Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Presente

En cuanto estuvo dentro de aquel agujero negro que lo llevaría devuelta a su presente, sintió de nuevo la sensación de vértigo, pero ésta vez no se dejó arrastrar por la infinita oscuridad.

Activó su cosmo, se concentró en poder encontrar alguna energía familiar de sus compañeros de armas y así guiarse entre las diferentes dimensiones del tiempo.

Tuvo éxito en su búsqueda, era la de Shaka que en ese momento se encontraba meditando en la sala gemela y entonces usó la Another Dimension.

Un estallido y polvo se alzó en el coliseo donde aspirantes y caballeros entrenaban.

Todo había vuelto a la normalidad, dejaron de buscar a Saga porque no sabían exactamente qué pasó cuando desapareció, Kanon no dio más explicaciones, no había forma de ayudar si no sabían nada.

Todos estaban sorprendidos porque repentinamente apareció, no miró a nadie, sólo caminó con su porte imponente, altivo, para dirigirse a su templo.

En su ascenso, con cada paso que daba, su corazón se iba fragmentando, quería llorar pero se lo negó, en la privacidad de sus aposentos podía hacer lo que quisiese.

No prestó atención a las cálidas palabras de Mü, ni la felicidad con que Aldebarán lo recibió, hizo un intento por sonreír, más sus labios formaron una mueca.

Kanon lo esperaba en la entrada de géminis, con los brazos cruzados y usando su armadura.

- ¿Se puede saber dónde carajo estuviste todos éstos días?.

Siguió su camino, sin mirarlo ni dirigirle la palabra, se fue directo a su habitación y se acostó en su cama, la bufanda roja que adorna su cuello aún tenía el aroma inconfundible de Kardia.

Ya no se pudo contener por más tiempo, la privacidad lo invitaba a mostrar su vulnerabilidad, las lágrimas no tardaron en bajar copiosamente por sus mejillas.

Maldecía el destino, la diferencia de cientos de años que los separaban, su obstáculo a vencer era mayor, aunque el sentimiento estaba allí, latente en ambos, el pasado y el presente no podían estar juntos.

Aferrado al único recuerdo de Kardia se quedó dormido, el sutil aroma a manzanas fue un calmante a su dolorido corazón.

Despertó horas después, cuando la noche reinaba en el firmamento, salió de su habitación, el templo estaba en completo silencio, tal vez el idiota de su gemelo se fue a divertir a Rodorio con su pareja.

Caminó sosteniendo la bufanda entre sus manos, sus pasos lo guiaron a la salida del recinto, elevó su mirada esmeralda hacia las estrellas.

- Kardia.

Fue el llamado de un afligido corazón que desea volver a ver a su amado, observó como la constelación de Escorpio brilló con fuerza, en especial el corazón de Antares.

S'agapó.

Fue un murmullo lejano, casi imperceptible lo que el viento trajo a sus oídos, esa palabra llenó de calidez su corazón pero también volvió a recordarle que nunca estarían juntos.

No en ésta vida.

Sus ojos se cristalizaron, el dolor en su pecho se intensificó, la rabia se apoderó de él, volvió a maldecir y las lágrimas crearon un camino salino por sus rojizas mejillas.

Antes de darse la vuelta para irse de nuevo a su habitación, pidió un deseo, más que un deseo era una plegaria a cualquier dios que se apiade de su sufrimiento.

A la mañana siguiente no todo fue felicidad, quería creer que todo era un sueño y despertaría en la cabaña que fue su hogar por varios días, pero no, la cruda realidad lo golpeó, estaba devuelta a su presente.

Se vistió para ir a entrenar, al menos eso tendría ocupado su mente, todos sus compañeros ya se encontraban en el coliseo, en cuanto lo vieron no dudaron en hacerle todo tipo de preguntas, pero Camus, Shaka y Shura los mantuvieron a raya, agradeció eso porque no tenía ánimos de platicar, además que guardaría celosamente su viaje al siglo XVIII y que ahí conoció a quien es el amor de su vida.

Cansado, se sentó en las gradas, el sudor hacía que su camisa de entrenamiento se pegara a su cuerpo, se daría un buen baño y luego tomaría una siesta.

Sólo así, en sueños, todo sería perfecto al lado de Kardia, sin obstáculos de por medio, sólo ellos dos amándose con intensidad, coincidiendo en un mismo tiempo y espacio.

