Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22: ¿Premio o castigo?

Chase:

La música inunda mis oídos, haciéndome sentir la energía del momento. El olor a marihuana inunda mis fosas nasales, y sonrío. Me gusta el olor. Los gritos eufóricos a mi alrededor provocan que la dopamina se dispare y el pensamiento de que está noche mi bambi nos acompañará, me llena de satisfacción.

Mabel y Belial ya están aquí. Parecían deslumbrados por el ambiente que nos rodeaba.

Solo faltaba que llegarán Camila y Kelly.

Estaba impaciente. Quería verla y hacerla pasar un rato agradable, sobre todo, esperaba que se divirtiera como nunca.

Era consciente de los pasos tan sensuales que manejaba a la hora de bailar. Tendría que dominar toda mi fuerza de voluntad, para no cargarla sobre mi hombro y llevarla a mi dormitorio.

Esa mujer no tiene idea de todas las cosas que quisiera hacerle.

Tomo un sorbo de mi whisky a las rocas. El alcohol enciende mi garganta.

Seth se acerca con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hombre, está noche le confesaré mis sentimientos a Kelly. —dice con nerviosismo. —Estoy sudando, caray.

—Tranquilo, hombre. Lo peor que puede pasar es que te rechace. —respondo, dándole ánimos.

—No me importa que me rechace. Si lo hace, al menos va a saber que hay alguien que gusta de ella, más allá que solo por su cuerpo, y no me rendiré hasta que sea mía.

—¡Eso, hermano! —lo abrazo y palmeo su espalda. —Has aprendido del mejor, eh.

No sé en qué momento sucedió, pero, parecía que ambos habíamos encontrado nuestro lugar. En mi caso, una mujer que se sentía como un hogar. Los intensos sentimientos que se avivaban en mi interior al pensar, ver y estar alrededor de ella, eran indescriptibles. Una maldita montaña rusa de emociones que no podía apaciguar.

Seth se pierde nuevamente, seguro no sale de la maldita sala de estar. Ahí es donde se escucha un poco mas claro cuando tocan el timbre, durante las fiestas.

Holly y yo habíamos tenido una seria charla antes de invitar a Camila, por lo que esperaba que está noche fuera tranquila y disfrutable.

—Tengo miedo. No quiero ser olvidada, no quiero quedar de lado. Siempre habíamos sido solo nosotros 4, y que se sume una persona más me hace pensar que seré reemplazada de la manera más fácil en la vida de todos, incluso, en la de mi hermano. Por favor, Chase, por favor, no me abandonen, no me dejen de lado, no...

La abracé antes de que pudiera seguir. Ese miedo irracional al abandono me había dejado perplejo. ¿Cómo podía siquiera pensar que la reemplazaríamos así de fácil? Eso es imposible.

No sigas, Holly. Cierra esa gigante boca que dice cosas sin sentido. ¿Cómo puedes siquiera pensar en ello? ¿No lo entiendes? Somos una familia... Una pequeña y peculiar familia, pero es lo que somos. Eres como mi hermana... Mi amor fraternal por ti no irá a ninguna parte.

Su pequeño cuerpo se estremecía entre mis brazos por el llanto.

Holly era reconocida por ser una asesina potencial en el equipo, pero, como persona era débil, vulnerable, sentimental e insegura.

Mi padre siempre hablaba de ella, siempre había anhelado que nos conociéramos, pero, mis inseguridades jamás me permitieron aceptarlo. Siempre me repetía a mí misma, que Mazón iba a quererla más a ella y a mí me dejaría en el olvido; aunque eso no sucedió, esos pensamientos me han atormentado de por vida. Yo era su princesita y tener que compartir el trono me causaba conflicto.

Fuiste su primera hija, ¿Cómo podría olvidarte, como podría siquiera dejar de quererte?susurre, hundiendo mi mentón en la coronilla de su cabeza.Necesitas dejar estas provocaciones hacia Camila. Ella jamás podrá tomar tu lugar dentro de nuestra pequeña familia, pero, lo que si puedes hacer es compartir a tus personas favoritas con ella.

Está bien.dijo en un susurro.Me disculpare con ella. Pero, si te hace daño, la llevaré al matadero.

Tranquila, fierecilla.

No tenía idea de que Holly tenía tanto miedo al abandono, hasta ese preciso momento.

