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🎈┆Capítulo 1

El silencio sería agonizante, de no ser por las manecillas de ese reloj fijado a la mitad de la pared, sobre la cabeza de la recepcionista que leía entretenida una revista de moda. Si hubiese una mosca, se podría escuchar el zumbido de sus alas.

La sala de espera se encontraba vacía y mí mujer venía restrasada.

Ya solo faltaban ocho minutos para que fuéramos llamados a nuestra segunda cita, de las cinco de la tarde en punto y de no llegar a tiempo, tendría que enfrentar solo a esta imponente mujer que no deja de juzgar mi comportamiento.

¿De qué lado está? ¿No se supone que debe ser neutral?, bueno, por lo menos en la primera cita no fué así.

Quizás tenga que ver, que la mejor amiga de Tzuyu, fué quien nos recomendó con ella, pero de igual forma, no debería de tomar un lado antes de saber por todo lo que hemos pasado.

Y aquí vamos, la luz de la sesión en progreso se apagó. Lo que quiere decir que saldrá la pareja que estaba en consulta y tendré que entrar yo solo.

-Maldición.

Levante mi libro de química para cubrir mi rostro, no quiero ver quien sale, y tampoco quiero que me vean en este lugar de parejas solo como una ostra.

Escuché solo la voz de las mujeres hablando y despidiéndose.

-Pobre hombre.
Murmure para mi mismo.

Eso mismo me espera en definitiva.

-Sr. park, por favor pase.

Me puse de pie, guarde el libro en mi mochila y seguí a la mujer a su oficina.

-Tzuyu no vendrá hoy, esta sesión será solo con usted y yo. Nos ayudará a conoceremos mejor y que tenga más confianza para interactuar conmigo.

-Ella me dijo que venía para acá.

-Bueno, eso fué para que no se rehusara a venir, seguramente lo habría hecho si sabía que era solo usted.

-No creo que engañandome con esto sea un buen comienzo para una terapia de pareja. Además no puede saber lo que haría.

La terapeuta no contestó, y solo comenzó a escribir en su costosa libreta.

-Maldición, empecé con el pie izquierdo.
Pensé, tan pronto término de escribir y solo me miraba.

-Tzu, comentó que siempre has sido una persona de pocas palabras. Pero cuentame, ¿tú como te describirías a ti mismo?.

Me apoye en el cómodo y seguramente muy costoso sofá de piel, y solté un suspiro.
-¿Por dónde comienzo?...

Después de unos largos minutos, una música muy tranquila comenzo a sonar. Ella se puso de pie y se acercó a su escritorio, para silenciarla.

-Nuestra sesión a terminado, debo decir que sería conveniente volver a vernos solo nosotros, creo que quedaron muchas cosas en el aire y me gustaría que las aterricemos, por decirlo de alguna manera. ¿Le parece bien en una semana, a la misma hora?.
-De acuerdo... Y debo suponer que todo lo que hemos hablado queda entre nosotros ¿No es así?.

-Así es Sr. Park, pero la terapia es de pareja, por lo que, si considero que algo de lo que hablamos es relevante e importante para la terapia con su esposa, quizás lo traiga al tema y podremos discutirlo en la sesión.

Yo solo asenti, no sabía que decir y no tengo idea si eso es ético o no, pero al fin de cuentas la terapia es de pareja.

Tzuyu y yo tenemos dos años y medio de casados y sí, ya estamos en terapia de pareja, digamos que no empezamos con el pie derecho y finalmente me convenció a venir. Mi vida es una rutina diaria, así que si puedo hacer algo extra por mi propio bien y el de mi esposa... Agrr quisiera decir que lo intentaré y haré todo lo posible, pero a este punto, solo lo haré por obligación y veré que pasa.

Tengo veinticinco años, soy químico biólogo clínico y tengo una maestría en química clínica, y actualmente trabajo de maestro de en una preparatoria.

¿Aburrido? bueno, no si te apasiona la química, mi sueño era hacer un doctorado en Alemania, pero la vida tenía otros planes para mí.

.

.

-Iré a tomarme una ducha.