Se preguntó qué estaría haciendo en esos momentos, si lo extrañaba y sufría tanto como él, su ducha no la disfrutó, sólo vinieron recuerdos de todo lo que compartieron juntos y el agua se mezclaba con sus lágrimas.

No tenía apetito, no tenía ganas de ver al patriarca que pidió una explicación de su desaparición, se encargaría de evadirlo todo lo que pudiese.

Se colocó la bufanda roja en su cuello, de alguna manera sentía a Kardia cerca de él, prometió llevarla siempre consigo, excepto a los entrenamientos porque se podría arruinar.

Los siguientes días fueron los peores, estaba sumido en una tristeza profunda, sus ánimos estaban por el suelo, se lamentaba una y otra vez haberle hecho caso a su amado de volver al presente.

En el último momento se había arrepentido, ya no deseaba regresar, aunque viviera siempre oculto de los demás se adaptaría fácil a aquella nueva vida que le esperaba al lado de Kardia.

Pero, no estaban seguros qué podría afectar en ambas épocas si seguían juntos, el tiempo fue otro obstáculo en su felicidad.

Kanon se burló que parecía un muerto en vida, estaba tan pálido y sus ojos habían perdido su brillo característico, además de las enormes ojeras que lo rodeaban debido a su llanto nocturno, entonces enojado le respondió:

- Si estoy así es por tu culpa, debería en estos momentos molerte a golpes, pero sólo te diré gracias, idiota.

Salió del templo dejando con una gran interrogante a su gemelo porque no sabía la razón de su reproche y agradecimiento.

Sus pasos lo guiaron directo al coliseo, el enojo inicial se transformó en amargura y decepción, sabía que cometió muchos errores, entre esos unos más graves que otros, tal vez su castigo era ese, sufrir por un amor imposible.

Su mirada se posó en el inmenso bosque, recordó que la cabaña de Kardia no estaba muy lejos del santuario, había salido a explorar los alrededores el segundo día de estar en una época que no era la suya cuando se dio cuenta de ese detalle.

Algunos arbustos altos y árboles más pequeños lo cubrían a la perfección, por eso pasaba desapercibido a todo aquel que pasase por el lugar.

Sintió curiosidad por si aún seguiría intacta o el paso del tiempo hizo que la madera se convirtiera en comida para las polillas.

Caminó sin prisa alguna, no había cambiado tanto el bosque, lo recordaba como el mismo de siglos atrás, siguió el camino de tierra, encontró los dos árboles que eran su punto de referencia en el pasado.

Se abrió paso entre la maleza y apartó el arbusto, sintió decepción, tristeza porque aquella cabaña ya no existía, no quedaba nada, sólo restos irreconocibles de lo que un día fue el hogar de Kardia, aún así tenía una leve esperanza de encontrarlo intacto a pesar del tiempo que pasó.

Regresó al santuario más decaído y derrotado que antes, pasó los dos primeros templos sin saludar a sus dueños, en la privacidad de sus aposentos fue directo a su cama, tomó su almohada y la abrazó fuertemente.

Cerró sus ojos, a su mente vinieron los frescos recuerdos de aquel día, sábanas revueltas, jadeos, cabellos azules y negros mezclándose.

No sólo fue un acto carnal lo que pasó en esas cuatro paredes, le hizo el amor a Kardia, lo amó en cuerpo y alma hasta el cansancio.

Recuerda perfectamente su ardiente piel morena, el como se erizaba ante su toque, su aroma, cada gesto de placer, su atrevimiento y pasión.

Nada sería igual para Saga de Géminis quien se había enamorado por primera vez en su vida, cada minuto que pase serán una dolorosa eternidad y los días una cruel tortura.

En todo el día se dedicó prácticamente a limpiar su templo, a regañadientes lo hizo porque Camus lo obligó, éste descubrió el desorden que había por todas partes además de las partículas de polvo que cubrían algunos muebles de madera.

Refunfuñando y haciendo berrinches siguió en su labor, limpió el sudor de su frente, tras muchas horas pudo tomar un respiro, feliz porque ya le faltaba poco para terminar, el estante de madera era lo único por sacudir y acomodar los libros que tal vez pertenecieron al anterior escorpio.