Mi mano está a medio alzar para llevar mi vaso de whisky a los labios, cuando la veo. Mi cuerpo se congela, sin poder siquiera apartar la vista de ella.

Hace aquella entrada épica, mientras "Mulholland Drive" de Rhea Robertson la acompaña de fondo a todo volumen. Mi cuerpo se enciende en un calor descomunal.

Camila permanece en su lugar, sin acercarse. 2 metros. 2 malditos metros a la distancia, donde lo único que nos conecta, son nuestras miradas.

El tiempo se detiene a nuestro alrededor, envolviéndonos en un espacio donde solo existimos ella y yo. La música se distorsiona, la multitud de personas desaparece y lo único que importa y no puedo parar de contemplar es a esa mujer.

La recorro con la mirada, lentamente.

Iniciando con su cabello negro, peinado en suaves ondas sueltas. Un maquillaje no muy cargado, resaltando sus carnosos labios en un rojo intenso. Aquel vestido de cuero negro, sin tirantes, ajustan sus pechos, haciéndolos resaltar, dejando a la vista gran parte de sus tatuajes; sus curvas son remarcadas, dejándome apreciar su cintura de avispa. Aquella prenda cubre solo hasta los muslos, donde en el borde de el lado derecho, tiene una pequeña abertura, dejando mas visibilidad a su piel. Finalizando con aquellas botas negras que llegan unos dedos arriba de las rodillas.

Es perfecta.

Llevo el vaso de whisky a mis labios y doy un sorbo, sin apartar la vista de aquella mujer que me ha embrujado.

Estoy duro con tan solo mirarla.

Comienza a caminar a paso lento y sensual. Me está volviendo loco.

—Primera vez que te veo solo, sin alguna mujer en tu radar. —comenta, finalmente estando cara a cara.

—Ninguna de ellas me interesa. Ninguna de ellas es Camila. —respondo, formando una sonrisa genuina.

—Luces bien está noche. —halaga mi esfuerzo.

Me vestí con lo mejor que tenía, solo para impresionarla, y al parecer ha funcionado.

—Yo siempre luzco bien. —mi ego sale a flote. Camila enarca una ceja y se cruza de brazos. —No hagas eso. Haces que tus pechos casi se salgan de tu vestido. Si eso pasa, no saldrás de mi habitación en horas. —fijo mi vista descaradamente en ese par que la adornan, para después mirarla a los ojos. —Luces hermosa. —digo, finalmente.

—Yo siempre luzco hermosa. —responde con aires de superioridad.

—Eso no te lo discuto. ¿Quieres beber algo?

Asiente y la guío a la barra de bebidas.

Recuerdo que en la primera fiesta que asistió, bebió whisky a las rocas, así que le preparo uno y procedo a hacer otro para mí. Entrego su bebida y me observa asombrada.

—¿Lo has recordado? —pregunta, llevando el vaso a sus labios.

—¿Sorprendida, bambi? —sonrío, divertido.

Bebe un poco de whisky, después procede a mirarme, nuevamente.

—Para nada. —miente.

Me sentía nervioso, y no sabía por qué. Nunca me había pasado esto, pero estar alrededor de está mujer, alteraba mi química cerebral.

Después de minutos, el equipo completo está invadiendo la barra de bebidas, buscando más alcohol, para adormecer su ya anestesiado cuerpo y sentidos.

Jefe, repito lo que dije cuando caminábamos juntos fuera del despacho... Ella es hermosa. —dice Mabel.

—Lo es, y es malditamente mía. —respondo, sin apartar mi mirada de sus oscuros ojos.

Se sonroja, pero no dice nada al respecto.

—¡Vamos a animar está noche! —exclama Seth, claramente ebrio.

Mi mejor amigo ya llevaba bebiendo desde antes de que la fiesta iniciara. Así que no me sorprende que estuviera borracho.

Saca una bolsa transparente, pequeña, y la agita en el aire con entusiasmo. Abre la bolsita y vierte un poco de polvo en el dorso de su mano, después procede a inhalarlo. La pasa a Holly, y así sucesivamente entre Kryan, Mabel y Belial.

—Tu no haces estás cosas, ¿verdad? —pregunta a Kelly.

Ella niega con la cabeza, con una sonrisa tímida.

Extiende la bolsita a Camila y lo rechaza. Ahora cae a mis manos.

No me sorprende que no haga este tipo de cosas, al final, Camila era totalmente diferente a nosotros, y eso es lo que, en parte, me había cautivado.

—Ven aquí, bambi. —la tomo de la cintura y la apego con delicadeza a mi cuerpo. —Necesito un poco de ayuda. Inclina tu espalda un poco sobre la barra.

Suelto su cintura y  hace lo que le pido. Me acerco y vierto un poco de polvo en donde inicia su pecho izquierdo.

Que sexy, joder.

La observo echando la cabeza hacia atrás, mientras espera a que haga lo mío. Me acerco a su piel e inhalo la cocaína. Se estremece, dando gran honor a su apodo.

Mi fosa nasal quema, haciéndome sentir un dolor placentero.

Escucho a mis espaldas a los chicos gritar con euforia ante lo que han presenciado.

Camila recobra su postura normal y camina a mi lado.

—¡Eso es otro nivel, hermano! —Kryan ríe.

—No es algo que me hubiera pasado por la mente. —está vez habla Belial.

—Si tuviera un buen par de tetas, también pondría a Kryan en este instante a hacerlo. —dice Mabel.

Observamos al rubio, quien se pone rojo al instante. Lo alentamos con palabras de apoyo moral y entre Seth y yo lo lanzamos a los brazos de la chica.

—Puedo hacerlo en otro lugar, si así lo deseas, zanahoria. —dice el rubio.

Entonces, Mabel aparta el cabello que cubre la curva entre su cuello y el hombro, para después inclinar su cabeza hacia a un lado.

Lanzo la bolsita al rubio y la atrapa. Vierte un poco del polvo en la curva de su cuello y lo inhala.

—¡Eso, campeón! —grita, Seth.

Belial no parece muy contento, pero lo deja pasar. Está claro que cuida a su hermana, hasta cierto punto.

Rodeo a Camila con un brazo, por la cintura y la apego un poco a mí, acercando mis labios a su oído.

—Hueles delicioso, por cierto. —susurro.

Se estremece y sonrío de lado.

Usaba un perfume dulce, olor a fresa, me encantaba su fragancia.

—Puedo decir lo mismo de ti, Chase.

Me rodea el cuello con sus brazos. Tenerla frente a frente, me provocaba la necesidad de besarla.

Mis manos se posicionan en su cintura. Nuestras miradas se conectan, una vez más, y no puedo mirar más allá que no sea ella.

—¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! —empieza Seth y los otros lo siguen.

Camila esconde su rostro en mi pecho, riendo, avergonzada. Compartimos el mismo sentir, y es extraño, porque con otras chicas podía estar casi follandomelas en la multitud y no me importaba, pero, esto se sentía completamente diferente; más íntimo, al punto de avergonzarme.

—¡Anda, hermano, bésala! —insiste Seth.

—¿Puedo besarte, bambi? —pregunto, en un susurro cercano a su oído.

Alza la vista y asiente.

Tomo sus mejillas entre mis manos, acerco mi rostro al suyo, lentamente. Por una extraña razón, mi corazón se acelera con gran intensidad. A escasos centímetros de sus labios, mi cuerpo comienza a acalorarse; observo sus carnosos labios entreabrirse, y esos ojos negros me observan expectantes, ansiando el momento.

Me uno a ella en un beso lento. Mi cuerpo explota en diferentes sensaciones inexplicables. Se siente tan jodidamente perfecta. Esos carnosos labios que me vuelven loco se mueven lentamente. Ejerzo un poco de fuerza sobre sus mejillas, atrayéndola hacia mí, profundizando aquel beso que me hacía desear más, mucho más.

Succiono su labio inferior con delicadeza y después lo mordisqueo; un pequeño gemido se le escapa. Mi miembro despierta dentro de mi pantalón.

Me aparto antes de que mis pensamientos me ganen y la tome sobre mi hombro para llevarla a mi dormitorio.

Nuestras frentes unidas, y nuestras miradas destellando el deseo que se ha avivado, es lo único que permanece de aquel beso.

—¡Ese sí que fue un beso candente! —exclama Kryan.

Camila, nuevamente se esconde en mi pecho por la vergüenza, pero, no he podido evitar contemplar la sonrisa que se forma en su rostro.

Después de un rato, ya hemos bebido más de lo que hemos podidos soportar. Las pláticas estaban siendo profundas, hasta que comenzaron a distorsionarse por lo alcoholizados que estaban algunos.

—Qu-quiero bai-laaaarrr. —Camila arrastra las palabras.

La ventaja de la cocaína es que te baja la ebriedad y te ayuda a mantenerte despierto, para así poder beber aún más.

—Ya estás muy ebria, bambi. —digo, mientras intento quitar su bebida de su mano.

—N-noooo, no lo estoyyy. —dice, arrebatando su mano para evitar que alcance su vaso.

—Dámelo. —ordeno.

Niega frenéticamente con la cabeza y me señala de manera acusadora.

—No eres mi padre. —dice por fin las palabras sin arrastrarlas. —Tu no puedes decirme que hacer, señor mandón.

Río ante el apodo que me ha designado.

—No más alcohol después de esa bebida, ¿entendido? —sentencio.

Hace un puchero y parece más una niña que una mujer en estos momentos.

Tan adorable.

—¡Quiero bailar! —grita.

—En ese estado, no podrás mantener el ritmo. —me burlo.

—Si tu no quieres bailar...—me mira desafiante. —V-voy a buscar a-a alguien que si quiera.

Toda mi diversión se esfuma en segundos. ¿Qué mierda acaba de decir? No creo que quiera jugar con fuego. Advertí lo que pasaría si otro hombre la tocaba, no creo que quiera cargar con el peso de un hombre siendo aniquilado por no tomar en serio mis palabras.

—¿Estás segura de lo que estás diciendo, bambi? —cuestiono con seriedad.

—Pruébame. —reta.

Me da la espalda y comienza a caminar entre la multitud. La sigo por detrás y justo cuando está por tocar el hombro de un tipo, la sujeto de su brazo y la giro hacia mi con brusquedad. La tomo de la parte trasera de sus rodillas y la cargo sobre mi hombro como un saco de papas.

Chilla y ríe divertida.

Estaba más que cabreado, por lo que una de mis manos aterriza en su trasero con la suficiente fuerza para que un grito ahogado se escape de sus labios.

Camino por el pasillo que dirige a mi habitación. Ella patalea, mientras me maldice por la invasión a su trasero.

—¡Maldito imbécil, me dolió! ¡Eres un idiota! ¡Seguro quedará una marca!

—Me importa una mierda. —respondo secamente.

Llego a la puerta de mi habitación y la abro con brusquedad. Me adentro con ella aún sobre mi hombro y cierro la puerta por detrás.

Me acerco a la cama y la dejo caer sentada, con brusquedad.

Hablaba en serio cuando dijo que buscaría a alguien más si yo no quería bailar; yo también iré en serio con mi advertencia. El pobre hombre tuvo suerte, pero, ella no podrá escapar.

La tomo del cuello con firmeza, ejerciendo poca fuerza, para no lastimarla.

—¿Quieres bailar? —pregunto con frialdad. —Entonces baila, bambi. —la miro directamente a los ojos y ejerzo un poco más de fuerza en mi agarre. —Baila para mí y convénceme de que no te castigue.

La suelto y me siento en el sofá individual que adorna la esquina de mi habitación, donde usualmente me siento a leer. Justo a lado se encuentra mi librero.

Me relajo en mi lugar, a pesar de que estoy furioso. Posiciono mis brazos sobre el borde del respaldo.

—Baila, bambi. —ordeno, desde mi lugar.

La música se logra escuchar desde afuera, por lo que no tiene que preocuparse por eso. "Who do you want" de Ex Habit. Resuena por toda la casa.


La observo levantarse de la cama. Se coloca de rodillas y manos al suelo, entonces comienza a gatear lentamente hacia mí. Tan sensual y segura de lo que está haciendo.

Mi miembro se despierta en cuestión de segundos. La observo con intensidad, a la expectativa de cada movimiento suyo. Cuando llega a mí, me obliga a abrir ligeramente las piernas y se posiciona entre ellas, aún de rodillas. No puedo apartar mi vista, estoy hipnotizado.

