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Capítulo 20: Trato de exclusividad

Camila:

Sabía que después podría arrepentirme de mis palabras, pero ya no importaba. Habíamos traspasado todos los límites. Él ya se había apoderado de mis primeras experiencias, entonces, con él debía vivir todas las que faltan. No me gustaría estar con alguien más, después de todo lo que él me estaba haciendo sentir.

Lo observo con cautela, esperando una respuesta.

Una sonrisa ladina se dibuja en sus labios.

—Ya conoces la respuesta, bambi.

—Pero con una condición. —sentencio.

Me mira expectante y su sonrisa se vuelve más ancha.

—¿Cuál?

—No volverás a estar con ninguna otra mujer que no sea yo. —declaro, sin rodeos.

El ríe divertido.

—No he estado con ninguna otra mujer desde el momento en que me rendí ante ti.

Aquellas palabras me hicieron sonreír como toda una estúpida. ¡Mierda! ¿En qué momento llegamos a este punto? Lo odiaba con intensidad, ¿En qué momento caí en este espiral de deseo?

El sonido de un teléfono interrumpe nuestro momento.

Chase atiende la llamada.

—Comente, jefe. —su rostro se vuelve serio. —Está más tranquila. ¿Cómo está Holly? —pregunta, por la arpía. Después de un largo silencio, comenta: —Estamos de camino.

Mientras caminamos de regreso al despacho, no puedo evitar preguntarme, ¿De qué estaban hablando Mazón y Chase? ¿Estaba él en problemas?

Le preguntaré después.

Llegamos al despacho y nos adentramos.

En primera fila logro apreciar a Holly con su rostro hecho mierda. Me observa con desprecio, pero no dice nada.

Espero no te queden ganas de volver a provocarme, perra.

Estando todos presentes, Mazón pasa su mirada entre cada uno de nosotros. No está contento, para nada.

—Estoy decepcionado de ustedes 2. —nos señala a Holly y a mí. —Parecen un par de niñas mimadas y malcriadas. ¿En qué fallé para que actúen de está manera tan infantil?

Aquellas palabras me duelen. Jamás había querido decepcionar a mi padre de esa manera, él siempre estuvo orgulloso de mi, y escuchar esas palabras salir de su boca, me lastimaba. Y viendo la reacción de la rubia, creo que está en la misma posición que yo.

—Espero que esto no vuelva a repetirse, porque si es así...Tu. —me señala. —Te olvidas de ir a la universidad de Harvard...Y tú. —señala a la rubia. —Te olvidas de tu viaje todo pagado a Japón. Adiós a las malditas flores de cerezo que tanto anhelas ver, Holly, y adiós a tu maldita carrera de abogada, Camila.

Mi corazón se termina de hundir. Me costó un colapso mental poder obtener una alta puntuación para ser seleccionada en Harvard, y que me lo quisiera quitar como si nada, eso no lo podía soportar.

—En otras noticias. —cambia el tema drásticamente. —Tendremos 2 nuevos integrantes en el equipo.

La puerta se abre a nuestras espaldas y giramos para ver a una chica y un chico. Ambos parecen de aproximadamente 25 años. Cabello cobrizo, ojos azules, y facciones refinadas. Una dupla demasiado llamativa. La chica rondaba los 1.70 de estatura, con una piel pálida y el chico mas o menos de 1.90 de altura.

—Mabel y Belial Bechdel. —los introduce Mazón. —Hijos de una familia muy apreciada por Emilia, mi exesposa, y por mí.

—No puede ser. —murmura la rubia.

—Tanto tiempo sin verte, petunia.

En serio, ¿de dónde sacan tan estúpidos apodos estos tipos?

—¡Kryan! —exclama la chica con alegría.

—¿Qué tal, zanahoria?

Repito, ¿de dónde se sacan estos apodos?

Al parecer, llevan tiempo de conocerse.

—Mabel y Belial. Chase es el jefe del equipo, así que acaten sus ordenes al pie de la letra. —aclara Mazón.

