Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9: "Malos entendidos: Distanciamiento"

Un apuesto jovencito de cabello alborotado miraba con nostalgia el oscuro cielo cubierto de estrellas mientras pensaba: Papá, mamá, me siento el ser más egoísta del mundo, debería estar feliz, ¿no?, Milk tiene una gran oportunidad, ella puede tener muchas cosas con ese joven, podrá estudiar, podrá vestir ropa linda como las de esas chicas que vienen a ver el espectáculo y a las que ella mira con disimulo, porque aunque ella no lo diga, sé que ella debe querer tener aunque sea un vestido tan fino como el de ellas, pero no lo dice pues sabe que no podrá comprárselo, pero si se hace novia de ese, ella podrá tener ello y muchas cosas más, yo como su amigo debería alegrarme por la suerte que ha tenido de que ese joven esté interesado en ella pero soy tan egoísta que no puedo alegrarme, siento tristeza, impotencia, celos, si, celos, de solo imaginar que él la puede alejar de mí, me duele el corazón.

El pensamiento del apuesto jovencito de cabello alborotado fue interrumpido por la presencia de una rubia de cabello ondulado.

Acá estás, me tenías preocupada, como no fuiste a cenar, ¿estás bien Gokú hermoso?, decía Lunch mientras se acercaba al joven de cabello alborotado.

Si, si, solo no me dieron ganas de cenar, es todo, dijo Gokú con calma, mientras la rubia colocaba la palma de su mano en el rostro del apuesto joven.

No, no tienes fiebre, decía Lunch.

No, claro que no, ya te dije que estoy bien, solo no tenía ganas de cenar, volvió a decir Gokú con la mayor calma posible.

¿Estás preocupado por Milk?, respondió Lunch mirando a los ojos al apuesto joven poniéndolo nervioso.

¿Qué?, dijo Gokú con nerviosismo.

Ella salió con el hijo de un magnate, ¿lo sabes?, ¿no?, respondió Lunch.

Sí, dijo Gokú con pesar.

No te preocupes por ella, Milk ya no es una niña, ya es todo una jovencita, al igual que tú que eres un jovencito, ella tiene derecho a vivir otro tipo de experiencias, a conocer más del mundo y que mejor junto al hijo de un magnate, sin duda Milk ha tenido mucha suerte, él podría sacarla del circo y darle una vida de reina, ¿no lo crees?, respondió Lunch.

Sí, es cierto, dijo Gokú con nostalgia.

Tú deberías estar feliz por ella, por su suerte, ya quisiéramos alguno de las chicas y chicos del elenco tener su suerte, y con ello no quiero decir que yo no sea feliz en el circo, lo soy, pero tener un pretendiente millonario que te lleve en su lujoso auto a restaurante exclusivo, que te regale cosas costosísimas es el sueño de la mayoría de chicas, por supuesto yo no me incluyo, yo me conformo con un chico hermoso, tierno, respetuoso, como....., decía Lunch siendo interrumpida por el joven de cabello alborotado que se puso de pie.

Milk no es una convenenciera, respondió Gokú con firmeza, impidiendo que la rubia complete lo que estaba diciendo.

Yo no he dicho ello Gokusito hermoso, pero Milk es una chica muy inexperta, ella puede deslumbrarse con lo que él le ofrezca está noche y no estaría mal, creo que hasta le convendría aceptar el amor de ese joven, dijo Lunch.

Voy a mi habitación, respondió Gokú echando a caminar hacia su habitación rodante.

Estás celoso, pero a la vez sientes temor de perderla, ojalá y todo lo que te dije te haya confundido más y pienses que Milk en verdad podría irse con él, pensó Lunch mientras veía entrar al apuesto jovencito a su pequeña habitación rodante.

En tanto:

Una pelinegra sacaba una cajita de una cartera y la colocaba sobre la mesa bajo la mirada sorprendida de un apuesto joven de cabello en forma de flama.

¡Por favor recíbela¡ no la quiero, es algo muy costoso, no lo puedo aceptar así sea un regalo, decía Milk.

Pero lo compre para ti, no puedes devolvérmela, respondió Vegueta.

Si puedo, ahora lo estoy haciendo, dijo Milk con calma mientras el joven cabello de flama sonreía.

¿Piensas que si la aceptas, sería como un compromiso conmigo?, respondió Vegueta.

Sí, respondió Milk bajando la mirada.

Pues no, no es así, yo te lo estoy obsequiando sin ningún tipo de compromisos, dijo Vegueta.

Por favor, acéptalo, para ser mi amigo no necesitas darme algo tan valioso, la amistad no se compra, no se condiciona, respondió Milk con calma.