Tenía flojera de ir por una silla, así que optó por la vía fácil, en la parte más alta se estiró de puntitas para poder llegar, aprendió una lección grande el día de hoy y era limpiar de forma constante, su nariz picaba debido a la acumulación de polvo, estando a punto de estornudar un objeto cayó sobre su cabeza para luego ir directo al suelo.

- Auch.

Sobando la zona golpeada se agachó para coger el pequeño libro de tamaño mediano.

Abrió la tapa de cuero negro y leyó la primer hoja, ahí se dio cuenta que no era un libro sino el diario que perteneció a Kardia de Escorpio.

"Ni siquiera sé porque empecé a escribir ésto, encuentro aburrido relatar nuestras vivencias del día a día, estoy seguro que a mi sucesor no le interesará leer lo que aquí plasme en letras, pero fui obligado a hacerlo.

Sólo diré: gracias acuario por dar la grandiosa idea al patriarca de elaborar un diario.

Espero sea notado mi sarcasmo porque todo es culpa de Dégel"

Milo pasó a las siguientes páginas, lo que fue su vida de Kardia, el inicio de la guerra santa, la misión en Bluegard a la que iría con acuario y donde seguramente perdió la vida ya que esa fue la última fecha que quedó registrada.

Pasó varias hojas, todas estaban en blanco, creyó que acabaría ahí pero casi al final encontró nuevamente más vivencias de Kardia, ésta vez relatando que su diosa los resucitó en compensación por dar sus vidas en batalla, les dio la opción de irse y que como personas normales disfrutaran del mundo entero pero todos decidieron quedarse en el santuario, nada interesante leía después, hasta que algo llamó su atención.

Un nombre en específico.

Corrió hasta la sala patriarcal, tenía que saciar esa curiosidad y sólo Shión la calmaría ya que convivió con todos sus antiguos camaradas.

Mostrando sus respetos ante el pontífice no esperó a que el mayor hablara para saber cuál era esa urgencia que debía ser atendida de inmediato.

- Tiene que leer ésto. Es el diario de Kardia de Escorpio, mi antecesor.

Le mostró la página que había marcado.

"Tal vez fue obra del destino conocerlo o una mala jugarreta de los dioses pero desde que lo encontré durmiendo en el pasto se me hizo el joven más hermoso que mis ojos veían, antes Dégel lo era para mí, pero sin duda Saga de Géminis se llevó ese título.

El beso que me robó de imprevisto el mismo día que lo conocí y del cual me negué en un principio a aceptar, pero luego cedí a ese impulso porque jamás había probado labios tan suaves como adictivos.

Nunca había besado a nadie, él se llevó mi primer beso, fue el primero en amarme no sólo en cuerpo, sino en alma también.

Su partida me dolió, pero sé que debía volver a su época, no pertenecía a la mía, aunque quisiéramos no podíamos estar juntos.

Muchos notaron un cambio en mí, lucía taciturno, no prestaba atención a los entrenamientos, incluso podía sentir los ojos violetas de Dégel observarme a cada momento, todo era difícil sin Saga a mi lado, extrañaba su presencia, días enteros me la pasé encerrado en la cabaña sin probar comida, no deseaba nada, me la pasé hundido en tristeza y soledad.

Pero algo me decía que a él no le gustaría verme así, derrotado, sufriendo por todos los rincones del santuario, así no era el Kardia que conoció.

Oculté a la perfección mi verdadero sentir, les hice creer a todos que volvía a ser el mismo hiperactivo escorpión de siempre, pero el dolor en mi pecho aún seguía latente, sólo habían pasado cinco semanas, dicen que el tiempo cura las heridas y veré si es verdad.

Con el paso de los años lo pude superar y volví a amar, más no con la misma intensidad como lo hice con Saga porque me dejó una gran lección, aprendí a valorar cada pequeño gesto de amor y me enseñó que el tiempo no es impedimento para nada.

Gracias a él entendí el significado de querer y amar.

Son dos sentimientos totalmente diferentes, antes no sabía lo que era el amor, pensé que era lo mismo que sentía por acuario pero Saga me mostró su verdadero significado.

Tal vez ahora Dégel tiene mi amor más en el fondo de mi corazón aún guardo el recuerdo de Saga, el como me amó en pocos días y nuestra única entrega dejó una huella imborrable en mi cuerpo, es algo que ni el paso del tiempo conseguirá olvidar en mi memoria.

De una u otra forma tenía que liberar éste secreto que oprime mi pecho y ya que no puedo decir al cubo de hielo que tengo por pareja el efímero romance que tuve con el Géminis del futuro.

