Capítulo 28
Narra Thianna.
Juan ha cambiado tanto... Me sigue gustando pero es distinto a lo de antes. No creo que vuelva a ser lo mismo. Hemos cambiado mucho los dos.
Mis planes para esta noche iban a ser: Una ducha caliente, comida comprada, mi cama y Netflix. Pero un mensaje lo cambió todo.
"Te quiero lista a las 22:00. Necesito tu dirección y nada mas. Ponte bonita para mi." —Juan.
Así que aquí estoy. Esperando a que llegue.
Dos minutos después, estaba saliendo de casa. Él estaba apoyado en su ferrari, con una hermosa sonrisa en sus labios.
- Hola.
- Hola Thianna.
Besó mi mejilla.
- ¿Vamos?
- Si, claro.
Abrió la puerta y subí. Él subió y se dispuso a manejar.
- ¿Donde me llevas?
- A un lugar -Rió- Tu tranquila, no voy a comerte.
- Mmh.. Por ahora.
Murmuré. Rió un poco mas.
- ¿Recuerdas cuando querías comer mi cuerpo Bañado en chocolate?
Reímos los dos.
- Sigo pensando lo mismo -Me miró- Pero no quiero tener problemas con mi nov...
- Ah -Suspire- Si no quieres problemas... ¿Que haces conmigo?
- Me escapé -Rió- Además... Me refiero a que no quiero que me encuentre marcas ni nada. Debes ser una bomba en la cama, violenta.
Reí.
- No lo se... Nunca nada.
Me sonroje.
- ¿Sigues siendo virgen? Wow...
- Si... O sea... No he tenido novios ni nada. Si estoy en algo con una persona pero no he tenido relaciones nunca. Me da vergüenza hablar de esto, tengo 25 años y sigo siendo virgen.
- Pero si estas mas buena que la mierd*. Si es raro que sigas así, pero no te tienes que avergonzar.
- Soy un fracaso...
Suspiró.
- ¿Esperas que alguien en particular te saque eso o que?
Me sonroje.
- No... Bueno si pero no es muy posible que digamos... Ya tiene su vida y no quiero ser la otra.
Suspiró.
- ¿Y Beth? ¿Como está?
- Bien. Es muy traviesa -Rió- Me hace acordar a ti... Además en lo físico.
- Si... Se parece mucho a mi...
- Pregunta por ti... -Murmuró frenando en un semáforo- No me gusta tener que decirle que su mamá se fue porque creía ser un estorbo.
Me miró con los ojos llorosos.
- Lo siento... Pero... No podía estar ahí yo...
- Si que podrías haberte quedado.
- No... Tú jamás...
- Si Thianna. Yo también sentía lo mismo. Yo también te amaba y cada que quería decírtelo algo lo impedía.
Sacó las lágrimas con su mano.
- Ya no debes sentir lo mismo...
- ¿Quien dijo que no?
Mi corazón comenzó a latir mas fuerte. Me quedé viéndolo.
- ¿Tú...?
- Todavía me gustas. Igual que el primer día.
Frenó en el medio de la calle y se tiro a besarme. Obvio que respondí el beso.
- Dime que aún sientes lo mismo...
Puse su mano sobre mi pecho.
- ¿Eso justifica tu respuesta?
Sonrió y me besó de nuevo.
- Mejor sigamos. Lo único que falta es que nos choquen por estar parados en el medio de la calle.
Rió y siguió manejando.
- Así que estas intentando algo con alguien.
- Si... Pero no es nada seguro. Sólo amigos con derecho y ya.
- Entiendo...
- ¿Y tu novia qué?
- No la amo, ni la amé nunca. Siquiera sirve para sacarme las ganas.
- Ay que maldito.
- Es cierto. Muy zorra pero no hace nada.
Ah. Natalia.
- ¿Y por qué sigues con ella si no la quieres?
- No quiero herirla. Está enamorada de mi y no quiero que sufra por mi culpa.
Asentí.
- ¿Tu me darías una oportunidad?
Me miró y siguió manejando.
- Con las cosas así, no.
- Si es por mi novia, ella no se va a enterar.
- No fui, ni soy, ni quiero ser la segunda de nadie. No soy un juguete, y si bien dices que no quieres lastimarla, mucho menos me voy a meter contigo. Aclara las cosas y cuando te decidas quizás si. De momento no, además estoy bien así.
Asintió.
- Bueno, llegamos.
Bajamos del coche y entramos a un edificio.
- ¿Y esto...?
- Es un departamento. Donde vine la primera vez a Miami. Cuando Beth creció me mudé y bueno... Tengo a mi novia.
Asentí. Bajamos del ascensor y caminamos hasta una puerta de madera blanca. La abrió y entramos. Todo estaba decorado muy bonito. Como una película de romance.
- Que lindo...
Sonreí.
- Si...
Fuimos hasta el comedor.
- Ay dios no.
- ¿Que pasa?
- Me olvide la comida en mi casa.. Ya a esta altura no debe existir.
Reí.
- ¿Que habias hecho?
- Un pastel de papa con bacón y otras cosas. Me quiero morir.
Reí y me acerque a él.
- Dejamelo a mi. Quizás no sea tan wow como debías tener planeado pero al menos vamos a comer.
Saque papas, tocino, una sartén, aceite, otras verduras, en fin. Un "rejunte" de varias cosas e hice un salteado y además fideos con crema rosa. Bueno, me quedó medía naranja la crema pero estaba rico igual.
- Creo que deberías ser cocinera.
Reímos.
- Aprendí mucho en este tiempo. Igual así todo me doy mas para las cosas dulces.
- Aun así cocinas rico. Te contratare de cocinera
Reí.
- No soportaría estar vigilada por una hipócrita.
Su rostro cambio. No dijo nada mas.
Soy realista, no es mi culpa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro