Dos centímetros
Perdón la espera, cariño, llevo sin actualizar algo que no sea el Ragnarok... Pero aquí está la idea que tuviste, gracias de nuevo ❤️
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Morrigan: ¡Thor, por favor, veeeeeen!
Thor: Que no.
Morrigan: ¡Porfa, sólo un poquito!
La diosa trataba de alcanzar a su pololo, pero había una mesa entre ellos donde no hacían más que dar vueltas. Morrigan, con unas tijeras y un cepillo en la mano, miraba a Thor con las mejillas hinchadas.
El nórdico, por su parte, estaba en la otra punta de la mesa, y se había enrollado el pelo alrededor de su cabeza casi como un turbante, y con ayuda de su altura, evitaba que la diosa pudiera tocarlo.
Morrigan: Sabes que me encanta tu pelo largo, pero cuando te sientas te llega al suelo y las puntas se ensucian, las tienes abiertas. Sólo es cortar un par de centímetros...
Thor: No es que no quiera cortarlo, lo que no quiero es que me lo cortés tú.
Morrigan cae al suelo dramáticamente con una mano en el corazón, hiperventilando con la boca abierta.
Morrigan: Así que... Así se siente que te partan el corazón...
Thor: No es eso. Seguro que te has apostado algo con Loki. A él le gusta cortarle el pelo demasiado a la gente.
Morrigan: Oye Thor, prefiero tu confianza, que tú bonito pelo esté bien y que me hables en los próximos 50 años a hacer una broma con Loki. Fíjate hasta donde llega el amor.
Thor estaba en la puerta aprovechando el drama de la diosa, mirándola seriamente. Bueno, eso era verdad, confiaba en ella. Pero no en Loki. Levantó los ojos a ver el final de su pelo, viéndole de un color más apagado y marchito, con las puntas abiertas. Mirando luego a Morrigan, le enseñó dos dedos.
Thor: Dos centímetros.
Morrigan: ¡Siiii!
Ella se levantó contenta dando saltitos, invitándole a sentarse en una silla. Thor se acercó sin quitarle el ojo, dejando su pelo suelto y sentándose dándole la espalda, aún sin mucha confianza, personalmente.
Morrigan, tan contenta y feliz, guardó las tijeras y tomó todo su pelo echandolo hacia atrás, empezando a cepillarlo enteramente. Le gustaba, era muy espeso pero ninguna hebra estaba pegada a otra, además de verle la cara despejada un poquito. Lo hacía por el gusto de tocarlo, y también por darle gusto a él, pues al peinarle podía relajarle un poco.
Una vez peinado y con todo el pelo hacia atrás, sacó las tijeras agarrando las puntas de su cabello con dos dedos, teniendo listo para cortar sólo lo dicho, dos centímetros.
Sin embargo, aquel que se había ausentado todo el día se había enterado absolutamente de todo, y el dios de las bromas se había infiltrado en la habitación flotando yendo detrás de la diosa. Thor se había acabado relajando con el cepillado, y Morrigan ya estaba lista para cortar esas puntas abiertas... Hasta que los dedos de Loki atacaron sus costillas en busca de cosquillas.
Así Morrigan lanzó un chillido agudo de sorpresa levantando sus brazos, acabando el corte bastante... Bastante... Bastante más arriba de lo que eran dos centímetros, cayendo al suelo a sus pies un metro de cabello. Por un momento se vio el terror en los ojos de Morrigan viendo el pelo en el suelo, pasando mil cosas en su cabeza: que se había ganado injustamente la desconfianza de Thor, que no querría explicaciones, que el pelo tardaría en crecer, y sobretodo, que Loki era un gilipollas.
Morrigan: ¡¡¡Loki, eres un jodido gilipollaaaaas!!!
Ella empezó a saltar rápidamente histérica queriendo arañarle la cara y arrancarle las orejas a tirones. Mientras, Thor había salido de su trance relajado mirando al suelo, bajando la mano y tomando unos cabellos del suelo, mirándolo serio y en silencio. Luego se levantó de la mesa sin decir nada, yendo a la puerta a paso ligero.
Morrigan: ¡Thor, no ha sido a propósito! ¡No había nada planeado, no he hablado con él en todo el día! ¡Me ha hecho cosquillas, yo lo estaba haciendo bien! ¡Thor!
Loki: Huele a ruptura sin posibilidad de explicación... ¿Eso significa que tendrás más tiempo para mí?
