Desde que has vuelto a mi vida, se ha formado un caos, un huracán de sentimientos que quiero controlar, que debo controlar.

Tengo que ser fuerte por segunda vez, como si la primera no hubiese sido suficiente, como si no hubiese sido el final de nuestra guerra.

Es de noche y oigo el viento entrar por mi ventana, tengo la imperiosa necesidad de llamarte, pero estoy luchando contra mis ganas.

Mi mundo, mi gente me grita que no, y mi corazón me grita que si. Se que ellos tienen razón y sin embargo no comprendo porque mi corazón no lo asimila.

Todo era más fácil cuando parecía que el me odiaba, cuando yo le odiaba, cuando cada uno había seguido con su vida sin contacto.

Siento cosas que no debería sentir, siento celos, siento inseguridad, siento decepción. Todo eso lo trae Él, como si fuese una bomba envuelta en una caja de cristal. Dispuesta a arrasar conmigo. A matarme.

Todavía le quiero y resulta más fácil cuando lo ignoraba.

El lucho por mi corazón hasta ganárselo y el lo destrozó sin compasión.

Con un mapa trazado, esquiva las barreras con los ojos vendados, y por primera vez en años vuelvo a tener miedo por mi cordura.
Gabriela