Narra Thianna.

- Thianna

Mire a Apolo. Refregaba sus ojos.

- Dime pequeño.

- Tengo sueño...

Lo levanté del suelo y lo acosté entre mis brazos. Cerró sus ojos y, mientras yo me movía, se quedó dormido. Juan se acercó a mi y sonrió.

- Es pesado... Dámelo.

Lo levantó y acostó en su hombro.

- Lo llevaré a la cama... Y ya está todo listo.

- Lo llevaré afuera.

- Ok.

Subió. Yo busque las cosas y las lleve a la mesita del jardín.

- Ya... Te veías muy tierna con Apolo en brazos.

Me ruboricé.

- No tanto

- Si, hermosa.

Beso mi mejilla y sonreí.

- Eres un...

- Tranquila fiera -Rió- Cuando Apolo se despierte podríamos ir a algún lado ¿No? Al cine o no se.

- Si, me encantaría. Quiero ver IT, pero no si vamos con el pequeño. No quiero traumarlo.

Rió.

- No, pero podemos ir esta semana y verla juntos.

- Y si, no voy a verla con otro.

Reí. Me miró raro.

- El otro día saliste con una amiga tuya, quizás irías con ella o que se yo.

- No. Es muy chillona. Me haría salir a los diez minutos que empezó la película.

Soltó una carcajada y tomó su café.

- Iremos en la semana entonces.

Asentí mientras tomaba mi yogurt.

- Thianna... ¿Por que no tienes novio?

Mire a Juan.

- Nunca nadie me quiso... Y además nunca encontré al indicado... Ya no existe el amor.

- Bueno, tampoco es como un cuento de hadas. No todos los hombres o mujeres están atados a las cartas o flores... Aun así puede haber amor.

- Me gustan los detalles -Murmuré- Así sea una flor cortada de un jardín. Es algo que valoro y aprecio mucho...

Se quedó en silencio.

- ¿No tuviste novio nunca?

- No... Si algún que otro amigo con derecho pero nada mas. Soy un fracaso para eso... Además no tuve mucho tiempo para tener novio. No es lindo estar encerrado sin siquiera ver una luz.

- Lo se... -Hizo una mueca- Ahora eres libre y puedes buscar a alguno...

- No. No quiero nada por el momento... Quizás cuando tenga el bebé y esté mas tranquila.

Si supieras lo que pienso de ti...

- Ah, entiendo. -Sonrió- Creo que yo tampoco tengo suerte... El amor no es para mi. Siempre soy yo el que sufre...

- Así es la vida...

- Me refiero a que yo siempre doy todo y no recibo nada. Soy demasiado cariñoso y molesto, por eso las mujeres terminan por dejarme. Es en general. Aun me sorprende que mi familia siga hablándome.

- Es tu familia, obvio que seguirán hablándote.

- No después de las cosas que hice. Me asombra.

- ¿Y puedo saber que hiciste?

Me sonrió.

- Las he maltratado durante mucho tiempo. Al punto de que terminen internadas. No quiero que pienses que hare eso contigo, porque no lo haré. Pero he estado muy mal, hasta he ido al psicólogo. No sirvió de mucho pero me hizo cambiar bastante.

Suspiró y bajo su vista.

- No quiero hablar nunca de esto porque eso empeora mi relación con cualquier mujer... No se porque te lo he dicho. Seguro que ahora querrás irte y...

Me estiré, di vuelta su rostro y lo besé.

- No pasa nada. No mientras no pase conmigo.

- No pasara, lo prometo.

Sonrió. Volvi a besarlo y me senté bien.

- ¿Por que el beso?

- No se...

Me sonroje.

- Iré a darme un baño -Me levante- Ahora vuelvo.

- Esta bien. Ponte ropa linda así nos vamos.

- No tengo mucha ropa linda...

- Si alguna vez abres el armario y dejas de usar la maleta, te vas a dar cuenta la cantidad de ropa bonita que tienes.

- ¿Armaste un guardarropa solo por mi?

- Si, antes de irte a buscar. Que no lo hayas revisado me asombra.

- Si no me dices nada tampoco me entero que tengo ropa ahí.

- Es tu habitación, no hacia falta que te lo dijera

Me acerque y bese su mejilla.

- Gracias.

Entré y subí a mi habitación.