Se apartó y apoyó su frente contra la mía. Luego dijo: "Eres mi hermano ... Eres mío, Mikey ..." Él empujó sus labios contra los míos, su posesivo beso se profundizó y casi se hizo un moretón. Él lamió mis labios, haciéndolos cosquillas hasta que no pude luchar. Grité y él empujó su lengua dentro de mi boca.

Sus brazos sobre mí. Otro detrás de mi caparazón y otro alrededor de mi cuello, manteniéndome allí y no permitiéndome escapar. Luego empujó su otra pierna entre mis piernas y me empujó más lejos.

"Mmmh ... Raffff ... ¿Raph?" Lo intentaba cada vez que dejaba mis labios. Su lengua viaja en mi barbilla, mejillas y labios. Cada vez que decía algo entre respiraciones profundas me besaba de nuevo. Dejando besos de mariposa por todo mi cuerpo, empecé a estar tan agotada que ni siquiera intenté defenderme más.

Rafael estaba cachonda. Demasiado cachondo para ser detenido.

Luego gimió o gruñó y me levantó en una mesa detrás de mí. Ahora estaba atrapado entre una pared y él. Con sus besos cada vez más íntimos empecé a sentirme tímida.

Sí, yo era el más joven, ¡y eso significaba que no era tan valiente en este tipo de situaciones! Pero a Raph no le importaba. De hecho, disfrutó la forma en que me molestaba. Lo hizo más emocionante para él.

"No vuelvas a desobedecerme, Mikey ..." gruñó. Sus besos son cada vez más hambrientos, como si estuviera arrebatándome para comerme, como si se detuviera incluso por un segundo, desaparecería. "Se supone que debes hacer lo que te digo ..."

"C-seguro, Raph ..." dije cuando tuve la oportunidad.

"Mierda, te amo, Mikey ..." Jurando. Se estaba poniendo duro. Dolorosamente duro "Eres mi hermano pequeño ... bésame ..."

Hice lo que me pedía, empujando tímidamente mis labios junto a los suyos y empecé a besarlo suavemente. Comenzó a gemir, gimiendo mi nombre y jurando.

"Necesito estar encima de ti ... ¡Ahora mismo!" Dijo bruscamente y luego me levantó de la mesa y me llevó a su cama. Casi me arroja contra el colchón, inclinándose hacia mí, lo más cerca que pudo, dirigiendo sus labios desde mi plastrón, hasta mi cuello y de regreso a mis labios. Cuando estaba acosando mis labios otra vez, traté de alejar un poco mi cabeza, para tener la oportunidad de hablar. Pero cada vez que Raph encontraba un camino de regreso a mis labios o simplemente me tomaba de la barbilla y me daba otro beso.

"Raph ..." Jadeé cuando él estaba besando mi cuello.

"Shh ..." Se calló. Quería ser amable, sabía que tenía, pero al mismo tiempo necesitaba ser un poco rudo. Ahora estaba acariciando un área sensible entre mis piernas, justo sobre mi cola. "Te encantará esto ..."

Sabía que lo haría, ¿por qué no? Amaba a Rafael, con todo mi corazón. Pero yo era tan tímido. Sabía que me gustaría, pero era demasiado tímido para admitirlo.

Luego me empujó. Su gruesa polla rasgaba mi agujero, hiriéndome y lastimándome.

"¡AHHHHH! KH! Hnh ..." Jadeé cuando se movió en mí. "¡UH!" Pero ya podía sentir la excitación que su polla me dio.

Comenzó a masajear mi dura polla aproximadamente, haciéndome llorar de dolor y placer. Sus labios y su lengua viajaban hacia mi plastrón, acercándose a mi pene, sentí que Raph se apartaba de mí y lo escuchaba gemir por la frustración de no correrse, pero él solo quería hacerme sentir bien.

Sus labios ahora estaban sobre mi polla. Sentí que él lamía la punta y luego la besó. De repente, pero con suavidad. Cariñosamente. Zumbando mientras lo hacía, supe que era amado. Más que nunca. Envolvió sus labios alrededor de mi polla y comenzó a chupar. Ya no tan gentil. Me retorcí bajo su toque, haciendo imposible que él me terminara rápido. Se rió entre dientes alrededor de mi erecta polla y tomó mis dos muñecas, sujetándome al colchón y atrapándome allí.

"Ahhh! Anhhh.... Hh ... "Resoplé, jadeé y grité cuando me lamió con la lengua, me chupó y me besó tan bruscamente como pudo.

Yo vine ruidosamente No fue una sorpresa y cuando Raph se corrió dentro de mí, se acostó a mi lado en la cama, los dos estábamos agotados.

"Entonces ..." resoplé. "¿Acerca de mi ... ¿Puesta a tierra?" Levanté la vista para ver a Raphael sonriéndome con una sonrisa burlona.

"El castigo se mantiene, hermanito". Él sonrió y luego estuvo otra vez encima de mí.