Capítulo 24: "Mi mejor función"
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Dentro de una carpa de circo un apuesto jovencito de cabello alborotado, veía con dulzura tras unas cortinas a su amada novia realizar su presentación.
Lo hace estupendo, cada día Milk se perfecciona más en las acrobacias con el lazo, escucho, el apuesto joven, haciendo girar su rostro ante la voz de la persona que le hablaba.
Sí, es cierto, mi niña es muy talentosa, respondió suspirando Gokú.
Y eso que aún no ven el número que ella y Gokú han preparado, está increíble, yo vi sus ensayos, decía una rubia de cabello corto.
Ya lo imagino, añadió un calvo.
Gokú y Milk, son muy buenos, por ello son los engreídos del señor Bills, dijo sonriendo un joven de pañoleta blanca.
No digan eso, el señor Bills, reconoce el talento de cada uno de nosotros, además cada quien es bueno en lo que le gusta hacer, ¿no?, respondió Gokú con calma, mientras seguía con la mirada cada movimiento acompasado que su amada realizaba en su rutina.
Sí, así es amigo, dijo un calvo.
Ya termino, voy por mis amigos felinos, nos toca el número conjunto, acoto Gokú con el rostro radiante de alegría.
Si, dijeron los demás jóvenes.
Minutos después:
Gokú y Milk presentaban su número en compañía de sus amigos felinos, bajo la mirada de sus amigos y del todo público presente en la carpa.
Son increíbles, decían sus amigos.
Si, ello es cierto, además su amor es tan grande que se siente, acoto Dieciocho.
Así es mi rubiecita, respondió Krilín.
Y ese amor entre los dos se ha incrementado más tras aquel incidente, acoto Ten.
Sí, ello es cierto, ya han pasado 6 meses de ello, dijo un joven de cicatriz, haciendo una pausa para decir: Escuche que ha Cell y a los demás les dieron 3 años de cárcel tras su apelación.
Si, ello es cierto, ojalá y aprendan la lección con ello, y cuando dejen la cárcel sean buenas personas, dijo Piccolo, haciendo una pausa para decir: La envidia no conlleva a nada bueno, en vez de perder el tiempo envidiando a otro, ya sea por un físico, por talento, por suerte, hay que esmerarnos cada día por ser mejores seres humanos, solo así se tendrá verdadera satisfacción.
Cierto, dijeron los jovencitos.
Ya terminaron, decía Dieciocho aplaudiendo.
Lo hicieron increíble, acoto el calvo.
Tras su brillante presentación, el par de pelinegros junto a sus felinos agradecían al público sus aplausos.
¡Gracias¡ ¡gracias¡ son muy amables, decían Gokú y Milk, mientras eran cubiertos por rosas rojas que les arrojaban desde el público.
El apuesto jovencito de cabello alborotado cogió una de ellas, la olió, deposito un tierno beso en ella y se la entregó a su amada, causando los suspiros en los presentes.
¡Gracias¡ dijo con dulzura Milk al recibir la rosa, al tiempo que le regalaba una dulce sonrisa a su novio.
Vamos llevando a los felinos, dijo Gokú con dulzura mirando a su amada.
Si, respondió Milk.
Al día siguiente:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado se encontraba dentro de una jaula dándole de comer a sus felinos mientras decía: Creen que ya sea el momento, yo la verdad ya no quiero esperar más, ya quiero que demos el siguiente paso, quiero que no solo seamos pareja de número circense, sino pareja de verdad, quiero que compartamos carruaje, quiero que tengamos una familia, nuestra propia familia....
Los felinos, le lamieron la cara al apuesto joven de cabello alborotado que sonreía ante ello.
Ya, ya, chicos, me hacer cosquillas, decía Gokú mientras los felinos, seguían lamiéndole.
Tengo que tomar esto como una aprobación, dijo Gokú sonriendo, al tiempo que los felinos empezaron a rugir.
También les agrada la idea, ¿verdad chicos?, Milk, dejaría de ser mi novia para convertirse en mi prometida y futura señora Son, eso sí nuestro matrimonio tiene que ser en este año, quiero Milk sea mi señora, mi esposa, aunque tengo que hacer las cosas como se debe, yo quiero que la pedida de mano de mi niña sea inolvidable, además quiero que todos los que saben de nuestro amor o lo sospechan compartan nuestra felicidad, sí, su pedida tiene que ser bajo la carpa, en ella nació nuestro amor, y la carpa tiene que ser también testigo de nuestra unión, decía Gokú, mientras alguien se acercaba a la jaula.
Gokusito, el señor Bills quiere hablar contigo, decía un hombre de rostro sonriente.
Justo iba a ir a verlo, respondió Gokú, mientras se separaba de sus felinos para caminar hacia la salida de la jaula.
Qué bueno, así no lo haces esperar, ya sabes cómo es de latoso el señor Bills cuando lo hacen esperar, decía Whis riendo.
Señor Whis, dijo Gokú, mientras caminaba hacia la salida de la jaula.
¿Dime?, respondió el hombre de rostro sonriente.
¿Para qué me quiere ver el señor Bills?, ¿usted lo sabe?, dijo Gokú.
La verdad, no, respondió el hombre sonriendo.
Bueno, voy con él, ya regreso chicos, dijo Gokú mirando a sus felinos antes de salir de la jaula.
¿Y de qué quieres hablar con el señor Bills?, dijo Whis con curiosidad, mientras caminaba junto al apuesto jovencito de cabello alborotado hacia el lugar donde estaba su jefe.
Quiero pedirle permiso para algo, respondió Gokú.
¿Quieres ir con Milk al pueblo?, dijo Whis sonriendo.
No precisamente, el señor Bills es como un padre para Milk y para mí, por ello al no tener a nuestros padres vivos, es a él a quién tengo que comentarle lo que quiero hacer, además como pienso hacerlo al finalizar un número, necesito de su autorización, decía Gokú.
Hay, no comprendo, ya me hice bolas, ¿qué piensas hacer Gokusito?, respondió Whis sonriendo.
Quiero proponerle matrimonio a Milk, dijo Gokú con el rostro radiante de alegría.
Hay, ¡que emoción¡ si gustas yo te ayudo en lo que necesites, decía Whis.
¡Gracias¡ respondió Gokú.
Una vez que Gokú y Whis, llegaron al lugar donde estaba Bills, el hombre de rostro sonriente se alejó, dejando solo al joven de cabello alborotado.
Pasa, dijo Bills, al notar la presencia de Gokú.
Señor Bills, el señor Whis me dijo que me mandó llamar, respondió Gokú.
Así es, respondió Bills.
Yo también necesito decirle algo, acoto Gokú.
Bien, pero primero déjame darte algo, dijo Bills, tomando una pequeña cajita de forma rectangular que estaba sobre una mesa.
¿Qué es eso?, pregunto intrigado Gokú.
Es para ti, allí están los documentos que nos autorizan poder presentarnos en los pueblos para las funciones, dijo Bills.
No comprendo, respondió Gokú.
Yo cada día me hago más viejo, en algún momento ya no podre guiar el circo, por ello quiero que tú seas mi sucesor, dijo Bills.
¿Yo?, respondió sorprendido Gokú.
Si, tú y Milk, ocuparan los lugares de Whis y yo cuando ya no podamos hacerlo, ustedes me han demostrado amar el circo tanto como Whis y yo, además estoy seguro que no hay mejor persona que tú para seguir guiando y velando por cada uno de nuestros familiares, dijo Bills.
¡Gracias señor Bills¡ pero usted y el señor Whis, aún están muy jóvenes, respondió Gokú.
Eres muy amable, la verdad, ya estoy algo cansado, tal vez ahora no tomes aún tú lugar como jefe y representante del circo, pero quiero que vayas aprendiendo como es el manejo de nuestro medio de trabajo, cuando llegue el momento le pedirás a Milk su apoyo, dijo Bills, haciendo una pausa para decir: Ahora dime que es lo que tienes que decirme.
Se trata de Milk, respondió Gokú.
¿Qué le sucede?, dijo preocupado Bills.
No, le sucede nada, lo que pasa es que....., decía Gokú mientras Bills lo escuchaba con atención.
Minutos después:
Por supuesto que cuentas con mi apoyo, esa es una gran noticia, sin duda no me equivoque, ustedes serán mis sucesores, decía Bills mientras una ligera sonrisa se plasmaba en su rostro.
¡Gracias señor Bills¡ ¡muchas gracias¡ dijo Gokú, haciendo una pausa para decir: Tengo que empezar a planear todo.
¿Ya tienes el anillo?, pregunto Bills.
Si, lo compre cuando estuvimos en la Capital Central, respondió Gokú.
Vaya ya venías pensando en el matrimonio desde hace algún tiempo entonces, dijo Bills sonriendo, haciendo que el apuesto jovencito de cabello alborotado se sonrojara.
Días después:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado platicaba con un grupo de chicos.
Sí, Gokú, no te preocupes, todo saldrá como lo tienes planeado, decía un calvo, mientras una rubia de cabello corto asentía.
¡Gracias amigos, gracias¡ respondió Gokú, al tiempo que una bella pelinegra llegaba junto a ellos, haciendo que todos se queden callados.
¿Qué sucede?, andan muy extraños, dijo con dulzura Milk.
No, sucede nada mi niña, es solo que les estuve comentando sobre tú número del fin de semana, les dije que está increíble, que será el mejor de todos los números que hasta ahora has presentado, decía Gokú con ternura.
¡Gracias por tus palabras mi amor¡ en verdad me esforzado mucho para que quede fantástico, espero y al público le guste, respondió Milk.
Les encantara mi niña, les encantara, dijo Gokú.
Me acompañas para que veas mi último ensayo, respondió Milk con dulzura.
Claro mi niña, claro, dijo Gokú.
1 Hora después:
Milk hacia una reverencia en señal de agradecimiento, mientras su amado novio se ponía de pie mientras le aplaudía.
Maravilloso, te quedo maravilloso, decía Gokú.
¡Gracias¡ respondió Milk con dulzura.
Fin de semana: "Por la noche – Carpa de Circo"
En un carruaje una rubia de cabello corto se encontraba ayudando a arreglarse a su amiga para su presentación.
Este, este hace juego perfecto con tú traje, tienes que verte aún más deslumbrante esta noche, decía emocionada Dieciocho.
¿Qué te sucede amiga?, desde hace algunos días te noto extraña, como que muy feliz, además has tenido demasiado interés en el letardo que usare hoy, en los accesorios, en cómo debo llevar mi cabello, es más hasta la señora Uranai me hizo uno nuevo, la verdad todos andan extraños, incluso Gokú, respondió Milk intrigada.
Es por tú número, está espectacular, por lo tanto, tú tienes también que lucir espectacular, por ello todos estamos apoyándote con los detallitos, decía Dieciocho lo más calmada que pudo.
Pues gracias, entonces, respondió Milk.
Bueno, ya acabé, dijo la rubia, cuando escucharon: Milk sigues.
A tiempo, dijo Dieciocho sonriendo.
Bueno, voy a dar lo mejor de mí para que mi número salga fantástico, respondió Milk.
Sin duda será tú mejor función amiga, dijo Dieciocho sonriendo.
¡Gracias¡ respondió Milk, mientras se dirigía a la pequeña puerta de su cuarto rodante.
En tanto:
Tras unas cortinas un apuesto jovencito de cabello alborotado miraba hacia el escenario, mientras decía: ¡Gracias por su apoyo¡ sin ustedes no habría podido lograrlo.
No hay nada que agradecer amigo, ahora solo a esperar el momento, dijo un calvo.
Sí, respondió Gokú, quedando callado al ver entrar a su amada al escenario, mientras pensaba: Mi niña bella, cuanto te amo.
Minutos después:
Las luces de un escenario se apagaban tras la brillante presentación de la bella pelinegra quien intrigada miraba a todos lados.
¿Se fue la luz?, pensaba la pelinegra confundida cuando de repente una luz se posó sobre ella y otra en otro sector de la carpa en el cual estaba un apuesto jovencito de cabello alborotado que con una rosa roja en la mano se acercaba a ella mientras la luz lo seguía.
¡Gokú¡ dijo sorprendida la pelinegra al tiempo que el apuesto jovencito llego a su lado y tomo una de sus manos mientras se arrodillaba en el piso para decirle públicamente: ¡cásate conmigo¡
La respuesta de la pelinegra fue inmediata, dio el sí tan esperado por todos los presentes que rompieron en aplausos al tiempo que el apuesto jovencito se ponía de pie y sacaba un sencillo anillo para colocárselo en uno de los dedos de su mano.
¡Te amo¡ dijo Milk.
Yo también, ¡Te amo, mi niña bella¡ dijo Gokú rodeándola con sus fuertes brazos al tiempo que la pelinegra colocaba sus delicados brazos alrededor del cuello de su prometido para darse un dulce beso mientras las luces los enfocaban a ambos y el público aplaudía y hasta lloraban de la emoción.
Sin duda esta ha sido mi mejor función, pensó la pelinegra mientras correspondía con dulzura el beso de su amado.
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