Capítulo 48 (parte 3)
Esta es un obra de ficción por lo que los personajes e instalaciones son productos de mi imaginación. No se apega a lo que sería un cárcel en realidad, ni narra un suceso. Cualquier parecido es pura coincidecia.
Tercera parte del juicio.
Vincent.
Que pase Sandro Martinelli.
Ese policía de mierda siempre jodiéndome.
Se sentó luego de su juramento.
-¿Usted fue el encargado de investigar el ataque a la villa D'Angelo?
-Si.
-¿Conclusión? -pidió el fiscal.
-El principal sospechoso era Yuver Isaac.
-¿Entonces se conocían el acusado y la víctima?
-Si.
-¿Recuerda lo acontecido con Alberto Oslo?
-Si. Fue encontrado muerto como suicidio pero al final lo tiraron del balcón. Solo no se sabe quién.
-¿A que se debe esa afirmación?
-Rastros de que tuvo visita en en ese instante. Alguien conocido y según el portero de su edificio salió una figura extraña sin identificar minutos después de la hora de la muerte dada por los perritos -habló seguro Martinelli.
-¿Sospechosos del presunto asesinato?
-Su único familiar vivo, su hermana acusa que antes de morir tuvo problemas con D'Angelo. Pero entraba en la carrera política es difícil de especificar.
Me cago en la mismísima mierda y en Levia.
-¿Que le parece?
-A todos los que investigamos tienen cuartada pero según la descripción del portero parece un hombre del escuadrón de Andrés Vieri. Es primo de Vincent D'Angelo tiene sentido -se encogió de hombros.
-Objeción si señoría están haciendo suposiciones -dijo Ana a mí lado.
-Aprobado. Reformule su pregunta fiscal.
-¿Por qué la orden de captura contra Vieri?
-Un informante no dios documentos sobre fraudes y lavados de dinero a mando de Vieri. Son muchos los casos de desaparecidos que tenían relación con él. Nuestra fuente nos mandó un arma y coincide con unos 10 tiroteos existentes en la zona. El arma no estaba registrada. Ilegal y donde esa muchas más-. Sentenció.
-Lo tenían bajo vigilancia -afirmó.
-Si.
-Su señoría de ahí el vídeo que mostraremos a continuación.
Era un vídeo mío de Andrés intercambiando maletines.
Cerré los ojos. Ahora sí estoy jodido.
-Mierda -susurró Ana-. Tranquila Ana aún tienes un As bajo la manga por hacer los deberes -habló consigo mima-. No me mires que esto nos puede costar caro -me dijo y luego se puso de pie.
-No le voy a hacer las mismas preguntas del Fiscal. Usted viene de un familia de agentes de orden ¿Cierto?
-Si.
-Objeción. ¿Relevancia de eso? -giró los ojos el fiscal.
-Enseguida lo muestro -prometió.
-Bien. Que el testigo responda -decidió el juez.
-Si, mi padre y abuelo.
-¿Su padre fue acusado de recibir sobornos de los Vieri?
-Si. Pero fue una trampa era el único de su departamento que no recibió sobornos. A todos los expulsaron del cuerpo policial -rugió el rubio.
-Una trampa. Para sacarlo del camino porque era el único que ponía ley y orden.
-Si. Mostraron un pago a su cuenta pero fue hackeado por los Vieri -. aseguró.
-Le creo. Pero entonces, todo esto no es justicia es deseo de limpiar el nombre de su padre.
A eso se refería con hacer sus deberes y un As bajo la manga. Me impresiona.
-Es deseo de embaucar a los D'Angelo. D'Angelo es el apellido de soltera de la madre de Andrés, luego se casó con el Señor Vieri. Está clarísimo la conspiración.
-De que hablas -amenazó Sandro.
-Objeción. Son puras suposiciones de la abogada defensora su señoría.
Orden en la sala. Reformule la pregunta.
-No más preguntas su señoría -sonrió la licenciada.
-Bien. Último testigo.
Me puse de pie. Un pitido ensordecía mis oídos.
-Jura decir la verdad y nada más que la verdad.
-Lo juro.
-¿Cómo se declara? -inició la fiscalía.
-Inocente -no dudé un segundo.
-¿Conocía a la víctima?
-Si. Trabajó para mí. Luego fue preso por robo.
-¿Dónde estuvo usted el día que fue asesinado Yuver Isaac?
-En casa.
-¿Solo?
-No. Con mi familia-respondí la verdad.
- Sin embargo, ninguno está para corroborarlo.
Suspiré para no perder los estribos en el acto. Me estaba tocando los cojones y esto se pondría feo si yo no me calmaba.
-No.
-Sin cuartada. Vamos bien -se burló - ¿Qué pensó cuando volvió a verlo?
-Después de que dejara mi empresa nunca lo volví a ver--resoplé.
-¿Pero estaba detrás de los ataques a su persona, no se interesó por su paradero?
-No. Siempre creí que era otra persona no me interesé nunca por Yuver -respondí como me había indicado Ana en secciones anteriores.
-¿Alberto? Un hombre de él cortó sus freno visto en la cámara de su casa.
-Al inicio. Después de su muerte vinieron con más fuerza. Yo acusaría a su hermana -tal como preparamos llevar a la luz a otro sospechoso.
-¿No quiso venganza?
Si pensé
-No -respondí
-¿Cómo supo de su muerte?
-Vinieron a interrogarme días después.
-Tiene respuesta para todo. Dígame, ¿qué tenía el maletín que intercambió con su primo?
-Dinero. Era un cliente.
-Dinero con el que seguramente escapó. Ayudó a un criminal a escaparse. Eso no es de ciudadano correcto.
Me callé. Si hablaba explotaba. No convenía.
-No más preguntas.
Vino mi abogada.
-Usted nunca vio más a la víctima.
-No.
-Que quedé claro en el acta. ¿Tenía motivos para matarlo?
-No.
-¿Qué tiene que decir de las acusaciones?
-Nunca salí de mi casa el día que lo mataron -empecé a explicar-. Nunca lo vi más. Todo es para incriminarme por eso en mi terreno. Hombre, no dejaría una pista como esa si quisiera ocultarlo, no en mi terreno. Rompieron la reja, recientemente lo había adquirirido. Ni siquiera le tenía seguridad. Es que ni lo he visitado -terminé suplicando.
-¿El reloj? -preguntó con calma.
Ese era un tema complicado. Controlé mis lágrimas para que no salieran.
-Mi hijo -me toqué la nariz por los nervios-. Tiene la costumbre de jugar con ellos. No le di importancia cuando desapareció de mi colección.
-¿Quién pudo tomarlo?
-Levia visitó ese día mi casa -el anhelo que sentí antes por hablar de mi hijo, desapareció -. Ahora solo tenía una impotencia y una rabia bárbara. Un deseo de desaparecer a esa víbora de la Tierra.
-Eso es todo mi señoría. El nombre de Levia sale a relucir en cada prueba. Ella debería estar en juicio no mí cliente.
-Gracias a todos. Tomaremos un receso para deliberar y traemos el veredicto final en dos horas.
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