Pasa sus manos de mis rodillas, lentamente, hasta mis piernas y ligeramente sobre mi miembro erecto, cubierto por mi pantalón. Se levanta lentamente, posicionando sus manos sobre mi torso. Menea las caderas con suavidad, en un sensual vaivén. Gira lentamente, dándome la espalda. Se inclina sutilmente hacia enfrente y menea lentamente su trasero. Logro apreciar un poco del encaje negro de sus bragas.

Me sorprende cuando se sienta sobre mi regazo, de espaldas. Un gruñido se escapa de mi interior. Estoy llegando a mi limite.

Mis manos viajan a sus piernas y su cuerpo vibra contra el mío. Pega su espalda a mi torso, y pasa una de sus manos por mi cabello, guiando sus caricias hasta mi rostro.

—Mierda...—murmuro cuando la siento moverse sobre mi bulto. —Camila... Por favor, no.

Es la primera vez que suplico por algo. Estaba perdiendo la razón.

—Querías que bailara para ti. —susurra. —Ahora, tienes que soportar hasta que termine.

Se levanta nuevamente, y está vez se posiciona sobre mi regazo, cara a cara. Guía sus manos suavemente desde mi abdomen, hasta mis hombros.

—Camila... Dios...—murmuro, intentando mantener mi autocontrol. —Si sigues moviéndote así no respondo.

Se detiene y me observa con una sonrisa picara en su rostro. Primera vez que la veo sonreír de esa manera.

Joder, yo no la estoy castigando, ella me está castigando a mi.

—¿Chase?

—¿Si, bambi? —pregunto con la voz entrecortada.

Mi corazón está acelerado, mi respiración agitada y mi boca seca. Necesitaba beber de ella.

—Bésame. —dice demandante.

Estoy por unir nuestros labios, cuando me detiene, con su dedo índice sobre los mismos. La miro confundido.

—Quiero que me beses, aquí. —señala sus pechos. —Y después aquí. —señala su intimidad.

Mis ojos se abren grandes por la sorpresa. ¿En serio me lo está pidiendo? Joder, nunca pensé que este día llegaría. Observo sus pechos cubiertos con el vestido y los nervios se apoderan de mí. Me sentía como un chico virgen de 15 años.

—¿Estás segura de lo que estás pidiendo? —cuestiono, inseguro. —Una vez que inicie no habrá vuelta atrás.

Toma mis mejillas entre sus manos y me obliga a mirarla.

—No lo repetiré, Chase, así que escucha con atención. —dice con seriedad. —Me vas a follar con tu boca. Es una orden.

Es todo lo que necesito para perder el poco control que me quedaba.

Uno mis labios con los suyos en un feroz beso. El calor creciente en mi cuerpo se expande con intensidad, hasta que comienza a consumirla también. Mis manos viajan de su cintura a su trasero y un pequeño apretón la hace gemir.

Maldita sea, estoy en el puto paraíso.

Mi miembro se sacude con la vibración que me provocó ese sonido melodioso.

Bajo mis besos lentamente a su cuello. Su respiración se acelera intensamente y enrosca sus dedos en mi cabello, acariciando con sutileza. Bajando lentamente, me encuentro con el borde de su vestido.

—¿Puedo? —aunque sé la respuesta, quiero escucharla nuevamente.

—Si.—me mira expectante.

Tomo el borde de su vestido con los dientes y tiro de el con fuerza hacia abajo. Esos pechos perfectamente redondos, hacen que el hambre creciente se intensifique.

La observo a los ojos; se ha sonrojado al verse expuesta ante mí.

Acerco mis labios a su rosado pezón izquierdo y lo rozo con delicadeza. Un suspiro se escapa de su interior.

Rodeo su espalda con uno de mis brazos, y procedo a llevar aquel pequeño botón rosado a mis labios. Succiono sutilmente y mordisqueo, jugueteando con mi lengua. Arquea su espalda, mientras gemidos simultáneos inundan la habitación.

Dejo descansar su pecho izquierdo, para consentir el derecho por igual.

Sus piernas se tensan, aún estando sobre mi regazo.

—Chase...—gime, cuando mordisqueo su pezón y tiro un poco de el. —Joder... Me estás volviendo loca.

Cuando he terminado de saborear sus pechos, la observo y puedo contemplar lo malditamente perfecta que es.

—De pie. —ordeno.

Hace lo que le pido. Poniéndose de pie, con las piernas temblorosas. Me levanto de mi lugar en el sofá.

—De rodillas en el sofá, con las manos contra el respaldo. Ahora.

Con duda, hace lo que le pido.

Se mira tan apetitosa. En está posición puedo ver con claridad esas bragas de encaje negro. Acerco mi mano hacia su intimidad y puedo sentir lo húmeda que está. Jadea, cuando froto mis dedos sobre su ropa interior.

Me arrodillo ante ella, quedando a la perfecta altura para hacer bien mi trabajo. Segunda maldita vez que me hace arrodillarme.

Acaricio su trasero con delicadeza, sus piernas tiemblan ante mi tacto y deposito un pequeño beso en su nalga derecha.

—Chase...—dice en súplica. —Por favor...

Beso con delicadeza su intimidad sobre la ropa interior y su cuerpo se retuerce ante el tacto de mis labios, acompañado de un placentero gemido que me ha erizado el vello corporal. Tomo los bordes de su ropa interior y la bajo lentamente a la altura de sus rodillas.

—¿Estás lista, bambi? —pregunto, posicionando mis manos en sus grandes muslos. Asiente. —Bien, porque no me detendré hasta que te corras. Hoy no serás castigada. Quiero que experimentes lo que te perderás si vuelves a cabrearme de esa manera.

Me hundo en ella, saboreando su humedad creciente. Sabe deliciosa. No puedo creer que por fin estoy probando su cuerpo virginal. Me aferro a sus muslos, mientras mi lengua se hunde dentro de su estrecha entrada.

Gritos de placer abandonan lo más profundo de su ser. La manera en que su cuerpo se remueve ante la excitación y cada cierto tiempo restriega su trasero sobre mi cara, me está enloqueciendo.

Succiono y mordisqueo con delicadeza su clítoris, procediendo a masajear con mi lengua aquel pequeño botón que la enloquece en cada roce.

—¡Chase! —grita. —¡Joder, Chase!

Con cada grito y suplica que emanaba de su interior, más rápido trabajaba en ella. La humedad de Camila era excesiva en mis labios, pero no me molestaba, sabía tan jodidamente bien, que jamás podría cansarme de esto.

—¡Oh, dios! —otro grito. —¡Oh, dios, Chase!

Me aferro con más fuerza a sus piernas, atrayéndola más hacia mi cara. Sus muslos se tensan y puedo contemplar como su cuerpo comienza a ponerse rígido.

—¡Chase, me voy a...!

Mis movimientos en su clítoris son rápidos, acompañados de succión constante y ligeros mordisqueos, pero sin perder el ritmo de mi lengua en aquel lugar tan placentero. Entonces, se libera y la recibo gustoso, extasiado, llenándome con sus jugos y consumiendo su orgasmo sin que quede ningún rastro de lo que fue.

Se contrae, dejando caer sus codos sobre el asiento del sofá. Su pequeño cuerpo tiembla y su respiración es un desastre.

Me levanto y la observo con una gran sonrisa en mi rostro. Limpio las comisuras de mis labios, donde habían quedado rastros de ella.

Después de unos minutos, se incorpora y acomoda su ropa. Se pone de pie y camina lentamente hacia mí.

—Chase, tengo nauseas.

Justo cuando termina de mencionar aquellas palabras, vomita sobre mi ropa y zapatos.

♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤♤

POR FIIIIINNNN. POR FIIIINNN SE LA COMIÓ, NO TODA, PERO ALGO ES ALGO, JAJAJAJAJA.

Chicas, estoy temblando con tremendo capítulo. Me hizo sentir cosas de mujers como dice la yeri mua 🫦🫦.

Espero les haya gustado este capítulo y lo hayan gozado tanto como yo lo hice al escribirlo.

Muchas gracias por seguir apoyando está historia 🥹 significa mucho para .

Preguntas, preguntosas.

¿Qué creen que vaya a pasar a continuación? ¿Qué piensan de Chase y Camila hasta el momento? ¿Qué opinan de la pequeña charla entre Chase y Holly?

¡Las leo en comentarios!

Si la historia sigue siendo de tu agrado, no olvides votar y comentar.

Nos leemos en el siguiente apartado.

Les quiere:

-Dari ♡.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro