•|Narrador|•
El minino blanco se subió al barandal de un salto, una vez estuvo ahí arriba salto al árbol que estaba junto al balcón.
Bajó rápidamente por las ramas de este, cayendo de pie al tocar el suelo.
- Aterrizaje "purrrfecto" -
Nule comenzó a recorrer los tejados de Seúl, tomando el camino de siempre para ir a casa de Hyunjin.
Recorrió las extensas calles de la ciudad, llegando a unas pequeñas escaleras, subió por estas, divisando la casa del pelinegro a escasos metros.
Cuando terminó de subir por las escaleras subió a unos contenedores que estaban junto a la ventana de la habitación del mayor.
Colocó ambas patas en el cristal mientras soltaba un maullido.
Pasó su mirada por todo el lugar, la cama seguía ordenada y no había señal del alto por ningún lado.
- Parece que no ha llegado -
- ¡No puedes hablar en serio! - el grito del mayor se escuchó en la parte de abajo.
- No podemos mantener el estudio - el minino escuchó la voz de Seulgi - es muy costoso - prosiguió - a este paso no podremos pagar el salario del Sr. Park - Seulgi se encontraba en el comedor, tenía una calculadora junto a ella y se encontraba anotando algo en la pequeña libreta que estaba sobre la mesa.
Jeongin recargo ambas patas en el ventanal como hace un momento, escuchando atentamente todo lo que los mayores decían.
- Pero el abuelo aún puede... - la mayor le interrumpió.
- No seas egoísta - la mayor reprochó sin siquiera mirarlo - su vista está empeorando.
El pelinegro menor dirigió su vista al abuelo, este estaba simplemente sentado en el sofá, escuchando todo atentamente.
- Quería continuar pero tiene razón - tomó un poco de la bebida que tenía sobre la mesa de centro.
- ¿Estás seguro de esto? - Hyunjin se acercó un poco a su abuelo y se sentó en el sillón indivudial.
- Lo siento Hyunjin - el mayor dejó nuevamente el vaso.
- Debes enfocarte en tus exámenes - Seulgi dijo aún desde el comedor.
- Si quieres usar el horno debes hacerlo pronto - le dijo el abuelo al Hwang menor.
Hyunjin se quedó viendo un rato al abuelo con una mueca de tristeza. Pasaron unos segundos en completo silencio hasta que Yeji entró rápidamente por la puerta.
- Oigan, ¿De verdad cerraremos el estudio? - preguntó alarmada.
- Sí - La señora Hwang respondió.
- ¿Qué hay del Sr. Park? - preguntó la pelirroja.
- Renunciará - respondió nuevamente Seulgi.
- ¿Encerio? - preguntó dramáticamente - escucha, tengo una día - se recargo en la mesa, junto a su mamá - deberíamos pedirle al Sr. Park que inicie una clase de cerámica - comentó sonriente.
- Ya hay muchas clases de cerámica en la ciudad - respondió la pelinegra mayor - eso no servirá.
- ¿Qué? - preguntó la chica.
Mientras las dos mujeres hablaban Hyunjin se levantó y se fue caminado a su habitación.
- Todas las chicas estarán interesadas si el Sr. Park es el maestro - siguió la pelirroja - yo también me uniré a la clase - dijo como si se lo hubieran pedido.
- No - respondió Seulgi.
- ¡Por favor! - comenzó a lloriquear Yeji.
El pelinegro estaba acostado boca abajo en su cama, sus extremidades extendidas a lo largo de esta.
El gatito saltó por el barandal de la ventana y se quedó viendo fijamente al chico, Nule agachó su cabeza al ver al mayor triste.
El atardecer estaba en su máximo esplendor, Jeongin regresaba a casa mientras caminaba por un hermoso lugar de Seúl.
- Hyunjin... - murmuró el gatito quedándose quieto por un segundo.
De un momento a otro el peliblanco comenzó a correr, dejando el lugar en un santiamén.
- El cerdo agridulce está delicioso - murmuró Jeongin.
- ¿En serio? - preguntó la peliazul con sorpresa, tapándose la boca con una de sus manos.
- ¿Verdad? Las cebollas arruinan o complementan este platillo - dijo Eunwoo mientras servía algo de bebida en su vaso. Dahyun sonriendo por el cumplido.
Jeongin se quedó viendo su plato con el ceño fruncido - ¿Por qué sabe tan bien? - murmuró esta vez para si mismo.
- Tiene un sabor fuerte como te gusta - dijo nuevamente el pelinegro, Dori levantó levemente la vista de su alimento.
- Que bueno que te gustó - le dijo la mayor al peliblanco.
Jeongin tomó otro poco del cerdo con algo de agresividad, ni bien lo terminó de colocar sobre el plato comenzó a comerlo rápidamente, lo terminó junto con el arroz en un par de segundos, a continuación tomó el pequeño tazón que contenía sopa en su interior, y la sorbió rápidamente, al igual que el cerdo terminandolo rápidamente, colocó el tazón vacío en la mesa, su ceño aún fruncido.
Jeongin estaba acostado en el suelo, en la parte de abajo de su cama, la mitad de su cuerpo siendo cubierto por las bonitas cortinas blancas.