Ellos asienten sin más.

—Chase, te cedo la palabra.

—Gracias, jefe. —dice él y se posiciona en un ángulo en que todos podamos apreciarlo. —Para los nuevos en el equipo...—pasa sus ojos de Mabel a Belial, para después recaer en mí. Una corriente eléctrica se descarga con intensidad en mi vientre. —Hace una semana, la familia Clark culminó el tratado de paz que se había establecido por ambas partes; por lo que, una sangrienta guerra se avecina.

Escucharlo hablar tan serio, tan formal, adentrado en su papel de jefe me empezaba a hacer sentir cosas inexplicables, enviando cosquilleos en mis zonas mas sensibles.

—Aunque estamos enfocados principalmente en erradicar a la escoria humana; violadores, pedófilos, criminales potencialmente peligrosos, entre otros. También tenemos la obligación de defender nuestro territorio. —continúa su discurso. En ciertas ocasiones, sus ojos se desviaban hacia mi por segundos, y eso era suficiente para colarse en mis deseos mas recónditos. —Zona norte y sur, son las más vulnerables, ya que ahí se encuentra el punto fuerte en la distribución de cocaína, y las sedes de producción.

Lo observo subir las mangas de su camisa negra, hasta los codos. Esa acción me hizo caer en desgracia por segundos.

Mis pensamientos se desviaron a un espacio donde solo existíamos nosotros dos; me imaginaba quitando su camisa y acariciando su torso cubierto de tatuajes.

Mierda...

Mi respiración se volvió agitada. Estaba avergonzada de mis propios pensamientos. No debería de estar pensando en esas cosas en medio de una reunión de trabajo.

—Por lo que, a partir del día de hoy, nos enfocaremos en hacer guardia en ambas zonas, intercalando 4 horas en la Zona Norte y 4 en la sur. Y en caso de un enfrentamiento, espero todos estén preparados para jalar el puto gatillo, porque, si no lo hacen, habrá consecuencias. —su mirada se posa con intensidad sobre mí y una sonrisa ladina aparece en su rostro. —Y no tienen idea de como me divierto cuando tengo que castigar a alguien. —enfoca su vista unos segundos más en mí, y después la desvía.

Así de fácil logró hacerme estremecer y no de miedo.

Mazón se levanta de su asiento.

—Bueno, ya han escuchado. —comenta. —Vamos por todo. Morir no es una opción, así que quiero a todo el apellido Clark erradicado. Si a uno de ustedes se le ocurre morir, lo resucitaré para matarlo yo mismo. —amenaza con seriedad.

Asentimos en respuesta.

Después de que Mazón haya dado instrucciones adicionales, estamos listos para marcharnos.

Chase va al frente y yo voy hasta atrás. Observo a Mabel apresurar el paso hasta alcanzarlo.

Ella le dice algo, que no logro escuchar desde mi lugar y él le sonríe, respondiendo a algo que la ha hecho reír.

Mi sangre hierve al ver tremenda escena. Digo, no es la gran cosa, pero me ha hecho cabrear como no tiene una idea.

En el ascensor, estamos todos como sardinas enlatadas.

—Nunca había tenido un jefe tan joven y apuesto. —menciona la tipa.

—Siempre hay una primera vez para todo, ¿no crees? —responde él.

Ella suelta una risita.

Aprieto los puños y mi mandíbula se tensa. ¿Qué mierda es este sentimiento tan desagradable?

Contrólate, no puedes perder los estribos... Tu oportunidad en Harvard está en juego.

Siento que alguien toma un mechón de mi cabello. Giro la cabeza para ver de quien se trata; Belial.

—Tienes un cabello negro muy lindo y cuidado. —dice, mientras sostiene el mechón en el aire y lo analiza. —¿Qué usas para cuidarlo?

—En realidad no lo cuido para nada, solo tengo suerte. —respondo, intentando no sonar frustrada.