Lo mejor que pude hacer es escribir en mi diario lo que llevo guardado en mis memorias, además que el primer amor jamás se olvida, que me perdone Dégel pero es la verdad, jamás lo olvidaré porque la otra mitad de mi corazón de fuego aún lleva su nombre.

Acuario tuvo que hacer muchos méritos para ganar mi corazón, fue mi pequeña venganza por antes haberme ignorado hasta que se decidió hablar conmigo, no le dejé nada fácil su cortejo, puse muchas trabas hasta que creí fue suficiente el castigo y acepté su amor.

Si mi sucesor encuentra éste diario sólo pido un favor y es que le entreguen un recado importante a Saga."

Tanto Milo y Shión no podían creer lo que leían.

Ahora entendían porqué Saga lucía triste la mayor parte del tiempo, sus esmeraldas nostálgicas clavadas en dirección al bosque, suspirando amores pasados, atardeceres amargos son desde que regresó.

La bufanda roja se le había hecho conocida pero nunca pensó que era la de Kardia, ahora entendió muchas cosas que sucedieron en el siglo XVIII.

Los celos que se notaban a kilómetros en Dégel porque había descubierto marcas en el cuello del escorpión, eso pudo escuchar al estar escondido en un pilar del templo de Virgo.

Asmita era amigo del onceavo guardián y en verdad no había sido su intención escuchar esa parte de la plática cuando pasaba por ahí, pero el grito furioso del peliverde fue lo que lo sorprendió porque generalmente era tranquilo, esa vez no lucía para nada sereno, hasta su cosmo era agresivo.

Ahora sabe quien hizo aquellas marcas que despertaron celos en Dégel y que a él le generó curiosidad por ese amante secreto de Kardia.

Saga acudió de inmediato al llamado del patriarca, bastante tenía con haberlo ignorado desde su regreso.

Shión no dejó que mostrara sus respetos, le pidió que se acercara porque tenían un mensaje de una persona importante para él.

Extrañado de ver a Milo ahí, no hizo preguntas ni replicó, se le fue dado un libro de tamaño mediano, abierto en las últimas hojas.

Iba a decir algo pero el escorpión se le adelantó.

- Sólo lee y no pidas explicaciones.

Asintió no muy convencido pero se dispuso a leer.

"Mi bella durmiente."

Su corazón palpitó de emoción, sólo una persona le decía así y era su amado Kardia, sus ojos se humedecieron pero se contuvo, inhaló profundo para calmarse.

"Ni siquiera sé por donde empezar, pero lo primero que se me viene a la mente es que te extraño muchísimo, fueron pocos días los que estuvimos juntos pero cada uno de ellos los atesoro como el mejor de los recuerdos, nunca ni con el pasar de los años se borrarán de mi memoria las huellas de tus caricias y besos por todo mi cuerpo.

Gracias por amarme, por eso en nombre de ese maravilloso sentimiento que nos tenemos no creo justo que tú sufras por la separación que sabíamos era inevitable, somos de épocas diferentes, tu lugar estaba en el presente, no en el pasado.

Sé que lo superarás poco a poco ó si no es que ya lo hiciste desde hace mucho, todo depende del tiempo que ha llegado mi mensaje hasta tus manos.

Pero en dado caso que no sea así, te pido que vuelvas a rehacer tu vida, sé feliz con la persona que elija tu corazón.

Aunque yo vuelva a enamorarme, tú siempre ocuparás la mitad de mi ardiente corazón, de ahí nadie podrá sacarte porque fuiste mi primer amor.

Sólo deseo que en otra vida se nos dé la oportunidad de amarnos libremente, sin que esté de por medio la diferencia que nos separó.

Un Amor De Dos Épocas.

Es irónico sabes, yo me reía de aquellos que dijeron lo mismo y que ahora escribo en éstas líneas.

Pero en verdad quisiera una nueva oportunidad para que nada impida separarnos de nuevo, tal vez en ésta vida no se pudo pero en la siguiente espero volver a coincidir contigo, el destino se encargará de juntarnos nuevamente y ésta vez no habrá obstáculos que lo impidan.

Nunca me olvides porque yo no lo haré, te amo Saga de Géminis.

Siempre tuyo, Kardia de Escorpio."

Ahora sí las lágrimas no las pudo contener más, su escorpión salvaje dejó una nota que llegó luego de 243 años.

