Me toca esta noche atender el puesto de tiro al blanco. Es sencillo, lanzas una pelota y si logras dar al aro te ganas una muñeca de baja calidad. Soga está al lado mío y se encarga de cobrar, por otra parte, Nube se fue hace unos veinte minutos a esperar a su cita al punto acordado. Se le veía feliz y emocionada, espero que todo le salga bien.

—Soga, tengo que ir al baño, cuida el puesto por mí —le digo a mi compañera.

—No te demores mucho que hoy hay bastantes clientes —me reclama para terminar volteando hacia la clientela con una sonrisa.

—Sí, sí, volveré rápido —le digo una pequeña mentira, hoy debo tratar de averiguar lo más que pueda.

Me marcho del puesto y adentro entre las diferentes carpas para perderme en la multitud y terminar colándome en el área VIP.

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Cuando me acerco al área de los actores principales me doy cuenta de que no tiene tanta vigilancia como esperé, solo se valen de los animales de Látigo y la convicción moral de que es un área restringida. Al menos eso espero.

Logro cruzar al otro lado sin problemas, pero me oculto tras una de las carpas al darme cuenta de que viene alguien. Reviso la daga en mi zapato y la tomo por si acaso en mano.

Uno mide aproximadamente dos metros o más y es calvo, parece estar yendo camino a la función. El otro, por su parte, es enano y no llega al metro cuarenta, deben ser compañeros de espectáculo.

—Vamos tarde, Gigante —dice el enano.

—Tranquilo, Hormiga, faltan aún varias horas de show. Yo distraigo a las madres hoy y tú tomas a los niños. ¿Llevas los caramelos? —contesta el grande.

—Sí, los tengo aquí. Todo listo, vamos a ganar buen dinero.

Trato de escuchar bien lo que dicen desde detrás de una carpa. Debo evitar a todo costo que me vean, por suerte esta zona está bastante oscura.

Sin embargo, una serpiente algo pequeña y con colores llamativos en naranja se para frente a mí mirándome.

"Mierda, qué mala suerte tengo", pienso ante la escena y trato de estar tranquilo.

El animal viene hacia mí, por lo que avanzo hacia el lado contrario de la tienda, alejándome de la escena y los dos transeúntes sospechosos.

¿Niños?, ¿madres?, ¿caramelos? ¿Qué se traen entre manos?

Avanzo en la oscuridad pensando en: "¿exactamente qué estoy buscando?"

Decido colarme en la habitación de Látigo al ser la que mejor conozco y estoy más familiarizado con la posición. Solo por eso, quiero creer.

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Dentro, todo es tal como lo dejé. Su ropa está guardada en su lugar y lo demás impecable. Miro la cama y rápido desvío la mirada negándome los recuerdos.

Me acerco a la cómoda donde está todo lo que usa para maquillarse. Hay un espejo grande con bombillos arriba, algunos están rotos. Sobre la superficie hay varios accesorios, lo más llamativo es la foto de él junto a otro joven bastante parecido, pero más alto. Parece ser de hace varios años, ya que se ve como un niño de doce años o un poco más.

—Se ve tierno de niño... Me pregunto por qué no hablará —digo bajito mientras tomo la foto en mis manos para apreciarla bien y luego la dejo en su sitio.

De abajo de la cómoda veo un cofre con detalles en rojo y violeta, parece ser de sus cosas del circo, pero está cerrado y no tengo lo necesario para forzar la cerradura.

Una voz conocida me llama la atención de afuera y me asomo por curiosidad. Termino por abandonar la tienda al ver que la propietaria es Nube, que va con otro hombre que no conozco de la mano.

¿Qué hace ella en la zona VIP?, ¿su cita es de acá?

—Desde que te vi me pareciste hermosa, Nube —dice el hombre delgado y de cabellos largos hasta la cintura. Lo reconozco, era uno de los que estaban en las pelotas enormes junto a la dama verde.

—Gracias... No soy tan hermosa, nada... —le responde nerviosa y sonrojada.

Puede que esté viendo algo que no me corresponde, pero no confío en nada de lo que pase en esta área, así que termino por seguirlos en su recorrido usando las cajas y carpas como muros de visión.

Dentro de mi mala o buena suerte, una araña peluda no venenosa, me pica el tobillo, pero ahogo los gritos entre maldiciones internas.

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Los tórtolos llegan a la entrada del bosque y contra todo pronóstico no se siente el sonido de los animales, diría que es el límite del campamento.

—¿Podemos quedarnos por acá?, se me hace un poco mal entrar al bosque —escucho decir a Nube.

—Es que allí está lo más hermoso del circo, quería enseñarte el paisaje más sublime. Si te lo digo ahora no sería una sorpresa.

—Esto... Mejor no, perdona —dice la joven con algo de nervio—. Podríamos conocernos mejor en otro sitio.

—Me haces esto demasiado difícil, niña —comenta el hombre para abalanzarse sobre Nube tomándola por el cuello.

—Suéltame, por favor, suéltame —balbucea ella mientras patalea y araña las manos del agresor. Empieza a ser levantada en peso.

"Mierda, debo hacer algo", pienso y miro la corta arma que traigo. Estoy a unos cuatro metros de ellos y me vería acercarme.

—Cállate, no te voy a matar. Solo que eres perfecta para los amos —dice el de cabellos largos mientras continúa el estrangulamiento y Nube cae desmayada al suelo—. Creer en cartas de amor, ingenua.

Lo veo cargar a la chica rubia en su hombro y avanzar hacia el bosque. Me atrevo a seguirle con la daga en mano. El miedo e impotencia revolotean en mi estómago como si fuese su patio de juegos. Debo hacer algo para salvarla, no puedo dejar que nada le pase a Nube.

Su sonrisa inocente pasa por mi cabeza mientras la recuerdo en la tarde buscando alegremente la ropa de la cita. Ciertamente, está hermosa con ese vestido rosa claro y largo, parece su alma.

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Buenas, familia :3

¿Qué les pareció el capítulo?

XD todos sabíamos que esa cita no iba a salir bien. TwT qué triste todo.

Una pregunta simple... ¿Creen que Pluma pueda salvar a Nube?