Un apuesto joven de cabello alborotado se dirigía al lugar donde estaban sus amigos felinos cuando de repente una conversación tras una de las jaulas que había en el lugar llamo su atención haciendo que este detenga sus pasos.

Vamos, dime cuanto quieres para conseguirme esa oportunidad, decía una voz con firmeza.

Es que el señor Bills podría molestarse, tú mismo me acabas de decir que él te ha negado su apoyo, decía otra voz.

Lo sé, es lógico no quiere perder a una de sus estrellas, él sabe que yo podría hacer que ella abandone este lugar, decía la otra voz haciendo una pausa para decir: Si en verdad la aprecias, debes saber que lo mejor para ella es dejar este lugar, ella merece algo mejor que una vida errante y yo pues le ofrezco eso, seguridad, protección, una vida sin carencias y por supuesto amor, decía la voz.

Pero Milk, ni te ha tratado, decía la otra voz con preocupación.

Tal vez no, pero si me conoce, la sigo en cada función a cualquier pueblo donde van, pero ya no quiero seguirla, quiero que ella se estabilice, yo sé que, si tengo la oportunidad de tratarla, la enamorare de mí, ella me ve de manera gentil cada vez que su mirada se conecta casualmente con la mía cada vez que hace su función, decía la voz con orgullo.

No lo sé, decía la otra voz en tono dudoso.

La suma que te ofrezco por tu apoyo es buena, no lo vas a negar, escucho Gokú cuando sintió unos pasos acercarse haciendo que retrocediera.

¿Qué haces aquí?, pensé que habías ido donde tus felinos, decía sonriendo un calvo.

Krilín, ¿has visto a Milk?, dijo Gokú sin responder la pregunta de su amigo.

Está aún en la carpa, sigue ensayando su número para la noche, creí que la habías visto antes de venir, ¿por qué?, respondió el calvo intrigado.

Necesito platicar con ella, es todo, dijo Gokú con seriedad, antes de continuar su camino.

¿Qué le pasa?, lo note extraño, pensaba el calvo, al tiempo que un joven cabello de flama salía detrás de unos carruajes, con las manos en su bolsillo, junto a un joven de tres ojos.

Tomaste una buena decisión, no te arrepentirás, decía el joven cabello de flama.

Eso espero, respondió el joven de tres ojos.

Oye Ten, ¿qué haces por aquí?, dijo el calvo al notar la presencia de su amigo, mirando de manera disimulada al joven que iba junto al joven de tres ojos.

Estuve mostrándole al joven los ambientes del circo, dijo Ten.

¿Él es el hijo del alcalde?, pregunto Krilín con curiosidad.

No, es hijo de un magnate, y pues quería ver en qué condiciones vivimos en el circo, respondió Ten.

Bueno, ya me voy, no te olvides en lo que quedamos, te daré ello si cumples, dijo el joven cabello de flama mirando con cierto desprecio al calvo antes de continuar su camino.

Es un antipático, dijo Krilín al notar la forma como el joven lo miro.

¿Lo crees?, respondió Ten.

Si, dijo el calvo.

Entonces no es para Milk, dijo Ten sin darse cuenta.

¿Qué?, pregunto el calvo.

Ay, quede en que no lo comentaría con nadie, pero ya se me salió, dijo Ten con una ligera sonrisa en su rostro.

¿Ese antipático quiere algo con Milk?, respondió el calvo.

Si amigo, me ofreció dinero a cambio de mi apoyo para que él pueda verla y hablar con ella a solas, él dice que Milk merece una vida mejor que está, y él pues puede dársela, por ello quería que yo lo apoyara con ella, haciendo que él pueda verla a solas, dijo Ten haciendo una pausa para decir: No le di una respuesta aún, le dije que lo pensaría pues hay algo en él que me da cierta desconfianza.

No puedo creer que te ofreciera dinero, dijo Krilín.

Pues créelo amigo, me lo ofreció, pero como te digo no le respondí nada aún, respondió Ten.

Hiciste bien amigo, Milk tiene que elegir sola a alguien para ella, claro si es que ya desea tener novio, acotó el calvo.

Claro, tienes razón, dijo Ten.

En tanto:

Un joven de cabello alborotado llegaba presuroso al lugar donde estaba una pelinegra haciendo unas acrobacias con ayuda de un listón.

¡Gokú¡ dijo la jovencita al ver a su amigo deteniendo su entrenamiento para ir junto a él.

Milk, ¿ya terminaste con tu ensayo?, dijo Gokú con calma mientras miraba a todos lados.

Si, respondió la pelinegra haciendo una pausa para decir: ¿buscas a alguien?

¡Eh¡ no, no, respondió Gokú haciendo una pausa para decir en tono celoso: ¿No ha venido nadie por aquí?.

No, ¿quién debería venir?, pregunto Milk dulcemente.

Nadie, disculpa, no sé qué me pasa, mejor dime, ¿no quieres que vea tu ensayo?, respondió Gokú.

Si, dijo Milk con una bella sonrisa en sus labios.

La pelinegra tomo nuevamente su ubicación y empezó hacer su secuencia de presentación para que su amigo la evaluara.

Horas después: "Fuera de un circo"

Un par de apuestos jóvenes se miraban con molestia mientras esperaban su ingreso al circo para espectar la función de esa noche.

No te rindes aún, dijo con orgullo uno de ellos mirando al otro que llevaba en una de sus manos un hermoso ramo de rosas rojas.

Por qué me rendiría, respondió el otro.

Porque ella no te aceptara, tú eres solo el hijo de un alcalde, en cambió yo de un magnate, dijo con orgullo el joven cabello de flama.

Pues mi padre tiene tanto dinero como el tuyo, solo que no me gusta andarlo presumiendo, respondió el otro joven al tiempo que las puertas del circo se abrieron.

Yo le traigo un collar de brillantes, dijo con orgullo Vegueta antes de entrar al lugar.

Que odioso, ella no es ambiciosa, se le nota tan dulce, tierna, pensaba el otro joven.

Minutos después:

El joven cabello de flama miraba a todos lados una vez que estuvo dentro de la carpa.

¿Dónde anda ese gusano?, pensaba Vegueta, al tiempo que una mujer rubia le dijo: Jovencito tome asiento.

Si, siéntate, todos queremos ver el espectáculo, acoto otra voz.

¡Eh¡ si, si, respondió Vegueta girando su rostro para seguir buscando al joven de tres ojos pero al hacerlo se encontró con unos ojos azules que lo miraban.

¡Hola¡ dijo sonriendo una peli azul, haciendo una pausa para decir: ¿Buscas a alguien?.

Si, respondió Vegueta mirando a la peli azul.

Pues deberías sentarte y desde tú lugar buscar a tú acompañante, dijo la peli azul con calma.

¿Acompañante?, respondió Vegueta.

Si, dijo la joven peli azul.

Hay Bulmita, no seas tan curiosa, dijo la mujer rubia.

No es curiosidad, solo digo lo evidente, debe estar buscando a su novia, respondió la peli azul.

Yo no tengo novia, bueno, no por ahora, dijo el joven cabello de flama.

¡Ah, no¡ respondió sonriendo la peli azul.

No, dijo Vegueta al tiempo que vio al joven de tres ojos. Allí está pensó el joven cabello de flama al tiempo que se puso de pie.

¿Te vas?, dijo Bulma.

Ya regreso, cuídame mi lugar si, respondió Vegueta.

Claro, dijo la peli azul.

El joven cabello de flama bajo a la velocidad de un rayo del lugar y fue a donde estaba el joven de tres ojos.

¿Lo pensaste?, dijo Vegueta al llegar frente a este.

Si, respondió Ten.

¿Y cuál es tú respuesta?, dijo Vegueta.

No acepto tú propuesta, respondió Ten.

¡Qué has dicho insecto¡ dijo casi gritando Vegueta.

Que no acepto, Milk debe ser quien decide si te da una oportunidad, si ella en verdad te interesa busca tú la forma de acercarte a ella, respondió Ten antes de alejarse.

Insecto insolente, dijo Vegueta con rabia, al tiempo que un hombre de rostro sonriente se acercó a él.

Joven, este lugar no es para el público, dijo el hombre.

¡Eh¡ disculpe, ahora vuelvo a mi lugar pero antes podría hacerme un favor, respondió el joven cabello de flama.

Claro, dijo con amabilidad el hombre.

Podría entregarle esto a Milk, dijo Vegueta, dándole una cajita al hombre.

Por supuesto, yo se la entregare, respondió el hombre.

¡Gracias¡ dijo Vegueta haciendo una pausa para decir: Crea que pueda yo verla al término de su espectáculo.

No, ello es imposible, el señor Bills, no lo permite, respondió el hombre.

Bien, ¡gracias de igual manera¡ dijo Vegueta antes de volver a su lugar, al tiempo que el hombre miraba con curiosidad la cajita cuadrada.

Whis, escucho el hombre.

Ya voy, ya voy, dijo el hombre mientras pensaba: Tendré que llevármela conmigo.

El pensamiento del hombre se vio interrumpida por la presencia de un puesto jovencito de cabello alborotado.

¡Gokú¡ dijo Whis.

Señor Whis, respondió el apuesto jovencito de cabello alborotado.

¿Vas a tu camerino?, dijo el hombre.

Si, respondió Gokú.

Entonces llévale esto a Milk, dijo Whis mostrándole la cajita a Gokú.

¿Qué es?, dijo Gokú.

No lo sé, solo sé que un jovencito muy apuesto me la dio para ella, respondió Whis riendo.

Pues no debió recibirlo, dijo Gokú con molestia.

¿Qué?, respondió Whis.

¡Eh¡ ahora se lo llevo, dijo Gokú tratando de mostrarse calmado mientras tomaba la caja.

Bien, acoto Whis antes de retirarse.

Gokú camino con la cajita en la mano al tiempo que pensaba: ¿Qué será?.

En un determinado momento Gokú detuvo sus pasos y decidió abrir la cajita, dentro de la misma había un hermoso collar de brillantes y una tarjeta que decía:

Me tienes deslumbrado con tu belleza.

Acepta este pequeño presente de tu fiel admirador, que espera ansioso poder platicar contigo hermosa.

Vegueta Ouji.

Se llama Vegueta Ouji, y por lo que puedo notar tiene dinero pues esto se ve muy costoso, pensaba Gokú mientras observaba el collar.

¿Y eso?, dijo una voz tras de él.

¿Qué?, dijo Gokú, cerrando la caja rápidamente.

Vi un collar, y por cierto muy lindo, respondió una rubia de cabello corto.

Se lo enviaron a Milk, dijo Gokú con molestia en su voz.

Y tal parece que te molesta que Milk reciba presentes, respondió Dieciocho sonriendo.

¡Eh¡ no, no, claro que no, dijo Gokú lo más calmado que pudo.

Pues a mí me pareces celoso, añadió la rubia sonriendo.

Que cosas dices Dieciocho, mejor entrégale esto a Milk, yo tengo que ir por mis felinos, ya va a empezar mi función. ¡Ah¡ y no lo abrí, se me cayó y se abrió solo, dijo Gokú tras entregarle la cajita a la rubia.

Luego de ello el joven de cabello alborotado fue a buscar a sus amigos felinos.

Si, ya te creí Gokusito, tú estás celosillo, pensaba la rubia mientras sonreía.

Minutos después:

Dieciocho miraba el hermoso collar que estaba en una caja mientras decía: Si es fino, se nota muy costoso.

No lo quiero, devuélvelo Dieciocho, dijo Milk.

Pero no sé quién te lo dio, añadió Dieciocho.

Aquí dice Vegueta Ouji, dijo Milk.

Ay Milk, quédatelo, está lindo, no te vas a poner a buscar al tal Vegueta Ouji por todo el circo para devolverle el collar, respondió sonriendo la rubia.

No es mala idea, dijo Milk.

Horas después:

Una pelinegra tras haber terminado su espectáculo, recibía como siempre sus rosas, que eran alcanzadas por los espectadores.

¡Gracias¡ ¡gracias¡ decía Milk mientras miraba a cada uno de los jovencitos que le daban alguna rosa.

Son para ti, dijo un rubio mirándola fijamente mientras le entregaba un hermoso ramo de flores al tiempo que un joven de cabello alborotado miraba la escena tras un telón junto a sus amigos.

Él es el hijo del alcalde, dijo un joven de cicatriz.

Pues es apuesto, dijo otro joven mientras el joven de cabello alborotado empuñaba sus manos.

En tanto:

Un joven cabello de flama decía para llamar la atención de la pelinegra: ¿Te gusto mi presente?

¿Tú eres el del collar?, dijo Milk mirando al apuesto joven.

Si, el mismo, respondió Vegueta mientras se acercaba al borde del palco para tomar las manos de la pelinegra acción que a distancia provoco los celos de un joven de cabello alborotado que empuñaba sus manos con mayor fuerza de la molestia mientras su amigo calvo lo miraba preocupado.