- Hyunjin se veía triste... - decía el muchacho - pero no puedo ayudarlo, ni como Nule ni como Kkami - la tristeza era notable en su voz - y el cerdo agridulce estaba delicioso, ¡odio esto! - la tristeza fue reemplazada por fastidio.
Jeongin tenía los brazos extendidos hacía el frente, con la máscara entre manos, viéndola desde la parte que va cerca del rostro, el diseño de esta dando hacía el techo.
Hyunjin se encontraba haciendo un bonito tazón de cerámica en el taller, su abuelo le había dicho que usará el horno pronto y eso era lo que tenía planeado hacer.
La luna estaba muy brillante esa noche, así que Hyunjin estaba trabajando con ayuda de esta, dándole la espalda al bonito cielo estrellado.
El minino blanco estaba afuera de este, se encaminó hasta el y abrió la puerta corredisa con una de sus patas, entrando al pequeño lugar.
Caminó lentamente hasta el pelinegro, este pareció notar la precencia del gatito cuando la luz de la luna pegó en él, el mayor separó ambas manos del tazón.
- ¡Kkami! - exclamó con algo de sorpresa.
Nule se sentó en el suelo, viendo atentamente al chico frente a él, luego vio el tazón, era bastante simple pero sin duda era muy lindo.
El pelinegro estaba sentado en la ventana del taller, el lugar no era muy alto, así que pudo subir con facilidad, Nule descansaba en sus brazos.
Hyunjin estaba viendo el cielo estrellado cuando se percató de algo en la pata del gato.
- ¿Te lastimaste la pata? - el alto comenzó a pasar su dedo por encima de esta, el gatito soltando múltiples maullidos por el dolor - Sí - dijo acercando un poco su rostro - ¿estás bien? - preguntó.
Los ojitos de Jeongin brillaron, abrió levemente su boquita por lo encantado que estaba de escuchar esas mismas palabras por segunda vez en el día, ambas del pelinegro.
- Es como la herida que trae el - dijo, y eso bastó para sacar a Nule de su mundo, el menor dirigió su vista al chico, este se acomodó mejor en su lugar - ojalá y pudiera decir lo que pienso como él, quiero seguir haciendo cerámica - dijo viendo nuevamente el cielo - sé que al estudio no le va bien - dijo ahora viendo el interior de este - Quiero decirles que me encargaré del estudio, pero no tengo confianza... y no dije nada - hizo una pausa - no sé como lo hace el abuelo, en sus manos la arcilla ordinaria toma muchas formas y colores - conforme iba hablando iba pasando su mirada por cada una de las artesanías que su abuelo había hecho - siempre quise ser como él, pero no pude decirlo... Si Nule estuviera en mis zapatos se que lo hubiera dicho - el mayor se encontraba viendo el cielo nuevamente.
- Hyunjin, soy como tú - decía el minino mientras veía fijamente al pelinegro - no puedo decir lo que realmente quiero - todo se volvió de color morado para el menor, a sus ojos ya no se veía como un gatito, sino como Jeongin - ¡eres increíble, Hyunjin! - exclamó el menor cerca del contrario - solía desear que el mundo acabara, pero ahora... después de conocerte - bajó su rostro unos segundos - después de enamorarme de ti, ¡el mundo me parece muy hermoso! - Jeongin abrazó el cuerpo contrario, colocando su cabeza sobre el pecho de Hyunjin, todo volvió a la realidad por un segundo, el gatito blanco abrazaba al mayor por el abdomen - yo... quiero ayudarte - todo se tornó morado nuevamente - quiero escucharte decir: "te amo" - decía el peliblanco en su hombro.
Jeongin abrió los ojos y se encontró con que el mayor ya había separado su cuerpo de gato de él con una linda sonrisa en su rostro.
El alto metió ambas piernas dentro y saltó, cayendo de pie, cerró la ventana y caminó hacía donde había dos platos de cerámica que había hecho horas atrás, dejó a Kkami ahí.
- Debo estudiar más sobre cerámica - dijo el pelinegro - no hay nada de especial en mis creaciones ahora - dijo comenzando a caminar - debo ir a la universidad Yonsei.
Jeongin seguía al mayor con la mirada desde el lugar donde estaba, se puso en cuatro patas y cuando quiso dar un paso al frente su patita chocó contra algo humedo, volteó la mirada a la mesa y ahí estaba uno de los platos de Hyunjin, con su patita sobre el.
Jeongin hizo una mueca que expresaba que lo había arruinado, pero decidió no maullar ni nada.
- Debo contarle mis planes a mamá - siguió hablando el alto, tomó el delantal que estaba usand hace un rato y comenzó a caminar a la puerta - Vamos, Kkami.
Jeongin maullo repetidas veces llendo detrás del mayor, Hyunjin abrió la puerta y salió, esperando a que Nule saliera para cerrarla nuevamente.
- ♡ -
Holaa, llevaba mucho tiempo sin actualizar acá así que les traje un capítulo de +1590 palabras como compensación ^^
Tenía el capítulo escrito desde hace como una hora pero los separadores no cargaban 😩
Espero les haya gustado, nos leemos pronto ♡
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