capítulo 10
Parte 5 de la actualización
Bianca
Salimos del despacho , afuera estaba Ursu llorando a cántaros.
—Tranquila no pasa nada , no te va a despedir —me acerqué a ella.
—Despedida está —habló el amargado.
—Un error lo comete cualquiera —defendí a Ursu
—Señor por favor necesito el trabajo.
—Ursu seguía llorando.
—Todos merecemos una segunda oportunidad.
—Fue una total incompetente.
—No , no lo fue, el otro compañero la provocó eso cualquier juez lo vería como defensa propia.
—Lástima que no soy juez y está despedida.
—No señor , voy a ser la mejor empleada pero no me despida —Don corazón de hielo no se derretía , tiempos desesperados , medidas desesperadas.
—Si la despides a ella , me voy yo también.
—¿Hablas en serio?
Por qué no piensas más cosas Binaca
—S..si . Si muy serio.
—Está bien ambas se quedan pero no admito una más , de ninguna —me miró fulminante.
—Claro , claro.
⌛
Llegamos a la casa , después de comparar todo lo que necesito. Vincent se ofreció a pagar , por supuesto me negué y pagué por yo.
—Bienvenidos —nos saludaron Rita y Graciela.
Vincent cogió algunas bolsas de lo comprado y se adentró a la casa , unas lecciones de modales le vendrían bien.
—Discúlpenlo , hoy se quemó y le afectó el cerebro.
Las chicas rieron Lara preguntar —Y tantas bolsas.
—Un encargo para mañana mismo , no sé si pueda terminarlo —dije triste.
—No tenemos tu nivel , pero algo de cocina sabemos.
—Sii podemos ayudar.
—¿De verdad?
—Claro, tú siempre nos ayuda , es hora de devolverte el favor.
—Yo también te ayudo pero si me das — hablo Gonzalo entrando de sabrá dios donde.
—Y yo dijo Óscar.
—Yo tengo sueño , pero que les sea leve —intervino Andy.
A la mañana siguiente.
La cocina estaba hecha un desastre, pero sonreí. Pudimos terminarlo. Rita y Graciela fueron de mucha ayuda, Vincent más bien estorbó, aunque fue el empleado ejemplar a la hora de decorar los cupcake , todo tenía que ser de unicornios.
Óscar y Gonzalo , ponían y sacaban las cosas del horno. Así hasta las 12 de la noche , ellos se fueron y solo quedamos Vincent y yo. El trabajo duro dio sus frutos , solo tenia que decorar el tercer y ultimo piso del pastel , era a las 4 pm aún tenía tiempo suficiente para eso , la niña estará feliz.
Vincent se había quedado dormido en el sofá a eso de las 4am. Puse el desayuno y lo desperté.
—Vincent.
—Vincent.
—¡ Queee!
—Son las 8.
—Joder , es tarde para la oficina, porque no avisaste.
—¿Que acabo de hacer?
—Como sea , voy a preparame.
—Gracias por la ayuda.
—No fue nada. Pero no te acostumbres.
—¿Has visto mi celular?
—En el desayunador.
A la noche.
Exhausta pero feliz. Lily estaba súper contenta con su pastel y su madre no dejaba de alabarme. Estuve todo el día de un lado a otro así que a bañarme.
Cómo llegué de la calle lo primero es lavarme las manos, cuando abrí el grifo, el agua saltó para todas partes , mojando todo y yo inicié una serie de gritos.
—Aaaaaa —traté de cerrar pero fue imposible.
Sentí a los perros ladrar — Que ocurre — se acercó Vincent y se mojó también.
— Joder.
Se empapó completamente, su camisa se volvió casi transparente, sin dejar nada a la imaginación. ¡ Ay Virgencita ! Concéntrate Bianca.
—Busca en el baño una caja amarilla con herramientas —habló pero yo seguía perdida.
—¡Bianca!
—Ya , ya no grites.
⌛⌛
—Seguro que ya está arreglado — Vincent abrió el grifo , efectivamente, soluciono el problema.
—No trabajas con principiantes.
—No solo con arrogantes.
—Tú no valoras tu vida , malagradecida.
—Miren quien habló de modales.
Su teléfono interrumpió nuestra conversación.
—¿Que está quién ? — No la dejes pasar — ¿ Alberto ? Joder vale vale.
—Ve y abre la puerta , voy a cambiarme , la loca no dejará de acostarme si me ve sin camisa.
—Que feo eso de mirar.
—Solo abre , quiero salir de ellos.
Abrí la puerta principal para encontrarme a una pareja , por si parecido diría que son hermanos. Ella era castaña , alta , muy delgada con un vestido mostaza. El chico era muy parecido a ella , aunque intimidaba.
—Venimos a hablar con Vincent Soy levia y el mi hermano Alberto. La chica me miró unos segundos, reflejando un gesto de disgusto ¡ Vincent ! —gritó con voz chillona.
—Aquí estoy , deja de gritar que no estás en tu casa ¿ Que quieren?
—Hablar de negocios —dijo brusco el tal Alberto.
—Vamos a mi oficina.
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