Binaca

Era oficialmente el peor día de mi vida.Ustedes dirán cuanta negatividad, pero esperen y los pongo en contexto.

Cuando cumplí 20 me mudé a Roma , la capital. Estudié gastronomía, me hice  repostera y chef. Mis padres me apoyaron muchísimo en cada paso.

Hoy a 5 años tengo, o tenía un local de dos pisos. En el primer piso una dulcería y en el segundo un restaurante de comida tradicional Italiana.

Amaba como me llevaba la vida, mi local me dejaba un buen dinero para mí y para mandarles a mis padres que ya eran  mayores y vivían en el pueblo donde nací.

Son las 7 de la tarde y estoy viendo los escombros de mi local con lágrimas en los ojos. En la cocina comenzó un incendio que no pudimos controlar hasta la llegada de los bomberos  , mi placita,  como lo bauticé quedó destruido pero gracias a dios no hubo ningún herido.

Para las 5 pm los bomberos habían abandonado  el lugar . Se preguntarán: por qué no te vas a tu casa. Es que sí fui pero mi casero me echó, mañana le pagaba el alquiler y el dinero de este  escuchaba la conversacion,  pero el vendió la casa y yo estoy en la calle con maletas y todo.

Tenía lo suficiente para un hotel, así que comencé a caminar para tomar un taxi.

En dirección a mi venía un hombre joven , con piel mestiza y lindos rizos oscuros chaqueta negra camisa blanca y pantalón azul.

—¿ Estás bien ? —preguntó al llegar a mi lugar.

—Si —dije como  pude.

—Mi nombre es Gonzalo  —se presentó el chico —venía a por comida pero no sé podrá.

—No ,mejor sigamos cada uno por su camino —respondí, porque aunque parecía buen chico no puede evitar ver  en su chaqueta como se distinguía un arma.

No fui nada discreta , el siguió mi mirada, contestando —es que soy guardaespaldas.

Quería terminar esta conversación a como diera lugar —Será mejor que me vaya.

—¿Quieres que te acerque a algún lugar? . Dejé el carro estacionado a una cuadra.

—Nooo , muchas gracias.

—Como quieras, oye y qué piensas hacer con el lugar.

—Tratar de renovarlo.

—¿Necesitas trabajo?

—Em no —la verdad era que sí pero uno no sabe quien es quién.

—De cocinera mujer. A mi jefe le encanta tu restaurante y te pagaría generosamente. Es el que me  manda a comprar la  comida aquí desde que despidió a la última chef de la casa.Aqui tienes mi tarjeta.

—Lo voy a pensar, ya me voy —y corrí como alma que se la lleva el diablo.

¿Primer capítulo que dicen?