-Capítulo 11-
Los adultos se habían quedado pasmados ante tal reencuentro de viejos amigos. Se dieron un abrazo entre ellos y una charla amena surgió. Lucas se había casado con Paula, su compañera de universidad, mientras que Yuugo con Dina, el gran amor de toda su vida, pero lo que más sorprendió a Lucas es que sus dos amigos ahora son los padres adoptivos de su alumno, Ray.
—¿Entonces, ustedes adoptaron a Ray? Dijo Lucas quién regresaba a ver al azabache. Ray no decía absolutamente nada. Mientras que Emma estaba atenta a la conversación.
—Sí, así es Lucas, respondió Dina. Y ¿ustedes piensan ser padres?
—Por supuesto que no, ¿verdad Paula? Estamos recién empezando y es difícil tener un bebé por ahora. Quién sabe tal vez a futuro. Paula se había quedado callada, lo que su esposo no sabía es que ella ya estaba embarazada.
—Hump, sí. A duras penas se le pudo escuchar lo que había dicho. Yuugo interrumpió la charla, moría de ganas de atrapar un gran pez y restregárselo en la cara a Lucas, ellos tenían una rivalidad competitiva.
—Bueno, ¡mucha cháchara y nada de acción que esperan vamos a pescar!
¿Abuelo, tiene su carnada lista?
—¡Sí, aquí esta lista!
—Y tú ciclope y niña antena ¡listos!
—Sí, respondió Emma a lo que Ray enfadado dijo: Ya te dije que no me digas así, viejo. Su abuelo al oírlo, le dio un pequeño zape en su cabeza.
—¡Ray que te he dicho, controla esa boca!
—¡A-abuelo... por qué solo yo! ¡Tsk!
Yuugo reía viendo a Ray siendo retado por su abuelo así que aprovechó la oportunidad y le susurró en su oído.
—Más te vale que hagas un buen trabajo hoy, si quieres impresionar a la niña antena.
—¡Que- que fue lo dijiste!
—¡Ya me oíste!
—Acaso tu sabes que...
—Lo sé, eso se ve a leguas... no pierdas el tiempo y mueve ese trasero que hay trabajo por hacer.
Todos tomaron sus cosas de pescar, pero Paula ya no se sentía animada como antes. Dina se percató de ello.
—¿Sucede algo, Paula?
— no, no es nada no te preocupes Dina. Vayan ustedes yo me quedaré aquí.
—Por supuesto que no, todos hemos venido aquí para divertirnos.
—Lo siento es solo que... paula empezó a tener arcadas, se tapó su boca y fue directo al baño de la cabaña. Yuugo regresó a ver a su esposa.
—¡Hey Dina, Paula ya vamos!
—Ya los alcanzamos, vayan no más.
—Sucedió algo, preguntó Lucas.
—No, no es nada vayan. No se preocupen. Son solo cosas de chicas. Dina se fue de inmediato a ver Paula quién estaba vomitando todo el desayuno. Salía del baño, totalmente cansada y débil. La rubia se asustó pensando que a lo mejor algo de la comida le hizo mal, así que decidió revisarla.
—Por suerte siempre traigo mi kit médico, Paula ¿puedo examinarte?
—Dina, te lo agradezco, pero no es nada de qué preocuparse.
—Lo es, estás débil y pálida. Necesitas atención médica de inmediato.
—Espera Dina, sé que nos acabamos de conocer, pero, no tengo con quién más hablar. Sé exactamente lo que me pasa. Estoy esperando un bebé, Lucas no lo sabe, por la misma razón de que todavía no estamos listos para ser papás. Recién estamos comenzando una vida de casados, me he cuidado pero mi anticonceptivo ha fallado. Estoy de 3 semanas.
Dina se había quedado callada, abrazó a Paula y la consoló. No tenía a quién más desahogar sus penas, toda su familia había muerto, tenía un par de amigas, pero tampoco es que la ayudaran mucho.
—No te preocupes, habla con el apropiadamente. Estoy segura que entenderá.
-¤-
— ¡El abuelo capturó uno grande! Gritó Yuugo admirado.
—Sí así es, este será para mis adorados nietos.
—Abuelito, ese es tuyo. Ray y yo encontraremos uno para nosotros. ¿No es así Ray?
—Sí, lo haremos. Cazaremos uno especialmente para tí.
—Yo haré lo mismo para mi esposa Paula, le daré el mejor.
