En un camerino una bella jovencita pelinegra se miraba frente a un pequeño espejo mientras se trenzaba su largo cabello azabache al tiempo que pensaba: ¿Qué querrá decirme Gokú?, lo note muy misterioso o solo serán figuraciones mías.

El pensamiento de la jovencita pelinegra se vio interrumpido por el sonido de la puerta de su camerino.

Toc toc toc

Adelante, dijo la pelinegra al tiempo que la puerta de su pequeño camerino se abría.

Milk, te trajeron esto, dijo una mujer de cabellos rojizos ondulados mientras le daba a la pelinegra un pequeño estuche.

Le dije que no recibiera los obsequios que me envían, ¡por favor, devuélveselo a su dueño¡ respondió Milk con firmeza.

Linda no seas tonta, es del hijo del alcalde de este pueblo, él podría cambiar tu vida, sacarte de aquí, podrías tener una vida de princesa junto a él, decía la mujer de cabello rojizo emocionada.

A mí no me interesa ello, yo soy feliz aquí, este es mi mundo, aquí están mis amigos, mi familia, respondió la pelinegra.

Está bien Milk pero de igual manera no se lo puedo devolver la función ya empezó mejor hazlo tú, él me dijo que te vendría a verte en cuanto acabe el espectáculo pues quiere hacerte una proposición, dijo la mujer.

A mí no me interesan sus proposiciones, respondió Milk con molestia.

Al menos escúchalo pequeña, no seas terca, eres muy bella mereces un futuro mejor que estar aquí en un circo, dijo la mujer antes de salir del camerino de la pelinegra.

Mi futuro, mi vida y mi amor están aquí, yo no pienso dejar el circo, no lo pienso dejar, dijo la pelinegra con voz entrecortada mientras la mujer de cabello rojizo salía de su camerino.

La pelinegra al verla salir dejo el estuche que la mujer le dio sobre una pequeña mesa y con la palma de sus manos se secó las lágrimas que habían salido de sus bellos ojos negros y que habían humedecido su rostro.

Mientras tanto:

Un apuesto jovencito de cabello alborotado que estaba dentro de una gigantesca jaula de metal alineaba a sus amigos como el los llamaba a sus tigres de bengala para despedirse de su público luego de una fantástica presentación.

¡Gracias¡ dijo Gokú colocando una de sus manos tras su cintura mientras la otra la extendía a la vez que se inclinaba hacia adelante mientras los tigres se sentaban en el piso y bajaban sus cabeza recibiendo el caluroso aplauso del público.

Y esta fue la maravillosa presentación del "Amigo de los tigres: Gokú Son", dijo el presentador mientras los aplausos se intensificaban más.

Buen trabajo chicos, hicieron un gran trabajo, ahora merecen un descanso, ya mañana les daré un delicioso desayuno, decía Gokú mientras acariciaba la cabeza de sus tigres antes de salir de la jaula para llevarlos a que estos descansen, mientras pensaba: Ahora si a esperar el momento para hablar con mi niña.

Camerino de Milk:

Milk se encontraba sentada en una pequeña silla de madera esperando su llamado cuando de repente la puerta de su pequeño camerino nuevamente sonó.

Toc toc toc

Linda, es tu turno, escucho la pelinegra.

Ahora voy, dijo Milk mientras se ponía de pie.

La pelinegra salió lo más rápido que pudo de su camerino al hacerlo se encontró con la mirada de su apuesto amigo que llevaba empujando la jaula de sus tigres hacia la parte trasera de la carpa.

Suerte, dijo Gokú con una encantadora sonrisa.

¡Gracias¡ respondió la pelinegra con dulzura mientras su corazón se llenaba de alegría de solo haber visto a su amigo y amor secreto.

Luego de algunos minutos la pelinegra entro al lugar donde ella tenía que hacer su espectáculo, todo era oscuridad dentro de la carpa solo las luces la alumbraban a ella y a su listón mientras esta ingresaba haciendo piruetas con el mismo mientras el animador la presentaba: Con ustedes la bella y encantadora "Milk Ox: Nuestra princesita de oro".

Los aplausos, silbidos y halagos hacia la pelinegra empezaron a escucharse en la carpa.

La pelinegra respiro hondamente antes de que al ritmo de la música que sonaba ella empezara hacer su espectáculo mientras los jovencitos presentes en el lugar la miraban embelesados.

Minutos después:

La pelinegra acabo su rutina agradeció al público al tiempo que las luces se prendían y de las graderías le arrojaban rosas rojas y peluches.

¡Gracias¡ ¡gracias por tanto cariño¡ decía Milk mientras unas mujeres le ayudaba a recoger los presentes al tiempo que un apuesto rubio se ponía de pie en las graderías para bajar de estas.

Llego el momento de pedírselo, pensaba el rubio mientras bajaba presuroso del lugar.

Milk, Milk, dijo el rubio al tiempo que la pelinegra continuaba su camino hacia la salida de la carpa.

Milk, espérame hermosa, necesito hablar contigo, decía el rubio mientras caminaba presuroso tras la bella jovencita pelinegra.

¡Broly¡ dijo Milk deteniendo sus pasos.

Si yo hermosa, ¿te gusto mi presente?, ¿leíste la tarjeta?, ¿si gusta te lo digo de manera personal?, decía Broly sonriendo.

¿No sé a qué te refieres?, no he abierto tu presente es más te lo pienso devolver ahora mismo, ya te lo dije hace algún tiempo solo te veo como amigo, pensé que lo habías entendido, decía Milk continuando su camino.

¿Qué?, no, claro que no, eso es para ti y si, si recuerdo bien que es lo que hablamos aquella vez pero yo no puedo aceptar solo ser tu amigo, tú me gustas y mucho Milk, además tú no andas con nadie, podríamos intentarlo, dame una oportunidad hermosa y te demostrare lo feliz que puedo hacerte, decía Broly mientras caminaba tras la pelinegra.

Mientras tanto:

En medio de la oscuridad de la noche solo alumbrado por la luz de las estrellas, en la parte trasera de una carpa junto a una jaula de felinos, se encontraba un apuesto jovencito de cabello alborotado que sujetaba una bella rosa roja en la mano esperando la llegada de la niña que amaba con paciencia.

Tú número ya debe haber acabado al igual que la función, de seguro diste una gran presentación mi niña bella, pensaba Gokú mientras suspiraba.

Luego de algunos minutos de espera y de haber visto pasar a varios de sus compañeros de escena a sus pequeños camerinos Gokú decidió ir en busca de la pelinegra a su camerino.

¿Sera que se le olvido nuestro encuentro?, pensaba Gokú con nostalgia.

Luego de algunos minutos de caminata el apuesto jovencito de cabello alborotado llego al lugar donde quedaba el camerino de la pelinegra, pero detuvo sus pasos al verla con un joven rubio que le acariciaba el rostro con una de sus manos mientras parecía decirle algo.

Está con él, está con él, de seguro término aceptando sus cortejos, pensaba Gokú mientras su vista se nublaba por las lágrimas y hecho a correr sin darse cuenta que la pelinegra había notado su presencia.

¡Gokú¡ dijo Milk al tiempo que el rubio que estaba frente a ella la miro y retiro su mano del rostro de la pelinegra.

¿Ese es el nombre del chico que ocupa tu corazón?, ¿ese el nombre del chico por el cual me rechazas, que es huérfano como tú y por el cual lloraste al contarme las historias de sus padres y de su amistad?, dijo Broly.

Sí, tengo que ir con él, quedamos en encontrarnos hoy en cuanto acabe la función, decía Milk.

Entonces ve con el hermosa, no te preocupes por mí, como te dije agradezco tu sinceridad, te deseo lo mejor niña hermosa, dijo Broly sonriendo.

¡Gracias¡ ¡gracias por entender¡ respondió la pelinegra antes de echar a correr hacia la dirección por donde se fue su amigo.

Luego de algunos minutos la pelinegra llego al lugar donde se encontraba su amigo ensimismado en sus pensamientos sujetando una rosa roja en una de sus manos mientras estaba recostado sobre la jaula de los tigres a los que el amaestraba y considera su familia y amigos.

¡Gokú¡ dijo Milk con dulzura sacándolo de sus pensamientos.

¡Milk¡ respondió sorprendido el apuesto jovencito.

Ya estoy aquí, disculpa la demora, pero ya estoy aquí, en cuanto a cabo la función venia hacia aquí pero......., decía Milk siendo interrumpida por el apuesto jovencito.

No te preocupes Milk, no tienes que pedirme disculpas, además creo que debiste quedarte con él, dijo Gokú en tono celoso.

No comprendo porque dices eso supongo que te refieres a Broly pues te vi cerca de mi camerino, pero yo no podría quedarme con él, él y yo ya hablamos lo que teníamos que hablar ahora estoy aquí para hablar contigo, pues quieres hablar conmigo de algo, ¿no?, por ello me dijiste que venga aquí, decía Milk con calma mientras dirigía su mirada hacia la rosa que su amigo sostenía en una de sus manos mientras una ligera opresión sintió en su pecho de solo pensar que alguna fans de su amigo se la había dado al terminar su función.

Ya no tiene caso, dijo Gokú con voz quebrada.

¿Por qué?, dijo Milk con nostalgia.

Porque no, respondió Gokú con calma mirando hacia un costado para que la pelinegra no viera sus ojos humedecidos por las lágrimas que amenazaban por caer.

Tú dijiste que al acabar la función me dirías algo, ¿y yo quiero saberlo?, dijo Milk dulcemente acercándose más a su amigo.

Ya no tiene sentido Milk, ya no, de que vale que te diga lo que siento, tú ya lo aceptaste a él, dijo Gokú con voz quebrada mientras unas lágrimas salían de sus ojos.

¿La rosa es para mí entonces?, dijo Milk con alegría haciendo que el joven de cabello alborotado la mirara.

¿Qué?, dijo Gokú intrigado.

Esa bella rosa es para mí, ¿verdad?, creí que alguna de tus tantas fans te la dio al terminar tu presentación, pero es para mí, dijo Milk emocionada mientras rodeaba con sus delicados brazos el cuerpo de su amigo.

Milk, yo, yo......., decía Gokú nervioso.

¡Te amo¡ ni siquiera imaginas cuantas veces quise decírtelo cada vez que terminaba nuestra presentación y me acompañabas a mi carpa pero me daba vergüenza, dijo Milk sonrojándose.

¿Me amas?, dijo Gokú con ilusión.

Sí, eso le estuve diciendo a Broly, que te amo, te amo desde que éramos niños solo que en ese entonces, era solo eso un amor de niños, pero cuando fuimos creciendo empece a comprender mis sentimientos, comprendí que te amo, le conté la historia de nuestra amistad a Broly, la muerte de nuestros padres por ello él estaba secando mis lágrimas, no sé qué viste, pero no pasó nada entre los dos, yo solo te esperaba a ti, desde el día que reconocí mis sentimientos, esperaba con paciencia el día en que al acabar la función me digas que también me amas, decía Milk dulcemente.

Te amo, claro que te amo, te amé desde niño también mi bella niña, solo que tampoco comprendía bien mis sentimientos  pero a  partir de ahora siempre te lo voy a decir, te lo diré a cada hora, decía Gokú tomando el rostro de su amada entre sus manos para besarla con dulzura y a la vez torpeza pues era su primer beso para ambos.

La pelinegra ante el contacto de los labios de los labios de su amigo sobre los suyos empezó a sollozar, humedeciendo el rostro de su amigo.

No llores, dijo Gokú secando las lágrimas de su amada con la palma de su mano.

Lloro de felicidad, mi sueño de amor se cumplió, pensé que nunca me lo dirías, que tendría que conformarme con ser por siempre tu mejor amiga, decía Milk con voz entrecortada.

Yo pensaba igual, pero como te dije, a partir de ahora te diré en cada momento que te amo, ya no abra más mal entendidos, dolor, ni sufrimiento para los dos mi bella niña, mi pequeña, mi amor, respondió Gokú volviendo a posar sus labios sobre los de su amada.

¡Te amo¡ decía Milk mientras correspondía con la misma torpeza el beso de su amado.

¡Yo también te amo¡ dijo Gokú mientras besaba a la pelinegra.

Luego de algunos minutos el par de jóvenes se separaron y sonrieron en complicidad, mientras se miraban sonrojados.

Fue lindo, dijeron a la vez.

Ya somos novios, dijo Gokú feliz, haciendo una pausa para decir: Ahora no tengo nada que darte como símbolo de nuestro noviazgo, solo esta rosa, pero.....

No necesitas darme nada más, está rosa basta, yo te amo a ti, un regalo no gana el amor, sino las acciones y tú con tus acciones me enamoraste cada día más, respondió Milk con dulzura.

Ante las palabras de su ahora novia, el joven de cabello alborotado sonrió mientras la miraba dulcemente.

Miramos las estrellas, el cielo está hermoso, dijo Gokú dulcemente, mientras miraba el rostro de su bella novia.

Si, mirémoslas, respondió la pelinegra.

Entonces tomemos asiento mi bella niña, dijo Gokú señalando dos enormes rocas que habían junto a la jaula de sus felinos.

Sí, respondió Milk.

Gokú y Milk, tomaron asiento al mismo tiempo, el joven de cabello alborotado abrazo a la pelinegra a él, mientras decía: Alguno de estos días tendremos una cita normal, y allí podremos festejar como se debe el inicio de nuestro noviazgo, para ello tengo que pedirle permiso al señor Bills....

¿Se lo dirás al señor Bills?, pregunto la pelinegra emocionada.

Sí, a él y a todos, quiero que todos sepan lo afortunado que soy de tenerte junto a mí, de que me hayas elegido, ni siquiera puedes imaginar cuando dichoso me siento mi niña bella, decía Gokú.

Si, si lo puedo imaginar, porque yo me siento tan dichosa como tú, respondió la pelinegra, mientras conectaba miradas con su ahora novio.

¿Puedo darte un nuevo beso?, dijo Gokú mirando dulcemente a su amada.

Claro, respondió la pelinegra.

El joven de cabello alborotado acerco su rostro a su amada niña, luego de algunos segundos tras una sonrisa cómplice el par de pelinegros se fundieron en un dulce beso mientras los tigres que estaban en la jaula se acercaban más al borde de la misma para ver al par de jovencitos pelinegros, mientras que en el rostro de los felinos se irradiaba de alegría al igual que el de los jovencito.