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Capítulo 13: Mi condena

Chase:

Observarla de esa manera, hacía despertar mis instintos y pensamientos más salvajes. No podía negar que por mi mente se reproducían distintas maneras de tomarla.

Mis pensamientos eran incorrectos y más por la situación que hay entre nosotros.

La odio, pero eso no quiere decir que no acepté que es una mujer sensual.

Ella estaba ante mí, encadenada e indefensa, pero no planeaba hacerle daño.

—Suéltame, Chase. —súplica.

Niego con la cabeza y camino alrededor de ella.

—Como primera lección, te contaré como matamos al tipo de la fiesta.

Me coloco frente a ella, me observa expectante y en sus ojos se forma un brillo inusual, haciéndolos parecer más oscuros de lo que realmente son.

—Lo colgamos justo aquí, de la misma manera en la que tu estas encadenada ahora mismo. —comienzo a soltar los detalles. —Primero, descargué el arma eléctrica aquí. —coloco mi dedo índice en su abdomen y acaricio sutilmente. Aprecio como se estremece ligeramente. —Y ahí mismo, quemé su piel con un encendedor. —sigo acariciándola. Ella solo me observa con atención. —Después apagué mi cigarrillo aquí. —subo mi mano lentamente, desde su abdomen hasta su pecho.

Puedo sentir como su pulso se acelera y continúo con mi explicación: —Después, Seth lo golpeó sin parar, aquí. —mi mano libre se instala en su abdomen, dejando pequeños roces. —Y aquí. —mantengo firme la mano en su pecho.

—Chase...—suelta, con la voz entrecortada.

En mi pantalón, mi miembro esta reaccionando a ella y ni siquiera se ha tenido que esforzar.

—Shh...—coloco mi dedo índice en sus labios para silenciarla. —Aún no he terminado con la lección... Retomando donde me quedé. —paso mi pulgar ligeramente por sus labios, los cuales se entreabren ante mi tacto. —Seth lo golpeó en el rostro y le rompió la nariz; la sangre se escurrió por su barbilla. —mis dedos trazan un camino sutil entre sus labios y su mandíbula. —Seguido de eso, mi amigo tomó una navaja y la clavó aquí. —recorro delicadamente, de su mandíbula a su hombro derecho.

Ante cada roce su cuerpo se estremecía, poniéndome cada vez más duro.

No sé porqué estaba haciendo esto, pero no deseaba detenerme, no hasta que terminará de contarle los detalles. Esa reacción suya es como si nunca en su vida la hubieran tocado y eso confirmaba las palabras de Mazón. Ella aún conserva su pureza, y justo ahora la estoy tocando con mi suciedad.

Me posiciono ahora detrás de ella.

—Cuando Seth retiró la navaja de su lugar, la sangre corrió como un río a este lugar. —susurro en su oído, mientras una de mis manos viaja por su costado derecho, haciendo que se remueva un poco en su lugar. Logro apreciar su respiración acelerada. —Acontinuación, la clavó acá. —mi mano libre viaja por su espalda baja, subiendo lentamente hasta posicionarla en su hombro izquierdo. Ella pega su espalda a mi torso y puedo sentir su cuerpo tembloroso.

Me alejo y camino alrededor de ella una vez más. Me detengo estando cara a cara  y me observa con esos ojos brillosos. Sus mejillas enrojecidas me dicen que cada caricia esta surgiendo efecto en su cuerpo.

Mi miembro está tan duro, que duele. Nunca pensé que podría ponerme así sin siquiera algo de estimulación, pero ahora, confirmo que si puedo enloquecer sin ser tocado.

—Por segundos, el arma eléctrica conectó aquí. —mi dedo índice se ubica en el borde de sus medias deportivas. Trazo un pequeño camino con mi índice hasta llegar a su intimidad. Sus piernas tiemblan y tengo la sensación de que explotaré en mis pantalones.

—Chase...Basta, por favor...—súplica, dejando escapar un pequeño jadeo.

Mi respiración pesada se hace presente. ¿Qué carajo estoy pensando? A decir verdad, en este preciso momento, ni siquiera estoy pensando. Mi mente únicamente esta enfocada en la mujer frente a mí, esa maldita mujer malagradecida. Este era su castigo, pero a su vez mi condena.

Me arrodillo ante ella.

Nunca me había arrodillado ante ninguna mujer.

Acerco mis labios a su pierna izquierda y deposito un delicado beso sobre la delgada tela de la media, para después mordisquear sutilmente su muslo, procedo a hacer lo mismo en su pierna derecha, y contemplo como un par de gemidos abandonan su interior y arquea su espalda ante cada tacto de mis labios

—Ahí fueron dos puñaladas, una en cada pierna. —mi voz sale mas ronca de lo habitual. —Casi para finalizar, clavé un cuchillo de carnicero en su herida derecha. En un vaso, vertimos sangre hasta la mitad.

Me pongo de pie a escasos centímetros de su rostro y tomo su mentón, ejerciendo un poco de presión.

—Lo obligué a beber de su propia sangre y como golpe final. —mis dedos viajan a sus labios, nuevamente los entreabre y adentro dos dedos a su boca lentamente. —Corté su lengua. —estrujo mis dedos hasta el fondo, provocándole un par de arcadas.

Los retiro y acerco mis labios a su mandíbula, rozándolos con delicadeza en su piel.

—Los chicos lo cortaron en pedazos. —finalizo la historia.

—¿Qué clase de demostración es está? —pregunta, con la respiración agitada.

—No tienes idea de todo lo que quisiera hacerte ahora mismo. —la tomo de la cintura y pego mi cuerpo al suyo, ignorando su pregunta. Quería que sintiera como me tenía, lo que me estaba provocando sin siquiera esforzarse. —Puedo asegurar que lo deseas, tanto como yo.

—No. —responde firme, a pesar de que su cuerpo tiembla y su respiración se mantiene agitada. —No podría estar con alguien como tú... Jamás.

—¿Entonces por qué permites que te toqué? —cuestiono, aferrándome a su cintura. —¿Por qué no te estás resistiendo a mí? —susurro en su oído.

Las cadenas chocan entre sí, cuando se remueve en mis brazos.

—Suéltame, por favor. —susurra.

Tomo las fuerzas necesarias para alejarme de ella.

Libero sus muñecas de las cadenas. Ella las frota con delicadeza, haciendo un gesto de dolor.

—Lo lamento. Creo que fui demasiado lejos. —me disculpo y salgo de la bodega dejándola sola.

Necesitaba un cigarrillo. Tengo que reflexionar lo que ha pasado, porque ni yo entiendo lo que acaba de suceder.

Tomo la cajetilla de cigarros de mi bolsillo del pantalón. Saco un cigarrillo y lo coloco entre mis labios, lo enciendo y doy una profunda calada que inunda mis pulmones, para después expulsar el humo.

Mis manos temblaban por la mezcla de emociones que estaba presenciando. ¿Qué acababa de pasar? Había acariciado por poco cada rincón de su cuerpo y ella parecía disfrutarlo. Debo admitir que también lo gocé como nunca, pero no era correcto.

Si Mazón se llegase a enterar me arrancaría la cabeza sin dudarlo. Él me lo había advertido, claramente, cara a cara.

Desde que esa mujer apareció en nuestras vidas, todo se ha estado yendo de picada. Mis principios, el equipo, mi paciencia, absolutamente todo.

Está era mi condena. El karma existía y esa mujer lo era en carne y hueso. Me estaba torturando sin siquiera saberlo.

Jamás pensé que se podía odiar, pero a su vez, desear tanto a una persona.

Termino mi cigarrillo y tiro la colilla al suelo. Procedo a encender otro. Nunca fumaba más de 1 en un día, pero necesitaba bajar toda la tensión del momento.

Escucho ligeras pisadas a mi espalda, pero no me inmuto.

—Escucha...—su voz es suave. —Tengo que admitir que lo disfruté. —confiesa. Esas palabras se han robado mi atención, así que giro a verla. —Nadie jamás me ha tocado de esa manera...—desvía la mirada, avergonzada. —Pero, no podemos traspasar esa barrera.

—No. No podemos hacerlo. —concuerdo con ella. —Mazón me mataría de la manera más horripilante que pueda existir. —digo, antes de dar otra calada a mi cigarrillo.

Ella ríe suavemente y me toma por sorpresa.

—No podría entregarle mi virginidad a un idiota como tú. —su mirada vuelve a conectar con la mía. —Así que hagamos como que esto nunca sucedió.

Asiento en respuesta.

—Te espero adentro para iniciar el verdadero entrenamiento.

La observo alejarse y adentrarse nuevamente a la bodega.

Esa ha sido la charla mas decente que hemos tenido desde que nos conocimos. Sin pelea de por medio, ni insultos. Solo 2 personas normales, charlando y llegando a un acuerdo.

Quizá, al final, trabajar juntos no sea tan malo después de todo, aunque no pienso bajar la guardia.

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WAAAAAAAA, CAPÍTULO 13 ESTUVO POTENTE.

Que suerte tienen algunas, yo voy segunda.

Hasta acá se sintió la tensión.

Espero les haya gustado este capítulo, tanto como a mi me gustó escribirlo ♡.

Preguntas, preguntosas.

¿Qué creen que vaya a suceder a partir de ahora? ¿Será que pueden continuar como si nada hubiese pasado? ¿Volverán a su programación habitual de tira y afloja? ¿Podrán solucionar sus indiferencias?

Pronto lo sabremos.

Muchas gracias por seguir apoyando este proyecto, no olviden votar y comentar si la historia sigue siendo de su agrado.

Nos leemos en el siguiente apartado.

Les quiere:

-Dari ♡.

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