Capítulo 40
Por favor, díganme que Leo no acaba de besarme. Mi jefe no puede haber hecho eso. Es imposible. Seguramente ya me estoy volviendo loca. Creo que necesito una consulta con mi mejor amiga. Sí, definitivamente la necesito.
¡Charlotte, acéptalo!
¡No!
¡Pues cállate un rato!
¡Yo soy la protagonista, conciencia estúpida!
¡Y yo soy tu conciencia y debes hacerme caso!
Leo se levantó de la cama. Ni siquiera podía reaccionar o pensar con claridad, mi mente era un verdadero caos. Y normalmente ya lo es. El CEO me miró una última vez antes de irse.
Me tapé la cara con mis manos y solté un pequeño grito ahogado. No quería esto. No quiero esto.
Suspiré aún con la cara entre mis manos para luego levantarme y ver una figura femenina atravesando la puerta de la habitación.
—Eres una maldita perra —murmuró una voz que ya no sonaba tan dulce.
Después de todo, ella me lanzó al agua luego de expresar su obsesiva posesividad con respecto a Leo y yo la ignoré completamente. Como si ese hombre me importara. Él es sólo el padre de mis hijas al fin y al cabo.
—¿Disculpa? —pronuncié yo, totalmente desconcertada.
—Lo que escuchaste. ¿Acaso crees que no vi cómo te hacías la víctima frente a mi prometido? —enunció Nicole.
—Yo no he hecho eso.
—¿Me estás diciendo mentirosa, perra estúpida? —cuestionó.
Quiero irme ya. Tengo hambre.
Rodé los ojos.
—Exactamente —le respondí sin titubeos.
Ella pareció ofenderse.
¿Ya me puedo ir?
—Juro que te voy a destruir —verbalizó la rubia.
—Quiero ver que lo intentes. —Me eché hacia adelante, acortando la distancia, en modo chantaje emocional. Sonreí al pronunciar la última palabra.
—Y yo quiero ver cómo te arrodillas frente a mí mientras pierdes a tus queridas niñas —contraatacó.
Me hirvió la sangre en ese momento. Con mis hijas, no.
Levanté la mano y le di con ganas el buen bofetón que se merece, al hacerlo volteó su cara por el golpe. La chica se llevó una mano a su mejilla.
Esta mujer se ha llevado muchos bofetones el día de hoy.
Se lo merece.
—Por mis hijas yo mato. —Añadí en tono de amenaza.
Recogí mis cosas y me marché de allí con la cabeza en alto. Nicole se quedó sola, con la mano en la mejilla y la boca abierta, derrotada.
Un rato más tarde me enteré de que Cheryl había terminado en prisión preventiva hasta que su novio pagó la fianza. Resulta que ella golpeó al padre de Nicole. No sabía que mi mejor amiga era tan violenta.
Cherlyl es la bomba.
Pues sí. Ojalá pudiera ser un poco más como ella.
***
Después de la fiesta, Chris —mi vecino que siempre me ayudó con las niñas cuando eran pequeñas— y yo, nos hicimos novios. Al principio todo estuvo bien. Incluso se lo presenté a mis mejores amigas.
Un día lo agarraron a punto de golpearme y Leo estaba allí junto con Cheryl. El empresario lo golpeó para defenderme y la psicóloga me sacó de allí luego de alentar a Leo para que lo golpeara más. Ella volvió a entrar y le dió una patada. Chris terminó preso.
Alegremente para todos.
Bueno, cambiando el tema. Supongo que no he dicho lo de mi ascenso en la empresa. Ahora ya no soy una empleada común y corriente. Ahora trabajo directamente con la dirección de la compañía.
Estoy enterada de que habrá una cooperación o algo así con una empresa de moda china. Creo que la empresa se llama VESTIX. Y también es el nombre de la marca. En China, es muy famosa. La cara principal y CEO de esta empresa es Xi Lixue.
Pero hay un problema: no hablamos chino.
Pues hablamos inglés. Y no me digas que tampoco hablamos inglés.
¡Mierda, ya llegó! Ahí está ella, atravesando las puertas. Leo le da la bienvenida. Yo observo desde lejos. Me voy acercando lentamente. Nuestro CEO le da la mano a modo de saludo.
Llegué a donde se encontraban ellos. Había otra chica que parecía más bien coreana y un chico muy pegadito a Lixue. Supuse que serían novios o algo así.
—Hello, Xi Lixue. I am in charge of the programming department —me presenté para acto seguido extender mi mano.
La chica aceptó el saludo y estrechamos nuestras manos profesionalmente. Ella sonrió.
—This is my boyfriend and one of the brand's models, Li Jiangsu —aclaró la CEO de VESTIX—. And this is Kim Eun-ji, my best friend and assistant.
Iba a decir algo cuando Leo carraspeó.
Él nos guió hasta la sala de reuniones y allí empezaron las negociaciones. La cosa era que TechnoList haría una aplicación donde VESTIX promocionaría su marca y vendería sus productos por todo el mundo ya que hasta ahora, esa marca era solo nacional aunque conocida mundialmente.
Los negocios salieron bien. No había problemas.
***
Luego de un tiempo, la aplicación estuvo lista y todo salió bien. Todos felices. Bueno, no era tan así. Supuestamente Liam Noah engañaba a mi mejor amiga. Y digo eso porque no lo creo. La cosa es que Cheryl se fue de la casa donde ambos vivían.
Los amigos fuimos testigos del sufrimiento que el hermano de Leo arrastraba. Intentábamos ayudar, pero él no lo permitía. Era demasiado terco.
De alguna manera, Cherlyl desapareció del mapa y apareció rodeada de fama. Ella escribía libros y estos en poco tiempo se hicieron muy famosos al igual que ella.
Todos conocían a la gran Cheryl Smith. Todos hablaban de ella y estaba orgullosa de eso. Además de que no se olvidó de sus amigos al obtener dinero y ganar la lotería.
Siempre enviaba regalos para todos. Hacíamos videollamada y todo bien hasta que regresó. El progreso de Liam Noah se fue por la borda. Después de todo, unos días después terminaron siendo novios de nuevo.
Como si nada hubiera pasado.
Así se entienden ellos.
Y lo mejor es que se aman locamente.
Exacto.
Trabajaba en el restaurante como todos los días. Me tocó una mesa con un cliente algo sospechoso. Él traía una gorra negra y vestía un suéter con un par de pantalones vaqueros. Toda su ropa era negra. Su rostro no se podía ver claramente. Me acerqué para tomar su pedido.
—Buenos días, ¿ya sabe qué pedirá? —pregunté yo, sonriente.
—Llevaré una hamburguesa y un café para llevar, Charlotte Hortny —contestó el cliente.
Todos mis sentidos dejaron de funcionar. Dejé de respirar. Su voz. Ya la conocía.
Él levantó la mirada.
Mis fuerzas se esfumaron.
Solo una persona conoce mi verdadero nombre aparte de mis hijas.
Y ahí estaba él.
Erick Blunt.
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