Fueron mis palabras en cuanto entre al departamento que comparto con mí esposa Joy.

Mí cabeza dolía y no tenía ánimos de seguir escuchando los planes de todas las compras que haría mañana con sus amigas.

Yo debo levantarme temprano, tengo programada una cesárea a las ocho de la mañana y después atender varias citas en mí consultorio privado y por las tardes, trabajo en el hospital de la mujer donde soy voluntario.

Por cierto, soy Jeon Jungkook, soy ginecólogo y obstetra. Tengo veintiocho años de edad, y sí, fuí como un niño genio y ahora tengo cinco años trabajando en un hospital privado además de mí propio consultorio y el voluntariado.

Trato de mantenerme lo más ocupado posible, aunque mis pacientes lo hacen fácil, después de todo, los niños nacen todos los días, a toda hora y ese es mí principal trabajo, cuidar de sus madres antes, durante y después del embarazo.

Tengo tres años de casado y... ¿aquí es en donde debería decir que amo a mi esposa?. Bueno la... ¿quiero?... solo diré que es complicado.

-Tzuyu... Voy en camino con la terapeuta, ¿te parece sí hablamos más tarde?... Solo no tires mi colección de Dexter... Sí te estorban, llevaré las cajas a casa de mi madre, pero no tires nada.

Colgué la llamada, gritando dentro del auto. Recuerdan al pequeño científico Dexter, de las caricaturas de el laboratorio de Dexter, exacto, que tenía una molesta hermana bailarina llamada DeeDee... Bueno digamos que de niño me identificaba con él, y empecé una colección, que la mantengo hasta ahora, esta colección ha sido la única salida, fuera de mis estudios, trabajo y matrimonio.
Y ahora Tzuyu quiere deshacerse de ella porque le parece infantil y dice que le estorba, ¡está en mi oficina!, ¿porqué le estorba?.
Necesito terapia.

Ahora recién voy llegado al estacionamiento del edificio de la terapeuta, la semana había pasado volando, entre mi empleo en la preparatoria, y el voluntariado que hago en el hospital de la mujer, no me queda tiempo de nada... ¿y mencione que tengo un canal de YouTube de clases en línea para ayudar a los estudiantes con problemas en química? Bueno pues lo tengo, hago videos explicando varios temas desde los más sencillos, hasta algunos más complicados y elaborados que requieren de equipo, guantes, mechero, protección...
¡Aaaaaahhh me emocione!... Además una vez cada quince días hago una transmisión en vivo solo contestando dudas. Así que como lo dije antes, no tengo tiempo de nada.

Aun faltaban diez minutos para mi cita, y decidí entrar al sanitario.

-Wow, esto sí que es lujoso.

Mármol, marcos con pinturas que no se ven impresas, deben de ser de algún pintor principiante, pero de buen gusto, grifos dorados, granito, tres cubículos, dos sillones de piel individuales en la entrada, molduras en madera tallada.

-Ahora sé porque las consultas son tan costosas, nada de esto se necesita.

Solté mientras me secaba el rostro con una de las toallas colocada perfectamente en una de las canastillas al lado del lavabo doble.

-Pienso lo mismo... Todo esto es un lujo innecesario y sí, las consultas son carísimas.

Escuché a alguien detrás de mi hablar y baje la toalla de mi rostro, para encontrarme con el dueño de esa varonil voz.

-Lo siento, creí que estaba solo, pero solo digo la verdad.

Él me sonrió.

-Estoy de acuerdo.
Dijo y una vez que seco sus manos, estiró una hacia mi.

-Soy Jeon Jungkook, uno de los que han cooperado con terapias para pagar estos lujos.

Su comentario me hizo reír y estreche su mano.

-Soy Park Jimin, y estoy empezando a donar también, así que creo que pasaré más tiempo aquí de ahora en adelante.

Dije sonriendo, porque su rostro y su sonrisa me obligaban a hacerlo.

Y solté sus suaves manos, ¿A que se dedicará que cuidar tanto sus manos? son muy bonitas, grandes y suaves... ok.
Por error pude ver la pantalla de mi reloj encenderse, indicando que era hora de mi cita.