—No te creas, quién obtendrá un gran pez soy yo y ese será para mi Dina.
—Eso lo veremos, Yuugo. Ambos adultos discutían por quién llevaría un gran pez. Por su parte, Emma sugirió a Ray ir río abajo para continuar con su búsqueda. Los chicos se separaron del grupo quedando estos a solas.
—¡Espera tonta que haces! Preguntó Ray al ver a su hermana sacándose los zapatos y camiseta. Quedándose solo en short y un top.
—Me meteré al río a bucear, ¡capturaré a un pez con mis propias manos! Bueno de hecho serán dos. Uno para el abuelito y el otro para tí.
—No es necesario que hagas eso, que tal si la corriente te lleva, no seas tonta.
—Ray no me pasará nada, solo obsérvame. Emma sin pensarlo se lanzó a lo profundo del río dejando a Ray totalmente preocupado.
Al verla ahí tratado de darle el mejor pez le hacía sentir especial, no dudaba de la capacidad atlética de la chica, pero, siempre había algo podía suceder. El primer pez, lo había conseguido con éxito, fue nadando hacia el pelinegro y lo puso en un pequeño balde.
—¡Ahora voy por el segundo! Exclamó.
Ray solo asentó su cabeza y estaba atento a Emma, no se demoró ni 5 minutos y ya obtuvo otro. Hizo lo mismo, nadó hasta la orilla donde estaba Ray esperándola. Depositó su presa en el balde.
—Bien, creo que eso es suficiente, Emma quédate aquí iré por una toalla para que te seques.
—No Ray espera, iré por otros más.
—¡De ninguna manera! ¡Es suficiente con estos dos!
—Ay no te preocupes. No tardaré.
Emma se lanzó de nuevo al río, pero esta vez Ray se preocupó más, algo le decía que con esos peces era suficiente.
Ella se estaba demorando más de lo previsto, Ray comenzaba a alterarse hasta que pudo ver como Emma salía de la superficie forcejeando con el agua, es ahí en ese instante en que las cosas no estaban bien. A la chica le había dado un calambre en su pierna derecha impidiéndole nadar.
—¡Emma! Gritó desesperado. Se sacó los zapatos y demás ropa quedando solo en pantaloneta, se aventó al río y fue nadando en busca de la chica, Emma iba cayendo hacia la profundidad del río, Ray la tomó inmediatamente de la cintura y fue nadando con todas sus fuerzas hacia la orilla, arrastró el cuerpo de la chica y empezó a llamarla a su nombre, ella no respondía así que, tuvo que darle respiración boca a boca.
—¡Tonta, no me hagas esto! Respóndeme Emma.
Abrió la boca de la chica y empezó a darle aire, tardó unos segundos más y finalmente ella reaccionó. Escupió toda el agua que había tragado.
—Ray... eres...tú, susurró debilmente. No se contuvo más y la abrazó fuertemente, casí estaba a punto de perderla y todo por su maldita imprudencia.
—No vuelvas a hacerme esto... por favor... todo podría faltarme, menos tú, pequeña idiota.
Ray la abrazaba desconsoladamente a lo que Emma correspondió su abrazo.
—Gracias Ray
Yuugo había ido a buscar a ambos chicos topandose con aquella escena tan tierna.
"Entonces el pequeño ciclope está enamorado de la antena. Lo sabía, Dina esposa mía, siempre tengo la razón"
Los dejó un momento a solas, y luego se acercó a ellos. Ambos le explicaron lo sucedido, así que Yuugo se ofreció a cargar a Emma. Llegaron a la cabaña y Dina le dio atención médica. Paula ya estaba más tranquila, hablaría con Lucas en la noche.
Afortunadamente, no era nada grave, así que todos comenzaron a preparar el almuerzo. Ray por su parte había ido a su habitación a darse un baño.
Una vez limpió fue a la habitación de Emma a ver como estaba. Ella lo recibió con una gran sonrisa.
—Ray, gracias por salvarme.
—Tonta, no vuelvas a hacer estupideces.
— no lo volveré a hacer, por cierto... quiero preguntarte algo ¿tú me besaste?
Ray se quedó quieto, a lo que contestó.
—Si te refieres a darte respiración de boca a boca, sí.
—Yo no me refiero a eso... es decir, no se si suene estúpido pero cuando me quede dormida yo sentí que tú me besaste. ¿lo hiciste? Dime la verdad por favor....
—Yo—
Continuará.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro