Sigue narrando Yeray: hemos pasado toda la noche buscándola, ¡SAMANTA!, ¿Dónde te has metido mi amor?, es que ya no queda sitio en Carúpano donde no hayamos buscado, estuvimos buscándola hasta debajo de las piedras... Menos, en nuestro sitio especial, Fiorella me sugirió que fuéramos allí ya que quizás ella mientras nosotros la buscábamos por otros sitios, estaría allí, así que todos incluyendo los padres de Samanta, nos subimos nuevamente a la camioneta para dirigirnos a la avenida... bajamos cerca de la orilla y nada... No había rastro de ella – Separémonos un momento para buscar – Sugirió el padre de Samanta – De acuerdo – Aceptaron todos, yo estaba algo cansado, así que me subí al barco que estaba encallado muy cerca de allí y poniendo mis manos en la cabeza, me decía a mí mismo – Dios mío ¡AYÚDAME!, ayúdame a encontrarla, porque... ya no aguanto más esta angustia – De repente, puse atención a unos sollozos que se oían dentro del barco... Llevaba rato escuchándolos, desde que me senté aquí, pero... No les prestaba atención porque pensaba que eran producto de mi imaginación; caminé con cuidado por el borde del barco y vi una ventanilla abierta y entré.

Era un lugar muy desagradable que digamos, húmedo y salado, avance un poco más al fondo y donde se escuchaban más fuertes los sollozos... Saqué el teléfono y con la linternita de él alumbré y me asombré mucho... Puesto que quién estaba llorando... Era... ¡SAMANTA! – Dije – Samanta, ¿ESTÁS BIEN? – Ella me miró algo enfadada y me dijo en forma iracunda – ¡VETE YERAY! ¡NO QUIERO VERTE! Déjame sola.

Samanta... ¡NO SABES LO PREOCUPADOS QUE ESTÁBAMOS POR TI! – Dije con lágrimas en los ojos.

¿Quienes? – Dijo de forma indiferente – ¿Tu amante y tú?

¿A qué te refieres con eso? – Dije algo anonadado – ¿Cuál amante Sam?, si yo a quien quiero es a ti mi amor.

Samanta se para y empujándome salió del barco y bajó mientras yo iba detrás de ella, todos la vieron y se alarmaron por el estado en el que se encontraba ella, intenté acercarme pero fue algo inútil, ya que me gritó – ¡LÁRGATE CON ELLA YERAY! La verdad es que yo no había terminado contigo... Y resulta que ¡ME ENGAÑASTE CON OTRA! – Gritaba – No quiero volver a verte en mi vida ¡NO QUIERO VOLVER A VERTE!

Samanta... Déjame explicarte todo – Dije y ella echó a correr. El padre de Samanta me miró de malos modos... Ya que pensó que de verdad había engañado a Samanta, ya yo me veía en el funeral que me iban a hacer si el padre de Samanta me mataba, y hubiera sido así de no ser por Fiorella quien le explicó lo que pasaba – Verás Señor Toussaint – Yeray no engañó a su hija, supongo que ella lo vería a él con la señorita en cuestión – Señaló a Carley – Y como ella es muy melosa con Yeray supondría que ellos eran algo más.

Señor Toussaint – Intervino Carley – Yo no soy una amiga de Yeray, soy su prima... Lamento de verdad este mal entendido, de verdad.

Es mejor que vayan por ella chicos – Dijo el padre de Samanta quien se fue a buscarla acompañado de su esposa.

Subí a la acera, y sentándome en el muro, me apoyé de las rodillas y con la cabeza a gachas comencé a llorar... Fiorella quien se sentó a mi lado me dijo de forma cuidadosa – Quizás este no sea el mejor momento para decirte esto Yeray... Pero, ¡TE LO DIJE! Y no quisiste hacerme caso – Yo sin levantar la cabeza le contesté – No Fiorella, es que tienes razón – Decía – No debí quedarme de brazos cruzados, ahora sí que... ¡LA PERDÍ!, la perdí por bruto.

No digas eso Yeray – Dijo Carley – Deja que se calme y te acercas a ella, si de verdad la amas ¡LUCHA POR ELLA!, no la dejes ir...

Eso haré... Y esta vez, ¡NO ME VOY A TARDAR! – Dije secando mis lágrimas.

Mientras tanto Samanta y sus padres:

Samanta, tienes que tranquilizarte para poder hablar sobre eso – Decía el Sr. Toussaint.

¡No quiero saber nada de Yeray papá! – Decía llorando aún – No quiero papá.

Samanta: Yo no estoy loca, yo sé lo que vi en aquel momento... ¡Yeray tiene otra chica! no se volverán a burlar de mí, me fui con mis padres a la casa, y me encerré en mi cuarto a llorar, me sentía horrible, engañada, TRAICIONADA, y todo lo que tenga que ver con eso... Y pensar que... Él fue que me ayudó a salir de la crisis de haber sido violada por ese idiota... Pero, es que lo amo tanto que... ¡NO PUEDO ODIARLO! Simplemente ¡NO PUEDO! lo amo... ¡Profundamente! por eso me destroza el alma el saber que me ha engañado con otra... ¡MALDITA SEA! ¡LA ODIO! Yeray... ¡YERAY ES MÍO! Y de nadie más... Esa zorra se las verá conmigo...

Al rato de estar encerrada, mi padre me avisa que María estaba en la sala, yo le dije que no quería ver a nadie, pero... Ella insistía en verme así de decidí dejar que ella pasara (Ya que no quería bajar a la sala) ella al verme, se le aguaron los ojos, al ver lo destrozada que estaba por el asunto, se acercó con cuidado y me dijo – Samanta... ¿Qué te pasó? ¿Qué es lo que tienes? – Corro a abrazarla de inmediato – Yeray María, ese maldito me engañó con otra – Dije llena de rabia.

Ahora, ¿Qué fue lo que pasó con Yeray Samanta? – Preguntó angustiada.

Pues salimos del colegio, y... Y estaba buscándolo – Decía entre sollozos – Y cuando lo encontré... Yeray estaba con... ¡CON OTRA!

Samanta... ¡NO TE PRECIPITES! – Dijo María para calmarme – Quizás se trate de un feo malentendido... Porque verás, si Yeray te hubiera engañado, no hubiera estado buscándote... Y en efecto él estaba buscándote.

Pero igual no quiero verlo en estos momentos – Dije – En realidad no quiero ver a nadie María... Te dejé pasar porque no había otra opción...

Me recosté a ver el techo a ver si dejaba de llorar un rato, como es verdad que las noticias vuelan, ya hasta maría sabe que terminé con Yeray, pero bueno, se tenía que enterar ¿No?, pero... Hay algo que si comparto con ella y es lo de que no voy a permitir que una zorra se lleve a Yeray... Eso sí que no... No perderé a lo que más amo por una cualquiera como ella.

Sin darme cuenta me fui quedando dormida poco a poco mientras pensaba en que iba a hacer para recuperarlo, mañana no asistiría a clases por cómo estaba... Papá dice que es mejor que me quede unos días aquí, él llamará al liceo mañana para que estén al tanto de todo.

Carley: me siento un poco mal por lo que está pasando entre mi primo y esa tal Samanta, ya que de alguna forma, yo soy culpable, ella nos vio y creo algo que no era, y pues no me siento bien, se ve que esa niña es muy insegura e inmadura... Insegura de todo, porque si ella confiara en Yeray, pues no estuviera pasando esto, e inmadura por como actuó, debió aunque sea escuchar la versión de mi primo pero ¡NO! Prefirió ahogarse en un mar de lágrimas... Tengo ganas de decirle a Fiorella que me acompañe a casa de esa niña mañana para que a mi manera entienda las cosas... Porque nadie lastima a Yeray sin pasar primero por mi cadáver.

Al día siguiente:

Tú no vas a ir para allá Carley – Le dijo Fiorella – Si pones un pie en esa casa con Samanta de esa manera, ¡TE FULMINA!

Pues ¡QUE ME FULMINE! – Dijo Carley – Pero de que le explico las cosas se las explico, para que deje de ser tan tonta.

Te veo muy decidida... Así que vayamos pues – Dijo.

Al llegar a casa de Samanta, todo estaba en silencio... Parecía como que si no hubiera nada, toqué la puerta dos veces y nadie respondió, Fiorella llamó y fue que escuchamos unos pasos, Fiorella se escondió un momento y al abrir la puerta, Samanta me miró por un momento y sin avisar nada ¡PUM!, me zampó una cachetada – Oye... ¿Qué te pasa? – Dije algo frustrada – Ella sin gesto de nada, me respondió destilando un poco de rencor y rabia por los ojos – Eso es para que te quede bien en claro que no dejaré que te quedes con Yeray nena.

PRÓXIMAMENTE...