Desfloración
Nuestro amor es así,
y al hacerlo tu y yo todo es mas bonito.
y en el se nos da todo
eso que esta
y lo que no se ha escrito.
Roberto Carlos Cóncavo y convexo
Quiero ser tu canción desde principio a fin
Quiero rozarme en tus labios y ser tu carmín
Ser el jabón que te suaviza, el baño que te baña
La toalla que deslizas por tu piel mojada
Roberto Carlos Cama y mesa
Cuando Cora me besa siento que me derrito, siento que el mundo entero se desdibuja a mi alrededor
Ese y otros mil pensamientos mas inundaron la mente de la pobre Rosa en el momento que Cora, su novia, dominada por la lujuria le dio un beso tan intenso que casi parecía querer devorarla en vez de amarla, para Rosa durante esos minutos sintió que visito el paraíso, al tocar sus labios la tersura de los labios de su amada Coralys, embriagarse con su fragancia, tocar su suave y aterciopelada piel de diosa.
Para Coralys ese beso fue todo lo que esperaba y mas, mucho mas, tuvo diez minutos para deleitarse con la hermosa princesa de los ángeles que tenia enfrente suyo vestida solo con unas bragas algo infantiles, pero aun así muy sexys, y una playera corta.
Tras diez minutos de un intenso y apasionado beso la pareja se separo, pues ambas habian agotado el vital aire en sus pulmones, tras unos segundos se recuperaron, y ambas se abrazaban mutuamente rodeando con sus brazos la cintura de la otra
-Te amo flore-cita- murmuro Coralys mientras olía el cabello de su amada
-Y yo a ti conejita- le susurro Rosa al oído de Coralys como respuesta
Tras esas palabras se miraron a los ojos, ambas estaban ligeramente sonrojadas, y su pulso cardíaco se acelero, instintivamente decidieron dejarse llevar por el momento; Rosa rápidamente desabrocho el sostén de Cora, y acaricio suavemente sus pechos, la chica no pudo reprimir un pequeño gemido de placer, el cual solo aumento de volumen e intensidad cuando Rosa empezó a acariciar con su boca y lengua el pezón izquierdo de Cora y con sus manos acariciaba tanto el seno restante de Cora como su pezón.
-"Que duros se pusieron apenas empece a acariciarlos"- pensó Rosa para si, lo cual le provoco una radiante sonrisa. Cuando Rosa decidió dejar de mimar los pechos de su novia, con sus labios beso la piel entre ellos, dejando la marca de su labial, bajo un poco e hizo lo mismo besar su piel y dejar su marca, continuo así hasta llegar a la cadera de Cora, deteniéndose bruscamente ante el obstáculo de su braga, la cual a esas alturas ya estaba empapada con la excitación de su dueña, Rosa quiso jugar un poco mas con su chica, y se puso de pie, haciendo que la otra chica bufara de ansiedad, al mismo tiempo que le lanzaba una mirada que literalmente hablaba por si misma "¡¿Por que demonios te detuviste?!", cualquiera podría leer ese mensaje en la mirada de Cora, su propio cuerpo no dejaba lugar a pensar algo mas, la pobre chica jadeaba por la excitación y el pequeño orgasmo que su novia provoco solo con ese "pequeño" jugueteo.
Ambas chicas se miraron, la lujuria que ambas sentían la una por la otra practica mente podía verse a simple vista, Cora decidió emparejar las cosas con la chica frente a ella
-Ahora emparejare las cosas mi florecita- dijo Cora en un tono sensual, casi como si lo cantara, ante lo cual su pareja solo sonrió, y su cuerpo adopto una posición que parecía retarla a sacar lo mejor que tuviera entre manos.
Se acerco a ella moviendo sensualmente las caderas, Rosa para sus adentros pensó que la chica frente a ella era al mismo tiempo hermosa como un ser divino, e increíblemente seductora, sensual y erótica como una diabla, o una súcubo; Cora ya estaba a solo unos centímetros de ella, podía sentir su aliento en su piel, con sensualidad Cora tomo a la chica de su cadera, y jugando con sus manos poco a poco, centímetro a centímetro alzo la blusa que Rosa llevaba puesta, la cual coopero al juego metiendo los brazos por las mangas de la blusa, (probablemente actuó hipnotizada por el contoneo de su novia, pensó Rosa la mañana siguiente), Cora alternaba su jugueteo con las manos con apasionados pero breves besos, que solo provocaban que Rosa se le acercara queriendo mas; cuando la blusa de Rosa estaba tan arriba de su cuerpo que lo único que cubría era su cabeza, Cora empezó su "venganza", empezó besando el cuello de su chica, lo que le provoco a esta un pequeño gemido, mas de sorpresa que de placer, continuo besando y dando leves mordiscos en la tersa piel de su "flor", probando cada centímetro de esta, mientras sus manos alternaban entre acariciar sus senos y jugar con sus pezones, dicho jugueteo arranco fuertes gemidos a Rosa, quien a duras penas, debido a la excitación, logro quitarse la blusa, para cuando pudo hacerlo, tenia rastros de la saliva de su novia por su cuello pecho, brazos, y a la susodicha acariciando con una mano su seno izquierdo, mientras con su boca y lengua acariciaba el seno derecho y con su mano restante acariciaba el trasero de Rosa, quien solo pudo acariciar la cabeza de su amada con ambas manos, mientras era golpeada cada segundo por una orgásmica corriente de placer, como si de olas rompiendo en un muelle durante una tormenta. Cora al sentir las manos de su flor acariciando su cabeza y escucharla gemir mientras era invadida por orgasmo tras orgasmo repitió su mismo jugueteo, beso la piel entre ambos senos, y lentamente trazo un camino de besos hasta llegar a su cintura (asegurándose de dejar una marca de labial en cada beso), pero a diferencia de Rosa, Cora literalmente arranco la braga de Rosa, al ver su intimidad totalmente afeitada Cora se abalanzo a besar su coxis, después acaricio la piel del abdomen de Rosa, y jugueteo un poco con su piercing y la cadenita de plata que adorna su cadera, para después seguir el camino de besos hasta llegar a su entrepierna, donde se arrodillo y dio un rápido lengüetazo al clítoris de Rosa, quien estaba anonadada después de sentir el brusco tirón que desgarro sus bragas favoritas, aun no se reponía del shock, cuando sintió a su pareja masturbar la con su lengua, a lo que ella solo pudo responder con un sonoro gemido de placer, al que siguieron unos mas suaves, que mas parecían el ronroneo de un gato, siguiendo con Cora después de la rápida caricia al clítoris de su novia, comenzó a chupar sus labios vaginales, encendiéndose cada vez mas al oír los gemidos de Rosa y sentir su cuerpo convulsionándose orgasmo tras orgasmo, cuando su lengua se entumió la chica solo se relamió los labios, pues en cada orgasmo que le provoco a su novia ella continuaba "mimando" su entrepierna, se puso de pie con cuidado, puesto que llevaba cerca de media hora en cuclillas y perdió la sensación en sus piernas, Rosa a pesar de tener mas de mil cosas en la cabeza en ese momento tomo a Cora de las manos y la acerco a ella, acto seguido la cargo entre sus brazos (algunos llaman a eso cargar como princesa) y la llevo a su habitación, la deposito en la cama, y con una sonrisa llena de malicia le dijo:
-Ahora es mi turno conejita, es mi venganza por romper mis bragas favoritas- le dijo con un tono mezcla de autoridad, lujuria y jugueteo, la chica en la cama a pesar de solo llevar puesta una braga, se puso cómoda en aquella cama, con el dedo indice de su mano izquierda la invito a acompañarla en aquella cama, mientras colocaba su dedo indice derecho en sus labios con coquetería.
"Esta mujer prácticamente me esta retando a hacerle el amor mejor que ella a mi" pensó Rosa mientras su cuerpo caminaba lentamente hacia la cama, ya sentada en el borde de esta, tomo las torneadas piernas de la chica y con un brusco movimiento la acerco hacia ella, con una mano acariciaba su piel canela y con su otra mano le quitaba la única prenda que aun llevaba puesta.
Los siguientes cuarenta minutos Rosa se sintió en el paraíso, en primer lugar al ver desnuda a Cora le excito notar que como ella, Cora se rasuraba el vello púbico, pero se deja una linda franja de vello, como si fuera actriz porno o algo así, en segundo lugar, la intimidad de su novia sabe a gloria, y en tercer lugar cuando gime Cora, su voz es tan melodiosa, que oírla es casi un afrodisíaco, principalmente por esa ultima razón Rosa degusto a Cora por tanto tiempo, cuando termino un delgado hilo de saliva unía su boca con su intimidad, rápidamente se acomodo para quedar sentada frente a Cora con las piernas extendidas, la acomodo a ella de forma que sus piernas cruzadas no se estorbasen mutuamente, y acerco su clítoris al de ella, al principio su cadera se balanceaba casi con timidez, pero a medida que ambas besaban y acariciaban la anatomía de la otra (al menos lo máximo que les permitía la posición en la que estaban) esos bamboleos se convirtieron en un baile erótico, salvaje, un frenesí de lujuria que culmino con ambas mujeres abrazadas, a duras penas pudiendo recuperar el aliento, mas sin embargo ambas portaban una radiante sonrisa, al verse de reojo, ambas se giraron para quedar cara a cara, pero acostadas, se vieron a los ojos. los cerraron y se dieron el beso de amor mas sincero, intenso, tierno y desenfrenado que ningún poeta, escritor o similares pudo imaginar jamas.
