Capítulo 8
Sigue narrando Yeray: Pues cuando me bajé ya su madre había subido al cuarto, me fui descalzo, terminé poniéndome los zapatos en el autobús, la gente me quedaba viendo extraño, pero no me importaba, solo tenía cabeza para pensar en ese momento que pasé con mi novia, Alejandro se quedó corto, ¡YO LE DÍ PLACER!, ¡TÚ NO! – Risa infinita – Ahora tenía que idear un plan para espiar a Samanta y a David más tarde sin que se den cuenta.
<< Mientras tanto Alejandro >>
¡Rayos! – Decía Alejandro – Chamo, ya la perdí.
Bueno – Dijo Isaac – Tú te lo buscaste, por cogértela así sin enamorarla... ¡Tú si eres tremendo!
¡Cónchale Isaac! – Exclamó Alejandro – ¡Bro!, ¡NO ME ESTÁS AYUDANDO!, chamo, es que yo creo que estoy enamorándome de ella.
Si tanto te gusta – Dijo Isaac – Bájasela a Yeray.
Eso pensé – Decía Alejandro – Ese cretino ¡Me las va a pagar!
<< Volviendo a la historia >>
Narra Samanta: eran las 12:00pm, bajé a comer y mi mamá subió a mi cuarto, cuando levantó el cubrecama, vio una mancha de sangre (La cual era de hace 3 semanas, pero no había cambiado la sábana porque no me acordaba, además yo duermo arriba del cubrecama, rara vez duermo sin él, como pasó el día que Alejandro me violó), ella pegó un grito – ¡SAMANTA!, ven acá –, solté la cuchara y subí de inmediato, al ver que ella había visto eso dije en mi mente: << ¡Qué torpe!, ¿Cómo se me vino a olvidar este pequeño detalle? >>, Mi madre me preguntó que qué era eso y yo le respondí para disimular:
¡Es el periodo!
Ella me miró y luego de cruzar los brazos me dijo – ¡No me mientas!, a ti se te fue hace una semana, y tú no botas sangre así por así, Acaso... Tú... ¡No, no creo!
¿Yo qué mamá? – Pregunté algo nervioso.
¿Estuviste con alguien? – Preguntó ella.
¿Qué? – Respondí – ¿Estás loca?
No – Decía – Solo que no le veo explicación a esa mancha de sangre.
¿Qué tiene que ver eso con que haya estado con alguien? – Pregunté para disimular.
Mi madre me explica.
Mamá, yo no estuve con nadie, ¡TE LO JURO!
Volví a la mesa a seguir comiendo; papá me observaba y sonreía, lo miro un poco confundida, me vuelve a mirar y me dice:
Oye; hija – Decía – ¿Tú tienes algo con Yeray?
Levanté la cabeza y lo miré fijamente para responder:
Papá, la verdad que, no tenemos nada, pero a mí sí me gusta él, no es nada, ya eso se me pasará, ¿A qué se debe tu pregunta? – Pregunté.
Papá sonrió de nuevo:
Se debe a que tú casi no hablas con chicos como él y ahora se la pasan juntos para arriba y para abajo, ¡Parecen novios! – Comentó.
Si te digo la verdad – Decía – ¿Prometes no decírselo a mamá?
Samanta, hija – Decía mi padre – Sabes que puedes confiar en mí, ¡Soy tu padre!, y sí, lo prometo.
Bueno; sí soy novia de Yeray – Le contaba – Pero nos tratamos como amigos (Mentía como ya saben), nada de besos, nada de abrazos, ni agarradas de mano, solo salimos como si fuéramos amigos y ya, pero por favor – Le suplicaba – ¡No le digas a mamá!, ¡ME MATARÁ!
Bueno hija – Me decía – No le voy a decir nada a tu madre, y me alegra que estén haciendo las cosas bien – Dijo y me levanté de la mesa.
Fui a acostarme un rato, eran las 12:30pm y mi salida con Cherufa era a las 2:00pm, cuando entré en el cuarto, mi madre me jaló por el brazo, me lanzó a la cama, sacó una franela de liceo (De hombre) y me gritó:
¡Mira!, ¡A ver!, Explícame esto, ¿Por qué esta camisa está aquí si no es tuya? – Preguntó.
<< Era la camisa de Yeray, la dejó tirada en el closet sin darse cuenta, ya que como no le dio tiempo ponérsela tuvo que salirse en guarda camisa >>
Me quedo callada.
¡Contéstame Samanta! – Dijo mi madre a gritos.
Eso... ¡No sé qué hace allí! – Dije – Pero... Si sé de quién es – Me pega una cachetada.
¡Desgraciada! – Gritó – ¡Ve con lo que me sales! – Me pega otra cachetada.
¡Conozco tus mentiras muchachita! – Decía – ¡Te acostaste con un chamo, estás clara!, es mejor que respondas con la verdad muchachita.
<< ¡Dios mío, ayúdame! >> - Pensaba.
Ya no tenía más escapatoria, tenía que haber ocultado mejor las cosas, le responderé porque si no me va a caer a golpes, aunque si le digo la verdad también lo hará, así que le diré lo que pasó, pero no le diré que fue con Yeray que lo hice.
Mamá – Dije con miedo – Me acosté con un compañero de clases.
En ese instante mi mamá perdió el control y me dio una buena golpiza, yo no la esquivé, porque sabía lo que había hecho. Cuando paró me dijo:
Samanta, te advierto una cosa – Decía – Si llegas a salir embarazada, ¡Te vas para la calle!
Pero... – Dije e interrumpió.
¡TE CALLAS! – Gritó – Te haremos una prueba, no te diré cuándo, pero, si llega a salir positiva ya vas a ver – Salió de mi cuarto.
Me tiré en la cama a llorar, me sentía tan mal, ¡Tan poca cosa!, pero lo que me sentía, era con miedo, porque hoy cuando estuve con Yeray, pues, ¡NO NOS PROTEGIMOS!, y si salgo embarazada, ¡Me votan de mi casa!, le marqué a Cherufa, y le cancelé, luego llamé a Yeray y le dije que nos habían descubierto:
~Llamada telefónica~
...
¿Cómo? – Dijo – ¿Cómo es eso de que nos descubrieron?
¡Dejaste tu camisa en el closet! – Le contaba – Y mi mamá se dio cuenta, pero no solo eso, sino que había una mancha de sangre en la sábana debajo del cubre cama, que fue cuando Alejandro... ¡Tú sabes! Y mi mamá comenzó a dudar...
¡Dios mío querido! – Exclamó – ¿Que haremos?
¡Yeray! – Dije nervioso – ¡Tengo miedo!, si salgo embarazada ¡Me votan de mi casa!
¡Ay! – Dijo – Mi amor, estamos en un lío grande, porque, no recuerdo haber llegado afuera... Así que es muy probable que...
Si mi amor – Dije – ¡Lo sé!, corro un riesgo muy grande, pero dime una cosa... Si salgo embarazada... ¿Tú me dejarías sola?
¡No! – Contestó – ¿Cómo puedes pensar eso?, para tener hijos se necesitan dos y es responsabilidad de ambos, ¡No vale!, mi amor, ¡Te lo juro!, ¡No te voy a dejar sola!
¡Me alegra oírte decir eso! – Dije porque me conmovieron sus palabras – Y otra cosa, mi madre no sabe que eres tú con quien tuve relaciones.
¡Menos mal! – Dijo Yeray – ¡Estoy salvado!, bueno, por los momentos, porque tarde o temprano sabrán la verdad.
Cierto – Dije – Te dejo... Creo que viene mi mamá.
¡Chao mi amor! – Dijo y cortó.
~Fin de llamada telefónica~
Un mes después:
Estando en mi cuarto, mi madre entró y tenía en las manos la cosa esa de la "Prueba de embarazo", me miró con rabia y me dijo:
¡Anda!, hazte la prueba.
¿No era en una semana? – Contesté.
No – Dijo – Ya vete al baño y haz la prueba.
Me metí en el baño a hacerme la prueba. Luego de hacerme la prueba salí y vi a mi madre y le dije:
Salió negativa.
Menos mal – Dijo.
Sí – Dije – Míralo tú misma.
Mmm – Dijo y salió de mi cuarto.
Le pasé seguro a la puerta, y llamé a Yeray para contarle:
~Llamada telefónica~
...
¿Qué pasó mi amor? – Dijo Yeray.
Me hice la prueba – Le contaba.
¿Y? – Preguntó – ¿Qué pasó?
Salió negativa – Contesté y escuché que Yeray suspiró.
¡Menos mal! – Dijo – Nos libramos de un gran problema
Si mi amor...
Continuación en el CAPÍTULO 9.
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