Morrigan se había quedado mirando por dónde Thor se iba a lo lejos, empezando a faltarle el aire. No, no... No le podía perder porque tuviera un amigo gilipollas.
Apretando los dientes con enojo haciendo emanar su magia negra, se giró sobre sus talones yendo echando fuego en su mirada. Loki por un momento se dio cuenta de la gravedad de la situación, y buscando escapar de su venganza lanzándose al aire a escapar en forma de ave, fue interrumpido porque Morrigan me agarró de la trenza, impidiendo que se fuera y transformara.
Loki: ¡Oye, n-...!
Su réplica fue cambiada rápidamente a un grito poco masculino al escuchar el sonido del pelo cortándose, acabando luego la diosa sosteniendo el largo mechón de pelo de Loki adornado con una trenza y una joya. Mientras el peliverde se miraba en un espejo y tocaba el pelo cortado con los ojos abiertos y las manos temblorosas, Morrigan había corrido por el pasillo en busca de Thor, que estaba a punto de encerrarse en su habitación. Como no iba a llegar a detenerle, pidió suerte al cielo y lanzó el cabello de Loki contra la puerta, entrando justo antes de que Thor cerrada de portazo.
Después, ella se acercó caminando a la puerta, esperando que él lo hubiera visto y le diera veracidad y validez a sus palabras.
Morrigan: No era mi culpa... No fue queriendo... Nada estaba planeado... Solo quería que te vieras bien...
Mientras aguardaba compasión por parte de su pareja delante de su puerta, Loki fue hasta ella rápidamente, lanzándose contra su "amiga" (si es que aún se considerarían eso así como así aunque esos dos siempre lo arreglan todo, pero primero una rabieta de un par de días) y tirándola al suelo con él encima, empezó a cortar el flequillo negro de la diosa todo lo alto que podía, mientras ella pataleaba e insultaba en idioma gaélico antiguo.
Thor estaba escuchando eso, y aunque no podía traducir mucho, sabía que no era nada bueno. Teniendo la trenza de Loki en su mano, abrió la puerta de su cuarto, viendo la escena en el pasillo de Loki huyendo y Morrigan incorporándose sin flequillo gritando.
Morrigan: ¡Hijo de malafortunada giganta, está más corto que el de las dos valkirias tsunderes! ¡Es horrible!
Realmente le hacía una cara graciosa aunque estaba al borde de un ataque de pánico, y Thor dio una pequeña sonrisa escondida entre su ropa. Bien, eso le confirmaba totalmente que no era ningún plan ni ninguna broma preparada, Morrigan siempre quería verse hermosa.
Mientras ella corría en busca de Loki para ver si podía hacerle alcanzar el infinito saber sacándole un ojo con las tijeras, Thor se vio bien su corte. Era gusto detrás de la cabeza, viéndose bastante. Bueno, tal vez los enanos podían hacer algo, pero mientras tanto él podía taparlo, y también hablar con Morrigan. Seguro que pensaba gracias a su amiguito que él ya no la quería.
Viéndose en el espejo, tomó su flequillo y lo echó hacia atrás, junto con el pelo de alrededor, poniendo una pequeña liga para unir el cabello atrás, tapando el corte. Con eso bastaría.
Unos minutos después, salió del cuarto así yendo a buscarla, sabiendo fácilmente donde estaba por lo ruidosa que era al llorar, encontrándola en el suelo del comedor echa una bola abrazando todo el pelo de Thor cortado. Loki, subido en lo alto de la lámpara, movía los pies pensando en que si que dramatizaba...pero era importante para ella.
Thor: No llores. Ya vi que fue él.
Elevó la vista a la lámpara, mientras Loki le saludaba y le dedicaba un silbidito por su cambio de look.
Morrigan se limpió los ojos levantándose, y cuando fue a mirarlo no tardó un segundo en que su nariz empezará a soltar gran cantidad de sangre, cayendo al suelo de nuevo mirando al techo pero esta vez con una gran sonrisa y un sonrojo.
Loki: ¡Uno, dos, tres! ¡Morrigan queda fuera de combate debido al rostro despejado de Thor!
El otro se burlaba en el techo, tendiendo su mano hacia Thor por si podía recuperar su pelo cortado. Thor la miraba a ella sin entender mucho que hacía ocurrido cinco segundos atrás, aunque si era sonrisa era parmanente para ella, podía dejarse el pelo así hasta que creciese el pelo cortado... ¿No?
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