Viajando a los dominios de las moiras, el todopoderoso Zeus, un erizo de ventas escarlatas y pelaje verdoso, caminaba impasivo, en su paso las tinieblas se encargaban de dificultar el camino pero nada más lejos de la verdad, Zeus logro llegar a su destino, allí frente a él se encontraban una escaleras en ruinas por las cuales comenzó a subir sin miramientos hasta llegar al altar de pilares donde tres mujeres de oscura fijura vestidas con tunicas se dedicaban a reir y prestar atención a otras labores

—Mis señoras moiras—el joven captó la atención de las tres señoras, las cuales le miraron con desden 

—Pero que tenemos aqui—la primera en hablar fue la más hieraticas de todas de gran porte—el pequeño hijo de Cronos—sonrio y en sus manos, potando una rueca, jalo del hilo dorado que salia

—No te esperabamos tan pronto—una risita se escucho en el eco de la oscuridad dejando hablar a la más joven de las tres señoras la cual acariciaba sus queridas tijeras

El erizo jadeo al ver como su hilo de la vida era sostenido entre aquellas mujeres y como final miro a la media de aquellas mujeres la cual sostenia en sus manos una bola de energia celeste tan brillante como el sol

—Te forjaste un brillante futuro, tu madre estaria orgullosa de ti—la joven de perdida mirada acariciaba dicha bola entre sus manos— pero estaria desepcionada por las atrocidades que has cometido

El erizo miraba en silencio a la espera de algo más que palabras mientras que aquella moira se dedicaba a mirar perdidamente a la nada.

—Te hemos llamado porque tu reinado llega a su fin Zeus—hablo de nuevo con certeza

—Eso no es posible...—la consternación en su rostro era notable—nadie osaria batirse en un duelo contra mi—la joven le miro impasible con sus ojos blancos y pronto los detellos de la bola en su mano se hisieron más brillantes hasta llenar aquel lugar de su luz mostrando, ante los ojos de todos, lo que ella podia ver

—No sera ahora, ni tampoco mañana pero cometeras un error tan terrible que levantaras viento y mareas—en las imagenes del cielo se presentaban las tormentas y los mares embrabecidos en el mundo de los mortales— solo habra un dios capaz de derrotarte, él busca la venganza—una flecha dorada aparecio en las imagenes de afilada punta — una sola de sus flechas dañara tu corazón como tu dañaste a sus progenitores. Y proclamandose nuevo rey del Olimpo destruira todo poder que tu tubieras, y te encerrara en el mismo lugar donde acabo tu padre—las imagenes desaparecieron y el erizo calló hacia atras asustado

—¡Habra algo que yo pueda hacer ! mi señora ayudeme...—las tres señoras le miraron sin emoción con severidad y molestia, recordando todas la veces que ayudaron a la madre de aquel Dios y como él se lo pagaba

—Decidas lo que decidas tu futuro esta escrito —las tres hablaron a la vez y pronto en un nuevo destello de luz que cego al erizo

Una vez el abrio de nuevo sus ojos vio que se encontraba de nuevo en sus dominos. Las palabras de las tres diosas del destino se grabaron a fuego en su mente y viviendo con miedo el Dios más poderoso de todos comenzó a trazar su propio plan de supervivencia.