—Aleja tus asquerosas manos de su cabello, si no quieres que te las corte y sean comida para cerdos. —la amenazante voz de Chase resuena por todo el ascensor.

El chico rápidamente suelta el mechón, el cual cae sobre mi hombro.

Un silencio incómodo se instala dentro del ascensor. El calor se vuelve sofocante, y por una extraña razón, quería sonreír ante la clara amenaza que Chase le había hecho al chico.

Las puertas se abren y todos salen apresurados. Chase y yo quedamos al último.

Me toma por sorpresa cuando me carga sobre sus hombros como si de un saco de papas se tratara. Chillo, intentando liberarme.

—¡Qué mierda! —exclamo. —¡Bájame!

—Voy a darle una maldita lección de modales. —me habla de usted. —También aclararle unos puntos importantes de que pasará si otro cabrón pone sus asquerosas manos sobre usted.

Camina a paso apresurado. Entonces, abre una puerta y nos adentramos a una oficina vacía. Me deja sobre el escritorio, abre ligeramente mis piernas para posicionarse en medio de ellas, después, procede a tomarme del cuello con firmeza, obligándome a mirarlo a los ojos.

Su respiración está agitada, su pecho sube y baja, y esa mirada suya me perfora con intensidad.

Estamos en una posición demasiado comprometedora, y eso hace que mi cuerpo se encienda con gran deseo. El cosquilleo en mi intimidad me hace jadear.

Acerca su rostro al mío, sin perder mis ojos de vista.

—¿Por qué ha dejado que ese cabrón la toque? —sus labios rozan los míos ante cada palabra. Me quedo en silencio. Estoy perdida en este espiral de tensión. —Responda. —ordena, mientras ejerce un poco de fuerza en mi cuello, no lo suficiente para lastimarme.

—No me estaba tocando a mí, estaba tocando mi cabello. —respondo, sin apartar la vista.

—Su cabello es parte de usted. —gruñe. —¿Por qué no lo apartó?

—No lo sé. —susurro. Bajo mi vista a sus labios, que están a casi un roce de los míos. Quería que me basará y liberará esta puta tensión entre nosotros.

—¿Sabe lo que pasará si él o cualquier otro hombre la toca? —pregunta, con un tono amenazante.

Niego en respuesta, con dificultad, por el agarre en mi cuello.

Rodea mi cintura con su mano libre y me atrae con fuerza hacia él. Puedo sentir su dura erección. Siento una ligera presión en mi parte más sensible.

—A usted la voy a follar con mi boca, sin derecho a correrse...—susurra en mi oído. La presión en mi intimidad se hace más fuerte, lo que me hace tensar los muslos. — Y a cualquier cabrón que ponga las manos sobre usted, lo haré alimento para cerdos. ¿Le ha quedado claro?

Asiento, jadeante.

Cuando ha terminado con su amenaza, une nuestros labios en un beso feroz. Suelta mi cuello y posa ambas manos en mis piernas, acariciándolas con delicadeza. Mis brazos se envuelven en su cuello y lo atraigo con fuerza hacia mí. Necesitaba sentirlo más cerca.

Mordisquea sutilmente mi labio inferior, haciéndome gemir.

Estábamos tan consumidos el uno por el otro, que cuando la puerta se abrió con brusquedad, nos sobresaltamos. 

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TARAAAAA. CAPÍTULO 20 RECIÉN SALIDO DEL HORNO.

LA MALDITA TENSIÓN CRECE CADA VEZ MÁS ENTRE ELLOS.

¡Espero les haya gustado este capítulo!

Preguntas, preguntosas.

¿Quién creen que haya abierto la puerta en medio de su acalorado momento? ¿Qué creen que le haya dicho Mabel a Chase?

Las leo en comentarios.

Muchas gracias por seguir apoyando está historia tan preciada para , ya llegamos a las 7k lecturas.

No olviden votar y comentar.

Les quiere:

-Dari ♡.

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