Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

• 5: Testimonio •

Capítulo cinco
Testimonio

Lorraine

—¿Todo bien? —Le pregunté cuando soltó aquella exclamación de sorpresa.

Ehhh —su voz cambió repentinamente, como cuando estás acostado y te levantas haciendo esfuerzo con tu cuello—. Sí, está todo bien.

—¿Te desperté? —Sonreí levemente posicionándome junto a la ventana cerrada, notando como los rayos iluminaban la noche cada tanto con sus destellos de luz.

—No, no te preocupes.

—Quería... agradecerte por lo de esta tarde. La pasé muy bien, me sentí en paz.

—Eso me alegra mucho, es un privilegio poder ser parte de tus momentos de paz.

Mi sonrisa se amplió.

—Pero si es paz lo que buscas... siento en mi corazón decirte que hay un solo tipo de paz, una paz que sobrepasa todo entendimiento; no es una paz de este mundo es... del más allá.

—Cuentame más —pedí, sabiendo a dónde iban sus palabras y estando dispuesta a escucharlas—. Por favor.

—En el manual de vida que muchos necesitan pero no buscan por incredulidad llamado ‹Biblia›, dice: ‭Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

—Es decir —murmuré, pensando—, ¿Que si hablo con Dios eso me dará paz?

Ujum, si abres tu corazón, si le dices lo que sientes, siendo sincera, si le pides lo que deseas... él te escuchará atentamente, te dará paz para esperar aquello que anhelas; te sentirás ligera, sin preocupaciones, sin cargas porque las habrás depositado en sus manos —escuché el sonido de su respiración cuando guardó silencio.

Mi corazón latía apresurado y yo sabía que no solo se trataba de él, de esa llamada que estuve a punto de no hacer.

—Esto es lo que Dios ofrece: vida, paz (aún en medio de las tormentas), saciedad... Jesús es la fuente de vida y si tomas de él jamás volverás a sentir sed.

—¿Me sentiré plena?

—Así es —por su tono de voz podía notar que estaba sonriendo.

—¿Cómo puedo tomar de esa fuente, Joyce?

—Conociendolo.

—¿Sabes? —Tragué saliva—. Siempre he sabido de la fe de mis padres, que creen en un Dios que tiene el poder para liberarte de tus cargas, siempre los veo leyendo ese libro que has llamado manual de vida. Incluso, de pequeña les acompañaba a la iglesia y me sentía bien allí. Pero llegó un tiempo en el que solo los observaba, ahora solo los observo (cuando voy a visitarlos), más sé que ellos nunca dejan de cuidarme con sus oraciones.

—¿Tus padres son cristianos?

—Ahora sé que lo son, solía llamarles 'creyentes' pero me has hecho ver la diferencia entre alguien que cree y alguien que sigue a Cristo. Ellos siguen a Jesús, siempre me hablan de Él, el Salvador, el Mesías, de aquel sacrificio de la Cruz del que todo el mundo ha escuchado pero solo una parte comprende.

—Lorraine...

—Había escuchado de Él, pero ahora puedo ver a Jesús en ti y saber que siempre ha estado en mis padres desde que tengo memoria...

—‭‭Job‬ ‭42:5‬ ‭—susurró.

—¿Qué?

—«De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven». ¿Así te sientes?

—Sí.

—No eres la primera. De hecho —soltó una risa leve—. Así me sentía yo hasta hace dos años. Se podría decir que aún estoy conociendo a Jesús, pero desde que lo acepté...

—¿Qué edad tienes? —Parecía increíble, ni se me había ocurrido hacerle esa pregunta hasta ahora.

—Veintiseis. ¿Tú?

—Veintitres —dije—. Sigue contándome.

Cambie el peso de mi cuerpo de un pie al otro, pero permanecí allí parada escuchándolo con interés.

—Mi vida dió un cambio drástico. Ya había terminado mi carrera, estaba iniciando en mi primer trabajo ejerciendo mi profesión. La paga sigue siendo buena, más que cuando inicié, es decir, lo tenía todo. Pasé de compartir un apartamento con dos amigos de la universidad a rentar uno solo para mí, tenía planes para ahorrar y comprar mi auto... estaba comenzando una vida exitosa aún siendo jóven, cualquiera querría ir por ese camino a los veinticuatro años.

»Tenía novia, estaba enamorado de una mujer hermosa e igual de centrada en su futuro. Compartíamos las mismas metas y eso; no te voy a mentir, en ese entonces sentía que estaba completo.

Hizo una pausa, como si estuviera reuniendo el valor para contar lo siguiente.

—En un momento completamente inesperado descubrí que iba a ser padre... ella estaba embarazada y no me lo contó. Yo solo... encontré los exámenes de la prueba en su cartera una noche cuando regresábamos de tomar unos tragos. Le pregunté que si los había leído, me dijo que sí. Tuvimos una pelea muy fuerte que empezó cuando le pregunté que por qué había tomado alcohol si lo sabía, que eso le haría daño a nuestro bebé. Ella me dijo de mil maneras que no importa porque no pensaba tenerlo siendo tan jóven, que quería disfrutar de su juventud y no sentarse a cuidar un bebé ni a ser ama de casa. Desde ese día continuamos juntos, yo intentando hacerla cambiar de opinión, pero me mató aquel día que nos encontramos después de varios sin vernos y le pregunté por el bebé, que si había cambiado de opinión; pero ella simplemente me dijo que lo había abortado y que no me había preguntado, avisado ni consultado porque era su cuerpo y yo no tenía desición sobre él.

»Yo le di la razón, porque la tenía. Su cuerpo es suyo, solamente suyo... pero ese bebé que estaba dentro de ella... era suyo y mío, nuestro. Para resumir: quedé devastado. Dejé de comer, de dormir, de ir al trabajo. Solo me pasaba el día observando la pequeña bolita en la imágen del ultrasonido.

Soltó un suspiro.

En ese momento yo sentía que debía abrazarlo fuerte y al mismo tiempo no quería llorar por la nostalgia que desprendía su voz; quería ser fuerte y no derrumbarme al imaginarlos a ellos en disputa por la vida del bebé.

—Estaba muerto en vida. Hasta que un día, iba a un bar a emborracharme para, según yo, olvidar las penas de haber perdido a la mujer que amaba y también a mi hijo en el momento en que ella decidió interrumpir el embarazo; y un hombre con aspecto de indigente se me acercó y me dijo «Necesitas a Jesús». Yo me burlé, me reí en su cara y seguí caminando para cruzar la calle y por fin llegar al bar. Pero mientras cruzaba, un camión que venía a toda velocidad me atropelló.

»Quedé inconsciente al instante. Cuando desperté mi madre estaba allí, me dijo que un hombre la había llamado desde mi teléfono y que ese mismo hombre estuvo conmigo hasta que llegó al hospital. Me dijo que estuve en coma por quince días, los doctores dijeron que sobreviví de milagro porque me había dado un golpe en la cabeza que me causó una fractura craneal.

»Le conté a mamá lo que me había dicho el hombre poco antes del accidente y se echó a llorar. Intentamos localizarlo pero hasta día de hoy jamás lo hemos vuelto a ver. En mi proceso de recuperación, nuevamente de manera milagrosa no ocurrió ningún percance. Ninguna infección cerebral, no quedé paralítico por el accidente a pesar de que se me rompió una pierna, a día de hoy sigo gozando de salud. Y reconocí que todo aquello había sido un milagro de amor. Rechacé a Jesús esa misma noche y si no hubiese sido por su misericordia hubiese muerto sin conocerle. Pero, por supuesto, después del accidente si le acepté.

»Mi madre me regaló una Biblia, la estudié mientras me recuperaba. Cuando al fin pude salir de casa lo primero que hice fue buscar una iglesia en donde se predicara la verdad de Cristo y lo acepté como mi único Señor y Salvador. Desde entonces, no ha habido un solo día en el que no agradezca por la oportunidad de servirle. No solo me libró de la muerte aún cuando le rechacé, sino que también continúo caminando, pude regresar a mi trabajo y a través de la oración pude perdonar a mi ex novia. Pude orar por ella y dejar ir el dolor que me causó la pérdida del bebé. Ahora, siento paz, Lorraine. Y, si me olvidara de lo que Dios ha hecho por mí, buscaría la manera de que me volvieran a atropellar de nuevo.

Ambos reímos.

Una lágrima se deslizó por mi mejilla y permanecimos en silencio durante varios minutos hasta que él habló y estuve segura de lo que quería a partir de ese momento.

—¿Sigues ahí o hice muy largo mi testimonio y te aburriste?

Volví a reír levemente.

—No, tu testimonio es... impactante.

Él soltó un suspiro que escuché a través de la línea.

Toqué el botón de la cámara y él encendió la suya cuando cambiamos a videollamada.

Estaba vestido con una franela, pantalones de dormir y con el pelo rizado revuelto.

—Haré chocolate con leche ¿Quieres? —Preguntó colocando el teléfono en la encimera de la cocina.

Sonreí.

—Sí, quiero chocolate.

—Pues manos a la obra.

Lo observé haciendo maniobras y moviéndose por toda la cocina. Cuando terminó nuestro chocolate me envió una taza humeante por el chat que me explotó de la risa.

Cuando decidimos cortar la llamada e irnos a dormir me quedé observándolo. El brillo en sus ojos a pesar de haber vivido tanto, esa alegría, su amabilidad. Su rostro reluciente y toda esa vida...

—Hasta pronto, buenas noches.

Sentí una punzada en el pecho cuando se despidió.

—¡Joyce! —Casi grité.

El rió.

—Dígame, señorita Lorraine.

—Yo... —tragué en seco—. Yo también.

Sus cejas se elevaron.

—¿Tú también qué?

—Yo también quiero de esa paz. Yo también quiero conocer a Jesús.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro