Capítulo 2: Mudanza y confesiones
Me sorprendió lo bien que caminé sobre esa cuerda, no pensé que me fuera tan bien. Aunque realmente lo que menos me esperé es el hecho de que Látigo me está llevando a mi carpa.
—¿Esto, por qué no hablas? —le pregunto nervioso, ya llevamos unos tres minutos caminando sin hablar. Llámenme loco, pero siento que nos perdimos.
Él me mira un segundo sin decir nada, solo levanta de lado una mano y aparece un águila que aterriza en esta. Le hace una serie de silbidos al pájaro y empieza a volar por el campamento.
—¿La seguimos? ¿A eso te refieres? —digo tras verle señalar el ave en movimiento y empezar a caminar.
Lo sigo, pero no puedo dejar de hablar.
—Oye, Látigo, ¿llevas mucho en este sitio?
Él levanta una mano y saca tres dedos.
—¿Tres años? —le pregunto.
Asiente ante mis palabras.
—Vaya, es mucho tiempo. Espero divertirme acá y tener una familia —digo buscando su reacción.
Solo me mira con el rabillo del ojo y se detiene en seco.
—¿Pasa algo? —Me detengo junto a él.
Látigo avanza y acaricia con los dedos la cortina de la entrada de un camerino, como llamando a quien esté dentro.
—¿Esta será mi casa? —digo tras sus acciones.
Asiente calmadamente. Se me hace difícil seguirle la plática.
—Bien, entraré, ¿te veo luego? —le pregunto normal, pero me entrega un cartel con la función de hoy—. Entiendo algunas cosas de las que dice, pero no sé leer.
Látigo me mira un segundo y luego señala la carpa grande del centro del lugar. Es la misma del dibujo, así que debe ser la función ahí.
—¡Oh!, estarás ahí... Ya, ya entiendo. Tranquilo, por hoy me dedicaré a acostumbrarme al sitio.
Látigo señala un área apartada por donde veo pasar a la mujer de verde de la entrada de forma apurada.
—¿Qué pasa con eso? —Miro el área y luego a él.
Me hace un signo de cruz con las manos.
—¿Que no puedo ir? —digo tratando de entender a qué se refiere.
Él asiente dejándome ver que acerté. Toma mi mano con sus guantes y por algún motivo me pongo nervioso al no saber sus intenciones, pero lo que hace es darme una canica azul. ¿Eh?, ¿por qué?
—¿Qué es?
Se señala la boca.
—¿Un beso? —digo sin pensar y me arrepiento al momento.
Él niega y ahora se señala el estómago.
—¿Comida?
Látigo asiente.
—Entiendo, bueno, te veré por ahí.
Me mira intensamente a los ojos sacando mis nervios, ¿sabrá que vengo a espiar?, no, no debe. Sin hacer nada más, se retira y yo entro a mi carpa compartida.
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Dentro de la carpa siento una peste a pies bastante fuerte. Identifico la fuente y parecen ser los zapatos de uno de mis compañeros de habitación.
Me tapo la nariz y dejo mi bolsita en una de las camas que veo libre.
—¿Eres nuevo? —dice el dueño de la peste.
—Sí, soy Je... —casi digo mi nombre, pero rectifico—: Pluma, me llamo pluma.
—Un gusto, Pluma, yo soy Soga —se presenta mientras para de la cama y me extiende su mano; esta está llena de cayos.
No dudo en tomarla para saludarle. Parece no ser una mala persona o eso pienso hasta que me jala hacia él haciendo presión en mis dedos.
—¿Pasa algo? —digo desconcertado mientras él se acerca a mi oído.
—Como te vea tocando o me entere de que tocaste mis cosas, te capo —dice para luego separarse y dar palmaditas en mi hombro.
—No tienes que ser tan borde.
—La mayoría de las personas acá son ladrones o asesinos. Claro, también están sus despojos humanos por lo feos que son, como la gorda de Faty y los siameses.
—¿A dónde quieres llegar con eso?
—Al punto de que esto no es una finca de vacaciones, si no eres lo suficientemente despierto te van a comer. Bueno, tal vez si no tenías futuro ya de nada sirve que te avise.
No lo entiendo, no sé si me está amenazando o dando un consejo.
—Despierta, Pluma, vamos a cocinar.
—¿No deberíamos entrenar?
Él se empieza a reír.
—¿Qué es tan gracioso? —le respondo a sus risas.
—Que pienses que vas a salir en el show, para eso faltan meses o semanas. Tal vez ni sea un papel grande. Por ahora eres un sirviente.
—¡Oh!, bueno, por algo se empieza —digo mientras sonrío, no quiero sonar intimidado.
Puedo ver el cabello rojo de Soga cuando sale a la luz, también su rostro. Termino abriendo los ojos como platos al apreciarlo bien.
—Eres una chica...
—Tch... Por eso vas a morir soltero, ni diferenciar la voz de las mujeres sabes —es lo último que dice para salir de la tienda. Le sigo para ubicar el área de comidas.
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Cuando llegamos al comedor nos sirven unos pequeños pozuelos de puré que claramente nos dejarán con hambre. Realmente no me quejo, había días que no podía comer.
—Muévete, Pluma —me dice Soga y terminamos sentándonos a una de las mesas.
Desde nuestra posición se puede ver a Daga y Látigo comiendo carne y demás frutas en una mejor zone. Parece que los actores vip del circo poseen ciertos beneficios.
La mirada de Látigo se cruza con la mía y termino por apartarla de golpe, dejándome visiblemente nervioso ante mi compañera. Me hace sentir vulnerable, me siento dominado por alguien que ni siquiera habla.
—¿Te gusta Látigo? —dice ella al verme y me saca de mis pensamientos.
Yo del susto termino escupiendo el agua en la mesa.
—¡No, claro que no!, él es hombre, jamás haría algo como eso —es bastante mal visto en esta época.
—¿Eso que tiene que ver?, cosas peores he visto. El compañero de Látigo tiene una relación con una cabra, los casamos el mes pasado. He de decir que creo que consuman.
—Qué asco... Eso es zoofilia. Pero no, no me gusta él.
—Te atrae, ¿por qué no le das una oportunidad?, va y te gusta probar con un hombre.
—No, gracias. No necesito hacer eso para saber que no me gusta.
Siento de pronto el pie de la mujer rozar mi entrepierna de forma provocativa. Todo está bien hasta que recuerdo su mal olor.
—¿Entonces por qué tienes una erección?
—Yo no tengo nada —digo mientras introduzco la comida en mi boca huyendo de la plática.
Decir que no encuentro atractivo a ese hombre sería mentir, pero yo no soy gay y tampoco puedo estar jugando, tengo un objetivo. Tengo que apurarme.
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Bueno, les advertí que los capítulos son cortos pero espero que lo hayan disfrutado.
¿Qué creen de Soga?, xD la siento más masculina que el propio Pluma, pero ¿qué creen ustedes?
Por otra parte se ha visto poco de Látigo y el por qué es así. Me dio cierta gracia el hecho de que es malo con las direcciones.
:3 en fin, espero que hayan disfrutado el capítulo. Un besote.
Kirara
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