La tensión estaba al máximo. El tiempo de espera había llegado a su fin, y la guerra contra Ivanov estaba a punto de estallar. Todos se preparaban para lo que sería el enfrentamiento más importante de sus vidas.

El sol se estaba poniendo, tiñendo el cielo de naranja y rojo, y la oscuridad se cernía lentamente sobre el campo de batalla. Marck y Marco estaban posicionados al frente, listos para enfrentarse cara a cara con su enemigo. Por otro lado, Yor y Carmela se preparaban para una misión diferente. Mientras sus compañeros luchaban contra Ivanov, ellas tendrían que enfrentarse a otro obstáculo: Sally, la Salazzle, quien había sido puesta en su camino.

Sally, la fiel aliada de Ivanov, había llegado al campo para ocuparse de las dos chicas. Su presencia era intimidante, y sus ojos brillaban con una malicia fría. Con su cuerpo largo y elegante, Sally estaba lista para mostrar por qué era una de las mejores en su campo.

— ¡Vamos, chicas! —dijo Marco, mirando a Yor y Carmela—. Nosotros nos encargaremos de Ivanov. Ustedes necesitan ser rápidas, pero cuidadosas. Sally no es un oponente fácil.

Yor asintió con determinación, su mirada de Inteleon destilaba frialdad y estrategia. Carmela, por su parte, mostró su típica confianza, sonriendo con una chispa en sus ojos.

— No se preocupen. Sally no será un problema. —Carmela miró a Yor, y ambas sabían que juntos eran invencibles. Nos encargaremos de ella rápido.

Mientras tanto, Marck y Marco se enfrentaban a Ivanov, quien estaba al mando de su ejército de Pokémon. Rillaboom seguía a su lado, y Zemo, el imponente Rillaboom de Ivanov, se preparaba para la batalla. Marck y Marco no perdieron tiempo, lanzando sus Pokéballs para liberar a sus Pokémon en el campo.

Marck lanzó la Pokéball de su Machamp, mientras que Marco hizo lo mismo con su Sawk. La batalla comenzó de inmediato, y los golpes resonaban por todo el campo. Pero mientras ellos se encargaban de Ivanov, Yor y Carmela se veían obligadas a enfrentarse a Sally.

Sally sonrió maliciosamente y se preparó para la batalla. La batalla de fuego y veneno estaba a punto de comenzar.

— ¿Listas para esto? —preguntó Sally, su cola se encendió, cubriéndose con una capa de veneno que empezó a emitir un resplandor tóxico.

— Estamos listas. —respondió Carmela, su cuerpo se llenó de energía, y una llamarada comenzó a formarse alrededor de ella.

Yor, más serena, se adelantó un paso, enfocándose. Sabía que la velocidad y la precisión eran su ventaja. Aguantaría lo que fuera necesario para derrotar a Sally.

En el campo de batalla principal, Marck y Marco luchaban contra Ivanov y su ejército. Ivanov, con su aire de arrogancia, lanzó ataques con su Rillaboom, mientras que Marck y Marco se defendían con agilidad. Machamp bloqueaba los ataques físicos, mientras Sawk lanzaba poderosos puños de lucha.

— ¡No te vas a salir con la tuya, Ivanov! —gritó Marco, mientras su Sawk se enfrentaba a Zemo, quien arremetió con un tremendo golpe de tambor.

Ivanov sonrió maliciosamente.

— Así que... ¿creen que pueden detenerme? —rió con desdén. — Este es solo el principio.

Mientras tanto, en el campo de batalla entre las chicas y Sally, Carmela lanzó un Flaare Blitz, cubriendo su cuerpo en llamas, mientras atacaba a Sally con velocidad. Sally esquivó por poco, pero las llamas la alcanzaron, haciendo que se tambaleara.

— ¿Eso fue todo? —Sally se rió, recuperándose rápidamente y lanzando una bola de veneno hacia Carmela, quien apenas la esquivó.

Yor, con sus movimientos rápidos y precisos, aprovechó cada oportunidad para lanzar ataques de agua, usando su habilidad para crear chorros de alta presión que cortaban el aire. Pero Sally no estaba dispuesta a rendirse. El veneno y el fuego comenzaron a envolverla, y la batalla se intensificó.

Las dos batallas continuaban simultáneamente, Marck y Marco luchando contra Ivanov, y Yor y Carmela enfrentándose a Sally. La tensión estaba al límite. Un solo error podría significar la derrota.

— ¡No dejaremos que Ivanov gane! —exclamó Marck, haciendo un gesto a Machamp, quien lanzó un potente Puño dinámico hacia Zemo, causando una explosión de energía.

Ivanov se sonrió, pero en su rostro apareció una expresión de incomodidad. Sabía que algo estaba por cambiar.