Capítulo 9
...
Sí, mi amor – Dije.
Bueno, te dejo porque mi mamá me llama – Dijo.
Chao mi amor – Dije y corté.
~Fin de llamada telefónica~
Una semana después:
Estaba en el centro viendo unas cosas con Cherufa, me enseñó varias cosas que me gustaron bastante, y bueno, pasamos un rato agradable, nos reíamos y todo el asunto... En una de esas le dije:
Oye David – Decía – ¡NO ME HA BAJADO!, sé que no eres chica pero, creo que sabes de qué hablo ¿No?
Sí, sí sé – Dijo – Pero, ¿Qué tiene un retraso?
Nada – Contesté – Olvídalo.
Bueno, está bien – Dijo Cherufa.
Yeray no tarda en llegar – Le comentaba.
¿Él iba a venir acaso? – Preguntó.
Sí – Respondí – Tengo que decirle algo, además quedó de venir por mí para irnos a la avenida.
Ah, ya – Decía David – Okey.
Narra Yeray: ¡ESTOY NERVIOSO!, ¡MUY NERVIOSO!, por todo lo que está pasando, ¡NO PODRÍA EXPLICARLES!, lo que sí puedo decirles, es qué pasó cuando Samanta me dijo lo que me dijo:
Yeray – Decía – No me ha bajado – Me pongo tenso y suspiro.
¿Cómo que no te ha bajado? – Pregunté.
¡No sé! – Contestó – Nunca había tenido un retraso.
Bueno amor, ¡Allí yo no sé! – Dije.
¡Mi amor! – Decía – ¡RELÁJATE!, ¡NO TE ALTERES! – Suspiro y me relajo.
Está bien – Le dije – Cualquier cosa me dices de inmediato.
Sí amor – Dijo.
Mientras:
Alejandro: llevo rato observando a mi rival y a Samanta; estoy planeando algo, ya verán de qué se trata.
Volviendo a Yeray:
¿Entonces? – Decía – ¿Por qué te preocupa tanto que no te haya bajado?
¿Y si estoy embarazada Yeray? – Decía Sam.
¡No lo creo! – Dije – Salió negativa ¿No?, así que no puedes estarlo.
Tienes razón Yeray – Dijo ella – Mejor vamos que se nos va a hacer tarde y tengo que llegar temprano a mi casa.
Sam y yo íbamos a la avenida, le prometí que iríamos a comernos unas hamburguesas, así que la llevé después de pasar toda la tarde en el centro; siendo sincero, al CHERUFA ese lo traigo entre ceja y ceja, lo mismo que a Alejandro... Y hablando de él, ¡Qué raro que no haya interrumpido!, de seguro ese está tramando algo.
En la avenida:
¡Amor!, ¡Gracias! – Dijo Sam.
Sabes que te amo Samanta – Decía – Y también sé lo mucho que amas comer.
¿Sabes? – Dijo Sam – La verdad... Que si me hubiera gustado tener un hijo tuyo.
Yo la miro tipo: "Okey" y respondo:
A mí también pero... ¡Todo a su tiempo! – Le pego un mordisco a la hamburguesa.
¿Aún sigues con eso Yeray? – Reprochaba.
¡NO EMPIECES! – Dije.
¡Caramba! – Decía Samanta – Si soy yo, ¡Ya no hubiera nada!
¡Lo sé! – Dije.
5 minutos después, ella y yo nos sentamos a la orilla de la playa, me acerqué a ella, la abracé, luego la miré a los ojos diciendo:
Samanta, ¡Te amo!
¡Yo te amo más! – Dijo – Mucho más mi Altote.
¡Júrame que no te alejarás de mí! – Dije.
¡Te lo juro! – Dijo y la besé.
Narrador: Yeray y Samanta, a pesar de todo, han luchado para mantener viva esa llama; y a pesar de que el mundo se les derrumba a su alrededor, siguen juntos. Samanta, por fin estaba PERDIDAMENTE ENAMORADA de Yeray, ya dejó atrás lo que sentía por Alejandro, ya para ella él no existía.
... Mientras ellos se besaban, todo era calma y tranquilidad, pero Yeray no sabía lo que le iba a pasar después.
Samanta: subimos, eran las 7:30pm, le dije a Yeray que fuera a mi casa y él dijo que mejor iría mañana, así que me despedí de él y me subí en el taxi; solo quería llegar a mi casa ya que mi mamá iba a pensar cosas que no son. Bueno, Yeray se quedó en la avenida esperando a que mis suegros lo fueran a buscar pero, él olvidó algo en el sitio donde estábamos y cuando venía de regreso, lo agarraron por sorpresa y lo caen a golpes (BRUTALMENTE), casi dejándolo medio muerto, mis suegros lo buscaron por toda la avenid, apenas lo encontraron se lo llevaron a la clínica porque ¡NO RESPONDÍA! Y casi no tenía pulso; yo me enteré gracias al inepto de Alejandro, así que le dije a mi papá que me llevara de inmediato.
Alejandro: sí, sé lo que están pensando; y sí, ¡FUI YO!, yo mandé a golpear a mi "MALA SANGRE", lo hubiera hecho yo mismo pero eso me comprometería mucho, por eso le dije a otro de mis amigos que me hicieran el favor. Estaba en la clínica, porque sabía que ella iba a ir a verlo, y yo quiero verla a ella, y este es solo el comienzo, esa golpiza no es ni la mitad del dolor que va a sentir cuando pierda a Samanta.
Sigue narrando Samanta: llegué a la clínica y pregunté a mi suegra como estaba y me dijo que ya había despertado, también le pregunté si se podía pasar a verlo y me dijo que sí así que entré y me quedó viendo:
S-Samanta – Dijo Yeray e interrumpí.
No hables mucho mi amor – Dije – ¿Qué te pasó?
N-No sé, no recuerdo bien, solo sé que fui a buscar algo q-que se me había caído y me golpearon fuerte la cabeza – Me contaba – D-De allí no recuerdo nada.
Amor – Decía – ¿Quién sería el perro que te hizo esta maldad?, te juro que lo pagará muy caro.
G-Gracias – Dijo – P-Por, Pr-Preocuparte por mí.
Sabes que lo que te pase a ti me pasa a mí Yeray – Dije – Bueno amor, te dejo para que descanses.
Salí de la habitación y vi en el pasillo a Alejandro, traté de hacer como si no lo hubiera visto pero, no pude contenerme, así que me acerqué y le dije:
¿Qué rayos haces aquí DOBLE CARA? – Reclamaba.
Lo mismo que tu – Decía con cinismo – Vine a ver a mi primo, ¿Hay algún problema con eso?
Te lo advierto Alejandro – Decía – Si fuiste tú, te juro que soy capaz de matarte.
Le di la espalda y salí a buscar a mis padres, Alejandro venía siguiéndome, << Debo llegar rápido ¡CORRE SAMANTA, CORRE! >> - Pensaba. Iba a comenzar a correr de verdad cuando me agarra saliendo al estacionamiento, me pegó a él y me dijo en tono sádico:
Ojalá se muera tu príncipe azul, así serás mía, SOLAMENTE MÍA.
¡NO ME TOQUES! – Grité – ¡SUÉLTAME ALEJO!
Nada de eso pequeña – Decía aún en tono sádico – Cuídate de mí porque si no ya sabes lo que te va a pasar.
Lo empujé y termine de llegar al estacionamiento, mi madre notó algo extraño, me preguntó si me había pasado algo, no quise contestarle, me subí en el carro y nos fuimos; me pasé toda la noche pensando en Yeray, me siento fatal porque para mí, yo siento que es mi culpa.
Varios días después, me avisaron que había salido de la clínica y me dijo mi suegra que él venía a visitarme, así que me puse a esperarlo porque quería verlo.
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