Pero yo no busco tu amistad, yo busco tu...., decía Vegueta siendo interrumpido por la pelinegra.

Yo solo puedo darte mi amistad, dijo Milk poniéndose de pie.

Siéntate, aún no terminas tú cena, y no sabrías como volver, además yo quede en recogerte y llevarte de regreso, respondió Vegueta, haciendo una pausa para decir: Perdóname si te incomode, no fue mi intención, está bien aceptare la devolución de mi regalo, lo que menos quiero es que ya no quieras volver a aceptarme una nueva invitación.

¿Qué?, dijo Milk, tras haber tomado asiento.

Milk, me gustas, me gustas mucho y quiero seguir tratándote, respondió Vegueta tomando una de las manos de la pelinegra.

Pero ya te dije que....., decía nerviosa Milk.

Si, ya lo sé, solo me ofreces tú amistad, y me parece bien por ahora, dijo Vegueta, haciendo una pausa para decir: Me iré al extranjero por unos meses, mi padre me envía a un curso de capacitación, la verdad no se el tiempo exacto de duración del curso, pero no quería irme de aquí sin decirte lo que siento, yo te sigo desde que eras una niña, desde entonces llamaste mi atención.......

¡Por favor¡ no sigas, dijo Milk.

Quiero que seamos amigos por ahora, cuando vuelva de ese viaje quiero tener una nueva cita contigo, te llevare a conocer una de las casas de playa de mi padre, decía Vegueta con orgullo mientras la pelinegra lo escuchaba preocupada.

Circo:
Un jovencito de cabello alborotado daba de vueltas en su pequeña cama mientras pensaba: ¿ya abra vuelto?, tal vez deba ir a verla, si iré a verla, para que me platique como la paso con ese.

Gokú se sentó en el borde de su pequeña cama, tomo sus zapatos, se los coloco, se puso de pie y camino presuroso hacia la salida de su pequeña habitación.

Una vez que estuvo fuera, camino a paso firme hacia la habitación de su amiga, al ver la luz apagada de la misma pensó: Aún no regresa.

Gokú con temor, dio suaves toquecitos a la puerta, pero no recibió respuesta, tras algunos minutos de espera, el joven decidió ir donde sus felinos.

Ciudad:

¡Gracias por la cena¡ estuvo deliciosa, dijo Milk mientras se ponía de pie.

Piensa lo que te dije, decía Vegueta mientras se ponía también de pie.

No hay nada que pensar, yo solo puedo ofrecerte mi amistad, respondió Milk.

¿Es por algún chico?, dijo Vegueta con molestia.

¿Qué?, respondió Milk nerviosa.

No, no lo creo, ningún insecto es mejor que yo, de seguro crees que aún no estás en edad para romances, ¿verdad hermosa?, decía el orgulloso jovencito mientras la pelinegra lo miraba confundida.

Pues,...., decía Milk.

No te preocupes, seré paciente, te traeré muchos regalos de mi viaje, respondió Vegueta mientras caminaba hacia la salida junto a la pelinegra.

No es necesario, dijo Milk.

Claro que lo es, eres mi amiga, una amiga especial pues me gustas mucho, respondió Vegueta.

No digas eso, dijo Milk.

Veo que eres muy vergonzosa, respondió Vegueta sonriendo.

Llévame a mi casa, dijo Milk con calma.

¿A tú casa?, respondió Vegueta intrigado.

El circo, el circo, es mi casa, dijo Milk con calma.

Claro, claro, disculpa, respondió Vegueta sonriendo.

El par de jóvenes caminaron hasta el lugar donde estaba estacionado el auto del joven de cabello de flama. Vegueta abrió una de las puertas de su auto para que su bella acompañante lo abordara.

¡Gracias¡ dijo Milk.

De nada hermosa, respondió Vegueta.

Milk, no dijo nada, solo giro su rostro mientras el joven cabello de flama sonreía, mientras se dirigía a abordar el auto.

Luego de algunos minutos, el auto partió.

Minutos después:

Un auto se detenía frente al circo al tiempo que un apuesto jovencito de cabello alborotado detenía sus pasos a unos metros del mismo.

Ya llego, pensó Gokú mientras miraba hacia el auto, cuando de repente una escena que vio lo dejo paralizado.

Dentro del auto un joven cabello de flama beso (o al menos eso él creyó ver) a una bella pelinegra.

No, no puede ser, no lo soporto, no lo soporto, Milk se hizo su novia, pensó Gokú mientras sentía que su corazón se rompía en dos pedazos, al tiempo que giraba para caminar presuroso de regreso al circo, mientras sus ojos se humedecían por las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

En tanto: "Dentro de un auto"

Ya está, no comprendo, como pudo atorarse, decía Vegueta mientras se alejaba de la pelinegra.

Yo tampoco, respondió Milk mirando con nostalgia su cartera.

No te preocupes, te comprare una más bonita, dijo Vegueta.

No, no es necesario, no fue tu culpa que se me enganchara, respondió Milk con calma.

De igual manera, quiero darte una, ya que no me aceptaste el collar, al menos recíbeme la cartera, decía Vegueta.

Está bien, pero que sea como está, no algo costoso, respondió Milk.

Bien, así será, lo prometo hermosa, mañana a primera hora te la traeré, luego me voy al aeropuerto, dijo Vegueta.

Bien, respondió Milk.

Hasta mañana, dijo Vegueta acercándose a besar la mejilla de la pelinegra.

Hasta mañana, respondió Milk.

La pelinegra bajo del auto y se dirigió a su camerino, al tiempo que el joven de cabello de flama encendía su auto para partir.

Habitación de Gokú:

Un apuesto jovencito de cabello alborotado que estaba sentado sobre el borde de su cama tomándose la cabeza, decía con amargura: La perdí, la perdí, de seguro se irá con él y no la volveré a ver.

Luego de algunos minutos, vencido por el cansancio, decidió acostarse en su cama, y a los pocos segundos se quedó dormido.

Al día siguiente:

Un joven de cabello alborotado salía de su habitación con la mirada llena de tristeza al mismo tiempo que una pelinegra.

¡Hola¡ dijo Milk con dulzura al ver a su amigo.

¡Hola¡ respondió Gokú tratando de sonar calmado.

¿Vas a desayunar?, dijo Milk mientras se acercaba a él.

Sí, respondió Gokú con firmeza.

¿Te pasa algo?, pregunto Milk, extrañada ante el comportamiento de su amigo.

Justo cuando el joven de cabello alborotado iba a responder algo, un joven de cicatriz llego corriendo al lugar donde estaban el par de pelinegros.

Milk, Milk, el multimillonario está en su auto esperándote, dijo Yamcha haciendo que el joven de cabello alborotado fije su mirada en su bella amiga.

¿Vegueta?, respondió Milk confundida.

Si, así se llama, dijo Yamcha, haciendo una pausa para decir: Creo que te trajo un regalito y quiere dártelo personalmente.

Claro, ya recordé, quedo en pasar hoy por aquí, respondió Milk al tiempo que Gokú prefirió continuar su camino.

Bueno, ya que ya te di el mensaje, yo voy también a desayunar, dijo Yamcha.

Ya les alcanzo, respondió Milk, que no había notado la tristeza de los ojos de su amigo de cabello alborotado.

La pelinegra fue al lugar donde estaba el joven de cabello de flama, tras un pequeño intercambio de palabras, más que todo de buenos deseos, Milk, se despidió de Vegueta con un efusivo abrazo, tomo su regalo, fue a dejarlo en su habitación y luego fue al lugar donde estaban toda su familia circense reunida desayunando.

Al momento en que la pelinegra llego al lugar, todas las miradas se posaron en ella, como si estuvieran esperando alguna palabra de ella.

La pelinegra no dijo nada, solo se limitó a caminar hacia el lugar que siempre ocupaba, junto a su mejor amigo.

Ya llegué, dijo Milk dulcemente, al tomar asiento junto a Gokú.

Ya terminé, respondió Gokú poniéndose de pie, bajo la mirada confundida de la pelinegra.

Luego de ello, el joven de cabello alborotado salió del lugar mientras los presentes lo miraban.

Anda extraño, dijo Piccolo.

Está resfriado, respondió Lunch para calmar las habladurías.

A mi más que resfriado, me pareció molesto, dijo Dieciocho.

Pues te pareció queridita, el pobre anda refriado, ayer tuvo fiebre, yo tuve que llevarle un té para que se sienta mejor, respondió Lunch.

Está refriado y yo no lo sabía, voy con él, tengo que ir con él, él tiene que curarse, no puede estar enfermo, pensó Milk mientras se ponía de pie.

¿A dónde vas?, dijo Lunch con molestia.

Con Gokú, respondió Milk, mientras echaba a correr.

Creo que la mentira te salió mal, dijo Dieciocho sonriendo.

¿Qué has dicho?, respondió furiosa Lunch.

Nada, nada, yo ya acabé, mejor iré a ensayar mi número, ¿hermano vamos?, dijo Dieciocho.

Si, vamos, dijo su gemelo.

Minutos después:

Una entristecida pelinegra miraba una puerta mientras pensaba: Será que se quedó dormido, si eso debe ser, por ello no me escucha, espero y mejores pronto Gokú.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro