¿Papá ya lo sabe?
La luz del sol entra a través de la ventana y cortinas de la casa de Rosa, curiosamente iluminan el rostro de la mencionada chica, si dependiera de ella, se quedaría todo el día acostada en su suave cama, calientita y cómoda; el deber llama, le dice una vocecita dentro de su cabeza, de mala gana y refunfuñando, la joven se levanta de la cama dirigiendo sus pasos al retrete, en el camino; tomo una toalla, al ingresar al baño cerro la puerta, arrojo la toalla junto a la regadera, se bajo las bragas e hizo sus necesidades; al terminar se desnudo, se metió a la regadera, abrió la llave del agua, regulo la temperatura del agua para no quemarse con ella, pero tampoco para tiritar de frio.
Una vez aseada, se seco con la toalla que descuidadamente arrojo cerca de la regadera, envolvió su cuerpo con ella una vez seca, salió del baño y se dirigió a su armario; una vez mas le sorprendió la cantidad de prendas que tenia, y su asombro fue mayor al recordar como consiguió la inmensa mayoría de sus prendas, sus padres no nadaban en la abundancia, pero tampoco pasaban hambre; en pocas palabras la mayoría de su guardarropa llego como regalos de sus familiares, y ella, con algo de ayuda de su madre (con mucha ayuda de una tía modista) modifico las prendas a su gusto personal. volviéndola muchas veces la envidia de sus amigas (y de Coralys cuando se conocieron), en esta ocasión eligió una sencilla playera blanca, atada para mostrar su abdomen y, obviamente, la perforación que compartía con su novia, como complemento un sencillo short algo ajustado resaltaba sus largas piernas, la joven tomo un yogurt bebible de su refrigerador y lo bebió como desayuno, puso algo de dinero en su mochila y salió de su casa rumbo a la universidad, como siempre, pidió transporte por medio de su teléfono, mientras esperaba la llegada de su transporte, Rosa conversaba animadamente con su madre por whatsapp, la joven le comentaba todo lo acontecido en su vida desde la ultima vez que hablaron, le comento la idea de Edgar Fernandez, padre de Coralys, de conocerlos, idea a la que Alessandra no se opuso, es mas, a cada segundo transcurrido la idea le parecía cada vez mejor, pero a pesar del optimismo de su madre, aun le preocupaba algo, la reacción de su padre.
"No te mortifiques, cariño, yo se como tratarlo" fue el ultimo mensaje de su madre, el cual convenientemente coincidió con la llegada de Rosa a la universidad, la chica pago la tarifa, descendio del vehiculo, guardo su telefono, se dirigio a sus clases y olvido completamente el tema por todo aquel día
Mientras tanto en Paris
La luna de miel de Victor y Alessandra marchaba a la mas absoluta perfección, en su primer día recorrieron a pie la kilométrica avenida de los campos elíseos, se llenaron hasta la saciedad con la comida local, en un pequeño y rustico restaurancito degustaron un ratatouille simplemente exquisito, acompañado de vino igual de exquisito, durante aquel día, se cruzaron en su andar con una encantadora pareja de jovenes, ella parecia mestiza, por lo poco que pudo escucharle hablar, Alessandra dedujo que, quizas, fuese hija de latino o latina y frances o francesa, su pareja, un joven, unos años mayor que ella, por su fisico podria adivinarse que es o fue soldado, y por su acento al hablar, podria ser ruso.
Apenas cruzaron palabras con aquella pareja, pero le sirvio a Alessandra de excusa para preparar psicologicamente a su esposo respecto a la hija de ambos
-Victor, cariño, esa joven pareja con la que nos cruzamos hoy, ¿No te recordaron a nosotros de novios?. Inquirio la mujer a su marido
-Si que lo hizo, iba a comentarte al respecto. Le respondio Victor
-Nos pasa seguido, uno de los dos adivina el pensamiento del otro. contesto ella con una sincera y hermosa sonrisa
-Sabes, tambien me hizo pensar un poco en Rosita. Agrego Victor, sorprendiendo a su mujer, el hombre iba por el camino que ella queria, sin lanzarle indirectas de ningun tipo
-Rosita...ya esta en esa edad, ¿No?. El tono con el que Alessandra remarco aquella palabra provoco un ligero escalofrío en Victor
-Solo te dije que esa muchacha con acento venezolano me recordo un poco a nuestra hija- alego el hombre.
-Mmmh- aquella letra fue el único sonido con lo que Alessandra respondió
-Creo sabes algo respecto a ella, ¿Me equivoco?. Espeto Victor a su esposa, la mujer, como unica respuesta solo pudo poner cara de asombro, al parecer su marido la conocia mucho mejor de lo que ella creia
-No sera que ella sale con aquella joven que conocio en su escuela antes de la beca, ¿Verdad?. Victor pronuncio y al hacer la pregunta su tono de voz lo traiciono, mostrando cierta -muchisima- preocupacion
-Creo me conoces mejor de lo que creia querido- empezó Alessandra -Pero tus deducciones me ahorran muchas explicaciones, creo debiste ser detective. Lo ultimo lo dijo en tono de broma, y, ya que empezaron a platicar a pocos metros del arco del triunfo, Victor abrazo a su mujer como respuesta a su inofensiva broma.
-Bueno, y... ¿Cuando o como empezó?. Le pregunto a ella, todavia abrazados
-Creo es mejor que ella te cuente querido
-No es mala idea
-Por supuesto, ha sido idea mia
-Vaya, mi pequeña ya sale con alguien. De todo lo que pudo decir tras enterarse de la homosexualidad de su unica hija, aquellas palabras sobrepasaron el escenario mas optimista tanto de madre como de hija.
-En unas horas se ira a acostar, pero antes de eso se toma unos minutos para platicar conmigo, ¿Por que no hacerlo un momento padre e hija?. Hablo la mujer con algo de coqueteria
-No es mala idea mujer. Finalizo Victor.
Para Rosa este día fue, a falta de un mejor termino, raro. Después de hablar con su madre apago su celular y decidió enfocarse totalmente en sus clases del día, con eso en mente ingreso al aula, aquí es donde empieza lo raro, su mente estaba "como hacha", en otras palabras, cuando todos sus compañeros apenas pensaban una respuesta, ella ya tenia dos, y bien argumentadas, a pesar de esto, el tiempo parecía que piso el freno y decidió, solo por este día, ir a un tercio de su velocidad normal, la hora del receso le parecio que no llegaria jamas, pero finalmente llego el momento de relajarse unos momentos con su amada y sus amigas.
Rosa estaba sentada en el césped disfrutando la sensación y el aroma, pues este estaba recién cortado, tan absorta esta en sus pensamientos que no nota dos cosas, la primera su novia y amigas llevan rato tratando de llamar su atención inútilmente; segundo, una figura a varios metros de ella, oculta en las areas verdes de la institución, la observa prácticamente desde que se sentó en aquel lugar; Coralys decide averiguar el porque la ignora a ella y a sus amigas asi que camina hacia donde ella esta, se para enfrente de ella y, al no notar ninguna reaccion de la joven, la puso de pie jalandola hacia arriba al tomarla de los tirantes de su brasier, para despues besarla con gran pasion en los labios.
Eso ultimo saco a Rosa de sus pensamientos, su primer reaccion fue de sorpresa e ira, pues creia que un extraño intentaba besarla o peor, por lo tanto forcejeo con el ladron de besos, pero grande fue su sorpresa al percatarse, no solo de que no trataba de besarla un hombre, sino una mujer, y dos, que esa mujer era su novia. Rapidamente enmendo su error al rodear la delicada cintura de Coralys con sus brazos, en respuesta Cora rodeo el delgado cuello de cisne de Rosa con sus brazos.
-¿Y ese beso? Pregunto Rosa cuando separo sus labios de los de ella.
-Estabas demasiado pensativa, las chicas y yo llevamos mucho rato llamandote, pero no respondias. Fue la respuesta de la chica
-¿De verdad? Inquirio ella, obteniendo como respuesta un asentimiento con la cabeza de parte de Cora
-¡Vaya! Pues les pido perdon a todas, vamos con ellas. Se disculpo Rosa, para, un momento despues tomar la mano de Cora con la suya y empezar a caminar hacia donde las esperaban sus amigas.
En cuanto llegaron, Rosa noto al instante la ausencia de una de sus amigas
-Oigan niñas, ¿Donde esta Soo? Pregunto Rosa curiosa
-¿S-s-soo? - Pregunto Fleur -No la he visto desde esta mañana, tuvimos una pelea anoche y se fue sin decir nada
-Eso es terrible- Opino Coralys
-Si que lo es- Afirmo Rosa tomando la mano de Cora al mismo tiempo que hablaba
-Pero, en primer lugar ¿Por qué pelearon? Pregunto Tabata, compañera de carrera de Rosa.
-Obvio, una no se va asi por cualquier cosa. Afirmo Maritere, gemela de Tabata, y compañera de Coralys.
Pese a solo llevar unos días como universitarias, Rosa y Cora se adaptaron bien, y al ser, quizás, la única pareja gay de todo el cuerpo estudiantil las volvió de cierto modo celebridades, Tabata y Maritere se acercaron a Rosa y Cora individualmente en un aula, dos días después de iniciado el semestre, en ambos casos, congeniaron casi de inmediato, Rosa y Tabata son fanáticas de la pintura y les gusta adaptar ropa común para que parezca de diseñador o lucir como las actrices y celebridades que aparecen en las revistas y programas de chismes; por su parte Cora y Maritere adoran fotografiar todo aquello que les gusta, y también crear ropa, a diferencia de la otra dupla, ellas si tuvieron diferencias: aunque Mari le gusta cocinar, Cora quema incluso el agua caliente. A pesar de esto congeniaron bastante bien, cuando están juntas ríen hasta que les duelen las quijadas, el vientre les duele y gruesas lagrimas recorren sus mejillas.
Fleur les conto a Rosa y las demas que al parecer la partida de Astrid le afecto mas de lo que ella esperaba y queria aceptar, eso la frustraba y por desgracia, su subconciente quizo desahogarse con la primer persona que le dirigiera la palabra, en una palabra; su novia Soo.
Fleur le reclamo sobre llegar tan tarde y verse con "esas tipas" (como Soo aspirantes a modelos que trabajan con ella en una agencia del rubro), Soo le exigió no darle ordenes como si fuese su dueña, aquello hizo explotar sus barreras y descargó toda su frustración sobre la pobre Soo, le dijo hasta de que se iba a morir; aquello quebró a la siempre sonriente Soo, la cual salió llorando del departamento de ambas, no volvió en toda la noche, Fleur lo supo pues ella solo durmió una hora si acaso, y solo porque toda la noche se quedo sentada en el sofa de su pequeña sala llorando esperando que regresara para pedirle, rogarle o lo que fuera su perdón, aquello nunca paso. En un banal intento de destensar el ambiente el grupo intento hablar de cualquier banalidad, lograron su cometido, al menos parcialmente, apenas habian logrado destensar el ambiente cuando dieron la señal de que el receso habia terminado; habia que volver a las clases, ni modo.
El resto del día fue tan lento y aburrido para Rosa, la pobre intentaba distraerse con cualquier cosa, la materia sobre la que tratase la clase en ese momento, algo en el exterior, cualquier tarea que hubiera en casa, pero nada parecia ocupar su mente para hacer que el tiempo se le pasara volando.
Finalmente y tras cuatro eternas horas, la escuela finalizó, se dirigio con Cora a su casa, platico en el camino con su novia, y al llegar a casa de Cora, ella y su suegro platicaron todavia mas tiempo de tal forma que dos horas le pareciron solo diez minutos ¿Por qué no puede venir con nosotras a la escuela en los días aburridos, suegro? Se pregunto mientras se dirigia a su casa, en la misma calle, estaba abriendo la puerta cuando su telefono somo con el respectivo tono de un mensaje entrante; era su madre, a pesar de ser un mensaje corto, esas cinco palabras hicieron que para ella, todo aquel aburrido día valliera totalmente la pena, el mensaje era "tu padre ya lo sabe".
Rapidamente respondio "¿Y que le parece la idea de conocer al papa de Cora?", La respuesta la dejo perpleja "Quiere conocerlo en cuanto volvamos, este fin de semana".
A pesar de lo abrupto del encuentro, decir que estaba feliz seria como solo notar que un león tiene dientes, la chica estaba jubilosa, como niño la mañana de navidad, rápidamente telefoneo a Cora y pronuncio siete palabras en cuanto contesto el teléfono "Mis papas vuelven el fin de semana".
Edgar, el papa de Cora se alarmo al escuchar un golpe seco proveniente de la sala, donde se supone esta su hija, llego rápidamente y le dio un vuelco el corazón al ver a su niña desmayada junto al teléfono, se le acerco intentando hacerla reaccionar, tomo el teléfono y vio que aun había una llamada en curso, el identificador decía "Rosa", lo cual lo inquieto un poco, pero al oír aquella voz alarmada, preguntando si ella estaba bien lo alegro.
La charla fue breve y por poco el padre termina igual que la hija, pero supo dominarse y se alegro enormemente por la noticia, tendría menos de tres días para preparar algo para la reunion, pero confiaba en poderlo lograr; al recuperar el sentido su hija, dio saltitos de alegría y abrazo a su papa como a sus osos de peluche.
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