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Nuevas Oportunidades

Christophe estaba recostado en el sofá y veía la televisión sin mucho interés, le era imposible concentrarse, no podía dejar de pensar en su amigo y en lo mucho que había cambiado en los últimos meses. Ya era raro verlo ahí en su apartamento, y cada día que lo veía en ma empresa su expresión era prácticamente la de alguien miserable, alguien que estaba cansado de luchar y que vivia en su propio mundo lleno de depresión.

De repente se escucho un auto llegar y el francés salió de sus preocupados pensamientos, este volteo su cabeza para ver la puerta y espero pacientemente a que entrará. Se sintió algo nervioso cuando la puerta se abrió con prisa, y dejó ver a un tweek sujetando su cuello, el rubio se veía agotado y sus ojos estaban rojos, pero más le sorprendió al ver su parte de su camisa manchada de sangre.

—¡Tweek! — de inmediato se levantó del sofá y corrió hasta el.

Tweek en verdad se veía débil, su respiración estaba agitada y luego cayó al suelo de rodillas, estaba sollozando fuerte con la cabeza gacha.

—¿¡Que sucedió!? Maldición, dejame ver — agachandose a su lado trato de ver su rostro pero tweek seguía mirando el suelo y evitaba su mirada — tweek, por favor, déjame ver.

—...

Lentamente aparto la mano de su cuello, dejándole ver el ligero corte y la exagerada cantidad de sangre que había salido de la herida, a christophe casi le da un paro de la impresión, pero en vez de quedarse sin hacer nada actuó rápido y fue a buscar un botiquín de emergencia.

Mientras el rubio permanecía ahí en el suelo y sin decir nada. Aún no podía creer de lo que fue capaz el maldito de Pete, esta vez había sobrepasado la raya.

—Rápido amigo, levántate del suelo y quítate esa camisa — le pidió el castaño con el botiquín en mano. Sin embargo tweek no se movió — tweek...

—... Mejor me hubiera desangrado — dijo en voz baja y fría.

—Oye ¿que estás diciendo? Levántate de una vez y explicame que fue lo que pasó — frunció el ceño harto, y al ver que tweek no lo obedecía el mismo lo ayudó a levantarse del piso y lo llevó hasta el sofá.

—Chris, no...

—Sólo quítate la camisa — dijo serio y sacando el algodón del botiquín, al igual que un poco de agua oxigenada.

Tweek se le quedó mirando, y suspiro, haciendole caso a su amigo empezó quitándose la chaqueta y después la camisa debajo. No quería hacerlo por una razón, pero a estás alturas ya no le importaba.

Las marcas rojas en su pecho y abdomen, a causa de los chupetones que le había hecho Pete, era algo totalmente humillante de mostrar.

—... No se porque no me sorprende ver esto — negó el francés con la cabeza y mojó el algodón, seguido lo llevó hasta el cuello de tweek y lo paso suavemente sobre su piel.

—Ugh... — se estremeció un poco, el algodón se sintió frío.

Al terminar de limpiar la herida, Christophe la cubrió con un pedazo de algodón y cinta, ver a su mejor amigo así lo estaba deprimiendo, pero esto no se podía quedar así, debía hacerlo hablar de alguna manera. El otro día lo vio llegar al trabajo con un labio roto y se negó a decirle la verdad, pero ya era más que evidente lo que estaba sucediendo aquí, sólo quería escucharlo de su propia boca y hacer algo al respecto.

—Tweek, ve al baño y limpiate las manos. Y luego de eso, hablemos... — lo miro a los ojos, cómo suplicandole que se armará de valor y confiara en el.

Tweek tenía ganas de llorar, sentía un nudo en la garganta y no sabía cuanto más podría aguantar, Christophe lo veía apenado y en eso sujeto su mano, mostrándole todo su apoyo.

—... E-Esta bien... — contestó tweek en un hilo de voz, luego se limpio una lagrima traicionera y se levantó del Sofá, yéndose por el pasillo y entrando al baño.

—...

Minutos después, tweek regreso a la sala con su pijama ya puesta. Este miró a su amigo y se preparo para confesar todo, tomando asiento en el sofá miró un rato el suelo y apretó los puños.

—¿Cómo te sientes? — pregunto Chris.

—... Acabado.

—Si, lo note hace meses... Esa herida te la hizo el bastardo de pete ¿no es así?

—... Si — asintió preocupado.

Christophe trató de mantener la calma, tenía unas inmensas ganas de ir a insultar a ese imbécil.

—Tweek, se muy bien que Pete te ha estado tratando cómo la mierda. No lo he visto con mis propios ojos ¡pero sólo me basta con verte a ti! Es decir ¡mirate ahora!

—Ngh.

—Lo único que te pido, es que me digas porque permites que te trate así, nada más.

—... Pete... El... El me está chantajeando — dijo por fin el rubio.

—¿Que? ¿Chantajeando?

—Me amenaza con decirle a mis padres y a todos los medios posibles sobre mi relación con craig.

—... Espera, pero eso no tiene nada de malo... Amigo, tu amas a craig, no me digas que si te avergüenza que sepan de su relación.

—No me avergüenzo de lo que tuve con craig, pero... El tiene pruebas, tiene fotos de cuando estuve en el basurero y me besaba con craig, y si mis mis padres las ven, les haré pasar la peor vergüenza de todas, voy a arruinar la impecable imagen de la familia tweek Ugh ¿te imaginas que suba esas malditas fotos a las redes? ¡Mis padres me van a matar, además que le diré a mis socios y a la prensa y a...

—¡Tweek! ¡Calmate un poco! — lo interrumpió al verlo tan alterado.

—Ugh... N-No se que hacer, siento que me voy a volver loco Chris — empezó a sollozar frustrado.

—Entiendo tu situación, pero no tienes porqué soportar a ese maldito ¿que no ves que te está destruyendo?

—Lo sé, lo sé... Y ha sido una pesadilla para mi, el me obliga a tener sexo con el cada vez que se le antoje y quiere que los demás pienses que vivimos una relación normal y feliz ¡cuando en realidad no es así!

—... Lo que el está haciendo es un delito, no te puedes quedar sin hacer nada.

—¡Si intento hacer algo se molestará y entonces hará virales esas fotos! — dijo preocupado.

Christophe frunció el ceño al escucharlo decir eso, no era justo que tweek se preocupara tanto por la posición social de sus padres ¿y el que? el merecía feliz con quien quisiera, y la opinión de la gente debería importarle una mierda.

—¿Tanto le importa lo que opine la gente?

—Ngh, a mi no tanto... P-Pero mis padres...

—¡Oh santo Dios! ¿¡que importa lo que piensen tus padres!? ¡O los demás! ¡Eres tu el que tiene que pensar en ti, en tu felicidad tweek! — exclamó, ya cansado de su actitud insegura.

Tweek abrió sus ojos grande y sus labios volvieron a temblar, bajo su mirada de golpe y las lágrimas no tardaron en salir. Lo que decía Christophe era verdad, pero tenía tanto miedo ¿por que le costaba tanto enfrentarlos? Mientras tweek sollozaba con la cabeza gacha, Christophe se quedó en silencio y dejó que este se desahogara un rato.

—Se que no es fácil para ti — suspiro el francés sintiendo pena por este — por la manera en que te criaron te privas de demasiadas cosas, y eso no está bien.

—Ugh...

—Te traeré un vaso de agua... — sujeto su hombro y luego se levantó del sofá, yendo directo hacia la cocina.

Después de beberse toda el agua, tweek estaba un poco más calmado, ya no temblaba tanto y también había dejado de llorar, su expresión sin embargo seguía siendo decaída.

—Gracias Chris... Ngh, debo ser una jodida molestia — agradeció avergonzado a su amigo.

—Descuida... Eres mi amigo y estoy aquí para ayudarte en lo que sea.

En eso el rubio le sonrio.

—Vaya... Creo que no te veía sonreír desde hace meses.

—No he tenido motivos para hacerlo...

—... ¿En donde está tu collar? — hasta ahora Chris noto la ausencia de dicho objeto.

Tweek llevó la mano hasta su cuello y tocó suavemente la herida vendada, sus ojos se veían sumamente tristes.

—El infeliz de Pete... Lo arrancó salvajemente de mi cuello y luego lo arrojó al fuego de la chimenea — contó tweek, cerrando sus ojos enojado.

—...

—Mi preciado collar ya no existe.

—Te juro que quiero ir ahora mismo al apartamento de ese bastardo y matarlo con mis propias manos — contestó en voz baja y claramente molesta.

—...

—¡Pero que hijo de puta! ¿¡Cómo se atrevió a hacer eso!? Además tu cuello... Tsk, pudo ser mucho más peligroso hacer eso.

—Está loco... Y cuando no hago lo que quiere tiende a reaccionar de manera violenta. Yo lo se muy bien pero es que aún así... Hay momentos en que ya no puedo más y dejo salir toda mi rabia.

—Pues razones no te faltan, ese bastardo está demente, pero... ¿hasta donde crees que piensa llegar?

—No estoy seguro, pero si es hasta donde estoy pensando no voy a tolerarlo más.

—Supongo que te refieres al matrimonio ¿no es así?

—Sii, y eso ni loco lo pienso aceptar, Ngh, antes que pasar el resto de mi vida con Pete prefiero morirme.

—Tranquilo, eso no pasará.

—Pues por cómo van las cosas — dijo nervioso.

—Todo este infierno terminará el día que decidas enfrentar al bastardo de Pete y a tus padres, cuando dejes de temerle tanto a la opinión de los demás, y te des cuenta de que puedes y tienes derecho a hacer lo que quieras con tu vida

—...

—Y... ¿No crees que también deberías decirle a craig lo que te ha estado pasando? Seguramente el también está preocupado ¿hace cuanto que no hablan? — pregunto curioso.

Tweek suspiro cansado.

—... He estado tan hundido en este infierno que no he tenido ánimos de nada Ugh, he sido demasiado cortante con craig y me siento de lo más asqueroso e hipócrita cuando le hablo — expresó avergonzado de sus actos.

—Si... Después de estar con Pete varias veces te entiendo.

—Me daría vergüenza verlo a la cara, y Pete... El sigue creyendo que craig está muerto, cuando lo menciona lo dice cómo si fuera cualquier porquería, es repugnante.

—Bueno, entonces supongo que ya a estas alturas lo conoces bastante bien, y deberías pensar que si estuvo detrás de el accidente de craig ¿o no?

—... No me sorprendería la verdad, si me confiesa que fue el — respondió sin más, la verdad es que ahora se podía esperar cualquier cosa de ese manipulador — aún así no he tenido el valor de preguntárselo...

—De cualquier forma dudo que te diga la verdad, estamos tratando con un jodido criminal aquí, hay que actuar, y rápido.

Tweek puso una expresión seria y se quedó pensando en las palabras de su amigo. Si quería ponerle fin a su tortura debía armarse de valor y enfrentarlos. Sin embargo, debía planear bien el cómo lo haría.

                                       ***********

En la tienda de antigüedades, ya era de mañana y el hombre veía la hora impaciente, se supone que craig siempre estaba ahí a primera hora del día, pero ya tenía tres horas de retraso ¿en donde rayos estába metido? Lo había llamado a su teléfono cómo unas diez veces y tampoco respondía. Bastante serio se puso a pesar en si quizás le estaba dando demasiada confianza al chico, pues ahora quería llegar a la hora que se le diera la gana.

Justo en eso se abrío la puerta de la tienda y abrió paso a un cansado azabache, el joven corrió de inmediato hasta su jefe y su rostro se veía bastante agotado.

—¿Que horas de llegar son estas? — pregunto molesto.

—Lo siento, ni siquiera recuerdo a que hora me fui a casa para dormir, sólo se que era muy tarde — le explico apenado.

—... ¿Y bien? ¿Pudiste terminar el collar?

—Si...

Craig paso la barra y se quito la mochila, abriéndola y sacando una cajita en donde había puesto el collar ya listo. Su jefe se quedó sin palabras al ver lo hermoso que había quedado, este niño sin duda tenía talento.

—Entonces es así cómo debería verse...

—Si, bueno, es lo mejor que pude hacer.

—Pues has hecho un excelente trabajo, creo el cliente estará satisfecho — le sonrio.

—Eso espero, porque me esforcé mucho en esto.

Antes de que llegara el medio día, pip entró a la tienda y este se veía algo nervioso, cómo apurado e inquieto, mientras caminaba hacia la barra. Craig fue a atenderlo de inmediato, su jefe por otro lado ordenaba algunos adornos dentro de la vitrina, pero eso no quitaba que estuviera escuchando la conversación.

—Buenos días ¿ya está listo mi collar?

—Si, aquí lo tengo — contestó craig para alivio del rubio, quien suspiro más calmado.

—Ahh, gracias a dios — junto sus manos feliz.

—¿Por qué siempre tienes que mencionar a ese jodido Dios en mi presencia? Ya es algo molesto — se escucho una tercera voz y pip se volteo, craig miró dirección a la puerta notando a un chico alto y de cabello oscuro, este usaba una gabardina negra y pantalones del mismo color, pero lo que más llamó su atención fueron esos ojos rojos, tan rojos cómo los rubíes que había visto toda la noche mientras trabajaba en el collar.

—Jeje, lo siento damien, es que mira, el collar ya está listo ¡nos salvamos! — le respondío el inglés con su típica sonrisa optimista.

—¿En serio?

Damien, quien tenía una expresión medio dudosa se acercó más a ver. Al parecer lo que pip decía era cierto, el collar estaba listo, tal y cómo Lucía antes de que se hiciera pedazos. Damien sujeto el collar y lo observo detalladamente.

—Se ve muy bien, incluso creo que se va más bonito que antes — comentó el rubio a craig.

—Gracias, me tomo mucho tiempo lograrlo... — le mostró una pequeña sonrisa.

—Mm... Si, luce muy bien, sin embargo... — empezó a decir damien, llamando la atención de estos, luego extendió su mano al aire confundiendolos y soltó el collar, dejándolo caer al suelo y dejando al rubio con expresión de sorpresa, craig también se sorprendió pero luego frunció el ceño serio y miró a damien.

—Q-Que rayos damien ¿por qué hiciste eso?

—Espera... — le dijo tranquilo, para después agacharse y recoger el collar, el cual seguía intacto, no se había desarmado ni nada, y eso probaba lo bien que estaba hecho — increíble... — sonrio levemente.

—Por dios ¡eso pudo haber salido mal! — dijo pip recuperándose del susto.

—... — craig lo veía fijamente.

—Deja de mencionar a Dios.

—¡Dios, Dios, Dios, Dios Dios! — repitió varias veces con el ceño fruncido.

—Ya basta — le pidió, luego miró o a craig — sólo quería probarte... Uno nunca sabe si puede ocurrir dos veces lo mismo, pero tu, veo que tu si eres un profesional.

—Ehh... Gracias, supongo.

—Disculpa su actitud por favor, no estuvo bien lo que hizo — dijo pip avergonzado.

—Era necesario, y bueno, ya que todo está en orden, sal de esa barra rápido y acompáñanos, la exposición empieza en media hora, te pagaremos cuando termine — hablo claro damien, pero craig no entendió muy bien.

—¿Disculpa?

El dueño de la tienda se acercó curioso a estos y miró a damien, esa expresión tan seria daba algo de miedo, pero también parecía ser un tipo importante.

—Escucha, por obvias razones despedimos al joyero que tenía que hacer este importante collar, y pues cómo en todas nuestras exposiciones acostumbrados a tener a nuestros artesanos de la joyeria presente, tu tienes que estar ahí — le aclaro sin cambiar su expresión seria.

El hombre miró a craig y este igual ¿que diablos estaba pasando? El sólo hizo su trabajo, lo que le pidieron ¿y ahora debía ir a una auténtica joyería haciéndose pasar por uno de sus empleados?

—Este... Pero yo no soy joyero, sólo soy un simple bisutero — dijo craig mirándolo.

Damien miró a pip y este se encogió de hombros.

—Ahora que lo pienso mejor ¿por qué mandaste a arreglar un collar de piedras preciosas en una casa de antigüedades y bisuteria?

—Emm... Afuera decía que arreglaban collares — respondió con simpleza.

—...

—¡Tenía prisa y estaba nervioso, no me fije! Pero igual debes admitir que fue buena idea dejar el collar en manos de este chico.

—Pues si, creo que tienes razón... Y tu, no me importa si eres un "simple" bisutero, esa habilidad que tienes va más allá, y sin duda alguna te quiero en la exposición.

—... — craig bajo su mirada pensativo.

—... No deberías menospreciarte, con ese talento que tienes deberías de tener más confianza — dijo damien y craig lo miró.

Fue agradable escuchar eso.

—Entonces que ¿vienes o no?

—Yo... — craig noto la mirada intrigada de su jefe, quien obviamente le decía con la mirada que se fuera con ellos, esa podría ser otra oportunidad Única en su vida, sería tonto rechazarla —... Si, está bien.

—¡Genial! — sonrio pip — pero necesitarás cambiarte de ropa, un traje te sentará bien ¿tu casa queda muy lejos para que vayas a cambiarte?

—No tengo un traje, de hecho... Toda mi ropa es así — respondió el azabache apenado.

—Oh vaya...

—No importa, te prestaremos uno, pero date prisa — dijo damien, dándose la vuelta y caminando hasta la puerta, pip sólo lo siguió y craig no tuvo más opción que tomar su mochila y seguírlos.

—Suerte — le deseo el hombre en voz baja mientras lo veía salir de la tienda.

Damien condujo todo el camino en su auto negro, mientras pip iba de copiloto y craig estaba detrás. Jamás había estado en una joyería, pero supuso que sería un lugar muy lujoso, lleno de hermosas piedras en vitrinas y de personajes finas y adineradas ¿pues quien más podría ir a comprar en lugares así? 

Al llegar observo una enorme puerta de vidrio con el nombre de la joyería arriba, todo en una bella caligrafía de color dorado, en eso bajo del auto y pudo observar mejor, se sorprendió al ver que no sólo era una joyería, alrededor y encima de esta se encontraba lo que parecía ser un tipo de casa super elegante, cómo una mansión.

—¿Todo esto es suyo? — pregunto craig al rubio que tenía al lado.

Este lo miró sonriente y le sujeto el brazo.

—Así es, ahora vamos, no Tenemos mucho tiempo.

—Si, ve a buscarle un buen traje, yo iré preparando todo en la  joyería — les dijo damien mientras caminaba hacia la puerta, a diferencia de pip quien entró en otra puerta que se hayaba al lado.

Pip llevaba prácticamente arrastrado al azabache del brazo y lo guiaba por toda la casa, craig sólo veía a su alrededor y veía un montón de cosas lujosas, la sala era enorme y hasta había un ascensor. Pip presionó el botón que lo llevaba al último piso y así subieron.

"Cuántas habitaciones" — pensó craig, en el momento que salió del ascensor y vio varias puertas a su alrededor, el piso estaba alfombrado y miró al rubio entrar a una de las tantas habitaciones.

—¡Ven... — pip se asomo por la puerta y se palmeo la frente — Ugh que mal educado soy, ni siquiera se tu nombre.

—Soy craig... — contestó tranquilo mientras se acercaba. Al adentrarse a la habitación vio un gigantesco closet y una gran variedad de trajes.

—Muy bien craig ¿cómo dirías que es tu estilo? — le pregunto, mirándolo pensativo.

—No tengo idea, jamás he vestido de manera formal — fue honesto y pip se mostró más pensativo.

—Mmm... Bueno, si quieres saber mi opinión, pienso que un color azabache te vendría bien — le sonrio, después de verlo de pies a cabeza y buscar entre el montón de ropa.

—... Tu Amigo tiene una tienda completa de trajes en su closet — opino craig mientras esperaba.

—Ah... — pip salió finalmente con el traje en sus manos y se le acercó, seguido le puso el traje en su pecho para que se lo probará rápido — damien no es mi amigo, es mi esposo — aclaro el rubio.

Craig se sorprendió un poco al escuchar eso, pero sólo respondió con un "oh"

—Sus contexturas son parecidas, así que creo que te quedará a la medida, igual con los zapatos, esos que están ahí hacen juego — los señalo y luego salió de la habitación.

—... Bien.

Pip esperaba afuera, sentado en el elegante sofá de terciopelo y mirando la hora impaciente, no faltaba mucho para que empezará la exposición. De nuevo miro hacia la habitación.

—¿¡Ya estás listo craig!? — pregunto sin recibir respuesta. Luego se paro del sofá y se acerco a la habitación, pero justo en eso iba craig saliendo, este con el traje ya puesto y sintiéndose de lo más extraño.

—... Que raro es esto — dijo craig mirándose a el mismo.

—Wow... En serio te ves muy bien — sonrio el inglés.

—¿Ah si?

—Sii, te queda a la perfección.

—...

Craig se miró en el espejo que estaba a un lado y ni siquiera se reconoció a él mismo, jamás en su vida imagino andar vestido así para ningúna ocasión, al menos tal vez, sólo para una boda o algo. Por un momento se vio así mismo con su Típica chaqueta con camisa y chullo azul, el cual dejó de usar hace un tiempo. Pero... Quizás no estaba tan mal, le mostraba una nueva faceta de él que no conocía, y debía reconocer que se veía bien. El mismo pip no paraba de decirlo.

—Ahora sí, vámonos... — dijo pip acercándose nuevamente al ascensor, y presionando el botón de planta baja —... Mmm... ¿Alguna vez te han entrevistado? Puede que llames su atención.

—... ¿Que?

Craig tuvo un mal presentimiento.

Continúara...





































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