4 | Quédate conmigo
Aunque Jimin intentó esconderse de la vista de Jungkook, este no le había perdido pisada y observó hasta el mínimo detalle, lo vio abandonar la copa de Amor Brujo sobre una mesa cualquiera y se sintió triste por haber sido tan cruel. Él había visto los ojos de decepción de Jimin cuando rechazó su invitación a beber juntos, aún así no se contuvo de besar a la chica de turno sabiendo que el rubio lo observaba desde la distancia. Era su pequeña venganza por el mes de silencio que había sufrido de parte de Jimin.
¿Revancha?
De repente se sintió bastante estúpido de alejar a la única persona con la que había sentido una conexion verdadera, sin siquiera haberle reclamado por su silencio.
Pero es que no quiso mostrarse débil ni sonar como las docenas de mujeres que tras el sexo le reclamaban cosas que él no les daría, sencillamente porque no sentía nada por ellas. Y en su tonta cabeza pensó que Jimin era como él, que esa distancia que había impuesto, tenía que ver con las mismas actitudes machistas que él tenía con las mujeres con las que se acostaba y que hoy, Jimin había regresado para "usarlo" nuevamente.
Así que en ese impulso de hacerle sentir su desprecio y que el rubio se fuera con las manos vacías, él también se había quedado sin nada y con un vacío horrible dentro del pecho.
No dudó cuando salió corriendo a buscarlo. Por más que haya querido demostrar con esos rechazos, que él no era un juguete al que se usa y se desecha, estaba lo que él sentía por Jimin. Y quería volver a sentir esa locura, aunque más no fuera, una vez más. Quería entregarse de lleno y besarlo hasta caer rendido a sus pies sin importarle que después Jimin le pegara una patada en el culo y volviera a desaparecer. Ya vería él cómo lidiar para levantar esos pedazos de corazón partido y continuar. Pero lo sabía, sabía que lo necesitaba por eso corrió a decírselo.
Lo encontró bajo la lluvia, su silueta etérea parecía difuminarse bajo el agua.
—¡Jimin!
Jimin se detuvo y giró al llamado.
Retrocedió en un intento de escapar, él no quería que Jungkook lo viera así, empapado y con cabello pegado a la cara, pero cuando JK llegó hasta él sintió su corazón saltar de emoción.
—Jungkook ¿Qué haces aquí afuera?
Jungkook no dijo ni una palabra, en lugar de contestar lo besó, besó su boca de agua y se hundió en ella. Jimin se dejó besar. Fue un beso necesitado y delicioso.
Ninguno decía nada como si las palabras estuvieran de más. Jungkook no podía entender cómo ese pequeño ser se había metido así en su corazón, deseaba besarlo y tenerlo bajo su cuerpo una vez más. Lo deseaba con locura.
—No te vayas, Jimin, es mi última noche en la ciudad, quédate conmigo.
—¿Última noche? ¿A dónde te vas?
—Después te cuento, ahora dime que te quedarás conmigo.
En lugar de contestar, Jimin lo besó. Jungkook acarició su rostro bello y dejó besitos por toda la cara.
El agua había corrido el maquillaje del ojo golpeado y Jimin gimió de dolor cuando JK tocó la zona.
—¿Qué es esto? ¿Quién te hizo esto?
—Historia larga, después te cuento, ahora llévame a donde desees. Te necesito.
Caminaron bajo la lluvia tomados de la mano. Jungkook había derribado su propia barrera y se había permitido estar con el chico que le gustaba, quería escuchar lo que tenía para decirle, quería escuchar por qué no lo llamó pero en el fondo de su alma sabía que cualquier excusa que le dijera para él estaría bien, así de rendido estaba por su rubio hermoso.
Quería saber todo de Jimin, pero primero iba a acariciarlo, besarlo y comer de él con delirio porque lo deseaba a morir.
Ninguno de los dos sabía lo que el destino les tenía preparado.
Esa noche no sólo fue de gemidos y de sexo, además hubo confesiones y lágrimas por la experiencia violenta que sufrió Jimin. Jungkook se sintió un imbécil por haber pensado mal del chico pero Jimin lo consoló diciendo que no tenía cómo adivinar lo que él estaba pasando.
Cuando JK le contó que había sido convocado para trabajar en la montaña, Jimin mostró una falsa tristeza y se guardó para sí el secreto de que él era el dueño de todo ese predio.
Se amaron como si la noche no tuviera fin y se despidieron bajo promesa de verse una vez al mes cuando Jungkook bajara a la ciudad.
Como si esto fuera un endulzado cuento de hadas, Jimin se sintió dichoso de regresar al hotel y organizar para Jungkook, lo que sería la sorpresa de su vida.
Allá arriba, entre las nieves perpetuas cuando Jungkook se uniera al staff de instructores, se enteraría que el centro de esquí, el hotel y toda la bendita montaña, le pertenecía a Park Jimin.
Tenía planeado que en este capítulo se definiera el final, pero creo que tengo ganas de contar ese encuentro en la montaña...
¿Qué dicen?
CaracoLola 🐌🧉
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