Capítulo 6: La habitación de Látigo
No sé cómo responder al tacto. Pensé que en una situación así me separaría de golpe, pero no, me quedé hipnotizado.
Nadie habla, solo me dedico a sentir sus labios y tras unos diez segundos de puro silencio salgo de su agarre avergonzado.
—No... No está bien —digo a duras penas y mi erección no baja ni un poco.
—No te molestaré más por hoy, pero siento que vamos a disfrutar de esto otro día —dice Daga juntando sus manos con una sonrisa.
—Yo... —Tapo el bulto de mi miembro con la camisa cuando siento que llaman a Daga.
—¡Daga! —grita el anciano desde dentro—: Te están buscando acá, dicen que no eres capaz de darle a la jarra de cerveza en la cabeza de Cobra.
Nunca pensé que amaría escuchar la voz de ese anciano.
—¡¿Qué, qué?!, na, voy para allá —le responde emocionado, él también está medio tomado—. Látigo, lleva a Pluma a su habitación y regresa, está muy borracho para seguir en la fiesta.
Látigo asiente sin dejar de mirarme.
—Los dejo, chicos. Jugamos luego, Pluma —me dedica sus últimas palabras antes de entrar a la carpa.
Me quedo en silencio sin poder hablar y miro a Látigo. La vergüenza me corroe hasta lo más profundo de mi alma.
—Fue un malentendido —le digo.
Él se acerca a mí, esta vez por el frente y me mira a los ojos. Sus pupilas están dilatadas.
Si lo pienso bien, ahora estoy en el área VIP junto a Látigo, la persona que tiene el poder de matarme con la mordida de algún animal venenoso, pero también el de evitar que eso pase. ¿Qué debo hacer?, puedo avanzar ahora por el campamento.
—Nunca he estado con un hombre —le digo—. Tampoco he pensado en estarlo.
Sus ojos buscan los míos como preguntándose qué quiero decirle con eso.
—No sé qué me pasó... —Puedo ir con él, y luego negarme, quizás así pueda andar un poco por esta área y rebuscar. Lo hago por Dalia, sí, por ella.
"No siento atracción por Látigo", me repito una y otra vez.
Él mantiene su posición y me sostiene por los hombros al verme mareado.
—Estoy bien. —Miro al lado.
Señala el campamento de los nuevos como insinuando que deberíamos volver allá.
—No, quiero ir a tu carpa —respondo sintiendo el rubor en mis mejillas. ¿Por qué digo esto?, quizás por estar más con él o tal vez por encontrar a Dalia.
Látigo abre un poco más los ojos como si no se esperara mi respuesta, pero se da la vuelta y empieza a caminar sin dudarlo adentrándose en el área VIP.
Yo me mantengo a su lado avanzando de forma torpe.
- - ┈┈∘┈˃̶༒˂̶┈∘┈┈ - -
—Látigo... ¿Te gusta el circo? —digo tras el silencio y las cigarras a nuestro alrededor.
Él asiente ante mi pregunta.
—Todos son raros... Todos parecen ocultar algo. Ojalá hablaras. Debo ser un pesado por molestarte tanto. Ni siquiera ha pasado un día desde que te conocí.
Se detiene y choco con su espalda.
—¿Qué pasa? —trato de mirar al frente, pero él se vira y me tapa los ojos.
Siento un ruido y el grito de una mujer.
—¡Ayuda! —De pronto es callada por alguien o algo. Látigo nunca se movió de mi lado.
—¿Qué pasó? —pregunto con el corazón a mil—. ¿Látigo?
Tras decir su nombre me besa de nuevo y me aparto viendo todo. Sin embargo, no parece haber algo extraño a nuestro alrededor. Busco mirar todo bien, pero mis sentidos están lo suficientemente afectados para entender alguna pista que no estuviera muy visible.
—¿Quién gritó? —le pregunto suavemente, no logro ser más fuerte por el alcohol y su beso me descolocó.
Él niega y señala una de las carpas.
—¿Fue de ahí?
Niega.
—¿Es la tuya?
Asiente.
—¿De dónde vino el grito? —busco sus ojos, pero ahora son fríos, como si avanzar por ahí significara perder la cabeza. Es cierto, lo conozco hace poco, no tiene por qué contarme o responder por mi vida.
Solo me mira.
—Creo que mejor regreso a mi carpa... —digo, aunque mi cuerpo no se mueve.
Látigo me mira sin cambiar su gélida expresión.
—¿Puedes acompañarme? —digo al recordar que hay animales venenosos por acá.
Él niega y señala su carpa.
Luego del grito me siento un poco incómodo, pero creo que dejarlo ver o algo por el estilo significaría perder mi cabeza.
—Vamos... Pero solo dormiré... —digo en voz baja evitando parecer asustado por la situación.
Látigo cambia su rostro al inicial y avanza tranquilamente hacia su habitación abriendo la tela de la entrada.
- - ┈┈∘┈˃̶༒˂̶┈∘┈┈ - -
Dentro todo es bastante sencillo. Una cama personal, un baúl con su ropa, un espejo frente a un tocador. También está muy organizado, como si amara el orden.
Me señala la cama para que me siente ahí, mientras él se retira con una toalla húmeda el maquillaje del espectáculo. Cuando le veo quedo anonadado. No pensé que se vieran más atractivo sin la pintura.
—Creo... Que voy a dormir... —digo a duras penas—. No estoy seguro de querer hacer esto.
Él se quita la camisa delante de mí y veo sus músculos bajo la ropa. Dios, es demasiado sensual.
"¡Qué no me gustan los hombres, carajo!", me repito sin resultados positivos.
—Sí, esto es solo cosa del alcohol...
Él se quita el pantalón y deja ver su ropa interior bastante sencilla para acercarse a la cama, quedando frente a mí.
—Yo... —a duras penas logro hablar.
Toma mi camisa por los bordes de abajo y la levanta suavemente, lo peor es que mi cuerpo no se niega a su acto. Miro sus ojos esperando que me bese o algo más.
Látigo coloca mi ropa en la silla sobre la suya y se sube a la cama para luego esperarme. No puedo creerlo, ¡él solo me quitaba la ropa para dormir y yo pensando en tener sexo!
Decido acostarme a su lado dándole la espalda, molesto conmigo mismo.
—Buenas noches, Látigo —digo con voz suave.
Pensé que la noche terminaría ahí, pero empiezo a sentir sus besos en la parte trasera de mi cuello acompañado de una mordida y su mano deslizándose por mi vientre hacia abajo.
≪ °❈° ≫≪ °❈° ≫
Buenas :3, ojalá tengan un lindo día.
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué creen del grito de mujer que hubo?
También me interesa que piensan de Látigo 🤔.
Kirara
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro