Termino por sucumbir a sus palabras y mis manos cobran vida apretando la zona de sus glúteos. Mientras tanto correspondo sus besos deseando avanzar, dejando mordidas en sus labios y retrocediendo a segundos para hacerle venir a buscarme.

Nuestras partes bajas se juntan a través de nuestra ropa, pero lo siento, siento su bulto haciendo presión en el mío.

Separa su rostro y comienza a dejar besos y mordidas por mi cuello para bajar a mi pecho, las marcas son notorias.

Sus dedos hacen presión en mis muslos a un punto que podría doler, sin embargo, no lo hace, lo deseo así.

Abre mis piernas y coloca su boca en el centro de estas mientras sube la mirada desde la posición para ver mi rostro. Debo estar como un tomate ahora mismo, aunque no siento vergüenza...

—Quítalo... —Digo al sentir su respiración y vapor sobre la zona, a lo que él corresponde sacando mi pantalón desgastado ya con las manchas de su saliva ahí.

Mi miembro queda al descubierto delante de su cara. Lo toma entre sus manos para adentrar la punta en su boca. Se siente demasiado bien... Es húmedo... Y los movimientos que hace su lengua no me dejan pensar en totalidad.

Comienza a subir y bajar su cabeza mientras su otra mano agarra mi cadera para que no me mueva.

—Látigo... Sé que es... Es tonto... Pero si sigues así... No voy a durar mucho —le comento entre gemidos para ocultar mi rostro con la mano. No tengo experiencia en esto...

Adentra más mi pene en su boca, solo siento la presión de sus labios sobre esto hasta que algo me desvía la atención. Es uno de sus dedos que comienza a jugar en la entrada de mi trasero con la punta, no avanza más, solo hasta ahí. Me está dejando ver lo próximo que podría hacer y lo quiero.

—Hazlo... No... No me molesta... —Solo debo terminar de decirlo para que esté ese dedo dentro de mí y los movimientos de su boca continúen. Entre su versada lengua alrededor de mi verga y su curiosidad dentro de mí... Realmente no creo poder aguantar mucho—: Si sigues así me voy a correr...

Mi voz termina por salir distorsionada para concluir con venirme en su boca, nunca la retira. Al terminar de vaciarme en él, sube su cabeza hasta mi rostro y me mira a los ojos para ver cómo su cuello hace un gesto lo suficientemente claro como para saber que se lo traga.

—No, no... No debiste hacer eso... —Digo nervioso cubriendo mi rostro con las manos, pero él me las aparta y vuelve a besarme.

La sensación es amarga, ¿eso sintió mientras me devoraba?

Sigo el beso y rodeo su cuello con mis manos como si le abrazara. Me quiero soltar, pero es difícil... No me deja hacerlo...

Sus manos me toman por el trasero pegándome a él y sosteniéndome en el aire. Vamos hasta la mesa y me deja sobre esta, acostado boca arriba. En ningún momento siento que me tira, aun así, me deja al descubierto.

—¿Qué... Haces? —Digo entre gemidos al verlo retirar su pantalón dejando una gran erección al descubierto.

Toma mis piernas por los tobillos para ponerlas sobre sus hombros. Pensé que me iba a penetrar, pero no, coloca su verga sobre la mía mientras con sus manos registra mi interior usando dos dedos, los cuales previamente bañó con su saliva.

—No... No... No tienes que demorarte —digo agarrando con mis manos los bordes laterales de la mesa controlando mis movimientos y arqueado la espalda ante sus deslizamientos en mi interior con su mano.

Lo que fueron dos... Se volvieron tres... Y cada vez entraban más fácil, incluso podía sentir como le succiono en mi interior.

—Christophe... Por favor... Entra ya... —digo al ver como mi miembro volvía a estar duro y goteando sobre su abdomen—. Estoy listo, solo entra... Entra...

Cuando termino de hablar, él se retira y coloca la punta en la entrada de mi orificio para ir penetrándolo lentamente mientras sujeta mis caderas hasta llevarlo al fondo.

No puedo evitar sentir una gran excitación con esto... Es demasiado...

Se empieza a mover de forma lenta, tomando con una de sus manos mi verga y haciendo círculos en la punta de esta con el pulgar.

—Si sigues así, me voy a venir... No hagas todo a la vez... —Suelto mis palabras como puedo entre todo lo abrumado del momento, solo siento como su movimiento se acelera un poco, de una forma más sensual, bajo mis piernas, dejándolas caer por la mesa y colocando su cuerpo sobre el mío para besarme.

A duras penas puedo corresponderle hasta que siento una mano tomarme por el cuello, obligando a mantener mi cabeza hacia arriba.

No lo resisto más, no puedo evitarlo, así que me corro por segunda vez manchando su abdomen sobre el mío, lo que me lleva a cubrir mi cara.

—Perdón... No, no puede ser... —Pienso que se va a detener, pero no lo hace, sale de dentro mío, aun sin correrse y me da la vuelta sobre la mesa, quedando yo boca abajo, para volver a entrar.

Esta vez sus movimientos son más rápidos, jala mis caderas hacia las de él y siento como mi trasero choca en su pelvis dejando un sonido como si de un chapoteo se tratase.

Parece una costumbre suya, le gusta marcarme. Le gusta dejar su olor en mi cuerpo y sus sustancias también... Eso siento cuando siento que se corre en mi interior llenando mi trasero de sus fluidos...

Retira su verga y estos corren por mis mulos mientras van brotando. La punta de mis pies no tocaba el suelo, trato de recomponerme y las piernas me fallan, lo que hace que él me sostenga entre sus brazos por la cadera y me cubra en un abrazo.

—No sabes lo irresistible que eres... Jeremy. —Escucho su ronca voz en mi oído a duras penas—: tu cuerpo es en exceso tierno y tu alma igual... Solo quiero que seas mío.