El pelinegro frente a mi, no despega su mirada de la hoja de cálculos. Para él, las matemáticas son su talón de Aquiles, su peor pesadilla, su enemigo, su maldición; aun así, me alegra que no se dé por vencido e intente entender al menos un poco.

- Mira, supongamos que los números negativos son verduras ¿No nos gustan las verduras verdad? -intento buscar un ejemplo que sea claro para el- bueno, le restamos a la suma del producto, para poder obtener el resultado de esta operación.

Nuevamente me observa como si le estuviese hablando en otro idioma, otra vez está mas perdido que Nemo y eso que aun no pasamos a la parte difícil.

Me niego a rendirme con Son Goku, sería un fracaso como tutora, resignarme a creer que este chico solo es bueno para los deportes.

- Lo siento Gine ¿Podrías repetir eso de nuevo? -me pide con una mirada culposa- quedé en la parte de las verduras. ¿Sabes? si las mezclas con matemáticas estás juntando a dos de mis nemesis.

Ya lo suponía.

Me cruzo de brazos y pienso en una nueva alternativa para él. El lápiz resuena contra la mesa insistentemente, me frustro luego de unos segundos porque aún ninguna de idea me viene a la mente.

Goku es distraído.

Despreocupado.

Y como estamos al aire libre y el es un chico popular, cualquier persona que pasa lo saluda y pierde su concentración de lleno.

El es el sol de la academia, nada se mantendría igual de cálido o luminoso si el no estuviera aquí. Pero el sol necesita buenas notas para graduarse, de nada le sirve su beca deportiva si no está al menos dentro del promedio.

Mi teléfono vibra dentro de mi bolsillo.

Le doy un ligero vistazo aprovechando que Goku intenta resolver el ejercicio a.

- Si lo resuelves, te doy una bolsa de papitas -la oferta le parece tentadora, su rostro se ilumina y veo como mueve el lápiz con velocidad- pero sin calculadora.

Mi última advertencia borra esa sonrisa de sus labios.

Se que en el fondo piensa que soy una bruja, pero estoy gozando de esto como él no lo puede imaginar.

¿En que me convirtió mi maestra Gertrudis?.

Ahora disfruto de verlo sufrir con un insignificante problema de algoritmos.

Otra vez vuelve a sonar.

Es un mensaje de Chirai.

Por si acaso, creo que es mejor revisar.

- Kakaroto, hay algo que tengo que mostrarte.

Para cuando levanto la vista, ya es demasiado tarde.

Broly se encuentra frente a nosotros, con una mirada preocupada adornando su rostro.

El me ofrece una sonrisa cordial y después se aleja junto con Goku, quien me pide un descanso.

Pienso en lo que dijo mi amiga.

¿Caballería?.

¿Rescate?.

¿De que estaba hablando?.

Observo como el mas alto sujeta un pedazo de papel entre los dedos. Por su forma de hablar, deduzco que está demasiado nervioso como para decir algo.

Le entrega el pedazo de papel a Goku.

Inmediatamente su rostro se ve consumido por la furia, aprieta los puños con impotencia y su amigo frente a él intenta calmarlo.

- ¡¡VEGETA!! -lo oigo exclamar el nombre de su mejor amigo con fuerza.

- Se que fue demasiado lejos, pero...

- ¡Maldita sea! ¡Vegeta me va a escuchar!.

Y tras decir esto, como alma que lleva el diablo: Goku se marcha consumido por la rabia.

Broly lo persigue.

Y el papel que ambos sostenían entre las manos, ahora yace tirado en la arena.

¿Que fue aquello que lo alteró tanto?.

¿Que fue eso que logró provocar al chico mas amable y tranquilo que conozco?.

Camino unos pasos mas adelante de donde estaba sentada, me inclino y recojo el papel que ellos acaban de tirar.

¿Junta de firmas para expulsión?.

Algo queda perfectamente claro.

Vegeta quiere arruinar por completo a este chico.

Quiere convertir su vida en un infierno.