Tras el beso que oficializo su relación, Rosa se levanto excusándose por arruinar la romántica atmósfera, pero debía ir al tocador; apenas escucho a su novia cerrar la puerta del baño, Cora envuelta con la sabana de Rosa corrió a donde dejo sus cosas, y llevo a la habitación una mochila ni muy pequeña ni demasiado grande, de la cual al regresar a la cama, extrajo dos cosas, su teléfono celular, el cual dejo un momento en la cama, y un juguete sexual de aproximadamente 25 centímetros de tamaño, rápidamente lo saco de su empaque, lo único destaca ble del extraño juguete seria su color, rosa pero transparente.
Tras diez minutos, los cuales Cora aprovecho para ver su teléfono, Rosa termino de usar el tocador, al entrar en su habitación encontró la mayor sorpresa de aquella noche, su novia desnuda en su cama con el juguete sexual mas adorable que haya visto entre sus manos
-¿Te gusta, princesa?, lo compre de camino a la uni, pensé en ti en cuanto lo vi- le susurro Cora a su amada al oído, después de un corto beso de saludo -¿Que te parece si lo estrenamos?- continuo susurrándole en el oído.
Rosa sentó a su novia en la cama, y con la preocupación y el miedo estampados en su rostro, le confeso tener miedo, pues aquel juguete seria la primer cosa que introduciría en su vagina, en pocas palabras, confeso ser virgen.
-Creo me perdí de algo, amor ¿No me dijiste tu misma que tuviste algunos amoríos en tu viaje?- Le inquirió Cora, con la duda claramente en su voz, la interrogada asintió con la cabeza y hablo
-Si te dije eso, pero solo fueron relaciones de "manita sudada"*, a lo mucho nos besamos pero no paso de eso- dijo Rosa sintiendo un nudo en la garganta
-Esta bien, te creo, y ya que estamos siendo honestas, te diré que yo también soy virgen, de hecho tu eres mi primera relación- confeso Cora, sintiendo brotar las lagrimas al pronunciar las ultimas palabras - T-tienes razón, no te obligare si no quieres, creo sera mejor irme- dijo la chica con tono triste, pero al intentar levantarse, sintió que algo la detuvo, se trataba de Rosa, quien la tenia sujeta de ambas manos, la beso tierna mente y la volvió a sentar
-Conejita, lo quiero todo contigo, per...perdóname me asuste, cielos hace una hora veíamos netflix, y mira ahora... Lo que intento decirte es que...- fue abrupta mente interrumpida por la boca de Cora, quien la beso con igual ternura y pasión
-Dejemos de hablar y volvamos a lo que hacíamos hace un momento- dijo con lascivia Cora, ambas chicas se pusieron en posición de cuatro patas alejadas veinte centímetros la una de la otra, Cora introdujo el juguete primero en ella, después de lubricarlo, por ambos lados, al introducirlo soltó un pequeño gemido de dolor -Ahora es tu turno, mi amor- dijo la chica a su amada, a lo que ella respondió acercándose al juguete, introduciendo-lo lentamente en si misma, emitiendo al igual que su novia un pequeño gemido de dolor
-Esperemos un momento a que el dolor pase- dijo Cora a lo que la otra chica solo asintió, un minuto después estaban ambas mujeres introduciendo y sacando el juguete de sus sexos, mientras salia de una, en la otra el juguete entraba, así pasaron cerca de veinte minutos, hasta que ambas mujeres llegaron al clímax del placer.
Ambas mujeres yacían desnudas en la cama, abrazadas la una a la otra, Cora se acurruco como niña pequeña en el cuerpo de Rosa, y esta en respuesta la rodeo con su brazo de manera protectora, dos pequeñas manchas rojas serian la única prueba de que en esa cama momentos atrás dos personas se mostraron su amor
-Florecita mi amor, ¿Quieres ir mañana a un pequeño concierto en el campus?- pregunto Cora
...
Notas
*Esta frase-cita se usa para describir la típica relación entre dos jóvenes que se juran amor, pero que difícilmente pasan de dichos juramentos o de tomarse de las manos en publico
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