Mantengo a día de hoy la esperanza - aunque muchos me han llamado tonta por ello - de que algún día vuelvas arrepentido, de que te des cuenta que por mucho tiempo que pase, nada va ser igual sin mí. Quiero que te sientas como lo hago yo ahora, desorientada, perdida porque no encuentro mi lugar, donde los días son efímeros y las noches eternas.

Espero que el tiempo que esta pasando valga la pena, como tú dices, espero que tengas razón y no aquellos que me aseguran que el tiempo solo sirve para dañar. Espero que tomes el tiempo necesario para reflexionar, que vivas el día a día, pero está vez sin mí.

Espero que te des cuenta de que te falta algo - como yo lo estoy haciendo ahora - que te falta alguien a la salida del tren, que te falta alguien que te pregunte cómo estás, que se preocupe por tu salud, por tus logros, por tus metas; que te falta alguien que te anime en los peores momentos, y que esté a tu lado, aunque sea callado, sólo para que veas que no estás solo.

Espero que te des cuenta que te falta alguien que te de los buenos días y los buenas noches, no por la acción de escribir el mensaje, sino por el hecho de que se acuerda de ti cada mañana y cada noche, nada más levantarse y antes de acostarse.

Espero que extrañes a alguien al que cuidar y mimar, al que hacer reir y ayudar, a aquella persona con la que compartes gustos, aficiones y momentos. Sobre todo momentos.

Espero que eches en falta a alguien que diera todo por ti, que se levante a las seis de la mañana cada día solo para verte a ti, que descanse poco solo para verte jugar, verte sonreir, que eches en falta a alguien que te lo da todo, incluyendo su vida y su corazón.

Espero que ese alguien sea yo, espero que me eches en falta, y vuelvas. Me da igual si es arrepentido o seguro, solo que vuelvas.

Gabriela