más ayuda. Mitsuri y Rengoku fueron los primeros en ofrecerse. Mitsuri, con su amor por todo lo romántico, seleccionó los mejores arreglos florales. Rengoku, entusiasta como siempre, supervisó la instalación de las mesas y sillas. "¡Esta será la boda más espléndida de todas!", proclamó con su voz firme.
Tengen llegó acompañado de sus esposas, quienes ayudaron a elegir detalles elegantes para la decoración. "¡El glamour es esencial!", decía Suma emocionada. Shinobu, aunque no era partidaria del exceso, agradeció el entusiasmo del trío.
Mientras tanto, Kanao trabajaba en la lista de invitados. Sentada en su habitación, anotaba cuidadosamente cada nombre. Aoi, Tanjiro y Nezuko fueron los primeros en ser confirmados. Tanjiro incluso prometió traer un pastel especial.
Kanae, siempre presente como un pilar de amor, no podía faltar. Para Kanao, su presencia simbolizaba la bendición del destino. "Será hermoso verlas juntas de nuevo", pensó con una sonrisa.
Genya, Sanemi y Tokito también confirmaron su asistencia, emocionados por la idea de celebrar una boda en un lugar lleno de historia. Himejima, con su imponente presencia y bondad, aceptó la invitación con una bendición silenciosa.
Tomioka, aunque distante, no podía faltar. Su vínculo con Shinobu, aunque peculiar, era irrompible. Cuando recibió la invitación, simplemente asintió y prometió asistir.
Los días previos: risas y emociones
A medida que los días avanzaban, la finca Mariposa se llenó de vida. Los amigos ayudaron con los preparativos, mientras las risas resonaban por cada rincón. Tanjiro y Nezuko, siempre unidos, se encargaron de colgar las luces. Mitsuri y Kanae organizaron los detalles florales, mientras Aoi supervisaba la cocina con una precisión impecable.
Kanao, aunque tímida, se sintió abrumada por el amor de todos. Shinobu la sorprendía constantemente con dulces gestos, como dejarle notas de amor entre los preparativos.
Una tarde, mientras caminaban juntas por el jardín, Shinobu tomó la mano de Kanao. "Todo esto es por nosotras. Quiero que este día sea el comienzo de algo eterno", susurró. Kanao, con los ojos llenos de lágrimas, asintió. "Ya lo es, Shinobu. Siempre lo ha sido".
Kanae y Mitsuri insistieron en ayudar a Kanao a elegir su vestido de novia. Finalmente, encontraron uno sencillo pero elegante, que resaltaba la dulzura y la belleza natural de Kanao. Por su parte, Shinobu optó por un traje moderno, con detalles que recordaban su vida pasada.
La finca Mariposa se transformó en un paraíso lleno de colores, luces y memorias. Cada rincón contaba una historia, pero también prometía un nuevo comienzo.
La noche anterior, Shinobu y Kanao se sentaron juntas bajo el cielo estrellado. "¿Estás nerviosa?", preguntó Shinobu, tomando la mano de su prometida. Kanao asintió levemente. "Pero también estoy feliz. Nunca imaginé que tendríamos esto".
Shinobu sonrió. "Tampoco yo. Pero aquí estamos, desafiando el tiempo y el destino, como siempre". Se acercaron y se besaron suavemente, sellando el momento con la promesa de un amor eterno.
.
.
.
.
.
.
La brisa matutina acariciaba los jardines de la finca Mariposa, llenando el aire con el dulce aroma de las flores recién abiertas. El sol brillaba con suavidad, como si el cielo mismo bendijera aquel día especial. Cada rincón de la finca había sido decorado con amor y dedicación: arcos de flores, cintas blancas y violetas ondeaban al viento, y las mesas estaban dispuestas con elegancia, esperando a los invitados.
Shinobu, vestida con un traje moderno que resaltaba su elegancia natural, observaba el escenario mientras Mitsuri ajustaba los últimos detalles de su peinado. "Te ves hermosa", dijo Mitsuri con una sonrisa radiante. "Hoy es tu día, Shinobu".
"Nuestro día", corrigió Shinobu, pensando en Kanao. "No puedo creer que lleguemos hasta aquí".
Mitsuri tomó su mano con ternura. "El amor siempre encuentra su camino, incluso a través del tiempo y las reencarnaciones".
Mientras tanto, en otra habitación de la finca, Kanao miraba su reflejo en el espejo. Su vestido blanco, sencillo pero elegante, caía con suavidad, resaltando su delicada figura. Aoi, a su lado, ajustaba los pliegues con precisión. "Estás preciosa, Kanao", dijo con una sonrisa sincera.
Kanao asintió tímidamente, sus mejillas sonrojadas. "Estoy nerviosa", admitió en voz baja.
"Es normal", respondió Aoi. "Pero cuando la veas, todo desaparecerá. Lo único que importará será ella".
Los invitados tomaron sus lugares, sus rostros iluminados por la emoción. Kanae, vestida con una túnica blanca que reflejaba su papel como oficiadora de la ceremonia, esperaba al frente del altar floral. Su sonrisa cálida irradiaba felicidad.
La música comenzó a sonar suavemente, y Mitsuri tomó el brazo de Shinobu. "¿Lista?", preguntó con complicidad.
Shinobu asintió, su corazón latiendo con fuerza. "Nunca estuve más lista".
Caminó por el pasillo con paso firme, sintiendo las miradas emocionadas de sus amigos y seres queridos. Tomioka, Rengoku, Tengen y sus esposas, Tanjiro, Nezuko, Sanemi, Genya, Himejima y Tokito estaban allí, celebrando con ellos este día tan especial.
Cuando Shinobu llegó al altar, Mitsuri le guiñó un ojo antes de tomar su lugar entre los invitados.
La música cambió, y todos se pusieron de pie. Kanao apareció al final del pasillo, su mirada nerviosa pero decidida. Aoi la acompañaba con una expresión serena, brindándole el apoyo que necesitaba.
Shinobu sintió un nudo en la garganta al verla. Kanao era simplemente hermosa, y en ese instante, todo el mundo parecía desvanecerse.
Cuando Kanao llegó al altar, Aoi le dio un apretón de manos antes de unirse a los demás.
Kanae levantó las manos, pidiendo silencio. "Hoy estamos aquí reunidos para celebrar la unión de dos almas que han trascendido el tiempo y el destino. Shinobu y Kanao, su amor es un testimonio de valentía y esperanza. Hoy se prometen caminar juntas por esta vida y más allá".
Shinobu y Kanao se tomaron de las manos, sus miradas conectadas en una danza silenciosa de amor.
"Shinobu", dijo Kanae, "¿aceptas a Kanao como tu esposa, prometiendo amarla, respetarla y apoyarla en cada paso de su vida?"
Shinobu sonrió con suavidad. "Sí, acepto".
Kanae se volvió hacia Kanao. "¿Kanao, aceptas a Shinobu como tu esposa, prometiendo amarla, respetarla y apoyarla en cada paso de su vida?"
Kanao, con los ojos brillantes por las lágrimas, respondió con firmeza. "Sí, acepto".
Kanae extendió las manos hacia ellas. "Entonces, por el amor que las une y la voluntad de sus corazones, las declaro esposas. Pueden sellar su unión con un beso".
Shinobu y Kanao se miraron por un instante que pareció eterno. Luego, Shinobu tomó el rostro de Kanao entre sus manos y la besó con ternura. El mundo pareció detenerse mientras sus labios se encontraban, sellando una promesa que trascendía el tiempo.
Los invitados estallaron en aplausos, algunos con lágrimas en los ojos. Mitsuri lloraba abiertamente, abrazada a Rengoku, mientras Tanjiro sonreía emocionado junto a Nezuko.
La música comenzó a sonar mientras los recién casadas caminaban juntas por el pasillo, rodeadas de felicitaciones y abrazos. Tengen organizó un brindis, levantando su copa con entusiasmo. "¡Por las esposas más valientes y hermosas de todas!", exclamó.
La fiesta continuó con risas, baile y comida deliciosa. Shinobu y Kanao bailaron juntas bajo las estrellas, sus corazones llenos de felicidad.
"¿Te imaginaste esto alguna vez?", preguntó Shinobu mientras la sostenía suavemente.
Kanao negó con la cabeza. "Pero es mejor de lo que podría haber soñado".
Y así, bajo el cielo estrellado y rodeadas de amor, Shinobu y Kanao comenzaron su vida como esposas, listas para enfrentar cualquier desafío juntas.
Fin
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro