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Hundido En La Oscuridad

—Vaya, por fin llegas, por un momento pensé que el vampiro de Pete te había secuestrado — soltó Christophe al ver a su amigo adentrarse a la oficina.

—... Si, la reunión se me hizo eterna, pero ya estoy aquí — explicó tweek mirándolo.

—Igual ya no queda mucho por hacer... Termine los contratos pendientes e hice algunas llamadas, puedes irte a descansar si quieres.

—Ngh, si gracias ... Me hace falta, sólo quería ver cómo iba todo por acá — cerró sus ojos cansado y suspiro.

—... ¿Cómo te fue? — pregunto serio.

—Pues bien, la reunión salió mejor de lo que esperaba y si pudimos llegar a un acuerdo. Mañana mismo comenzaremos a trabajar con los nuevos socios.

—Me refiero a cómo te fue con Pete...

Tweek se quedó un segundo en silencio y miró el suelo algo incomodo, sin embargo recordó la advertencia del pelinegro.

—Ni me lo digas... Te sigue acosando ¿no es asi? Ese infeliz no se cansa de insistir, pero ya verá cuando deba enfrentar a la ley... Estoy seguro de que tuvo algo que ver con el accidente de craig.

—Ugh — jadeo, abriendo sus ojos preocupado, ahora que conocía la verdadera cara de Pete esa teoría se le hacía más probable.

—¿Estás bien? Te quedaste paralizado, mm... ¿Que te dijo ese infeliz?

Levantando su mirada más serio, tweek se dio la vuelta y camino hasta la puerta, Christophe se le quedó viendo extrañado.

—No me dijo nada... — le aseguro el rubio tratando de mantener la calma.

—No te creo.

—¡Te estoy diciendo la verdad! — respondió molesto, cosa que sorprendió al francés.

—Ngh, ya me voy... Te veo luego... Ah, y por favor Chris, ya deja de hacerme tantas preguntas, es mi vida, no quiero que te metas — dijo Tweek saliendo de su propia oficina, dejando a christophe con una expresión confusa y sin palabras.

El masaje de craig había logrado quitarle algo de estrés, pero aún le faltaba mucho para poder sentirse en paz. El chantajeo de Pete, el responsable del casi asesinato de craig, la herencia, sus estrictos padres, todo eso más el trabajo acumulado lo estaban volviendo loco. El nunca había sido una persona que supiera manejar sus emociones del todo, supo controlarlas en algún momento de su vida, pero habían momentos en que simplemente quería dejarse caer en ese abismo sin fondo y encerrarse en una habitación, sin salida, y sin tener que enfrentar nada más.

Llegó al apartamento y cerró la puerta con prisa, luego camino hasta la cocina y reviso los estantes de madera fina, sacando dos pastillas que servían para calmar los nervios las dejo sobre la mesa y se sirvió agua en un vaso. Tomó ambas pastillas y se las llevó a la boca, seguido tomó un largo sorbo de su vaso y respiro profundo. No sabía si le serviría de algo, pero esperaba que si. Sujetándose la cabeza agotado, el blondo se dirigió a su habitación y se recostó de largo a largo en la cama, abrazo su almohada y aspiro el olor de esta, cerrando sus ojos y deseando que todo fuera sólo una terrible pesadilla.

Horas después, Christophe entró al apartamento y camino lentamente hasta la sala, este tenía una cara entre seria y preocupada, tweek había actuado de lo más extraño antes de irse, necesitaba saber que le pasaba. Dejando sus cosas en la habitación primero, Christophe se acercó a la Habitación del rubio y tocó la puerta.

—Tweek, tweek abre, tenemos que hablar – lo llamó después de tocar repetidas veces, pero no obtuvo respuesta de este —... ¿Tweek?  ¿Estás despierto? — quiso saber pero sólo hubo silencio.

Christophe supuso que su amigo estaba dormido y suspiro. Seguro tuvo un viaje agotador, mejor lo dejaba descansar, y le hablaría por la mañana.

El sonido de un auto estacionarse afuera llamó la atención de craig, el azabache se encontraba en la sala leyendo un libro, el cual había tomado de la mini biblioteca del chófer. Minutos después apareció Sebastián en la puerta, la pequeña lucy comenzó a brincar alegre alrededor de su dueño.

—¿Leyendo? — dijo el hombre acercándose al más joven.

Craig lo miró y sonrio levemente.

—Si... Es un libro interesante, tienes buenos libros Sebastián.

—Me alegra que le guste, y ese que está leyendo lo hará reflexionar mucho.

—El camino al éxito... Si, es un gran libro, y... Da muy buenos consejos.

—Exactamente joven, y leerlo le ayudará en mucho. Yo... Bueno, le confieso que llegue a pensar que ya había perdido el Interés por esto de la lectura.

—... No, de hecho, es gracias a tweek que me gusta hacerlo...  — comentó el azabache, recordando los buenos tiempos en donde tweek le enseñaba a mejorar su lectura.

—Ya veo... Y... ¿Cómo se siente? ¿No ha tenido dolores?

—Estoy bien, no te preocupes.

—¿Necesita ayuda para cambiar sus vendajes?

—No gracias, tweek ya me ayudó con eso antes de irse.

—... Muy bien — bajo su mirada al pensar en el rubio.

—El se veía muy estresado y nervioso cuando llegó, ¿de casualidad no te dijo lo que le pasaba?

—La verdad no... ¿Acaso no hablaron sobre eso?

—Le pregunté, pero me dijo que no era nada... No lo sé, creo que me mintió, siento que... Me está ocultando algo — frunció un poco el ceño.

—¿Algo cómo qué?

—No estoy seguro... — suspiro.

—Bueno... Alomejor siente mucha presión por parte de sus padres, ya sabe, ellos quieren que el joven se haga cargo de varias empresas y el apenas se ha instalado en la ciudad.

—Si... Debe ser mucho estrés.

—Eso... Y qué también se les metió la Idea en la cabeza en que el joven debe contraer matrimonio pronto — dijo serio y craig se sorprendió.

—Oh...

—Casi siempre los escucho hablar sobre eso cuando los llevo a algún lugar.

—... Tweek no me lo comentó en ningún momento.

—¿Ah no?

—No... — se rasco la nuca apenado.

—Quizás no se le hizo tan necesario decírselo. Igual es un tema al que no le da demasiado importancia a comparación de sus padres.

—Casarse... — dijo pensativo y un poco nervioso, seguramente sus padres esperaban que su único hijo se casara con una persona super preparada y millonaria.

—¿Le pasa algo? — dijo al ver su extraño comportamiento.

—Ehh... No, no, no es nada...

—El joven tweek me ha dicho que aún no está listo para contraer matrimonio.

—... Bueno, en realidad yo tampoco, apenas estoy empezando a planear mi vida — confesó sereno.

—...

—Es claro que ellos jamás me aceptarán cómo la pareja de su hijo.

—Joven, no es algo de lo que deba preocuparse, ambos son muy jóvenes aún, y ellos no pueden obligar a su hijo a que asuma ese compromiso tan grande.

—...

—Debe confiar más en el gran amor que le tiene el joven, me hes imposible verlo comprometido con otra persona que no sea usted — rio un poco nostálgico — siempre he pensado que son el uno para el otro, desde que jugaban en esas grandes montañas de basura...

—... Si... Aunque... A veces no puedo evitar pensar en que no soy lo suficientemente bueno para el.

—Es normal que tenga sus dudas e inseguridades, pero tampoco debe menospreciarse, usted es capaz de llegar muy lejos y lograr lo que quiere, sólo debe tener más confianza en sí mismo. Es inteligente, fuerte, y sobretodo muy talentoso, además de que tiene muchas ganas de superarse así mismo, eso es lo importante.

Craig subió su mirada para ver la sonrisa amable de Sebastián y no pudo evitar sonreír igual. Escuchar eso era bastante agradable, y el tenía razón, debía trabajar más en su confianza.

—Gracias Sebastián... — agradeció y Sebastián le sujeto el hombro en señal de apoyo.

—... Jamás se rinda — respondió este para después dirigirse hacia la cocina.

El azabache asintió y volvió a mirar la portada del libro, pensando en si en algún momento de su vida llegaría a ser tan reconocido cómo el autor de ese libro, quien contaba paso a paso todos los obstáculos que tuvo que atravesar para ser una persona exitosa.

Cansado de leer, craig se levantó del Sofá y dejó el libro en donde estaba, luego se dirigió hacia el pequeño pasillo, dándole de paso las buenas noches a Sebastián y entrando a su habitación Para descansar.

A la mañana siguiente, tweek abrió lentamente sus ojos al escuchar la ruidosa alarma y miró desorientado a su alrededor. Se dio cuenta de que aún traía sus ropas del día anterior y se incorporo de la cama, apretando sus dientes al sentíe un fuerte dolor de cabeza soltó un pequeño gemido y sujeto el teléfono a su lado. Seis y media, miró la hora y se bajó rápidamente de la cama, mientras se movía apresurado de un lado a otro y preparaba la ropa que se pondría. En eso golpearon la puerta y tweek la miró.

—Tweek, amigo, ¿ya estás despierto? — pregunto Christophe desde afuera — me tienes preocupado ¿sabes?

El rubio no respondió, sólo bajo su mirada serio y respiro hondo. Levantándose el fleco con la palma de su mano pensó en la mirada sombría de Pete y en sus amenazas, no sabía que hacer, y tampoco podía hablar.

—¡Tweek! ¡Por favor, dime ya algo o entraré! — advirtió el castaño y la puerta finalmente se abrió, de una manera algo brusca y dejando ver a su amigo con una expresión no muy común en el — tweek... — dio dos pasos hacia atrás y noto que nisiquiera se había colocado su pijama — ¿que te sucede?

—Está... es mi habitación, Christophe... ¡Respeta mi privacidad! — reclamo en voz alta y el castaño sólo se preocupo más.

—... ¿Por que estás tan molesto? Sólo me preocupo por ti.

—Me interrogas cada maldito segundo del día Christophe, ¡estoy harto! Ya mejor dame mi espacio ¿quieres? — molesto rodeo al francés y camino hasta el baño, cerrando la puerta de un portazo y lavandose la cara con agua fría.

Christophe no entendía nada, el agresivo comportamiento de tweek debía tener un motivo. Manteniendo la calma fue a la cocina para desayunar algo, ya hablaría mejor con el.

Mientras el agua de la ducha mojaba todo su cuerpo, tweek cerró sus ojos preocupado y pensaba en su actitud de minutos antes, estaba siendo demasiado obvio en que algo le pasaba, debía calmarse más si no quería que nadie sospechara, pero le era tan difícil hacerlo, se sentía agobiado.

Al terminar de ducharse seco su cuerpo con la toalla y regresó a la habitación para vestirse. Su teléfono comenzó a sonar en el momento que se colocaba el chaleco y este lo sujeto, al ver quien era abrió grande sus ojos y su corazón latió fuertemente, no quería contestar, pero algo en el le decía que sería un error terrible si rechazaba la llamada de Pete.

—Ngh, Pete...

—Tweek... — contestó con una pequeña sonrisa maliciosa — espero que hayas descansado lo suficiente... Hoy será un día largo.

—¿Que? ¿Por que? — pregunto nervioso.

—Te quiero en mi empresa en media hora, necesito dejarte en claro varias cosas.

—... Tengo que trabajar Pete, hoy tengo una reunión con el gerente de la...

—Ya la tendrás luego, esto también es importante, así que date prisa.

—Pero es que...

—¿No hable lo suficientemente claro?

—...

—Más te vale portarte bien... Porque muy fácilmente me puedo poner de mal humor ¿oíste?

—Si... Yo... Estaré allá en media hora.

—Así me gusta... Te espero... — dijo serio para después colgar la llamada.

Tweek trago saliva duro y sintió la ansiedad invadir su cuerpo, sentía rabia, frustración. Guardando el teléfono en su bolsillo, salió de la habitación y camino hasta la cocina, Christophe lo esperaba pacientemente en la mesa y con dos tazas de cereal. El rubio tomó asiento de inmediato y no decía nada.

—¿Estás enojado conmigo? — pregunto el castaño y tweek lo miró apenado.

—... No, Chris... Yo, perdón ¿si? No debí hablarte así.

—¿Que fue lo que te puso de tan mal humor? No tenías por qué desquitarte conmigo — pregunto comiendo de su cereal.

—Sólo estoy estresado... Y si, tienes razón, no debi desquitarme contigo, fui un tonto. Lo que sucede es que... El viaje fue muy largo y tuve que estar todo el tiempo acompañado de Pete, el insiste en que seamos amigos, pero yo se que quiere algo más...

—Sabía que el era el responsable de tu mal carácter, pero aún así... Pienso que tu reacción fue exagerada, ¿que fue lo que te dijo Pete?

—... Ya sabes, cosas... Ngh, preguntas incómodas, y el aún está muy esperanzado en que le daré una oportunidad.

—Mmm... Cómo le gusta perder el tiempo. Por cierto, aún no sospecha que craig sigue con vida ¿verdad?

—Creo que no... He actuado lo suficientemente convincente para darle a entender que craig ya está muerto.

—Eso esta muy bien, pero recuerda que necesitamos averiguar si tuvo que ver en el casi asesinato de craig.

—Hable con clyde ayer, estuvo averiguando con bebe en los hoteles y apartamentos más cercanos, nadie ha visto a un hombre con esas características, es cómo si se lo hubiera tragado la tierra. La policía no ha hecho mucho tampoco... — dijo desanimado.

—Que mala suerte... — bufó — el es el único que puede hablar con la verdad. Deberías contratar a un detective privado.

—¿Un detective privado?

—Sii, podría servir.

—... Si, aunque...

—¿Que?

—No, nada... Lo tendré en cuenta — respondió el rubio para empezar a comer.

Después de que desayunaran, tweek condujo hasta su empresa y después le informó a christophe que iría a ver a su socio, eso extraño sin duda al castaño.

—¿Por que? — preguntó antes de bajar del auto.

—Creo que quiere preguntarme algo sobre la reunión de ayer.

—¿Y no puede hacerlo por teléfono?

Tweek sólo se encogió de hombros y sujeto el volante viendo enfrente, Christophe lo miró detenidamente y volteo un poco sus ojos. Pete utilizaba cualquier excusa absurda para poder ver al rubio.

—Ten cuidado... — soltó Chris quitándose el cinturón y bajando del auto.

—Volveré pronto.

—¡Está bien! — respondió ya algo alejado.

Tweek piso el acelerador y pensaba en el camino que demonios querría Pete ahora, de tan sólo imaginarlo le daban escalofríos y hasta temblaba un poco. Al llegar a la empresa estaciono el auto y después bajó, mirando el edificio frente a él respiro profundo y camino hasta la puerta principal para entrar. En recepción preguntó por el pelinegro y la amable mujer le dijo que subiera, pues este ya lo esperaba arriba en su oficina. Tweek solo tomó el ascensor, presionando el botón que lo llevaría al último piso en donde su ubicaba el penhouse.

En ese piso sólo se encontraba la oficina de Pete, no habían más empleados, tweek camino hasta la puerta y le dio pequeños golpes, y al escuchar el sonido del quitador de seguro abrió la puerta y se adentro.

Y ahí estaba, sentado en su escritorio y mirándolo con esa expresión que empezaba a causar miedo en el rubio.

—Bienvenido tweek... — dijo con tranquilidad.

—... Gracias, ya estoy aquí... Dime que es eso tan importante que quieres dejarme en claro — dijo acercándose más y manteniendo la serenidad.

—No tan rápido.... — se levantó de su silla y rodeo el escritorio, tweek lo veía con algo nervios, sin embargo no lo evadió.

—¿Q-Que?

—... No te pongas nervioso, sólo quiero darte un beso...

Tweek parpadeo con sorpresa y frunció el ceño.

—De ahora en adelante... Quiero que seas lindo conmigo, Así que empieza quitando esa cara.

—No... Tu no puedes obligarme a eso Pete...

—Creo que lo que te dije ayer no te quedó claro ¿verdad? — hablo frío y tweek cambio su expresión enojada a una más preocupada — Si no haces lo que te pido, saldrás muy perjudicado...

—Ngh.

—Ven acá... — coloco ambas manos en la cintura del rubio y lo atrajo hacia su cuerpo, tweek jadeo por el brusco movimiento y evitaba verlo a la cara — no pongas resistencia, lo odio.

—U-Ugh... — lo miró a la cara y Pete aprovecho.

Sin pudor alguno se adueñó de los suaves labios del otro, besándolo profundamente y disfrutando su sabor, tweek se quejo un poco, pero tuvo que resistir, al separarse Pete lo miró jadeante y tweek igual.

—Tweek... Puede que me esté obsesionando con tu sabor — dijo sin soltarlo — si... Serás mío... Sólo mío... — le susurraba en el oído mientras bajaba y comenzaba a besarle el cuello.

Tweek no soporto eso y se alejo, empujandolo y mirándolo con la respiración agitada.

—N-No, aléjate, yo no te amo.

Pete lo reprochó con la mirada.

—Me importa muy poco si me amas o no, niñito rico y consentido, tu me atraes... Te deseo, es lo único que me importa, no quiero que esto se vuelva a repetir, si lo haces ya no tendré piedad de ti ¿entendiste?

—¿Pará esto querías que viniera? — pregunto frustrado.

—... Aún hay más.

—...

—Ya no serás distanciado conmigo, vendrás cada vez que te lo pida y no me rechazarás más, cuando te invite a salir dirás que si, seguro que tu madre se pone muy contenta al vernos más unidos y felices — se burló descaradamente.

—N-Ngh...

—No entiendo porque te resistes tanto a salir conmigo... El muerto de hambre de tu novio ya está muerto, allá en la asquerosa basura, pudriendose lentamente junto a lo que siempre fue... Simple basura.

—¡AGH! ¡¡ERES UN...

—¡Eso! Termina de decirlo — lo interrumpió y tweek apretó sus puños enojado — hazlo y tus padres y conocidos sabrán que no eres tan perfecto cómo piensan. Que eres un cualquiera que disfruta acostarse con vagos inútiles.

—Craig no era ningún vago ¡trabajaba muy duro para poder vivir! — respondió serio.

—Si si, mira cuanto me interesa escuchar eso... Ya mejor deja de idolatrar a un muerto y concentrate en llevarte lo mejor posible conmigo, de lo contrario, ya sabes lo que pasará, no quiero repetirlo a cada momento.

—...

—... Esta noche, iremos a beber algo... Quien sabe que podría pasar después de eso.

Tweek se puso más nervioso.

—Ponte elegante y hermoso... Quiero disfrutar la noche junto contigo — dijo el pelinegro acercándose al rubio y besándole la mejilla, tweek no dijo nada y sólo miró hacia otro lado —... Te tengo...

                               *********************

Podría decirse que desde ahí empezó el infierno de tweek...

Los días y las semanas fueron pasando y el rubio se notaba tenso, Christophe estaba preocupado por su amigo, este nunca hablaba sobre lo que le pasaba, lo único que sabía el francés era que últimamente tweek pasaba más tiempo con el chico gótico, aceptaba salir con el y eso no era común en el, también se volvía a poner de muy mal humor de vez en cuando. Quiso interrogarlo en más de una ocasión, tratando de convencerlo de que dijera la verdad y qué confiara más en el, pero tweek evitaba el tema y se alejaba de él. Incluso busco al gótico, trato de hacerlo hablar y saber si estaba amenazando al rubio, sin embargo este lo ignoraba, diciendo que no tenía idea de lo que decía y qué más bien su relación con tweek mejoraba cada vez más, era todo muy extraño...

Tweek visitaba a craig cada vez que podía, el azabache se ponía muy feliz al verlo y disfrutaba de su compañía, pero algo en la mirada de tweek decía que no estaba bien, aunque el dijera que si, craig sabía que ocultaba algo, algo que seguramente lo estaba estresando demasiado, hasta se Mostraba incomodo cuando intentaba abrazarlo o acercarse más a él.

—Tweek... Tus sentimientos por mi... ¿Han cambiado? — pregunto craig un poco apenado y tweek lo miró con sorpresa. Ambos sentados en el sofá platicaban un rato a solas mientras Sebastián se encontraba trabajando.

—Ngh, no craig ¿por qué lo dices? — negó rápido y craig se puso más serio.

—Es obvio que has cambiado tu actitud conmigo.

—No craig, eso no es verdad, lo que pasa es que nos estamos dando un tiempo y...

—Eso ya lo se, me refiero a que te ves super incomodo de tan sólo hablar conmigo. Tweek... En serio, ¿que te está pasando? — lo observo fijo y tweek no supo exactamente que responder.

—... No... No me pasa nada... — le sonrio sorpresivamente tranquilo, luego tomo la mejilla del azabache y la acaricio —... Te he extrañado cómo no tienes idea craig.

—... Yo también.

—... Y me pone triste que pronto te iras, yo te necesito cerca de mi... — confesó con una expresión de tristeza, el corazón de craig se encogió y trató de calmarlo.

—Tweek... No llores... Por favor, me harás sentir mal.

—P-Perdon... — se disculpo, limpiando las lágrimas que empezaban a salir de sus ojos — he estado así porque no quiero que te vayas, se que es egoísta, pero te amo y siento que te necesito cada día más craig — sollozo.

—... Oh vamos, no te pongas así.

En eso el rubio lo abrazo con fuerza y craig sobo su espalda, buscando calmarlo. Definitivamente tweek estaba actuando extraño.

—Por muy lejos que esté, siempre te voy a amar tweek... Eres el amor de mi vida y eso nunca cambiará.

—Craig...

—Tranquilo... Todo estará bien... — le sonrio.

Tweek se aferro más al azabache y quiso creer que sus palabras eran ciertas, la estaba pasando muy mal, y no sabía cuanto más podría soportar.

Esa noche...

No había mucha iluminación en la habitación de Pete, este con una leve sonrisa servía vino en dos copas de vidrio y dejaba la botella sobre la mesa, luego sujetaba un pequeño frasco y al quitarle la tapa coloco tres gotas dentro de una de las copas, este miraba fijamente la copa y segundos después escucho a alguien tocar el timbre de su apartamento. Imaginando ya quien podría ser, camino hasta la puerta y la abrió, tweek se adentro al apartamento con una expresión serena y después lo observo.

—Me encanta que seas puntual...— dijo el pelinegro observándolo de pies a cabeza.

—... ¿Que tienes planeado esta vez? Pete...

—... Bueno, está noche si será especial... No cómo aquellas veces en la que te salvaste... Cada vez me siento más atraído por ti, tweek... No sabes cuanto te deseo.

Tweek se incomodo al escuchar eso y bajó la mirada.

—Vamos a mi habitación.

—¿A tu habitación?

—Eso dije...

—... Ngh.

Tweek siguió a pete por la oscura sala y sintió escalofríos, estar en ese lugar no se le hacía para nada cómodo, al entrar a la habitación noto que también estaba a oscuras, y sólo una luz de neon rojizo iluminaba el lugar, en eso miró a pete sujetar dos copas de vino y acercarse.

—Ten... Esto animará la noche... — dijo Pete tomando un sorbo de su copa.

Tweek sujeto la copa y la miró, sólo quería huir de ese apartamento lo más rápido posible, pero no podía hacerlo, sólo le quedaba obedecer a las exigencias de Pete.

Siguieron tomando de su vino y tweek empezó a ver algo borroso, Pete sonrio al ver su expresión de cansancio y dejó la copa sobre la mesa.

—... Que extraño... De repente me siento, muy mareado, Ngh. Y... Tengo una extraña sensación — rio un poco y se sujeto la cabeza — que demonios, ugh — dejando caer la copa en el piso miró al pelinegro con confusión.

—... Desnudate...

—¿Uh?

—Será una larga noche... — dijo este quitándose la chaqueta.

Continúara...























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