El tiempo pudo seguir avanzando pero tal parece que presentía lo mal que lo seguía pasando después de un mes que volvió al presente.

No estaba siendo fácil, para él tampoco lo habrá sido, puso contra su pecho el diario y se hincó ante Shión.

- ¿Me permite quedarme con el diario de Kardia, su ilustrisima?.

El peliverde lo meditó, pero había un problema:

- A mi no me corresponde darte ese permiso, sería al nuevo escorpio cedertelo si así lo desea.

Milo no tenía nada que pensar, así que miró a Saga y le sonrió.

- No tengo ningún problema, sé lo que es amar y sufrir por ello, entiendo por lo que estás pasando así que de ahora en adelante serás el nuevo dueño de ese diario.

Felicidad sintió en ese momento, al menos tendría otro pedacito de su amado a su lado.

- Gracias.

Hizo una reverencia y salió del recinto, la carta de Kardia fue como un bálsamo a su dolor pero poco disminuyó.

Bajó los demás templos pero no se detuvo en géminis, continuó su descenso hasta adentrarse al bosque, tal vez la cabaña ya no existía pero quedaba un lugar por visitar, tenía la esperanza que aquella belleza natural no se perdiera con el tiempo.

Majestuosa como la recuerda, estaba la cascada, al menos algo del pasado continuaba en el presente, la fresca brisa mecía las copas de los árboles y sus cabellos negros se movían al compás del viento.

Caminó hasta toparse con un árbol que tenía grabado en su tronco dos nombres.

Kardia y Saga.

Sonrió con nostalgia, recordaba perfectamente ese momento 243 años atrás.

Flashback

Estaban por irse a la cabaña para preparar la comida cuando notó que el escorpión se detuvo frente a un árbol, luego sacó su uña carmesí para comenzar a rasgar el tronco.

- ¿Qué haces Kardia?.

Tenía curiosidad por saber lo que se le había ocurrido ésta vez.

- Dejando un recuerdo mío.

Se acercó para observar mejor y ver que la primer letra de su nombre ya estaba formado.

Iba a preguntar algo más cuando se le adelantó a hablar.

- Sé que dirás que es tonto dejar un nombre grabado en un árbol que podría morir en cualquier momento debido a un rayo o porque se seca desde la raíz, pero cuando nosotros morimos nos pasa lo mismo, todos cumplimos ese ciclo de vida, nuestro deber como caballeros viene desde tiempos inmemoriales, ni siquiera se recuerdan los nombres de quienes antes sirvieron a Athenea y eso pasará con nosotros. En un futuro no sabrán quienes fuimos, por eso hago ésto, que no sé si marque una gran diferencia pero tal vez el árbol viva más tiempo que yo y mi nombre sea perpetuado por cientos de años más.

En cuanto terminó de hablar su nombre ya había sido grabado con la constelación de escorpio.

- Tal vez tengas razón, pero sabes una cosa? Aunque otros se olviden con el tiempo de ti, yo jamás lo haré porque formas parte de mi vida. También dejaré mi huella en el pasado, para que en especial tú me sigas recordando y en el lejano futuro vean que el pasado y el presente han convivido juntos.

En su dedo reunió su cosmo para comenzar a trazar líneas que formaron su nombre y la constelación de géminis con explosiones de galaxia incluidas.

- Aquí está grabado lo que somos nosotros, estoy seguro que el recuerdo perdurará por toda la eternidad.

Fin del flashback

Una sola lágrima bajó por su mejilla, se sentó en las raíces de aquel árbol que lleva grabado sus nombres y su historia juntos.

El diario descansaba en su regazo, Kardia tenía razón, el recuerdo y el amor perdura por años, incluso en su vieja memoria lo tiene aún presente.

Sus manos poseían arrugas, sus cabellos antes negros como el ébano ahora se habían vuelto plateados, nunca lo olvidó, se lo prometió.

Faltaba poco para que su vida terminara, estaba listo para partir, esperó ansioso por éste momento.

Finalmente volvería a encontrarse en su siguiente vida con su amado, coincidiendo en el mismo tiempo y espacio, Athenea vio su sufrimiento e hizo hasta lo imposible para que juntos volvieran a reencarnar, sin obstáculos de por medio, sin que los separen los años de diferencia y no se conviertan en....

Un Amor De Dos Épocas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro