Capítulo 5
Narra Thianna
- ¿Juan?
- ¡Pasa!
Abrí la puerta del baño despacio.
- Permiso... Te dejo el jabón.
- Dámelo.
Estiró su tatuado brazo. Le di el jabón.
- Gracias linda.
- De nada... Dejo tu billetera en la cama.
- Esta bien.
Salí del baño. La cara me ardía. Mas después de lo de hace rato.
Mientras él terminaba, yo me hice un té y preparé café para él. Puse las galletas Oreo y Pepitos sobre un plato y suspire. Todavía me siento incomoda por lo de hoy.
Juan entró a la cocina. Tenía puesto sólo un pantalón negro, ajustado.
- ¿No te molesta que esté así? Todavía tengo mucho calor.
- No, claro que no. Además, es tu casa y puedes hacer lo que quieras.
Sonrió y agarro una de las oreo.
Me puse mas incómoda que antes. No dejaba de mirarme, y me miraba de una forma extraña.
¿Que le está pasando?
Narra Juan.
Esta chica me tiene mega caliente.
Cree que no me di cuenta como me veía hoy, o que no escuche su gemido mientras terminaba de secar el auto. Eso me llevó a mi límite.
No quiero meterme con ella en ese sentido. Todo va demasiado bien, y no me gustaría arruinarlo. Me cuesta mucho esto que está pasando con ella, no controlo esto de relacionarme con una mujer y este control que llevo no va a durar mucho.
A eso de las 3:00 am. escuché que ella se levanto. La puerta de mi habitación se abrió, y luego la cerró. Al rato, escuché gemidos bastante fuertes.
- Juan... Juan... Ah...
Me levante intentando hacer el menor ruido posible. Llegue a la puerta De su habitación, la cual estaba abierta, y me asomé.
- Juan...
Tenia sus ojos cerrados. Su mano derecha sobre su feminidad y la izquierda en su pecho. No tenia nada de ropa.
Tengo que aguantar.
Cada vez se movía mas, y gritaba mas fuerte mi nombre.
- Thianna...
Se quedó inmóvil.
- ¿Que haces?
¿No es obvio? Se esta tocando por ti. Idiota.
- Juan... Eh... Yo... Lo siento no...
Llegué al lado de ella y tomé su rostro entre mis manos.
- ¿Tanto te llego a calentar?
Me fui acercando mas a ella.
- Yo... Lo siento.
- Se que te estas muriendo porque te haga mía.
- Juan no... Lo lamento.
- No te lamentes, es normal que hagas esto...
Mi boca rozaba la suya.
- Juan...
Cerró sus ojos.
- ¿Qué? ¿Qué quieres? ¿Que te bese?
Asintió.
- Se que quieres algo mas que un beso...
Volvió a asentir. Sonreí.
- Aún soy virgen...
Murmuró.
- Pero te estas muriendo por dejar de serlo y que sea yo quien te la quite.
pase una de mis manos por el costado de su cuerpo, frenando en su cintura.
- ¿Qué quieres? ¿Un solo beso o que te haga mía en este instante?
Me miró.
- Sólo... Un beso.
No tarde en besarla.
Su lengua y la mía peleaban salvajemente. Su mano tironeaba mi cabello, y la mía acariciaba su cuerpo. Me separe de ella, con una estúpida sonrisa.
- Mejor duerme. Es tarde...
- Si...
Notaba su sonrojo, aún en la oscuridad.
- Esto que pasó, muere acá. No paso nada fuera de esta habitación.
Besé sus labios nuevamente y me fui.
Tiene la piel tan suave... Los labios tan carnosos. Dios mío.
Me di cuenta que el rostro me ardía. Prendí la luz, me mire en el espejo y vi mi rostro rojo. Como si me hubiera quemado.
Tambien me di cuenta que sentía un hormigueo en el estómago y algunas partes del cuerpo.
No quiero ni pensar en lo que puede ser.
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