-¡Mierda! ... Oh siento si mi vocabulario no es adecuado, para este elegante lugar, pero mi sesión esta por empezar, debo irme.

Y él solo sonreía... ¿Qué le pasa?.

-Creo que lo mejor que podría decir en este caso es ¿suerte?...

-Definitivamente la necesitaré... Te lo agradezco, fue un gusto Jungkook.

-Lo mismo digo Jimin.

Nos sonreímos una vez más y salí de ahí.

Ahora mis mejillas se sienten calientes, creo que no estoy acostumbrado a sonreír por más de dos minutos seguidos.

Estaba por sentarme en el lujoso sofá de piel de la sala de espera, cuando mi nombre fue llamado e ingrese al consultorio.

Nuevamente todo el tiempo me sentí juzgado, ¿Acaso no tengo derecho a tener sueños y metas por cumplir? ¡Todo lo que hago y no hago con mi esposa es mal visto y de todo tengo la culpa!

Juró que he hecho todo lo posible por entenderla... Y no la juzguen mal, mi problema no es que me haya engañado con alguien más, o eso quiero pensar... Mejor déjenme contarles un poco de lo que en estas sesiones he comentado con la carísima terapeuta de parejas.

▪︎ <•☆•> ▪︎

Estaba en el último semestre de la universidad, todo era un caos para mí, tenía muchos planes y oportunidades para irme a hacer una maestría y un doctorado al extranjero, específicamente a Alemania, mientras estudiaba trabajaría en una compañia farmacéutica de gran renombre a nivel mundial y cumpliría mis sueños, todo parecía perfecto.

Y digo parecía, porqué después de asistir a la fiesta de fin de cursos, mi vida tomó otro rumbo.

Estaba feliz, de haberme graduado, siempre me dedique al estudio y trabajos voluntarios y era mi oportunidad de divertirme, ya no tenía clases , ya había renunciado a mi empleo en el laboratorio de la universidad, por que comenzaría a trabajar en el hospital en una semana, solo por cinco meses en lo que me iba a Alemania para empezar la maestría, de la que tenía beca del cien por ciento.
Así que tenía suficientes motivos para celebrar y decidí disfrutar como si no hubiera un mañana.

Ahí conocí a Tzuyu, nunca antes en mi vida había estado con alguien, siempre fui un gusano de biblioteca, así que fue extraño, pero ambos estabamos ebrios y divirtiendonos. Una cosa llevó a otra y terminamos en su departamento.

¿Imagino que saben que fue lo que pasó?... Bueno pues sí, eso pasó y por la mañana, después de volver mi estómago como cinco veces, me despedí y me fui a mi casa.

Tuve una resaca horrible y en esos momentos fué que recordé porqué no bebía, pero ya era muy tarde.

La semana pasó en un abrir y cerrar de ojos, y ese día comenzaría a trabajar en el hospital de la mujer, en el departamento de laboratorios.

Mi maestro el Sr. Choi, era el encargado del departamento y fué quien me recomendó para el empleo temporal.

Amaba mi trabajo, aún cuando era de medio tiempo, ya que tenían que contratar y entrenar a alguien más, para horario fijo, después de todo solo trabajaría ahí por cinco meses, y no valía la pena invertir tanto en mi entramiento, sí les dejaría el empleo pronto.

Cuando tenía un mes trabajando ahí, recibi una visita inesperada.

-Hola Jimin.

-¿Tzuyu? ¿Qué haces aquí?.

-Necesito hablar contigo.

Nunca nos habíamos visto, ni hablado de nuevo después de la fiesta de graduación, así que me parecía extraño.

Entramos al comedor del hospital, ella pidió un café y yo una botella de agua.

-No sé por donde empezar...
Decía nerviosa y jugaba con sus manos.

-No somos cercanos, ni siquiera amigos Tzuyu, así que no sé para que me necesitas.

-Estoy embarazada.

-¿Felicidades?... Pero no soy médico, no veo como pueda ayudarte.

-Eres el padre Jimin, quede embarazada ese día de la fiesta.

-¿QUÉ? Eso no puede ser, es decir solo pasó una vez, ¿Qué tu no tomaste algo?.

-No pensé que esto pasaría, además tu tampoco te cuidaste, esto es culpa de los dos.

Mi cabeza comenzó a doler, ella tenía razón, yo debí haber usado preservativo, pero no tenía ninguno conmigo, ni siquiera tenía planes de que algo así sucedería en la fiesta y ¡FUI UN IDIOTA!.

Les pido perdón por lo que dije a continuación, pero debía preguntar.

-¿Y como sé que es mío?, es decir solo fué una vez y no nos hemos visto desde entonces, no te conozco, y no te conocía cuando todo eso pasó...

-¡ES TUYO! Nunca había estado con nadie y no he vuelto a estar con nadie desde entonces... Mi amiga Irene, me dijo que trabajabas aquí, por eso vine... Jimin, cuando mis padres sé enteren te matarán, a mi no me harán nada porque después de todo, llevó a su nieto en mi vientre.

Me puse de pie y comencé a caminar de un lado al otro, jamás en mi corta vida hubiera imaginado que algo así pasaría, ¡JAMÁS!, la primera vez que tuve sexo y la había cagado enormemente.

-¿Has tomado una decisión? , es decir, ¿Quieres tenerlo? ¿Qué planes tienes?.

Ella me miro mal, pero entiendanme, no sabía que hacer y creo que ella es la única que puede decidir en estos momentos.

-Mencioné qué mis padres te matarán... Quién va a salvar a alguien aquí soy yo Jimin, así que sí no quieres morir, tienes una semana para pedirme en matrimonio, en una semana hablaré con ellos. Este es mi número de teléfono, sabes en donde está mi departamento, no tardes o te arrepentirás.

Y sin más, se puso de pie, camino a la puerta del comedor y salió sin voltear atrás.

-Esto no puede estar pasando, no puede ser cierto, debe ser una mala broma... alguien debe estar jugando conmigo.

Me decía y repetía una y otra vez.
¿Y saben qué?, No fué así.

Deje pasar dos días y al ver que nadie salía a decirme que era una maldita broma, fui a casa de mi madre.

Le conté todo lo ocurrido y pareciera que todos los regaños que no me dió en toda mi vida, los había guardado para una situación así.

Era mi culpa y tenía que hacerme responsable por mis actos, mi futuro estaba tendiendo de un hilo, no podría viajar y dejarlos aquí solos, debía quedarme y apoyarlos.
Debía casarme con una mujer que no conocía, que no amaba, que ni siquiera sabía su apellido y de la cuál nunca me sentí atraído, con un demonio ¡solo pasó!.
Me maldije unas mil veces.

Mi madre de acompaño para hablar con ella más tranquilamente y un mes después estábamos casados por el civil. No me casaría por la iglesia, ni nada por el estilo, ella no estuvo de acuerdo, pero no le quedó más que aceptar mi decisión.

La herencia que mi padre nos dejó a mi madre y a mi, era suficiente para vivir los dos sin problemas por lo que nos queda de vida, pero no pensaba tocar un won de ese dinero para mi matrimonio. Mi amor por la ciencia iba más allá que el trabajo, así que no dejaría de trabajar por ningún motivo y así mantendrían a mi nueva familia.

Hable demasiado pronto, pues mi madre me convenció de comprar una casa con el dinero de la herencia y nos mudamos ahí.

Ella estudiaba contaduría y dejó la escuela, dijo que lo odiaba, su padre la había obligado a estudiar, y ella sería la primera en graduarse de la universidad de su familia. Ellos querían que fuera contadora o licenciada en leyes, pero aún así, botó la escuela sin arrepentimiento.

Su madre no trabajaba y su padre era guardia de seguridad de un edificio de abogados.

Cuando se enteraron, no se molestaron, por el contrario estaban felices que su hija haya conseguido un buen marido, que le comprara casa, auto y la sacará de trabajar y estudiar, para cuidarla y consentirla como su princesa lo merecía.

Y yo que creí que me matarían...
-Maldición.

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